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Luna toma el frasco de palomitas entre sus manos. Propone unos a su prometido quien los toma con gusto. La mexicana come algunos pero hace una mueca.
—¿Qué pasa?
—Nada. Es que me dio sed. —Contesta.
—Bueno, hay jugo. ¿Te sirvo? —Se inclina hacia la mesa para tomar la botella pero Luna lo interrumpe.
—No, no. Voy a tomar agua. Ahorita vuelvo. —Dice levantándose. Deja el frasco en los manos de Matteo antes de perderse entre los cuartos de la casa.
—Bueno. —Suspira él comiéndose las palomitas. Mientras espera a Luna, mira cuantos capítulos hay en la película. Escupe su palomita. —¿Qué? ¡¿Doscientos veinte capítulos?! ¡¿Tantos?!
—¿Qué pasa amor? ¿Por qué gritas así? —Pregunta Luna cuando vuelve.
—¿Y el agua? —Pregunta Matteo viéndola sin nada en sus manos.
—Ya tomé en la cocina. ¿Querías que te la traiga?
—No, no. Está bien. Creí que se te había olvidado ya que eres tan distraída. —Ríe el italiano antes de besar a su prometida cuando se vuelve a sentar en el sillón.
—¿Y? ¿Por qué gritaste?
—Hay doscientos capítulos en la película.
—¡¿Qué?! —Exclama Luna sorprendida.
—Si, y solo vamos por el capítulo diez así que mejor seguimos mirando o nunca sabremos quienes nos han regalado esto.
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En la pista del Jam&Roller, Miguel llegó a la pista y se sorprende por ver a Simón allí.
Miguel : ¿Simón? ¿Qué haces aquí?
Simón : Acabo de llegar.
Miguel : Pero, ¿por qué no nos dijiste nada?
Luna intenta responder pero Simón la interrumpe.
Simón : Es que era una sorpresa. Y entonces, ella no sabía.
—¿No habías dicho que Simón no sabía mentir? —Pregunta Matteo divertido.
—Tú dijiste que Simón debía aprender a mentir. Y yo te dije que por mi culpa él empezó a inventar mentiras.
Miguel : Pero si era una sorpresa ¿cómo sabes donde estaba?
Simón : Es que me dijo.
Miguel : Pero no acabas de decir que ella no sabía nada.
Luna : No. O sea si es que yo le dije que a esta hora iba a estar en la pista.
Simón : Cuando hablamos por teléfono.
Luna : Si. Es que siempre hablamos sobre el Roller y así.
—Mentirosos.
Simón : El Roller así que en cuanto, recién me vine por acá.
Miguel : Bueno pues, entonces no queda otra cosa que decir más que bienvenido Simón.
Luna sonríe y Simón y Miguel ríen antes de estrecharse la mano y darse un abrazo.
Simón : Miguel, gracias.
Miguel : Mi amor, ¿y tu teléfono? Te estuvimos llamando.
Luna : Ay mi teléfono. Perdón, lo dejé en los lockers.
Miguel : Mi amor, ya sabes perfectamente que tu madre y yo nos preocupamos mucho. Habíamos quedado en que nos ibas a llamar cuando salías tarde de algún lado. Ya lo hemos platicado.
Luna : Si, lo sé papá. Mira, no va a volver a pasar. Te lo prometo ¿si?
Miguel : (asiente) Está bien. Oye Simón, y no sabía que patinabas en pista.
Simón : (se ríe) Yo tampoco. Pero apenas estoy aprendiendo.
Miguel : Ah ¿como Luna?
Luna asiente.
Simón : Si es que nos vamos a inscribir a la competencia juntos. Es en pareja.
Miguel : ¿En qué competencia?
Luna : A la competencia de patinaje, la del Roller. Simón y yo vamos a patinar juntos.
Miguel : Pero si Simón acaba de llegar.
Luna : Si es que todo pasó muy rápido. Ni siquiera lo planeamos. Falta muy poco para la competencia.
Miguel : ¿Y cuándo es esa competencia?
Luna : Mañana. Por eso tenemos que entrenar mucho.
—Si falta muy poco, no falta nada. Casi no entrenaron. ¿Cómo hicieron para quedar? —Pregunta él negando.
—Somos increíbles. —Presume Luna antes de besar la mejilla de su prometido.
Miguel : ¿Mañana? Pero no nos habías dicho nada.
