One-shot

Está será una historia corta que seguramente no se esperó nadie que fuera haciendo. Igual es una buena y nueva experiencia para escribir de lo que estoy acostumbrado.

Un amigo me inspiró a escribir una historia de este ship. Nunca pensé que iba a hacerlo, sin embargo, lo tomaré como una forma para expandir mis horizontes de escritura en una relación entre dos personas diferentes a lo que estoy acostumbrado.

Que disfrutes de la lectura.😉

***

Era una noche cualquiera en la ciudad de Japón. Comenzó a hacer un poco de frío por la noche y la temperatura estaba a unos 18 grados por lo menos y eso se agradecía para todos sus habitaciones.

Entre las oscuras calles, Boruto caminaba en solitario vistiendo ropa casual, se mantuvo inquieto sobre las cosas que le ocurrieron en este día tan ajetreado.
Hoy en el trabajo había sido de lo más agitado sobre los clientes, incluso en estar ante sus cuentos que dan cada noche.

¿Quién le dijo que trabajar en una bar de un un lujoso hotel sería buena idea?

Bueno, había pensado eso él hace un año y sus amigos lo animaron, creyendo en la posibilidad del más increíble y soñador evento de todo hombre; encontrar una mujer increíblemente atractiva con la que se podía tener una noche inolvidable.

Al final nunca ocurrió algo así y ahora está atado a un trabajo como ese…, aunque no es como si todo fuera malo. Pagan muy bien y eso al menos era la única razón por la que el joven no podía tener el lujo de renunciar.

Una vez que entró a un edificio que tenía 12 pisos aproximados, siendo curiosamente y extrañamente un vecindario para la gente soltera. Algo que era gracioso y a la vez triste de contemplar.
Comenzó a subir por las escaleras hasta esperar a que sus pies fueran alcanzando el bendito séptimo piso del edificio, en dónde se encontraba la puerta de su departamento y allí podría estar a su alcance su cama.

Sin embargo, hubo algo que lo sorprendió en cuanto iba pasando al sexto piso.

— ¿Por qué tenía que ser hoy? —el joven adolescente se detuvo al observar a la persona que estaba en frente de una puerta mientras rebuscaba entre su bolso que colgaba su brazo—. Estas cosas si que son duras para alguien como yo. No me veo la necesidad de tener que quedarme afuera hoy.

La escuchó soltar un suspiro desganado desde su boca.

— ¿Ada-san?

La llamó sin querer por su nombre, aunque no es como si pudiera llamarla de otra forma. Su apellido lo desconocía y decirle algo como 'vecina' cuando llevaba aquí ya un buen tiempo.

De repente la cabeza de la mujer se giró ante la voz del joven que la había llamado desde donde estaba él. Para fortuna y desgracia de Boruto había conseguido la completa atención de ella.

Tenerla a ella en frente era muy difícil de mantener sin perderse en su belleza. Sin embargo, también era algo maravilloso, de ese modo podía contemplar la presencia de esa bella mujer de piel clara, una figura esbelta, cabellera larga de un color azul y con unos mechones rosas, y unos preciosos ojos de color azules claros, más que los de él.

Ella venía vestida con ropa simple pero acogedora; consistiendo en una falda azul oscuro que le llegaba hasta un poco después de sus muslos, una camisa de color blanco y una casaca morada.

Esa mujer resultó ser su atractiva vecina y la que cualquier hombre moriría por tenerla para una noche en la cama por lo menos. Fantasias normales de cualquier hombre, al final. No los culpaba a cualquiera que la viera, era hermosa y tenía un buen cuerpo que no hacía justicia a cualquier otra chica.

— ¿Sucede algo? —le preguntó al notar la inquietud del rubio.

Él por supuesto se había quedado quieto sin interrupción, mirando en silencio a la mujer como si estuviera hechizado. Aunque, no lo está realmente.

—Ten cuidado vecino —dijo ella de repente mientras le sonreía coquetamente—. Si sigues así podría en meterse algo volando en tu boca.

Automáticamente Boruto se quedó un poco avergonzado al notar que ella se había dado cuenta de que la estaba observando de más y no acertaba a responder aún. Aunque, como no quería que pensara que era un maleducado, finalmente se decidió a hablarle.

—N-No pasa nada, es solo que. He estado muy distraído y algo torpe el día de hoy 'ttebasa.

—A lo mejor es el calor —dijo ella con una sonrisa burlona—. O estás distraído por algo en específico.

Claro que estaba distraído y los 2 sabían muy bien el porqué. Una parte de él quería decirle que aquello que lo distraía tanto era ella pero al final decidió en ser mucho más natural.

—Bueno, podría decirse que es lo último. Ya no estamos en días calurosos. Cuando hace calor soy mucho más bobo. 'ttebasa.

Ahora quería golpearse a si mismo. A veces hablaba de más cuando quería hablar con una chica, como resultado decía cosas que hablaban burlonamente de si mismo. Ya le había pasado con algunas de sus anteriores veces que había coqueteado con chicas.

—Oh, perdona —contestó ella sin perder contacto visual con él y sin soltar su sonrisa que seguía en su rostro—. Yo casi no miro mucho el pronóstico del clima.

Eso sonó una excusa demasiado evidente. Boruto no era tan despistado como para no notarlo, pero no le importó. Estaba claro que ella buscaba hacer que el ambiente sea agradable, ya sea porque eran vecinos de arriba y abajo, o tal vez porque era ese su modo de hablarle a los hombres.

Antes de que pudiera seguir sono su teléfono que estaba en su bolso que estaba colgando. Ada comenzó rápidamente a buscar el dispositivo hasta dar con él por el lado derecho del bolso.

—Hola. No, no pasa nada. Solo estoy algo distraída con algo. —Ada se giró a mirarle de reojo al Uzumaki y él captó dicha mirada que ella le había puesto.

No sabía muy bien, pero juraría que tal vez estaba jugando con él mientras hablaba por teléfono. De vez en cuando le observaba sin distraerse mucho de la llamada.

—No, no es nada. Solo me he olvidado las llaves de mi departamento y ahora no puedo ingresar —se burló de su desdicha, rascando la parte de atrás de su cabeza—. Algo tonto, ¿no lo crees?

Siguió hablando un rato, por lo menos unos 4 minutos y Boruto ya sentía un poco de frío de la noche. Sentía que lo mejor sería de que fuera a su departamento lo antes posible y dejara a su vecina hablar.

Al menos esa era la idea a la que él le gustaría, pero no podía ignorar el detalle de que Ada había perdido su respectiva llave de su departamento. Necesitaba quedarse hasta saber que el problema se haya solucionado. Al menos eso es lo que debe de hacer como hombre.

—Lo siento por hacerte esperar —habló Ada mientras dirigía la mirada hacia el Uzumaki acompañado de su sonrisa—. Era mi hermano menor quien me habló. Siempre quiere saber si estoy bien.

—Si, lo entiendo. Yo también tengo una hermana y de vez en cuando me habla para saber si no he echado a perder algo 'ttebasa.

—Supongo que es la naturaleza de los hermanos menores —dijo la peliazul con un aire coqueta en su voz—. ¿No lo crees?

—Supongo que tienes razón.

Hubo un pequeño momento de silencio en el ambiente de aquel sexto piso y ahora se estaba incómodando Boruto.  No le gustaba no tener que decir nada cuando han pasado más tiempo de lo normal.

Decidió en romper el silencio de una vez en cuanto vio como ella revisó de nuevo su bolso.

—Entonces…, ¿Se te perdió la llave de tu departamento?

—Si, así es. Creí que la guardé cuando terminé en cerrar con llave, pero tal vez se me haya caído —suspiró muy resignada mientras se quedaba mirando la puerta con molestia—. Muy estúpido de mi parte, ¿no lo crees?

—Yo no creo que sea para tanto pensar que fue estúpido  de tu parte —habló con voz calmada mientras cruzaba sus brazos por delante—. Solo fuiste un poco descuidada en tal vez estar apresurada en salir está mañana. A muchos les puede suceder y es normal cuando quieres llegar a tiempo a tu trabajo.

—Tal vez tengas razón. Pero... no podré en estar en mi cómoda cama hoy —se volvió hacia Boruto con una leve sonrisa, pero sin perder su belleza mientras se movía su cabello con sus ojos—. Iría a hablar con el encargado del edificio y que me ayude.

—Debe de estar ocupado, normalmente estos días va a dormir fuera. —dijo Boruto.

Mostrándose un poco inconforme con la situación, Ada se cruzó de brazos mientras movía un poco sus caderas para estar en una posición más cómoda estando parada. Boruto no pudo evitar mirar para otro lado para no verse muy interesado en verla de pies a cabeza el cuerpo de la mujer.

Le jugaban muy mal sus hormonas. ¿Será acaso producto o consecuencia de no haber tenido novia durante los últimos dos años?

Las primeras veces que la vio cuando se mudo a este edificio hace meses, se fijaba en ella una que otra vez pero no con excesivo interés. Tenía solo pensamientos normales como; "Que chica más guapa ha venido aquí". Así fue siempre mientras se encontraba una que otra vez con ella por las escaleras y las únicas palabras que cruzaban entre ellos dos eran los típicos saludos de rigor.

