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—Y un año después de ponernos de novios, tú y yo nos mudamos juntos en un departamento en el centro. —Cuenta Matteo.
—Y ahora hace tres años que vivimos en esta casa muy linda. —Agrega Luna.
—Si, la verdad es muy linda. Encontramos la casa de nuestros sueños. —Sonríe el italiano.
—Yo solo necesito vivir contigo para que sea la casa de mis sueños. —Lo besa.
—Te amo mi vida.
—Yo más mi amor. —Contesta la mexicana antes de abrazarlo y poner el capítulo siguiente.
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En el jardín, Sharon ordene a que revisan el depósito. Luna se queda escondida mientras Sharon y Ámbar hablan.
Sharon : Vaya, revisa el lugar, registre cualquier rincón del depósito para despejar cualquier tipo de duda.
Simón escucha eso y se aleja de la puerta. El empleado hace lo que le ordenó la señora Sharon.
Ámbar : ¿Te das cuenta madrina? Después de todo lo que hiciste por ella, así te lo devuelve. No puedes permitir que esta chica se ríe a tus espaldas. ¿Qué vas a hacer al respecto?
Sharon : Primero encontrar al chico si es que está ahí como dijiste y después veré qué medidas tomar.
Ámbar : Yo te aconsejo que los despidas a todos. Que hagan sus valijas ya mismo y se vuelven a Méjico urgente.
—Cuanto te quería. —Se ríe el castaño.
Sharon : No necesito consejos Ámbar.
Luna mira todo pero no escucha nada. El empleado vuelve.
El empleado : Aquí no hay nadie. El lugar está vacío.
—Logró salir. Pero ¿cómo? —Pregunta el chico fresa.
—Ya lo vas a saber.
Ámbar : ¿Es un chiste no?
El empleado : No, no es un chiste.
Ámbar : No puede ser. No puede ser porque yo estoy segura que este chico vive o vivió acá. Yo misma lo vi.
Sharon : Evidentemente viste mal.
Ámbar : No, no vi mal. Seguramente buscó mal. Anda y busca de nuevo.
Sharon : Gracias, puede volver a sus tareas. No lo vamos a molestar más.
El empleado se va.
Ámbar : No, no vuelva a sus tareas, vuelve a buscar porque yo estoy segura que está ahí, está escondido.
Luna se va antes de que la vean.
—No se escuchaba nada, yo no sabía si habían encontrado a Simón o no. —Comenta la castaña.
***
En el Jam&Roller, Simón está a punto de salir con su guitarra y su maleta junto a Pedro y Nico cuando Luna entra.
Luna : ¡Simón! ¿Dónde estabas? Me preocupé muchísimo. Pensé que tú... (ve la maleta) Simón, ¿qué haces con esa maleta en la mano?
—Ay no... —Dice la chica delivery recordando ese momento.
Nico : Te esperemos afuera.
Pedro y Nico se llevan sus cosas y salen.
Luna : No, no por favor, no te puedes ir. No me puedes dejar sola Simón.
Simón : Luna por favor, ya no insistas. Esa es la decisión que tomé. Yo no tengo otra opción.
—No entiendo. No regresó a Méjico en ese entonces ¿o si? —Pregunta él confundido.
Luna : No, claro que tienes otra opción. Tienes millones de opciones. Mira, esta ciudad es enorme, te puedes quedar a vivir en otro lugar...
—Ay no mi amor, vas a llorar. —Dice Matteo abrazándola a él. —Te consuelo con retraso. —Aclara y ella se ríe.
Simón : Luna, Luna es que yo ya encontré mi lugar. Por favor, confía en mí.
Luna : (a punto de llorar) Entonces, nada que hacer verdad. Te regresas a Méjico...
Simón : (se ríe) Luna, ¿a Méjico? ¿De dónde sacaste esto? Es que ahora sí me impresionaste.
—¡Qué malo es! Me hizo pensar que se iba a ir. —Se queja Luna.
Luna : No, no. La maleta, tu cara triste, no sé...
Simón : Luna, Luna, mi cara triste es porque no voy a ver esta sonrisa bonita todas las mañanas. Pero Nico y Pedro me ofrecieron ir a su casa.