Luna : No, es lo que te digo. Todo pasó muy rápido. Estaría increíble que tú y mi mamá podrían venir a vernos ¿verdad?
Miguel : Mira mi amor, sabes perfectamente que nos encantaría venirte a ver pero tu mamá y yo trabajamos. Y de hecho tú tienes escuela, deberías estar estudiando.
Luna : Si, si. Lo sé. Te prometo que no voy a descuidar mis estudios. Bueno, se los prometo.
Miguel : Bueno, eso espero porque sabes cómo se pone tu mamá. Mejor que nadie tú sabes cómo se pone tu mamá. (Luna y Simón se ríen) Y ahora vámonos porque nos están esperando.
Luna : Oye, ¿me puedo quedar un ratito más? Es que tenemos que entrenar muchísimo de verdad. Por favor, por favor, por favor, por favor ¿si?
Miguel : Mañana sí. Que ahora es muy tarde. Mañana pueden seguir practicando. Ahora es el momento de irnos a cenar.
Luna : Bueno, está bien. Vamos. Nos vemos mañana Simón.
Simón : Te veo maña...
Miguel : (lo interrumpe) No, no, no. ¿Cómo que nos vemos mañana? Simón viene a cenar con nosotros.
—Huele a problemas ¿no?
—Si. —Suspira la mexicana.
Luna : ¡No! No, no, no puede.
Simón : Si yo no puedo porque tengo que ensayar Miguel, no me sale la coreografía.
Luna : Si. Tiene que ensayar mucho.
Miguel : Pero a ver, ahora ya es muy tarde y es momento de que nos vayamos.
Luna : No pero papá, es que de verdad él no puede.
Miguel : Pero nada. Simón viene con nosotros a cenar.
Luna suspira y se voltea hacia Simón.
Simón : Pero ¿hay cochinita pibil?
—¿Qué? ¿Qué es eso? —Pregunta Matteo frunciendo sus ceños.
—¿Qué? ¿Te vas a casar conmigo y no sabes qué es cochinita pibil? —Exclama la mexicana asombrada.
—Bueno perdón, soy italiano, no mexicano.
—No sabes de lo que te pierdes. Tengo que remediar eso.
Miguel : Bueno, vamos a ver que se puede hacer Simón. Vámonos, vámonos.
Luna : (susurrando hacia Simón) Simón.
Simón : (se ríe) Vamos.
Luna : Si vamos.
Se van los tres del Jam&Roller.
—¿Tus padres se van a enterar que alojaste a Simón?
—Ya vas a ver cariño. Te voy a dejar con el suspenso.
Matteo hace un puchero y Luna solo se ríe antes de abrazarlo.
***
En la mansión, la familia Valente, Amanda y Simón están cenando en la cocina.
Mónica : Simón, ¡qué bueno que estás aquí! Bienvenido.
Simón : Me da mucho gusto verlos. Mi otra familia.
Mónica : Bueno, come que no se te enfríe. ¿Y cuándo llegaste?
Simón : Hace poco. Si. Oye Moni, está buenísimo este, buenísimo. Es que que tú la sal la tienes bien medida. Me encanta.
—Extraño los platillos de mi mamá.
—Si, cocina increíble. —Concuerda Matteo.
Mónica : Bueno pero de haber sabido, te hubiera hecho tu platillo favorito. No crees que se me olvida. Cochinita pibil.
Miguel : La cochinita.
—A Simón le encanta comer. —Ríe la castaña-rubia.
Se ríen todos.
Mónica : Bueno y ¿dónde te estás quedando? ¿Qué planes tienes?
Amanda : Luna, ¿él es el amigo con él que hablabas todas las noches?
Luna : Si, él es mi amigo Simón.
Amanda : ¿Es tu primera vez en Argentina?
Mónica : Bueno ¿y está rica la comida?
Luna : Es que le están haciendo muchas preguntas y no se va a poder comer eso.
Simón : No pero si, es mi primera vez en Buenos Aires. Oye, está riquísima Mónica, riquísima.
Mónica : Pero tienes razón Luna. Bueno, ¿dónde te estás hospedando?
Luna : Eh mamá, una pregunta a la vez ¿sí?
—Pero si solo hizo una pregunta.
—Era para ganar tiempo para que Simón piense en una respuesta. —Explica ella.