El día cuando sus hormonas comenzaron a jugar en su contra por esta mujer fue en una tarde el viernes, ya casi en verano y todo estaba caluroso. Decidió en tender su ropa por su balcón.

Tenía que tener cuidado para que no se le cayera la ropa mientras la colocaba sobre la cuerda del tendedero. Sin embargo, era él, lo que significó que algunas cosas le salieran mal. La ropa se había caído hacia abajo, pero afortunadamente alguien había estado tendiendo su misma ropa ese dia. La vecina de abajo. Cuando fue por las escaleras para hablar con ella y pedirle su playera que se le cayó la vio en la puerta de su departamento.

Por poco casi se le salían los ojos cuando la vio con tener una sola camisa blanca muy floja que se le podía ver su sostén negro y que tenía por debajo unos shorts muy cortitos que daban una vista completa a sus muslos. Reflejaban muy bien lo suave que debía de ser su piel sin tener que tocarlos.

Ella ya había tenido su playera en su mano para entregarselo, pero a su vez se quedó mirándolo algo confundida. Fue allí cuando se enteró de cómo le había puesto a Boruto al solo verla llevando eso puesto. Desde ese día ella felizmente le gustaba jugar con él o a veces se ponía más cercana.

«Creo que debería de llamar al dueño y decirle sobre esto.» —cuando volvió en sí mismo, sacó su celular para marcar.

No obstante, cuando iba a marcar por el contacto guardado, sintió a Ada cerca suyo mientras le sujetaba de su manga.

¿Cuándo fue que llegó hasta él tan rápido?

—Se me ocurre algo mejor... —le miró de una manera penetrante—, ¿puedes dejar que me quede en tu departamento hoy?

El rubio se extrañó por la petición de su vecina e iba a rechazarlo por no querer incomodarla, sentía que ella se estaba obligando a esto. Igual no podía pensar muy bien, no cuando sentía el brazo de Ada envolverse con el suyo. Llegó a un punto en el que sus pechos ya estuvieron haciendo contacto su mismo brazo.

¿Era está la oportunidad de un millón, no?

Podía simplemente en acceder y llevarla a su departamento y solo dejarse llevar por el ambiente. El final que podía sacar puede ser con ellos dos en la cama, o en el caso más común, él en el suelo y ella en su cama.

La joven sonrió dulcemente mientras se le acercaba a su rostro. Boruto se había puesto más nervioso en cuanto sintió como una de las manos de ella empezó a explorar su torso hasta llegar sus labios hacia su oído.

Él no pudo evitar cerrar los ojos con fuerza en espera de cualquier cosa.

—Solo bromeo.

— ¿Eh?

En cuanto oyó un sonido en particular cerca suyo, abrió lentamente los ojos hasta encontrarse con algo que no esperaba ver qué Ada sostuviera.

Ella tenía en sus manos su llave que pertenecía a su departamento. Al menos eso fue lo que creyó, pero más bien era lo contrario, eran las llaves de ella. Podía ver el número de la puerta de la mujer.

—Para sorpresa mía no estaba en mi bolso la llave, sino en el bolsillo de mi falda. ¿No es algo gracioso?

—…

—De todas formas, ya entraré que me estoy congelando aquí afuera —dijo caminando rumbo a la puerta mientras la desbloqueaba la cerradura hasta abrirla. Se giró para verlo aún estando parado—. Buenas noches, y gracias por acompañarme aquí, vecino.

Tras cerrarse la puerta, Boruto siguió en el mismo lugar, perdiendo la fuerza de su brazo haciendo caer las cosas que tenía agarrando.

Rápidamente las volvió agarrar mientras las ponía en su bolsa de plástico. Se levantó hasta ver de nuevo la puerta en la que había entrado Ada. Sus únicas palabras que dijo fueron suficiente para quedar satisfecho con volver a su departamento de arriba.

—Buenas noches.

***

Han pasado una semana después de aquello. Aún recordaba cada minuto de esa noche y no negará en que ha tenido a su "amiguito" muy emocionado al recordar la cercanía de Ada cerca de su oído y su cuerpo restregandose en su brazo. Un momento como eso es imposible para un hombre  en olvidar la cercanía de una mujer tan atractiva.

Ya fueron meses y seguía sin poder creer que una mujer como ella sea su vecina de abajo. Ni siquiera se puede creer que ella le fuera pidiendo dormir en su departamento.

Al menos uso eso como una buena anécdota que le comentó a sus dos mejores amigos. Las quejas de Inojin, Daushu e Iwabe fueron muy graciosas y satisfactorias de escuchar.

Por el momento en sus planes espera no cruzarse con ella. Así ocurrió en toda esta semana que transcurrió. Sin embargo, le extraño que fuera tan distante. Son vecinos y aún así no hubo un cruce entre ellos. Ada podría haberle visitado en su departamento cuando quisiera pero nada.

Pasaron unos 3 días más y no seguía sin verla, pensó que todo aquel episodio de deseo que había sufrido esa noche se iba a quedar atrás, que solo fue un juego para ella en contra suya.

Hoy sábado en la tarde, casi al anochecer, en la que el calor se había presentado un poco más tarde, decidió en salir a hacer un poco de deporte y correr unos kilómetros por un parque que tenía cerca de donde vivía. Quería usar esta oportunidad antes de ir a trabajar hoy. Entonces, cuando fue bajando por las escaleras hasta llegar al sexto piso. Fue allí donde otra vez la vio a ella, al parecer había vuelto de una salida porque tenía unas compras.

—Hola vecino —le saludó con efusividad  al verlo bajar por la escalera—. ¿A dónde vas con ese aspecto tan deportivo?

Mentiría él si dijera que no le sorprendió en verla allí ahora. Normalmente va de compras los sábados y regresa a esta hora. No es que la estuviera espiando ni nada por el estilo, pero si que la había visto a lo lejos cuando se iba y regresaba.

—Hola Ada-san —le regresó el saludo al brindarle una sonrisa amable—. Quiero salir a correr un rato, antes de la hora de mi trabajo de medio tiempo.

—Eso es muy atlético de tu parte. No sabía que lo hacías. —dijo sin quitar su efusiva sonrisa en él.

—Supongo que nunca llegamos a congeniar en tiempo como ahora 'ttebasa.

Realmente hablaba en serio, porque por muy extraño que suene, nunca había tenido un encuentro con Ada cuando fuera a salir a hacer ejercicio.

—Bueno, ya me tengo que ir. Fue gusto verte de nuevo Ada-san. —se despidió de ella mientras se dirigía a las escaleras para bajar al siguiente piso.

— ¡Espera!

Oyó llamarle la mujer a espaldas suya, lo que lo hizo voltear a verla algo confundido por haberle detenido

— ¿Te puedo pedir un favor? —preguntó ella.

—Mientras esté en mis capacidades no me importa en hacerlo. —contestó intrigado y siendo lo más cortéz posible.

—Verás, a mi también me gusta hacer algo de ejercicio. Siempre lo hago en casa por ser más cómodo —comenzó a explicar Ada con una actitud mucho más avergonzada, cosa que puso a Boruto un poco exaltado de verla así—. Me gustaría salir y darle una oportunidad una actividad de correr. Por eso mismo me gustaría saber si, ¿te puedo acompañar?

Otra repentina petición de parte de Ada que no esperaba oír Boruto. Estaba claro que ella quería esto para ser mucho más cercana a él. Este último no tenía problema alguno con eso, tal vez podría usar esta oportunidad para cerrar la brecha que hay entre Ada y él.

Tener la oportunidad de entablar algo mucho más cómodo entre ellos. Le parecía una mujer simpática, teniendo que alejar cualquier pensamiento malo de su cabeza por mucho que le atraiga.

—No hay problema —respondió con una sonrisa de oreja a oreja—. Eso si, me disculpo de una vez si luego acelero el ritmo y te dejo atrás.

—Tu tranquilo que me adapto a tu ritmo, siempre que no seas demasiado rápido mi cuerpo seguirá el ritmo que vayas —habló en un tono simpático sin quitar esa sonrisa desde que lo vio—. Iré a dejar las compras en la cocina y después me iré a cambiar. Espérame en lo que me cambio de ropa y te acompaño.

Dicho eso se dirigió rápidamente a la puerta de su departamento y fue entrando con mucha prisa hasta dejar al joven universitario en el piso con la mente por otro lugar que no era allí.

Se sintió un poco ansioso. Aquellas confesiones que dijo Ada fueron un poco subidas de tono, a menos que a si lo pensara uno. Nuevamente se sentía muy apenado en tener que pensar en doble sentido a las palabras de su vecina.

Sus sospechas estaban claras, él sabía que estaba algo descontrolado en mente y posiblemente por allí abajo donde residía su 'amigo'. Una vez que todo pensamiento impuro en su mente se disipó, se sintió mucho más calmado.

Definitivamente hoy buscará en dar con una chica en su trabajo si se presenta alguna que vaya a tomar alli podría en conseguir una novia, o al menos en llevarla a la cama.