Luna : ¿Neta?
Simón : Neta, neta. Me dijeron que había una habitación libre y bueno, ahí me voy a quedar yo. (Luna suspira aliviada) Vamos a compartir los gastos.
—¿Una habitación libre? Más bien un sofá libre. —Rectifia el italiano.
Luna : Bueno entonces, es la mejor noticia que escuché en toda mi vida.
Simón : Wow, eso es demasiado.
Luna : No, no, no en serio. Es que pensé que la señora Sharon y Ámbar te habían visto, entonces... ¡Oye! Te llamé por teléfono, ¿por qué no me contestaste?
Simón : (susurra) Luna, no sabes qué me pasó. Es que Ámbar y Sharon casi me descubren. Si porque yo iba a la salida y de repente, ellas llegaron. Pero la puerta estaba cerrada, no sé por qué. Y entonces, me tuve que salir por la ventana que estaba al lado izquierdo. Horrible.
—Ah sí ahora recuerdo. Simón nos contó a Pedro y a mí cómo se había escapado del depósito cuando nosotros fuimos a vivir allá. —Recuerda el castaño.
Luna : Bueno ¿y los mensajes? Te mandé muchos mensajes.
Simón : Si, es que (enciende su celular) apagué mi teléfono porque no quería que ¿Aurora?
Luna : No, no, Amanda.
Simón : (repite para sí mismo) Amanda, Amanda, Amanda. Porque no quería que Amanda me descubra.
Luna : Bueno, y después dicen que yo soy la despistada eh. (se ríen) Te voy a extrañar muchísimo. El depósito no va a ser lo mismo sin ti.
Simón : Pero no te preocupes porque nos vamos a ver aquí. Hay que venir a ensayar, hay que trabajar, viene la competencia. Es más yo creo que te voy a hartar. (Luna se ríe)
Pedro : (vuelve) ¡Simón! Te estamos esperando afuera. Dale que no cierre el súper y no tenemos comida.
Simón : Órale. Allí voy, allí voy voy. (abraza a Luna)
Luna : Te quiero.
Simón : (se sueltan) Yo también. Méjico (se ríe y se va)
Luna : ¡Simón!
***
En la pista, Simón y Luna entran para ensayar.
Luna : Simón, todavía no me sale la técnica.
Simón : Bueno Luna, es poco a poco. Necesitas paciencia ¿okey?
Luna : Mira, yo creo que tengo que trabajar mucho el equilibrio. Así se me va a salir la técnica.
Ámbar y Matteo entran a la pista. Ámbar ve a Luna y Simón patinar.
Ámbar : Hagamos unos pasos básicos y después intentamos un elemento.
—Siempre quería provocar. No la podía soportar en esa época. —Suspira la mexicana.
Matteo : ¿Para qué? ¿Quieres hacer unos pasos para entrar en calor? Mejor hagamos los nuestros que son más arriesgados.
Ámbar : Nunca está de mal volver a las bases. Dame el gusto.
Matteo : Bueno.
Ámbar y Matteo hacen un paso donde él la agarra y la hace girar.
Luna y Simón quedan asombrados.
—Ahora puedes hacer eso y más. —Dice el chico fresa.
Ambar y Matteo siguen y ella gira con una pierna levantada.
Luna : ¿Viste que padre patinan? Lo hacen ver como si fuera tan fácil pero en realidad está súper difícil. Mira ella como que se impulsa y así es como le sale los piecitos. ¿Lo intentamos?
Luna y Simón intentan el paso y lo logran. Celebran y se abrazan.
El celular de Matteo suena.
Matteo : Voy a contestar. (se va)
—¿Por qué en ese momento? Es como si fuera calculado. —Reflexiona la castaña.
Ámbar se acerca a ellos.
Ámbar : ¡Lunita! ¿Contentos porque les salió el paso?
Luna : Si. Estamos practicándolo mucho.
Ámbar : Me alegro. Igual, sabes que esto es un paso básico ¿no? De verdad, no entiendo cómo no te da vergüenza hacer todo este espectáculo adelante de todo el mundo. ¿Te das cuenta de lo que te decía? El favor que te pedí no era solamente por Delfi sino también por tu bien. ¿Entendés ahora?