Mónica : Si, ¿dónde se está hospedando?
Simón : Si, en casa de unos amigos.
Miguel : Ah que curioso Simón. No sabía que tenías amigos aquí.
Mónica : ¿Que no dijiste que esta era tu primera vez?
Luna : Si. Solo que son amigos de Méjico.
Simón : Si, si. O sea son amigos que yo conocí en Méjico pero que son de aquí.
Mónica : Ah, ¿y los conocemos?
Luna : No. No los conocen.
Mónica : ¿No?
Simón : Oye está buenísimo pero yo ya me tengo que ir porque ya se hace muy tarde.
—El guitariste dijo tres veces que le ha gustado la comida. —Se burla el italiano.
—Y todavía no viste todo.
Mónica : No. Falta el postre. No te vayas.
Luna : No, no, no.
Miguel : El postre.
Luna : No es que mira, Simón ya se tiene que ir porque ya es muy tarde y mañana se tiene que parar muy temprano.
Mónica : Bueno tú también tienes que estudiar. Mañana tienes un examen. ¿No me dijiste?
Luna : Ándale, si.
Miguel : Sabes que Simón, dime dónde viven tus amigos y yo te llevo.
—¡Uy!
—Vas a ver, va a ser muy gracioso.
Simón : No, no, no Miguel. Muchas gracias, muchas gracias porque yo.. me encanta caminar, me encanta caminar. A parte mis amigos están aquí cerquita, viven en el sur.
Mónica : Pero estamos en el norte.
Matteo empieza a reírse mientras que Luna lo mira sonriendo.
Simón : Si, porque viven en el nor... o sea en el sur del norte cuando...
Amanda : ¿Dónde?
Simón : Las calles no me las sé muy bien todavía como acabo de llegar.
Mónica : Pero ¿cómo vas a llegar entonces?
Luna : Ah de memoria. ¿Te acuerdas que me dijiste que te sabias el camino de memoria?
Simón : Claro porque mi memoria es fácil. O sea sales y te vas al... o sea sales y te vas a la izquierda y para el norte.
Miguel : ¿Cómo en Cancún?
Amanda : ¿No era el Sur?
Matteo no puede retener una carcajada.
Todos lo miran.
Simón : Bueno, tengo el GPS y llego muy rápido. (cambia de tema) Hum, pan increíble. Y miren que buena mesa. No, está buenísima esta mesa porque está dura, esto es para toda la vida. (Luna le pisotea su pie) Bueno, me tengo que ir pero Moni, muchas gracias. Neta, neta muchas gracias.
—Ay no, ¡no puedo más! ¡Es un tonto! Y como lo pisoteaste su pie para que deje te decir pavadas. —El italiano sigue carcajeándose.
Mónica : De nada.
Simón : Aurora estuvo muy rico ¿okey? Muchas gracias. (se levanta) Perdón, perdón por estos tiempos pero bueno, gracias. (Se va)
Mónica : ¿Qué fue eso?
Amanda : (molesta) Me dijo Aurora.
—Me duele la panza. —Se queja el castaño sin dejar de reírse intentando recuperar el aliento. —Ay pobre guitarrista.
Luna ríe por la reacción de su prometido.
Luna se ríe y sigue comiendo.
***
Simón y Luna hablan por teléfono. Ella está en su cuarto y él en el depósito.
Luna : Estuvimos cerca. Casi nos descubren.
Simón : Estuvimos cerca.
Luna : ¿Cómo lo hiciste para llegar?
Simón : Es que me escondí en el jardín y luego ya como pude llegué hasta el depósito.
Luna : Bien hecho.
Simón : No, no, no, no, no. No, no, no. Yo mañana me voy a un hotel, en serio.
Luna : No, no, no. Tú te quedas aquí. Simón, te necesito ahora más que nunca.
—¿A ti te gusta vivir en el riesgo no?
—Me llamo Luna Valente.
Simón : Luna, escucha. No te quiero traer problemas.
Luna : Tú no te preocupes. Ahorita lo importante es la competencia ¿si? Pensé en unos pasos nuevos.
Simón : (se ríe) ¿En serio estás pensando en la competencia?
—La gran pregunta es ¿cuándo dejas de pensar en una competencia? —Se ríe Matteo a lo que Luna se sonroja.
Luna : Tenemos que agregarle pasos complicados. Eso nos puede dar más puntos.