Ada tardó un cuarto de hora en salir hasta que finalmente salió de la puerta de su departamento, mostrándose ante Boruto. Ella se veía mucho más hermosa y sexy con la ropa deportiva, llevaba unas mallas ajustadas cortas negras y un top azul que cubría sus pechos. También una cinta que sujetaba su largo cabello, viéndose con una cola de caballo.

Aquella sensación cálida en su pecho volvió a manifestarse en Boruto. Igual que allí, fue también en su cara que volvió a calentarse hasta darse mostrar con un sonrojo muy vivo. Además, siendo él un hombre, tuvo que contenerse lo mejor que ha podido y tratar de disimular para no comersela con los ojos.

En definitiva esto será una anécdota que sacará muchas rabias de sus amigos. Se aseguraría de hacérselos saber antes de irse a su trabajo.

— ¿Te puedo decir una cosa? —se acercó hacia donde se encontraba Boruto.

—Claro, no hay problema 'ttebasa.

Le había contestado rápidamente con la expresión más dura y expresiva para no se notara que en ese momento le miraba el pecho y sus piernas.

—Es más una recomendación pero, tienes que modernizar tu atuendo —ella le señaló todo de él—, espero que no te enfades pero no te favorece demasiado.

—No me enfado —le contestó con toda naturalidad—. Yo voy muy cómodo con mis pantalones de deporte y mi camiseta, eso es lo más importante.

—Con mallas y las camisetas que hacen ahora irás todavía más cómodo, correrás mejor y tendrás un aspecto más moderno.

— ¿En serio? —le causó cierto interés a ese último comentario de ella.

—Por supuesto, incluso creo que hasta las chicas les parecerás más atractivo. Lo sé porque yo soy una mujer que tiene buen ojo para eso.

Se sintió muy confiada en sus capacidades analíticas femeninas que Boruto no dudo en confiar en eso. Le dió dar un consejo muy interesante que no podía pedir mucho más y eso le hizo esbozar una sonrisa.

—Tomaré nota de eso, gracias. Sin embargo, yo soy más de lo clásico, supongo que es porque soy más joven que tú. —comentó en un tono burlón hacia ella.

—Hahaha. Vale, clasista. ¿Comenzamos ya?

Así, empezaron a bajar juntos hacia la primera planta del edificio y de allí fueron comenzando a correr. Ambos iban a un ritmo que parecía cómodo para los dos y Ada no estaba perdiendo el de él como ella había dicho, seguía muy bien su ritmo mientras permanecía a su lado.

Los dos habían estado hablando con mucha más naturalidad y Boruto le enseñaba cosas de aquel parque. Le sorprendió que ella no haya venido nunca, pero sus dudas fueron resueltas cuando Ada le hizo saber que por esta ruta no iba para su trabajo y tampoco estaban las tiendas, además de que ella le gustaba mucho estar en casa para tener un buen descanso.

Además, ella le hizo saber que nunca ha tenido una pareja con la que pasar tiempo tan agradable como este. Nunca ha sido buena para tener un romance. A veces ser muy atractiva no aseguraba que tengas una pareja en menor tiempo, también eras una persona que se volvía un "objeto" inalcanzable para ellos.

Al oír algo como eso, Boruto sentía mal por su vecina. Entendía muy bien ese sentimiento, aún cuando no era una chica. No podía decirle a Ada que esa misma situación lo había leído en un manga hace un buen tiempo.

Para que no fuera volviéndose muy incómodo el ambiente entre ellos con su relato, Boruto decidió en seguir corriendo, pero mucho más de lo que le hizo acostumbrarse Ada.

Ya la estaba rebasando por mucho más. Ya estaba a casi 20 metros de distancia y ella seguía estando atrás.

—Realmente tienes mucha resistencia. Te mueves bien para ser un clasista —comentó Ada entre pequeños jadeos mientras corria.

La burla que hizo hacia Boruto pareció haberle dado satisfacción. Además , estaba muy claro que le había gustado jugar mucho con la palabra clasista.

— ¿Qué quieres que te diga? —le replicó a ella, no sin antes seguirle el juego a las inocentes provocaciones—. Comparado contigo soy una persona clásica. No creo que sea algo que entenderías.

— ¿Crees que soy una niña para decirme cosas como esas? —le picó un poco aquella provocación del pelirrubio—. Tal vez no lo sepas, pero para tu información, tengo 24 años.

Boruto se le habían agrandado los ojos en blanco, volteó hacía atrás para mirarla sin poder creerlo. Su cara está atónita ante la revelación.

Ya sabía que ella debía de ser alguien mucho mayor que él, tenía ese aire maduro y atractivo en su persona. Sin embargo, no esperaba que fuera cuatro años más grande de él. Se figuraba un poco de dos años por encima.

— Espera, ¿24 años? —seguía mostrando su cara media aturdida por la confesión que Ada le acaba de dar sobre su edad—. Yo apenas entré a los 20 este año.

Algo que notó después de eso, es que, ya había estado distanciado de ella mientras iban corriendo. Ahora los separaba unos 50 metros y ella parecía tener un poco de dificultades para alcanzarlo. Parece que la noticia le resultó muy impactante que le dió energía y corrió más rápido.

—Bueno, eso no es gran cosa —le miró a la mujer con una sonrisa burlona por encima de su hombro—. La edad no importa, así que sigue corriendo y no pongas excusas de que no puedes seguirme el ritmo porque eres mayor que yo.

—No trates de provocarme de esa forma, o me enojaré contigo, señor clasista.

Había cierta molestia en el tono de Ada, pero no fue algo de lo que le preocupara al Uzumaki. Parece que no fue es rencorosa para querer hacerle algo como venganza.

La carrera entre ellos dos estaba resultando muy amena, y así, entre bromas y cosas serias iban pasando los metros sin que ninguno se enteraba.

En un momento también supo sobre el trabajo de Ada. Ella había comentado que trabajaba en una oficina, entró una vez acabó sus estudios hasta decidir en ser una mujer independiente. Por eso mismo había acabado en en el departamento en el que hoy en día vivía.

Su trabajo le ocupaba casi todo el día y le quedaba tiempo para poco, pero tampoco parecía quejarse. Parece que ya estaba acostumbrada a ser explotada desde que estuvo en la preparatoria y esa vida ya fue algo habitual para Ada.

Boruto con un nudo en el corazón por oír tal cosa intentó dándole ánimos, alentandola con que en un futuro encontrará algo mejor. Ya sean personas o trabajo. Ella por su puesto estuvo encantada por ese intento de hacerla sentir mejor y le devolvió la sonrisa con palabras de gratitud. Esa vista le provocó a Boruto un sonrojo, habiendo sido golpeado una vez más por la belleza que era aquella mujer.

Luego de una media hora después, ambos habían acabado el circuito sin haberse dado cuenta. Los dos se pusieron a estirar un poco los músculos antes de volver a casa. Aún querían aprovechar los rayos del atardecer del día de hoy.

Cuando habían terminado se fueron caminando de vuelta al edificio de dónde ambos vivían, repentinamente, Ada gritó seguido después de que ésta se agachara.

— ¡Ay!

— ¿Qué te ha pasado? —preguntó Boruto preocupado al estar a su derecha.

—Creo que me ha dado un pinchazo en el gemelo, duele mucho.

—Eso si que es duro. Supongo que no estás acostumbrada a hacer esta clase de rutinas en el exterior. —quiso hacerse el gracioso para suavizar la situación.

Ada parecía feliz por el repentino pero ofensivo comentario comico, pero estaba muy absorta del dolor que le dió igual.

—Deja te siento aquí, tu tranquila. —dijo Boruto mientras la hacia sentarse en una parte a las afueras del edificio.

Ada se quitó los tenis que traía puesto y sus calcetines, dejándola ver su pie ante Boruto. Pronto un extraño y encontrado sentimiento crecía dentro de él ante la imagen que veía de aquella hermosa mujer ofreciéndole su pie mientras lo miraba por encima suyo.

Sacudió la cabeza para sacarse toda clase de pensamientos innecesarios de su cabeza y prosiguió a coger la pierna y palpada de su gemelo derecho.

Lo comenzó a masajear suavemente con ambas manos. Procuró no hacerlo muy duro para no lastimarla, dando uno que otro toque más suave por arriba y abajo.

—Tu avísame donde te duele —le solicitó amablemente.

—Justo allí. —le indicó señalando el punto exacto del dónde había sufrido el tirón.

Él rápidamente pasaba por la zona indicada con los dedos. Está vez concentrando sus masajes en ese punto.

— ¿Ya estás un poco mejor? —preguntó amablemente sin dejar de masajear su gemelo.

—Ya está bien —dijo Ada con una expresión de satisfacción en su rostro mientras daba pequeños jadeos—. Mucho mejor, gracias.

Con eso oído, Boruto estuvo dándole masaje un poco más y esa sensación de otras veces había vuelto. No lo quería admitir, pero le estaba gustando mucho estar en esta situación tan provocadora e intima que estaban los dos. El sentir su piel tan suave junto a sus manos y le encantaba acariciarla. Miró de reojo sus muslos tan brillosos por el sudor, debió de haberse producido por correr. Llegó a un punto en el que no deseaba masajear su gemelo sino todo su cuerpo que lo volvía loco.