—Hacía todo para hacerte renunciar.
Simón : Ámbar, deja de molestar a Luna por favor. O sea, Luna viene aquí a disfrutar de la pista no a que alguien le diga está bien o está mal..
Ámbar : Ay mira, apareciste.
Simón : Si.
Ámbar : Un segundo más adentro del depósito y te aseguro que ahora no estarías dando opiniones que a nadie le interesan sino volando directo a Méjico.
—Cuesta creer que ahora Simón y ella son de los más felices juntos cuando vemos esto. —Se ríe la chica delivery.
Simón : Bueno pero estoy aquí y te pido por favor que dejes de molestar a Luna. Mira Ámbar, no voy a permitir que nos saques de la competencia. Te lo digo en buena onda.
Ámbar : ¿Yo?
Simón : Si tú.
Ámbar : Jamás haría una cosa así Simón. Solamente estoy intentando aclarar las cosas con mi amiga Lunita. Chicos, no quiero que pasen un mal momento en la competencia. Y mucho menos que sea perdiendo el tiempo así. Seamos realistas ¿si? Los tres sabemos que esto es inútil. Pero bueno, todavía estás a tiempo de bajarte de la competencia como te dije.
Matteo : (vuelve) ¿Qué? ¿Por qué le dijiste que se baje de la competencia?
—Yo ni enterado de nada. —Se queja él.
Luna : No, no, no Matteo, entendiste todo mal. Ámbar no me estaba diciendo que me bajara de la competencia. Ella me dijo que como que a Delfi y a Gastón los descalificaron de la competencia, pues nosotros teníamos que echarle muchas ganas para que podamos superarlos. Pero bueno, la verdad es que solo me dijo eso ¿verdad?
—¿Por qué me mentiste?
—Para que me dejará tranquila.
Matteo : ¿Si?
Ámbar : Si, obvio. Y a mí me encantaría quedarme a ayudarlos pero no tengo tiempo, una lástima. ¿Vamos mi amor?
Ámbar le toma la mano a Matteo y se van.
Simón : Luna, neta me puedes explicar ¿qué onda? O sea, ¿por qué la defendiste?
Luna : Simón, yo solo quiero que nos deje tranquilos. Quiero patinar tranquila sin que me esté molestando. Eso es lo importante ¿no? Tenemos que dejar todo en la pista.
Simón : Si, es lo importante. Tú y yo patinando.
Luna : Bueno, hay que seguir practicando ¿okey?
Simón : Otra vez.
Luna : ¡Vamos!
—No sabía antes que hacía tantas trampas en contra tuyo. —Dice Matteo.
***
Sebastián va hacia Ámbar cuando Matteo entra del otro lado.
Sebastián : ¿Estás lista para irnos?
Ámbar : Obvio.
—Mala idea, un chico fresa celoso se acerca. —Comenta ella divertida.
Sebastián : Vamos.
Se están por ir pero se cruzan con Matteo.
Matteo : ¿A dónde vas?
Sebastián : Tranquilo Marcos, tranquilo.
Matteo : (se ríe falsamente) Matteo.
Luna se carcajea y el italiano la fulmina falsamente de la mirada.
Sebastián : Si, como sea. Me voy a dar una vuelta con ella. Ya te la vuelvo sana y salva no te preocupes.
Matteo : Mi chica no va a ir a ningún lado. ¿Entendiste o se te cruzaron los cables?
Ámbar : (a Sebastián) ¿Me das un segundo?
Sebastián : A ti todos los que quieras. (se va)
—Bueno, entiendo que estabas celoso. Exagera acá. —Admite la mexicana. —Pero conmigo no era así.
Matteo : ¿Qué haces con ese payaso digital?
Ámbar : No te puedo decir, es un secreto.
Matteo : Pensé que no teníamos secretos.
—Eso solo cuando te conviene porque también andabas ligando con otras chicas. —Replica la castaña.
—No necesito una segunda Ambar. —Bromea y su prometida le pega dulcemente en el hombro.
Ámbar : Esto es diferente. Te va a encantar. Dale mi amor confía en mí como yo confío en vos ¿si?