Simón : Ya no podemos cambiar nada, nada. Es muy tarde aparte.
Luna : Mira, leí en una página del Roller que si le metemos a la coreografía complejidad y riesgo nos pueden dar más puntos.
Simón : Si pero no, no. No porque imagínate que nos caigamos y nos eliminen. No, no, no, no. Olvídalo pero súper olvídalo.
Luna : No te pongas nervioso. Mira, solo tranquilízate. Yo cuando patino me olvido de todo.
Simón : Pero es que ese es el problema. Estoy seguro que se me va a olvidar toda la coreografía si metemos más cosas.
Luna : No te preocupes. Yo te voy a ayudar ¿si? (un sonido de su computadora resuena) Espérame. (se levanta y va hacia su computadora)
Simón : ¿Bueno? ¿Luna estás ahí?
Luna : Si perdón, es que Nina me acaba de mandar un mensaje. Que quiere que nos veamos mañana antes de entrar a clase. Quiere estudiar conmigo porque tenemos algo que se llama examen de nivel o algo así.
—El examen era el día siguiente y ni siquiera sabías sobre el examen. Eres imposible. —Niega el italiano divertido.
—Soy un desastre lo sé. —Lloriquea con una voz de bebé y Matteo la abraza.
Simón : ¿Y eso qué es o qué?
Luna : En el Blake hacen una prueba de todas las materias. Está muy difícil y Nina me quiere ayudar a repasar.
Simón : Mira, yo creo que si lo haces con Nina, va a ser más fácil.
Luna : No lo sé Simón. Es que tengo que estudiar mucho. Y ya sabes que a la media hora, todo se me olvida.
Simón : Pero ¿en qué materia andas peor?
Luna : Química.
Simón : Checa. Lo que puedes hacer es acompañar una fórmula con todos los acordes de una canción. Por ejemplo, Valiente. Puedes poner las fórmulas con los acordes de Valiente entonces, al recordar la canción te acuerdas la fórmula.
Luna : ¡Claro! Tienes mucha razón. Ay Simón, te quiero muchísimo. Gracias.
Simón : Bueno, si quieres mándame las fórmulas y yo te hecho la mano.
Luna : Va.
Busca en sus hojas.
—Reprobé ese examen.
—No te preocupes porque tu chico fresa te rescatará como siempre. —Le recuerda.
***
Afuera de la mansión, Ámbar espera a Luna para que salga y que puedan entrar en el carro para ir al Blake.
Ámbar : (al teléfono) Estoy harta. Siempre se atrasa y ahora yo voy a llegar tarde.
Luna : (corriendo) Ay perdóname. Me quedé dormida Ámbar, perdón.
Ámbar : Qué raro. (Luna abre la puerta del carro para entrar) Estoy yendo mi amor. Me esperas en la puerta ¿no? Ay sos un divino (Entra también)
—Ah. Hablaba conmigo. —Deduce Matteo.
El coche arranca.
Ámbar : Hay gente desubicada. O sea, tan difícil es usar un despertador. Pero bueno, hablemos de cosas más importantes. Este año es nuestro año. Vamos a estar increíbles en la competencia. Dale, ahora te veo mi amor. Te mando un beso enorme.
Luna hace muecas de disgusto mientras que su prometido se ríe. Ama cuando está celosa.
Ámbar cuelga y se voltea hacia Luna quien repasa sus hojas.
Ámbar : Con Matteo tratamos de estar siempre comunicados. Por eso somos una pareja tan linda en la pista. Tenemos una conexión especial.
—Si, si no me importa primita. —Susurra Luna.
Luna : Qué padre. La verdad es que a mí me pasa lo mismo con Simón. Como que nos conectamos súper increíble y la verdad es que no sé qué haría sin él.
—Lo gracioso es que intercambiemos las parejas después.
Ámbar : (sonríe hipócritamente) ¿Qué son todas esas hojas? No me digas que recién ahora estás estudiando.
Luna : No, no, no, no. Es que quiero dar una pasada más.
Ámbar : Yo ya estudié. Ahora no puedo parar de pensar en la competencia. Se van a quedar todos asombrados con lo que estamos preparando. Veo que todavía sigues un poco dormida.
Luna : No, no, no. Es que a veces tengo unos sueños rarísimos. De verdad parecen tan reales que no sé si estoy despierta o estoy dormida. Bueno, solo quisiera que todo esto sea un sueño y despertar en mi cama.