No ayudó mucho cuando ella mostraba una cara muy metida en el masaje, cerrando con fuerza sus ojos y jadeaba en señal de que disfrutaba del masaje.

Todo aquello fue un enorme reto para el Uzumaki. Contuvo con toda su voluntad de fuego —o al menos así lo hacía llamar su padre— las ganas de lanzarse contra ella. La única cosa que lo salvó fue el sonido de su celular.

Lo tomó rápidamente para ver un mensaje de su jefe de su trabajo de medio tiempo. Al parecer hoy habrá doble paga quien asista temprano hoy. Si existía la bendición de los dioses, al parecer lo tenía delante, aunque no le agradaba esas cosas.

Aún así, por primera vez agradecía a cualquier dios por haberlo sacado a tiempo de esta situación.

—Si ya estás mejor nos podemos ir —le dijo a la mujer mientras se levantaba—. Lo mejor que puedes hacer ahora es que duches y te pones un poco de hielo. Ya verás como se te pasa 'ttebasa.

—Gracias vecino, debo admitir que eres un gran masajista.

—No es para tanto. —avergonzado por los halagos de ella, decidió en mirar para otro lado.

Parecía aún agitada y también dolorida un poco, pero parecía bien. Le sonrió a Boruto con mucha efusividad mientras volvía a ponerse de pie con su calcetín y tenis ya puestos.

Subieron con más normalidad las escaleras pero él estaba al pendiente de que Ada no tuviera dificultades para subir. Una vez que llegaron al piso y puerta de ella, se dieron un tiempo para despedirse.

—Bueno, ya esta. Muchas gracias por dejar que te acompañe hoy —le dijo Ada—. Me la he pasado muy bien contigo, debemos de repetirlo otra vez. ¿No hay problema?

—Para mí no. Si tú estás de acuerdo con eso, no me importa hacerlo de nuevo —Boruto le levantó el pulgar en aprobación—. En otra tarde que puedas me lo confirmas y quedamos en repetir 'ttebasa.

—Si, muchas gracias. También por el masaje de antes.

—…

—…

De pronto reinó el silencio, uno que sin previo aviso les hizo llegar cuando las cosas se habían puesto agradables entre sus interacciones. Miró de reojo a Ada, y parecía algo inquieta mientras miraba para una parte del piso, viendo que nadie de los que vivía ahora se manifestaban

A veces él se sentía como si ellos dos fueran los únicos residentes de ese edificio lleno de departamentos.

Pensar en esas cosas no le haría nada de utilidad o ayudaría a sacarse esas dudas, así que solo decidió en mejor empezar a dar media vuelta y subir a su piso. En cuanto dió el primer paso para alejarse, Ada le habló rápidamente.

—Oye, ¿no te gustaría pasar?

— ¿Disculpa?

Entre la puerta abierta de su departamento, ella había recargado su cuerpo en la orilla de la entrada. Su mirada pareció coqueta que a su vez desprendía inocencia, teniendo sus ojos fijos en los del Uzumaki.

—Lo que oíste —recargó un poco más su cabeza hacia el marco sin quitar su ojos ahora cristalinos en él, daba una mirada algo suplicante e inocente.

Ver aquella vista fue tan impactante para Boruto, y si tuviera que compararla con algo era en como si viera a una succubu tratando de atraerte a su morada.

Estaba tentado de entrar a ese desconocido y persuasivo departamento, pero ahora mismo estaba en su completa defensa con un detalle que no esperó que lo usara.

—Lo siento, pero tengo cosas que hacer ahora mismo —honesto con ella le hizo un pequeño asentimiento de cabeza—. Debo de bañarme para irme al trabajo.

—Oh, cierto. Dijiste que estás trabajando en un bar. ¿Dónde dices que está?

—Esta en un restaurante que está en un hotel, por el penúltimo piso. —dijo Boruto.

—Eso es muy genial —pareció divertirle hablar del tema, su sonrisa iba más dirigida para si misma sin quitar su mirada en el Uzumaki—. Debe de ser muy bueno estar con un trabajo de medio tiempo allí.

—La verdad no tanto, casi todos los que van a beber allí solo tienen quejas que esperan que les escuches —suspiró Boruto de mala gana mientras cruzaba los brazos—. No son una buena compañía para que disfrutes en el trabajo.

—Entiendo. Creo que puedo hacer algo para ayudarte sobre eso.

— ¿Ayudarme? ¿Sobre qué?

—Me gustaría en ir a beber allí. Hoy es sábado, un dia perfecto para salir a un buen bar y beber lo que tú quieras —le sonrió aún más mientras se paraba mejor desde su puerta—. Además, puedo ser hoy tu buena compañía de esta noche. ¿No hay problema?

***

Las cosas nunca salen como uno lo espera, y esa es la razón por la que ahora mismo por detrás del mostrador estaba limpiando copas como loco mientras miraba de reojo a todo el local.

Boruto actualmente llevaba como siempre su traje negro y camisa blanca junto con unos pantalones elegantes. Así era el codigo de vestimenta de este lugar, y no es que le desagrade —tal vez un poco, porque no le gustaba a veces estar así—, después de todo pensó así que conseguiría llamar la atención de una mujer.

Una idea tan brillante, pero la realidad es que no funcionaba. Había prometido en desquitarse con Inojin por darle está idea.

Siguió mirando de un lado para otro el lugar mientras acomodaba y limpiaba las copas de vidrio. Los demás compañeros que tenía allí notaban su inquietud, él decidió decir la excusa del dinero y el pago extra que se supone que tendrían hoy.

Ellos no lo entenderían, no, de hecho, él tampoco lo entendía para nada. Hace unas pocas horas había estado teniendo su corrida por el parque con normalidad. Sin embargo, la diferencia de hoy es que había estado haciéndolo con su vecina de abajo y por si fuera poco, había estado lo más cerca de ella con tocarle sus piernas para darle un masaje.

Ahora con todo eso no podía creer que en esta misma noche esa misma vecina estaría aqui en cualquier momento.

No podía estar calmado. Ya no solo era porque tendría a una de las mujeres más atractivas que haya conocido aquí, sino porque era la primera vez que alguien que conoce vendrá en el lugar en donde trabaja.

Solo espera que las cosas no fueran tan incómodas cuando ella llegue.

Pasó una hora mas estando trabajando y ya había servido unos cuantos clientes que habían venido a beber. Uno de ellos eran típicos hombres mayores a quejarse de su trabajo, y otros eran chicos de otra universidad a beber. La parte mala de estos últimos era que no dejaban de hacer un escándalo.

Una compañera de su trabajo tuvo unas complicaciones en hacerles frente para que se mantengan callados. Ella solo recibió invitaciones para irse con ellos, se sintió muy mal por ella al ver eso.

Boruto le prometió que si algo pasa ayudaría o alguno de los otros que trabajan allí.

Cosas tan normales en lugares como estos y Boruto seguía sintiéndose como si esto no era algo que se imaginaba haciendo como trabajo de medio tiempo. ¡Maldición! Tienen suerte que aquí pagan muy bien dentro de lo que hay.

Cuando sirvió a otro cliente desde una mesa que estaba cerca de la ventana, él se dirigió hasta donde estaba su lugar por detrás de la barra.

Oyó que la puerta del lugar se había abierto con el pequeño zumbido de la mini alarma del restaurante. Boruto al voltear haber allá se percató de inmediato de la persona que había llegado, él más que nadie sabía perfectamente de la persona que ahora había hecho presencia en el lugar.

Fue cuando la vio en todo su sensual y atractiva persona. Caminaba de forma tan tranquila mientras derramaba su belleza a los ojos de cada uno de los presentes del lugar hasta llegar a dónde se encontraba el Uzumaki por detrás de la barra.

Ahora que tenía la vista completa sobre la persona que tenía delante aparta un poco la vista para hacerse el desinteresado, además de que no le gustaría que sepan que conoce a esta mujer atractiva. No quería ser el centro de atención o la envidia en su trabajo.

Volvió a su vista hacia ella y fue mucho más impactante de cerca. Se dió un buen vistazo a la señorita vecina, Ada.

Ay, Dios mío.

El corazón le golpea el esternón y su respiración alcanza velocidades peligrosas. De repente se siente mareado y su boca ignora las instrucciones de su cerebro para que, al menos, diga algo. El Uzumaki se quedo ahí parado, sin más, mirando a esa mujer mientras ella, a su vez, le mira a él.

Está un poquito más alta, eso lo comprendía porque llevaba tacones. Llevaba una camisa blanca medio transparente con mangas largas, por encima estaba una casaca de color negra que desprendía rebeldía y elegancia al mismo tiempo, y lo que era más mortal de su apariencia fueron sus shorts crop que dejaban ver muy bien sus piernas hasta el misma mínimo detalle.

Trago saliva.

Esta mujer es tan perfecta que casi le resulta doloroso. Tenía además el pelo muy bien peinado, da la sensación de que haya intentado arreglárselo de muchas maneras. Sus ojos son azules claros, pero brillantes y demasiado intensos, una nariz pequeña, y unos carnosos labios. Ahora que lo veía bien, la camisa está hecha a su medida y deja al descubierto muy bien la figura de sus perfectos pechos.

Su mano pasa por encima de la madera del bar mientras se sentaba en frente del joven universitario.