Matteo : Está bien.
Ámbar : Sos el mejor novio del mundo. Después te llamo ¿dale?
Matteo asiente y Ámbar se va.
***
Miguel entra en una joyería.
Miguel : ¿Qué tal?
—Me parece que esto es sobre la investigación de tu pasado. —Dice el castaño y ella asiente.
El joyero : ¿Qué tal? ¿En qué lo puedo ayudar? (se estrechan la mano)
Miguel : Quería hacerle una consulta. (saca las medallitas del sol y de la luna de un sobre) Quería saber si usted podría ayudar a conocer el origen de estas medallitas. No sé, podría tener algún dato sobre quién las hizo.
El joyero mira las medallitas a través de la lupa.
Miguel : Si se da cuenta, las dos son parte de una misma pieza.
El joyero : Puedo verlo, que pieza más interesante, está muy elaborada. Están hechas por el mismo artesano. Llevan la misma firma. A ver, fíjese (le enseña)
La chica delivery toma su medallita y nota la firma.
—Nunca lo había notado.
Miguel : Ah, si es verdad. No lo había notado.
El joyero : Se ve que está muy elaborada. Son muy valiosas. Discúlpeme pero ¿cómo es que las obtuvo?
Miguel : Bueno, una pertenecía a mi hija. La luna la traía colgada en el cuello cuando la adoptamos en Méjico. Y la otra la encontramos aquí en Argentina. Precisamente por eso me gustaría saber si hay alguna relación entre ellas.
Luna juega con su medallita mientras mira la escena y su chico fresa la abraza fuerte.
El joyero : Por lo pronto yo confirmo que están hechas por el mismo artesano. Me va a llevar unos días saber quién fue. ¿Si me las puede dejar?
Miguel : Puedo dejarle una, la del sol. ¿Si?
El joyero : Bueno, como no. ¿Si me puede anotar aquí su número de teléfono? Yo apenas tenga noticia, lo llamo.
Miguel escribe su número de teléfono en el papel.
Miguel : Allí está.
***
Luna y Simón entrenan en la pista con la cuerda divirtiéndose.
Luna : Todavía tenemos que mejorar mucho.
Simón : Pero yo descanso, neta, neta, neta. (se va a la estrada)
Luna : No, no Simón. ¿Cómo que te vas a descansar? No. Tenemos que practicar muchísimo. (lo sigue)
—¿Sabías que los humanas necesitan dormir? —Bromea él.
—Ya amor. —Ríe la mexicana.
Simón : Estoy cansado Luna por favor.
Luna : (se sientan) Mira la última vez se me hizo súper difícil. Así que vamos a entrenar. Córrele.
Simón : Luna, sabes que, creo que tú tienes un chip integrado en el cuerpo que no te permite descansar. Pero los que sí nos cansamos es injusto. (se ríe)
—Estoy de acuerdo con Simón. —Suspira Matteo riendo.
Luna : No, no, no te creas. Ámbar ya me está agotando la pila.
Simón : No eso yo no lo voy a permitir.
—Creo que no te va a gustar esta escena. —Dice la mexicana acordándose de ese momento.
—¿Por qué?
Luna : (suspira) Simón, ¿qué voy a hacer en esa casa sola? La verdad es que ¿quién me va a decir que tengo una piyama muy ridícula o quién me va a hacer reír cuando me sienta de malas? (Se miran) Simón, no te quiero perder.
—¿Tengo que tapar mis ojos? —Pregunta el italiano con una cara un poco seria.
—No amor. —Ríe la castaña viéndolo celoso.
Simón : Luna, yo dejé mi país, mi trabajo, mi vida por estar cerca de ti. ¿No te das cuenta? Por más que quiera, no me voy a alejar de ti.
El castaño se tapa un poco los ojos.
Luna se sonroja y Simón se acerca a ella.
—¿Por qué paran allí? ¿Se van a besar o no? —Pregunta otra vez el castaño.
—Te dije que no amor.
—Pero parece que sí.
—Pues yo te digo que no.
- - -
Matteo viendo una escena donde Simón quiere besar a Luna 👀
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