—Por eso te llamas Luna mi amor.
Ámbar : Malas noticias Lunita. Esto no es un sueño. Así que pónete a estudiar antes de que el examen se convierta en tu pesadilla.
Luna se la queda mirando y vuelve a sus hojas. Ámbar toma su teléfono.
Ámbar : Hola Jazmin. ¿Ya llegaste? Si, ya sé que estoy llegando tarde. Obvio que no es por mi culpa. Ahora te cuento todo.
El celular de Luna suena y ella lo toma.
Luna : (leyendo en mensaje de Nina) ¿Dónde estas? (contesta) Perdón, se me hizo un poquito tarde perdón.
Ámbar mira a Luna con desprecia y ella se siente un poco culpable.
***
En el Blake, Luna llega haciendo caer todos sus papeles. Un superviso llega y se cruza de los brazos mientras ella recoge sus hojas. Luna se levanta rápidamente cuando lo ve.
El supervisor : ¿Se puede saber qué hace a esta hora en los pasillos?
Luna : Perdón, es que me quedé dormida pero ahorita entro en mi salón ¿si?
El supervisor : Imposible. No se puede entrar en las aulas una vez que empezaron las clases. Ya lo saben.
Luna : Ay por favor, por favor. Por favor tengo que entrar a mi examen.
Matteo entra también.
—Mi héroe al rescate. —Dice Luna sonriendo.
El supervisor : Imposible. No. (ve a Matteo) Pero usted también. ¿Se puede saber qué pasa hoy que están todos afuera del aula?
Matteo : El profesor me pidió que vaya a buscar un CD (le muestra el CD) ¿Algún problema aquí?
Luna : Si, lo que pasa es que este señor no me deja pasar.
Matteo asiente y pasa para ponerse a su lado guiñándole el ojo.
Matteo : Bueno, ella es nueva. Y no está acostumbrada al colegio. Estoy seguro de que pueda hacer una excepción hoy. ¿La va a dejar pasar?
—Gracias mi chico fresa. —Lo besa con ternura.
Luna mira a Matteo con una sonrisa esperando a la respuesta del supervisor.
—De nada amor. Pero no muestran la parte en el que el supervisor dijo que sí. —Se extraña él.
—Si, tienes razón. Igual se entiende que sí con la escena próxima. Pero no sé porque se corta en ese momento.
***
En los lockers, Delfina está esperando a Ámbar y Jazmin quien están llegando.
Delfina : Ya está por empezar. ¿A dónde estaban?
Ámbar : Cerrar un tema de la competencia. Bueno basta Jazmin, dale tráeme la ropa.
—Apuesto a que intentaron sabotearte de alguna manera. —Comenta el castaño.
Jazmin : Ah te deje todo el vestuario en el backstage. Me encanta el conjunto que elegiste. Súper In.
Matteo : (llegando detrás) ¿No tendrías que estar lista?
Ámbar : No. No te preocupes. Tengo todo bajo control.
Matteo : Bueno, me voy a buscar una botellita.
Ámbar : Para. Matteo, necesito que te concentres. Que tenemos que ganar o ganar.
Matteo : Estoy siempre listo yo. (le guiña el ojo antes de irse)
—La presión que tenías.
—Uy si. No debía fallarle a Ámbar en esa época. —Suspira Matteo.
Jazmin : Aww. Con la coreo que prepararon ganan si o si.
Delfina : ¿Y yo? Hola.
Jazmin : Bueno y vos es un milagro si lo te eliminan Delfi. No ensayaste nada.
Gastón : (llegando) Sos perfecta para dar ánimo. Muy bien.
Jazmin : Yo dije la verdad chicos.
Delfina : A parte no sabes nada. Ayer estuvimos ensayando hasta tarde ¿no?
Simón : (llegando) Oye chavas, ¿no han visto a Luna?
—Es la competencia en la que llegaste re tarde ¿no? —Pregunta.
—Si, pero esta vez no era mi culpa.
Ámbar : No. Quizás la competencia la asustó. El miedo es muy peligroso, te puede atrapar. Vamos Jazmin. (se va con Jazmin)
—Ámbar tenía algo que ver ¿verdad?
***
En la mansión, Tino y Caro se reunieron con Sharon y Rey en la sala.