Boruto sentía como se le tensaba los pies hasta la cabeza con solo tener su cercanía. Nota los latidos de su corazón en los oídos y, aunque es del todo inapropiado actuar así para una reunión como está en la noche, debía de estar sereno a todo..

—Es un placer —le susurra solo para que su voz sea oído por él, lo cual sólo sirvió para hacerlo emitir un pequeño gemido del susto por haberlo sacado de sus pensamientos.

Por alguna extraña razón sabía muy bien que ella había notado lo tenso que estaba; no es difícil, después de todo le ha dejado algo rígido; porque afloja las manos y mueve su rostro para ponerlo a mi altura. Siente la mirada de ella, sus ojos estaban completamente fijos hacia él.

—¿Se encuentra bien? —pregunta con una de las comisuras de los labios levantada en una especie de sonrisa.

Estaba claro que ella entró con un ataque frontal hacia él, burlándose de jugar a ser la cliente solitaria en busca de algo de plática hacia el empleado. Algo muy normal que se ve en historias para adultos.
Ahora veía bien que este era algo que había planeado ella, jugando a ser el papel de la chica misteriosa hacia el inocente empleado. Dos desconocidos en una noche de luna llena, aunque no había luna llena hoy.

Ada parecía estar muy contenta por ponerlo nervioso mientras trabajaba. No obstante, Boruto siguió estando en su posición sin decir nada, esperando que ella hable y no él por ser un mero empleado que solo hará lo que el cliente tenga la razón.

¡Por supuesto que no! Para nada haría algo como eso último. Se pasa por el trasero esa ley para los empleados a los clientes, él solo la hará con quiénes sean de su agrado.

Miró alrededor por unos breves segundos para después volver hacia él, como si todo el lugar y las personas en él no le importara en absoluto.

Al final de todo pareció que ella esperaba que Boruto fuera quien empezara a romper el silencio entre empleado y clienta. Lo pensó él y suspiró lleno de resignación, dándose un empujón mental y retrocedo un paso.

—Buenas noches —carraspeo para aclararse un poco la garganta—. Boruto. Me llamo Boruto.

No sabe Boruto si fueron alucinaciones suyas, pero notó algo de brillo en los ojos en la mujer peliazul. Fueron más como si habían saltado chispas en aquellos azulados ojos y una mirada curiosa revolotea por su increíble rostro.

—Boruto. Boruto-kun.

Prueba su nombre entre sus labios. Pareció contenta de decirlo, aunque era muy extraño para él que se ponga de ese humor. Ya se había presentado cuando la conoció por primera vez y nunca le dijo por su nombre más que solo 'vecino' y nada mas.

Estar a solas con Ada vestida de esa forma lo había dejado sin habla, inmóvil y prácticamente inútil.

— ¿Puedo ofrecerte algo para beber?

Aparta la mirada de la de él. Observa algunas de las botellas de vino, whisky, ron y más bebidas que estaban por detrás de su empleado pelirrubio. Éste siguió su mirada a unas botellas en específico, ella le interesó mucho en el alcohol. Ya es de noche, es muy entendible siendo la hora que es.

La atención de la mujer volvió hacia el Uzumaki sin quitar su atención en cada rasgo facial que él demuestre.

— ¿Qué me ofreces? —cruzo sus dos piernas una por encima de la otra—. Estoy a sus manos en lo que ofrezca.

—Bueno, no sé si te guste lo que prepare. No es que sea el mejor en estas cosas.

—No me importa, creo que estoy curiosa de lo que sea que me sirvas, Boruto-kun. —dejó su bolso y apoyo una de sus manos por debajo de la barbilla.

Ya no sabía cuántas veces los comentarios de ella le hacía estremecer, pero procuró por esta vez mantenerse al margen mientras hacia tu trabajo. No podía flanquear más contra su vecina, y no jugaría en sus juegos tan sucios.

Boruto sin mirarla mucho se fue a escojer una botella de vino tinto. Agarró un vaso de vidrio con hielo. Sirvió el vino tinto en el vaso seguido después de una lata pequeña de refresco de cola. Cómo retoque final exprimió un limón, combinándolo con todo hasta dejar la bebida en la barra, junto al frente de la mujer.

—Disfruta.

—Wow. Haciendo un cóctel —sus ojos estuvieron clavados en la bebida preparada que el Uzumaki le había hecho—. ¿Cómo se llama?

—Es un Kalimotxo. Lo aprendí cuando mi tía estaba depresiva porque su último novio la había dejado. —contestó Boruto, dejando fluir los recuerdos del pasado.

— ¿Es una mujer muy energética?

—Demasiado, por eso nunca consigue que se quede un hombre a su lado —suspiró frunciendo el ceño—. Nunca ha tenido buena experiencia en el amor y lo único que se ahogaba era en bebidas alcohólicas cuando se le antojaba 'ttebasa.

Los recuerdos de su tía Hanabi rondaron por su cabeza y las veces en las que tenía que ayudarla a controlarse. Un chico de 12 a 16 años no merecía tal experiencia con alcoholizar a su tía.

Un terrible recuerdo surgió de lo más profundo de su mente, dejando a Boruto con un poco de amargura en su rostro mientras sacudía su cabeza. Hacia el intento de librarse de dichos recuerdos, pero era un esfuerzo inútil.

«Fue horrible cuando ella supo que aprendí a prepararlas. Realmente sentía que me quería atar con ella para hacerle siempre una cuando queria.»

Su mirada volvió hacia Ada, dando otro sorbo en la bebida, viendo pasar el líquido por su garganta y después dejar un pequeño rostro en sus labios mientras se relamía.

Realmente estaba disfrutando de la bebida que, a pesar de no ser la gran cosa estaba muy satisfecha. Sin darse cuenta ya se la había acabado toda.

— ¿Quieres otra?

—Por supuesto, ¿Solo sabes hacer está o hay otra bebida que preparas?

—Hay otra que me sé. Es una reciente que aprendí aquí, deja te lo voy a preparar. —le recogió el vaso de vidrio usado.

Lo lavó en un pequeño compartimiento que tenía de lado para lavar vasos. Lo dejó para que se secara, está vez decidió usar otro nuevo para servirle.

Agarró los ingredientes y comenzó a dar su preparación; sirvió algo de fruta picada en el vaso, llenó hasta la mitad de vino blanco y la mitad restante con refresco de limón. Cómo último retoque le agregó hielo.

Volvió rápidamente hacia donde estaba su tan exótica cliente de esta noche.

—Perdona la demora —se puso al frente de ella, entregándole el vaso.

—Oh, no te preocupes —bajo la vista hacia el vaso de vidrio, lo tomó con delicadeza hasta ponerlo cerca de su nariz. Pareció estar muy agusto con su aroma, observó a los ojos al Uzumaki—. Ahora déjame ver qué tan bueno está.

Dicho esto, probó medio vaso de la bebida hasta dar con un pequeño ardor dentro de ella mientras de mezclaba con el sabor de la bebida. Se relamió los labios de forma tan sensual que hizo sonrojar un poco a Boruto, hasta hacerlo desviar la vista, disimuló en que no le afectó.

Volvió a lo que más le hacía mejor, limpiar las copas de vidrio sin hacer caso a su más peculiar y sexy clienta.

Al menos podía confesar que le hacía feliz que ella esté disfrutando de la bebida, las dos hechas por él.

—Increíble. Esta bebida esta delicioso. ¿De qué sabor es?

—Es fruta picada. Muy pocas veces se van dando uno como ese, así que se me ocurrió en hacerlo. Se llama Clericot blanco y tienes suerte que aquí tu servidor logré darte uno como este.

—Si es así, creo que debería de comprar algo de este mismo vino —su sonrisa coqueta pasó a una mucho más dulce y cariñosa hacia el Uzumaki—. Tal vez así me harías uno en mi departamento.

—Me lo pensaré —bromeó con ella, pero siguiendo la conversación y planes sobre prepararle algo en algún momento—. En cualquier cosa, me alegro que te halla encantado 'ttebasa.

En eso, la mente de Boruto recordó un momento inesperado. Miró fijamente a la peliazul mientras se detenía en pasar la pequeña servilleta poe una copa limpia.

—Ahora que lo pienso... Siempre que me ha parecido extraño que ser una persona como tú no tome algo de alcohol. ¿Por qué motivo lo haces?

—Oh, ¿esa es tu impresión? —le miró incredulidad, como si no le costaba creer que el joven no supiera de ese detalle—.  ¿No recuerdas la primera vez que nos conocimos?

— ¡Ah, cierto! Fue cuando estaba regresando de una reunión con mis amigos—sus ojos se aclararon mirando la copa de vidrio—. Si mal recuerdo, estabas algo pasada de bebidas. Honestamente, la peor primera impresión para darle a un vecino.

—Ese día estaba con mucha inspiración a querer ahogarme por mis oenas. —informó ella, pero parece que no estaba muy gustosa con recordar la razón de ello.

Boruto pareció sentir algo de simpatía en esa mirada que estaba teniendo ella.

Entre un pequeño y breve tiempo Ada miró como otro vaso de vidrio fue puesto delante suyo con la misma fruta picada y el vino blanco alrededor.