Sharon : Ahora que está todo claro. Hablemos sin rodeos. ¿Qué quieren?
Tino : Tenemos información.
Cato : Si, queremos dinero.
Sharon : ¿Qué información?
Cato : La monedita.
Rey : ¿Qué monedita?
Tino : El incendio.
—Hace unos capítulos que no habíamos vistos a estos. —Dice Luna.
—Si. Por lo que entendí Rey y Sharon intentaron encontrar a los que habían hecho la llamada en el capítulo 3/4 y ahí están.
Sharon : ¿Qué saben del incendio?
Cato : El humo.
Tino : Si y la tos.
Sharon : Eso no me dice nada.
Cato : Y Sharon Brendon.
Tino : Branson. Branson.
Cato : Brede..
Tino : Bredeston.
Rey : ¡Benson!
Tino y Cato : Esa.
Tino : ¿La conoce?
Sharon : Llévatelos. Los quiero fuera de mi vista ya mismo.
Rey : Ya la escucharon. Afuera. No tienen nada que hacer acá.
Tino : Bueno, Bueno. ¿sabes qué tenemos que hacer? Hablar con Sol para ver si ella los convence de que nos dé más dinero.
—Y hubiesen tenido menos problemas. —Comenta Matteo y la mexicana se encoge de los hombros.
Cato : Si. Si totalmente porque Roberto hablaba muy bien de la nena esa.
Sharon : (asombrada) ¿Qué dijeron? (se voltea)
Rey : Les prohíbo que vuelven a mencionar ese nombre. Un poco más de respeto por la memoria de la sobrina fallecida de Miss Benson.
Cato : ¿Cómo? Pero no no...
Tino : Shh (le tapa la boca a Cato) ¿Seguro que falleció? Porque Roberto hasta su último suspiro no paraba de repetir...
Tino y Cato : Sol Benson está viva (imiten su tos) Sol Benson está vi...
—Él quería realmente que supiera mi verdadera historia. —Susurra ella.
—Si, y parece que esto lo pesó mucho durante el fin de su vida. Como que reconoció que había hecho un error y él quiso remediarlo. —Agrega Matteo tomando la mano de Luna. Ella asiente sonriéndole.
Tino : Es lo último que dijo.
Sharon y Rey se quedan mirando preocupados.
***
En la cafetería del Jam&Roller. Simon sigue buscando a Luna cuando se encuentra con Nina.
Simón : Nina.
Nina : ¡Simón! ¿Encontraste a Luna? La busqué por todo el Jam&Roller pero no la puedo encontrar.
Simón : Yo también busqué por todos lados y no aparece.
Nina : ¿Y no la llamaste?
Simón : Si, miles de veces pero me manda al buzón. (averigua en su celular) No, no. Se pasa, se pasa, se pasa.
Nina se queda preocupada.
Por otro lado, Luna está encerrada en la aula del Blake. Está desesperada e intenta abrir la puerta o encontrar una salida. Va para la ventana y la golpea.
—¿Te quedaste encerrada en el Blake? —Exclama Matteo sorprendido. —O mejor dicho Ámbar te encerró en la aula.
—Si, y no sabes cuanto miedo tuve. —Niega ella acordándose de ese momento.
Luna : ¡Ayúdenme!
Suspira desesperada y niega sin saber qué hacer.
—¡Otra vez paren en un momento así! ¡Ni siquiera había mucho Lutteo en ese capítulo! —Se queja Matteo con un puchero.
—Bueno mi amor, no te preocupes. Queda doscientos y diez capítulos por ver. Estoy segura que vamos a tener nuestros momentos. —Le sonríe Luna.
—Tienes razón.
—Bueno, ahora te voy a hacer probar cochinita pibil. —Dice levantándose del sofá para ir hacia la cocina.
—¿Hay chile? —Pregunta siguiéndola pero Luna no le contesta y sale el platillo del congelador que había guardado de la última vez que Mónica lo había cocinado. —¿Luna? ¿Hay chile?
—Mi amor. Te vas a casar con una mexicana. Y tienes que pasar la prueba del chile. —Lo desafía Luna con una mirada divertida.
Matteo la mira con horror antes de tragar saliva. No quería morir ahora. Aún estaba muy joven.
—Universo, ayúdame. —Susurra el italiano mirando hacia arriba.
- - -
¿Se atreven a comer picante?
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