—Esa vez no quería preguntar nada, pensé que traería problemas —afirmó el joven, le observó de reojo cuando pasaba de limpiar la otra copa que había servido antes—. Hoy estoy disponible para escuchar las quejas de mis clientes. Ese es mi trabajo.

Desgraciadamente para él, pero solo por ella tal vez haría una excepción. Está vez no estaba teniendo una compañía él, sino más bien él sería el acompañante de esta noche.

Por desgracia para él, sus intenciones no pasaron muy desapercibidas para Ada. Le sonrió con unos ligeros cambios de temperatura en sus mejillas, aunque no se sabría si es por el alcohol o porque se sentía tan avergonzada siendo tratada como una dama.

El tiempo que transcurrió después fue volando en cuanto ella empezó a dejarse llevar por la buena atmósfera y compañía que estaba teniendo. El ser escuchada por el Uzumaki mientras seguía lavando vasos y sirviendole  otra ronda fue algo que alivió mucho su mente.

Quien sabe si fue por el alcohol o no, pero todo parecía tan liviano para ella y mucho más relajante.

Boruto escuchaba lo que Ada quería decir, sobre como en ese día que la conoció la encontró tirada en el sexto piso. Había tenido un desamor con un tipo que ella creyó amar o que iba a ser el chico de sus sueños. Habían entablado una conexión de compañerismo, pero al final de todo ese tipo siempre tenía cosas en la cabeza que lo hacía inestable y eso la ponía igual a ella.

Decía que era alguien con carácter fuerte, se dedicaba a solo andar por las nubes sin importar nada a su alrededor y que la mayoría de las veces era apático con toda la gente.

¿Por qué le resultaba familiar?

Algunos momentos el joven quería hacer memoria si había conocido a alguien así, pero no le dió tiempo. No lo tenía cuando estaba al pendiente de Ada, y lo que más le preocupaba de ella es que, estaba volviendo a tener el mismo comportamiento que cuando la conoció.

Se estaba pasando de copas y ya era muy peligroso. Si seguía así ya no podría en irse a casa por su cuenta.
Esto le causó cierta molestia a Boruto, el trato era en su acompañante, no en volverse después en una niñera para ella. Aún así, no negará que quería ayudarla.

Suspiró angustiado por este repentino problema que ahora debe de lidiar.

«Demonios, cuando pensé que está noche por fin sería por primera vez agradable.»

***

Eran las 11 de la noche, eso significaba que los vecinos ya deberían estar dormidos. En el edificio solo habían pocos en los que se mantenían despiertos. Afortunadamente eran otros que estaban en los casi al últimos pisos de arriba.

Sabiendo todo eso, Boruto no tuvo problema para hacer al menos un poco de ruido mientras llevaba a rastras —o al menos eso es lo que describía lo que estaba haciendo— a Ada rumbo a su piso.

Sin embargo, tampoco quería hacer tanto ruido para no molestar a los que estaban ahora posiblemente durmiendo.

Estaba agradecido que le dejaran salir muy temprano, aunque eso era porque tenía a su cliente que estaba muy pasada de copas. Le tuvo que decir la verdad y mencionar que era su vecina, por lo que debía de llevarla a su departamento.

Su jefe y compañeros lo entendieron. No faltó esa mirada brillosa y con el pulgar arriba que ellos le dieron cuando se iba. Los quería golpear por pensar cosas de las que no había intención.

«Si pudiera los golpearía.»

Eso deseaba de corazón, pero no podía. Su trabajo estaba en juego y necesitaba el dinero.

En cuanto dió el siguiente paso con sus pies, logró exitosamente llegar al piso correcto de la mujer. Se impresionó de lo repentino que había llegado y sin haberse enterado.

Había mantenido su cuerpo cargando a la mujer con su brazo rodeando su cuello y su otra mano sosteniéndole la cintura. Apenas ella podía caminar por si sola sin tener que caerse y más con esos endemoniados tacones.

Una vez que llegó a la puerta, pidió disculpas mentalmente hacia Ada. Había sacado las llaves de su bolso para poder abrir la puerta del departamento. Se disculparía con ella después al día siguiente.

Una vez que entraron al lugar, Ada comenzó a cojear ligeramente. Él al notarlo decidió en llevarla hasta su sala para sentarla en el sofá suavemente.

Fue a la cocina y comenzó a servirle algo de agua. Al menos así podría milagrosamente conseguir que este un poco sobria. Si se fuera a despertar sería mucho más fácil las cosas.

Se alegró cuando vio que ella aceptó el vaso con agua gustosamente y empezó a beber con normalidad. Sin embargo, aún se le notaba un poco ebria, pero al menso pareció estar un poco más despierta.

—Muchas gracias, Boru… vecino —se pasó una mano por su cabello—. Siento mucho las molestias que te he causado.

—Ni lo menciones, eres mi vecina. Debo de cuidar a quien más lo necesite, eso lo fui aprendiendo de mi padre. —le dió una leve sonrisa.

—Ahora que lo pienso... A veces me meto en un lio, y tú estás ahí para ayudarme. ¿Por qué motivo lo haces?

—Oye, acabo de responderte a eso. Estaría MUY agradecido contigo si no me hicieras repetirlo.

—¡Eso es muy clásico! —dijo ella entre pequeños risas mientras ponía el vaso sobre la pequeña mesa de al frente—. Realmente eres una persona clasista.

—Okey. Siento que eso ya no tiene sentido, ni siquiera estoy seguro si podía considerar eso como algo clasista.

No, no tenía nada de eso. Al menos eso le gustaría creer mientras observaba como ella seguía estando muy risueña y perdida en sus palabras que no tenían soporte lógico a lo que decía.

Al menos es mejor verla así, no como hace una hora cuando había empezado a tener ataques deprimentes sobre su niñez y su vida tan injusta.

A decir verdad, le gustaría abrazarla y darle algo de cariño para que se vaya olvidando de todo lo malo que ha tenido que pasarle en su pasado. Un sentimiento cálido, eso es lo que siempre le decían y debían de tener.

Eso se lo enseñó su madre, su abuela, Sarada, Sumire, Hanabi y hasta incluso su mismo padre.

Se acercó a ella, solo por esta ocasión le quería dar un momento reconfortante para esta mujer. Cuando tocó el hombro de ella se dió un pequeño chillido de su parte.

— ¡Ay, me duele!

— ¡L-Lo siento, no quería hacerte daño!

Levantó rápidamente las manos, rindiendo sus intentos de lucha. Preparado por si le fuera a empezar a golpear. Cielos, esos años siendo golpeado por Sarada si que dejaron una marca en su alma.

—No, no me hiciste nada —dijo Ada entre quejidos mientras intentaba pararse—. Es solo la pierna, me duele. Creo que es como está tarde cuando corrimos.

—No soy experto sobre medicina o algo de tratamiento para calmar dolores. Aún así puedo echarle un vistazo. Otra vez.

— ¿Lo harías? —preguntó levantando la cabeza para verlo.

El se agachó para estar a una altura en la que pueda estar cerca de la pierna. Ninguno de los dos perdió contacto visual del uno al otro.

—Déjame volver a masajear un poco. Tal vez hacerlo como lo hice la tarde funcione.

Ada inconscientemente o al menos eso lo hacía ver, llevó su mano a una de las de Boruto. Lo guío hasta la parte de su pierna que le estaba doliendo. Hizo lo mismo con su otra mano con la faltante de él.

Al tener la atención incomprendida del joven Uzumaki, ella le sonrió dulcemente.

—En tus manos me pongo.

Posiblemente Ada se le olvidó medir sus palabras, pero al menos le dió permiso a que le de un masaje en las piernas. Eso es al menos suficiente para Boruto.

Así, comenzó a masajear su gemelo como en la tarde, pasando sus dedos por su delicada piel. Seguía sintiéndose tan estimulante como lo fue en la tarde cuando terminaron de correr.

A diferencia de la primera vez, Boruto tuvo un poco más de dificultades para no sentirse tan caliente por la atmósfera. Estaba en su departamento, eso le encendía más sus hormonas y esa emoción se fue dando en su ser.

Solo podía escuchar las respiraciones de Ada, muy pesadas y también algo rígidas mientras el aire que salía de ella se había vuelto visible como un pequeño vapor.
La sintió muy cerca, obteniendo una mirada suya que reflejaba deseo. Boruto hizo lo posible para disimular que no había visto dicha mirada, aún así ella lograba notar como le hacia sentir. Y sonreía.

—Yo creo que ya está. —informó Boruto con una sonrisa mientras seguía con su gemelo. un buen rato con su gemelo.

—Si, ya me siento mucho mejor. —contestó ella sonriendo.

—Me alegro mucho —le regresó la sonrisa disimulando no estar nervioso—. Solo ten más cuidado la próxima vez 'ttebasa.

Ella seguía sonriendo y le miraba fijamente sin perder un solo detalle de las expresiones nerviosas y serias del Uzumaki.
Por otro lado, él no sabía que decir. No quiso presionarse mucho, así que decidió en dejar de masajear la pierna de Ada. Se paró luego de estar un poco cansado estar agachado.

Se sobresaltó un poco y sintió un repentino escalofrío cuando sintió la mano de Ada agarrando ambas muñecas. Ella solo lo miró por unos cuantos segundos hasta que él decidió en romper el silencio mientras había una batalla de miradas entre ellos.

—  ¿Qué haces Ada-san?

— No soy tontita, puedo verlo en tus ojos. Se muy bien que me deseas —respondió ella con una amplia sonrisa—. Basta con saber que me miras como un hombre que busca el cobijo de una mujer.

—N-No es eso lo que yo… yo... no...

Le costaba armar una oración con la que pueda defenderse de las provocadoras y seductoras palabras de Ada.

Quería mover sus manos, pero fue una tarea imposible cuando sintió las manos de Ada pasar de las muñecas por todo el camino de sus brazos. Lo hizo lento, provocativo y tan seductor hasta llegar a su cara con ambas manos.

Boruto hizo un esfuerzo para seguir intentando en decir algo. Se maldijo a si mismo por ser tan debil contra estos actos de una mujer.

Decidió usar lo último que le había quedado de energía para ir en contra de Ada y sus sutiles movimientos, recriminarle con algo que se le ocurría. Sin embargo, ella fue mucho más rápido y fue entonces que supo que ella había jugado sucio.

—Tranquilo vecino, tú también me gustas mucho.

Luego, lo agarró de la cara y lo jaló hacia ella llevando sus labios hacia los de él. Se había lanzado hacia un besó.

Podía sentir el aroma del vino, el alcohol emergiendo desde la boca de ella. La causa principal de porque estaba haciendo ahora y él quería tratar de detenerla. Sin embargo, algo dentro suyo se calentaba mientras era víctima de aquel sabor alcohólico y su cabeza empezó a marearse con cada segundo que iba siguiendo el beso.

En un milisegundo Ada se separó para agarrar algo de aire, luego volvió a besarlo pero con más veracidad.

Cuando el Uzumaki volvió a tener sus labios encontrándose con los de ella, la lucha había terminado. Ella había ganado. Él había perdido la pelea y ahora se había  sucumbido ante la lujuria.

Le devolvió el beso.

Comenzó a quitarle el casaca negro hasta dejarla con su camisa blanca de manga larga. Se separó de ella por un momento para verla un poco, jadeaba por la falta de aire que se había acabado rápido, pero tal vista le hizo encender.

Se besaron de nuevo.

Por urgencia y desesperación tomó uno de sus pechos. No los tocaba directamente, pero aún así se sentían muy bien aún cuando la tela de la ropa impedía todo el potencial de ellos.

— ¡Mmm~!

Ella gimió en el beso y sus ojos estaban entre abiertos mientras empujaba a Boruto hacia ella. En medio del beso él sintió un calor que pasaba de la boca hasta interior y húmedo se enrolló con fuerza a mi alrededor.

Ambos habían caído en el sofá mientras todo se iba desarrollando con más fuerza. En cuestión de segundos los besos de Ada se habían vuelto adictos, no sabía él porque lo eran. Sin embargo, era lo de menos que le importaba ahora.

Ada empezaba a levantar sus piernas en busca de una posición mucho más favorable y cómoda para ella. Una que tenía más libre la fue poniendo un poco por encima de la derecha de Boruto.

Para agarrar algo de aire otra vez, los dos se quedaron mirándose entre jadeos. Ambos se estaban perdiendo en la lujuria del otro y de sus miradas, notando dicho sentimiento en plenos ojos de cada uno. El lugar estaba algo oscuro, pero aún así podían verse hasta sus almas.

Ada quien fue la primera en volver en sí, tragó saliva para poder tener un poco de aire suficiente para hablar. Levantó la mano hasta llegar a la mejilla del Uzumaki mientras le acariciaba dulcemente.

Verlo tan cerca fue algo irreal para ella. ¡Dios! Era mucho más atractivo a solo unos centímetros de distancia de su rostro. No pudo evitar seguir jugando con él hasta este punto.

— ¿Estás muy seguro de continuar? —ahora lo estaba haciendo dudar, y eso le comenzó a fastidiar a Boruto—. Tú eres mucho más joven que yo. ¿Acaso tu conciencia no te dice que esto no está bien?

Ella derramó la última gota que colmó el vaso para hacerlo fastidiar en su orgullo y eso jamás lo va a dejar pasar él.

Con una mano libre, tomó la de ella con fuerza hasta ponerla por un lado de donde estaba su cabeza. El se lanzó hasta sus labios mientras la besaba profundamente y con fuerza.

—¿Por qué no? ¿Qué problema hay? Ya te lo he dicho esta tarde —sus ojos azules se conectaron con los de ella—. La edad no importa. Ahora mismo menos, así que ese argumento puede irse al demonio.

La miró y sonrió.

Inmediatamente, se lanzó con otro beso en contra de ella, envolviendo su cuerpo con sus brazos, mientras ella hacía lo mismo con él. Boruto le besaba en los labios y por su cuello, mientras sus brazos recorrían la espalda de Ada. No dejaba escapar nada que sea perteneciente de ella.

Le tocó sus pechos, no siendo tan grandes como otras mujeres, pero si que eran de tamaño equilibrado. Sus piernas las fue masajeando, pero está vez de manera carnal con sus manos. Jamás había sentido tan bien tocarlas y sentir todo su perfecta piel hasta llegar a sus muslos y al final tocar un poco de su trasero.

Ada se dejaba tocar y ronronear cerca de las orejas del Uzumaki. Eso solo le hizo querer volver a besarlo.
Pronto las manos de Ada bajaban por el pecho, acariciándolo, llegando con una mano hasta el torso y de allí fue continuando bajando hasta llegar hasta la entrepierna.

La empezó a acariciar sobre la tela del pantalón y al ver que no podía tocarlo directamente, comenzó a hacerlo con un poco de fuerza estando muy desesperada. Está acción hizo que Boruto se le escapara un gemido, lo que hizo encender a Ada mientras le miraba con más picardia, metiera su lengua dentro de su boca por primera vez y siguiera acariciando sin parar.

Para sorpresa de Boruto, la mujer fue apartándose de él mientras seguían estando muy pegados y con la mano suya en su entrepierna. La seguía tocando lentamente sin perder contacto visual con el pelirrubio y él ya estaba medio desesperado, por lo que haberse detenido era una tortura.

Ella lo sabía.

Notó en los ojos del Uzumaki un fuego que ella misma acababa de encender, había jugado con fuego y le encantaba. Le estaba gustando su vecino atractivo le hacía y provocaba y ella quería más, por eso solo había una cosa que faltaba.

Se inclinó hacia el rostro de Boruto, pero está vez no fue para besarlo como lo había hecho muchas veces en este momento. Posicionó su boca por un lado de la oreja izquierda de él, soplando un poco de aire allí mientras recitó las palabras mágicas que todo hombre espera oír en momentos tan sagrados como estos.

— ¿Que te parece si vamos a mí habitación y nos ponemos más cómodos?

Lo siguiente que se escuchó después dentro de ese departamento fueron unos pasos silenciosos que fueron llevando hasta una parte del lugar.

Una puerta se cerró a secas hasta oírse a lo lejos unos cuantos sonidos raros que fueron más cerrados en el espacio que habían allí adentro.

***

—…

Boruto se sintió entumecido por todas partes de su cuerpo. Específicamente tenía está sensación por la parte inferior de su cuerpo. Intentó recordar dónde estaba antes de siquiera preocuparse por su cuerpo.

Los rayos del sol lo golpearon un poco en la ventana, pero para suerte no era tan molesto para hacerlo mover de forma brusca.

En el momento en que se movió un poco y se tambaleó fue cuando captó que estaba en cama, pero no era suya. No estaba en su departamento.

Giró su rostro hacia su derecha, mirando a una segunda persona que estaba habitando la misma cama en la que él se encontraba actualmente esta mañana. Su cabeza azulado y con flequillo rosa era identificable. Su vecina Ada estaba allí, en el mismo espacio personal que él en la cama.

Del mismo modo en el que su cuerpo se hallaba desnudo y que solo la sábana lo cubría de abajo, también Ada estaba sin ropa. Se encontraba profundamente dormida mientras estaba cerca suyo muy acurrucada.

Correcto.

Ahora lo recordaba muy bien, su mente ya estaba más calmada y su memoria iba reactivandose. Cuando la miro de nuevo fue cuando caía en todo, anoche ambos habían tenido sexo.

«¿Es esto en serio?»

Le costaba creerlo, pero no podía decir una pregunta cómo esa al aire, no cuando sus dudas se respondían con solo tener a la misma mujer en persona a su lado, estaba como dios la trajo al mundo.

¿Qué otra prueba necesita para saber lo que ocurrió?

Sintió su presión interna recordando cómo era su coño antes de que fuera desgarrado por él. Su cara se calentó cuando recordaba las muchas veces en las que ella estaba debajo suyo y gritaba de manera lasciva y suplicante por mas.

Por alguna razón el silencio que había ahora en la habitación era casi ensordecedor comparado con lo ruidoso que se habían puesto.

Acababa de tener sexo con tal vez la mujer más sexy que había visto en su vida. Por primera vez estaba en shock, ni sabía cómo decirle esto a sus amigos.

El pensamiento ardía en su mente, sumándose a la sensación surrealista que recorría su cuerpo. De hecho, es lo que estaba sintiendo ahora porque comenzó a haber caricias en él.

— ¡Eh!

Por abajo suyo vio como Ada se había acurrucado más hacia él entre sus piernas mientras levantaba la cabeza mirándolo con mucha euforia y coqueta.

Le sonrió mientras llevó su mano entre las piernas del Uzumaki. Jugueteó con él para dirigirse hacia su entrepierna , obviamente Boruto se tapó rápidamente para que esto no se fuera descontrolando.

No estaba seguro si él no podría controlarse si ella lo fuera impulsando a hacerlo otra vez y en la mañana.

—Buenos días —mantuvo su sonrisa y ojos fijos en él—, veo que ya estás despierto y yo diría que mucho~.

Eso último estaba claro que se refería hacia su entrepierna, pero Boruto no sentía que fuera culpa suya. ¡Malditos recuerdos! Lo hacían volver a tener flashbacks fugaces de la noche.

Se sintió un poco mal, no tanto por la parte en que tuvieron sexo. Todo fue mutuo, así que no había culpables aquí, pero si que se sentía mal en que ella se fuera entregando así y sin tomarse ninguna protección. La había llenado con su semilla.

Había sentido un escalofrío cuando los dedos de Ada se movían hasta las piernas suyas por debajo de las sábanas. Lo que había comenzado como un jugueteo ocioso se iba yendo por en algo más. Sin embargo, él no lo permitiría.

Ada parpadeó cuando vio al universitario saliendo de la cama, pero antes de eso se sentó en la orilla para respirar con más calma. Aún se sentía un poco cansado.

Se quedó un rato viendo al Uzumaki, pero como si su mirada fuera muy penetrante , él se volteó para verla sobre su hombro, sus ojos se encontraron. Ella recordó lo rudo que él la trató. Recordó sus palabras, mucho más insensibles y degradantes de lo que solía tratarla, su rostro adquiriendo la cualidad de algún tipo de animal mientras se empujaba dentro de ella hasta que ella no podía respirar.

Nuevamente, su pecho se apretó un poco, y nuevamente se acercó a él, pero está vez no fue haciendo nada sospechoso que pusiera en alerta al joven.

Lo siguiente que supo él fue que Ada había rodeado su cuello con sus brazos. Estaba muy acurrucada por su espalda sin que él pudiera verla, pero aún así comprendía que hizo una acción extrañamente cariñosa. Sin embargo, también había sentido los pechos de ella en su plenitud contra su misma espalda, poniéndolo a él muy avergonzado.

Ada no se arrepintió de nada. Tal vez era porque todavía estaba con el efecto del aturdimiento de su mente por el momento, o tal vez por su falta de cariño que ella quería de un hombre. Sentía que no estaba bien de la cabeza, pero no importaba. Se había sentido bien… realmente bien. Eso era lo importante, ¿no?

Y cuando el Uzumaki le dedicó una sonrisa amistosa, se propuso mejor en preparar algo para almorzar.

Al menos eso es lo que podía hacer por ella en este momento. Le había dejado quedar en su departamento y darle una MUY buena compañía la noche anterior. Realmente si que se habían hecho una muy "amistosa" compañía entre ellos.

***

Luego de un momentáneo tiempo en el almuerzo, Boruto había salido de inmediato a la entrada principal del departamento de la mujer. Ya se había vuelto a poner su ropa que tenía puesta ayer.

Es una suerte que hoy seguía siendo fin de semana, sino hubiera llegado un poco tarde a sus clases universitarias. Aún si ese caso estaba fuera de situación, necesitaba en volver a su departamento y bañarse, estaba con el aroma de Ada completamente impregnado en su cuerpo por lo de ayer.

Seguía sin poder creerlo aún sobre ese detalle.

En cuanto salió por la puerta, volteó hacia donde estaba Ada, le miraba con una sonrisa esperando para despedirse de él, no sin antes oírlo hablar. Parecía que estaba por querer decir algo Boruto, pero no hallaba las palabras correctas.

— ¿Se sintió bien para usted?

Ahora era el momento preciso para que dios mismo se proponga a caer un rayo sobre él  hasta matarlo.

Entre todas las cosas que podía decir, en verdad que no tenía delicadeza cuando estaba bajo presión. Las consecuencias de tener una mujer como ella. Tan atractiva a muerte.

Ada se apoyó contra la puerta mientras le sonreía, se divirtió oírlo preguntar eso por error.

Se acercó hacia Boruto hasta llegar a solo unos centímetros de distancia en su cara, dándole un pequeño beso cerca de sus labios. Una acción que encendió mucho al Uzumaki hasta ponerlo rojo.

—Si no tienes nada que hacer, siempre puedes venir a mi departamento —susurró cerca suyo, abrazándolo del cuello hasta verle directamente la cara—. Lo que dije la noche es cierto. Siempre estaré aquí por ya sabes porque.

Le guiñó en el ojo.

Ella conseguía ponerlo un poco más rojo de lo normal. Sin embargo, trató de mantener la compostura y comportarse como una persona madura y también con tal autoridad sobre ella. No dejaría que sea el medio del entretenimiento suyo.

—Que tengas un buen día, vecina.

— ¿Ahora soy la vecina de siempre? —parece que había tocado un pequeño tema que no le gustó a ella.

—Solo fue una noche 'ttebasa.

—Decir eso duele mucho —fingía en secarse unas lágrimas bajando la cabeza—. Después de usar mi cuerpo como te plaz…

Boruto cerró la boca de Ada con la mano hasta mirar a su alrededor. Esperó que nadie del edificio haya oído eso, sería algo tan personal saliendo al aire libre sin su consentimiento.

—No digas nada a la ligera. —le miró a los ojos directamente con molestia, pero no pareció que ella le importara mucho.

—Depende, podrías comprar mi silencio si pido algo a cambio.

— ¿Y eso es?

— ¿Puedo visitarte a tu universidad de vez en cuando? —preguntó.

— ¡Denegado! —la presión se le subió cuando oyó tal cosa—. No quisiera tener que lidiar con muchas cosas si la gente te ve allí por mí 'ttebasa.

Nada sirvió en el lado del razonamiento. Se limitó a solo suspirar y quitar su mano de su boca hasta dejarla libre.

Por mucho que le gustaba la idea de que ella hiciera lo que quiera, tampoco es que la quiera detener completamente. Ada era una mujer que tenía un espíritu que le gusta ser libre y hacer lo que quiere. Una cualidad que realmente amaba mucho, en cierta forma era parte de su encanto.

No sé lo diría abiertamente, no por el momento porque ni siquiera eran pareja, pero si que realmente habían llegado a hacer cosas que una si haría.

—Haz lo que quieras. —dijo Boruto con las mejillas coloradas.

Sus palabras la pusieron de buen humor y con una sonrisa se despidió de él, expresión que Boruto no pudo evitar ponerse nervioso mientras la veía.

Sin decir una sola palabra más fue dando la vuelta hasta irse por las escaleras para el siguiente piso del edificio y llegar hasta la puerta, su puerta que conducía a su mismo departamento que dejó solo está noche.

Sin duda alguna fue una noche que estaba seguro que recordaría muy bien y también ella. Anoche había pensado en contárselo a sus amigos, pero ahora cambio de parecer.

El momento que había compartido con Ada fue un momento que no dejaría que nadie más sepa. No fue algo normal, sino algo que solo dejaría que él y ella sean los únicos en saberlo. Fue un momento mágico y quería monopolizarlo a cualquier costo.

Egoísta de su parte, pero así pensaba.

Una vez decidido eso, volvió a centrarse en el presente y en su vida normal. La diferencia de todo esto es que tendría más oportunidades de ver y estar con la vecina que vivía abajo.

Una traviesa y atractiva vecina que sabía muy bien que esas oportunidades seguirán siempre que ella estuviera en su vida.

Una sonrisa se dibujo en su rostro una vez que fue cerrando su puerta, continuando su vida.

FIN

***

N/A: Bueno, esto si que es una gran sorpresa para muchos de los que me siguen. Posiblemente algo que nadie esperaba, pero también es que fue algo que estaba en mi mente.😅

Confieso que ha habido muchas veces en las que yo tenía curiosidad en escribir un Ada x Boruto. Es algo inevitable de parte mía cuando a veces me sale mi lado multiship dentro mío.😆

En fin, todo salió más al aire cuando un amigo mío me dijo que le interesaría ver algo así, comentando que hacían más falta historias de estos dos. Se suma también a otro que conozco y que también le gustaba este ship, fue allí cuando se dió el último impulso en hacer este One-shot.😂

En fin, esto fue algo nuevo que estoy feliz de haber experimentado para saber más cosas y de estos temas que esperaba tocar en algún momento en escribir como escritor de fics.

Por cierto, abriré una parte extra de este One-shot. Lo hice a parte algo de esta historia y quería en complacer también a más con algo que seguramente desean ver. Mañana lo publicaré.😆

Muchas gracias por leer y esperen a mis otras historias nuevas que tengo pensado hacer.

¡Nos leemos hasta la próxima!

¡Sayo!

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