Los alfas de Marukawa
[PARTE UNO]
A Kirishima se le ha visto más de lo usual en el departamento de ventas. En un inicio todos pensaron que eran los nuevos proyectos que se habían echado a andar pero con el tiempo era perceptible, además, una aurora de cortejo. ¿De quién? Nadie lograba saberlo con seguridad, ahí se encontraban tanto betas como omegas y era difícil saber quién le había llamado la atención. Aunque se le veía muy junto con el nuevo jefe del departamento, se creía que ambos alfas eran amigos lo que provocaba ciertas envidias, casi nadie se podía acercar al oso gruñón.
Durante todo éste tiempo muchas y muchos omegas estaban atentos a aquel sujeto peliazul, soltando disimuladamente fermonas para llamar la atención de él, cosa que no pasaba desapercibida por el castaño, ¿quién se creían ellos para cortejar a su pareja predestinada? Él mismo se encargaría, a su debido tiempo, de remarcarles a todos y cada uno que él era tan afortunado de tener a esa persona sumamente especial a su lado, esa que es tan inusual encontrarla.
Para su sorpresa, Yokozawa resultó ser todo un reto, de verdad era denso ante las claras insinuaciones de coqueteo y le resultaba difícil darse cuenta de la atmósfera romántica que el castaño construía, no obstante le era muy fácil sacarlo de sus casillas, ponerlo nervioso y provocarle sonrojos que lo hacían ver más adorable.
Ya había pasado al rededor de un mes, se podría decir que las cosas iban a un muy buen ritmo. El editor, quien había olvidado por completo esa sensación de apego y necesidad sexual hacía una persona ajena a su familia respectivamente, pues todo su cariño iba dirigido a su cachorrita.
Podía decirse que se sentía orgulloso por el avance, ya que el omega no ponía tanta resistencia al ser besado, de esa manera podía saborear a su antojo esos labios suaves, sabía que poco a poco iba ganándose ese corazón tan puro que sería suyo y de nadie más.
Recorriendo el pasillo de su departamento se encontró un puñado de alfas cuchicheando en la entrada de las oficinas, decidió no hacerles caso a pesar de que lo llamaron para unirse a la conversación. Tenía que acabar pronto para despedirse del vendedor y salir a su hogar, Hiyo tenía problemas con matemáticas y había prometido llegar a tiempo para explicarle sus dudas.
Por su suerte, Ijuuin había salido de aquella depresión al ser rechazado por un omega y había cumplido con la fecha de entrega adecuadamente.
Como prometió Yokozawa, la publicación del manga anterior se vendió de acuerdo a lo números que él impuso y no hubo perdida, sino al contrario. Sentándose en su escritorio empezó a leer y hacer sus correcciones.
[...]
Kirishima sentía a su lobo removerse incómodo. No sabía que estaba pasando, había llamado a la escuela de Hiyo para saber si todo estaba en orden y también llamó a su madre, sabía que algo estaba pasando pero no podía saber con exactitud qué. También le había mandado un mensaje al vendedor, pero éste no le contestó lo cual era normal pero el molestar seguía. Quiso hacer caso omiso pero conforme pasaban los minutos esto se volvió insoportable a tal grado que no podía concentrarse en nada. Estresado, decidió tomarse un breve descanso para tomar agua, al dirigirse a la salida aún había algunos alfas ahí.
"No puede ser que ellos sigan ahí, deberían estar trabajando. Debería mandarlos a sus puestos, de esa manera el trabajo en Japun no se retrasará"
Cuando estaba a punto de llamarle la atención a sus subordinados, uno de ellos le habló con una voz ronca.
— Kirishima, ¿no se ha enterado? Un omega ha entrado en celo.
El castaño medito un poco la información. Era común que esto pasara, sin embargo, no dejaba de ser peligroso para el omega principalmente. Sus fermonas se disparaban como locas enloqueciendo a los alfas y algunos betas, era uno de los grandes problemas que tenía la sociedad y, obviamente, la empresa.
— No tenía idea. Espero que se comporten, tomar a un omega en ese estado sin su razonamiento completo es mal visto sin importar los instintos — habló con voz dura. Ser padre de una omega le había creado consciencia del riego que sufren estos.
— Lo sabemos, Kirishima. — Habló otro — Isaka fue por él para enviarlo a casa, pero llegó tarde al parecer. Ni el omega ni el alfa que lo perseguía estaban.
"Entonces supongo que un alfa lo tomó..." pensó con pena. Quizás no llegó a tiempo a los baños para tomar los supresores y evitar su celo.
— Aunque aún hay confusión en el departemento de ventas. Dos alfas salieron como almas que lleva el diablo, después de eso una aroma a celo inundó e inunda el departamento.
Kirishima se quedó quieto. El omega pertenecía a ventas, usualmente lo que se debería de hacer es ir con el jefe del departamento para una mayor protección, sin embargo el jefe de ahí era un omega, su omega el cual no sabía nada acerca de su celo: si ya había pasado o si se acercaba. Si había tomado supresores o algo por el estilo. Una pulsada de miedo, coraje, celos y protección lo inundaron cuando relacionó todo con su malestar. Su lobo estaba incómodo, quizá Yokozawa había entrado en celo.
Sin decir nada más a esos sujetos, salió disparado hacía el ascensor. No podía permitir que tocaran a su omega, debió darse cuenta antes.
Sin tener la unión, o bien, la marca, ellos ya tenían cierto vínculo, cosa que era una gran ventaja. Al abrirse las puertas en el tercer piso, un olor suave y fresco lo estremeció. Sí, ese olor era de un omega en celo y no cualquier omega, era de Yokozawa Takafumi. Era el mismo olor de aquella vez que se conocieron.
Tuvo que reprimir un gruñido de excitación. Caminó con paso firme a las oficinas para encontrarse a Henmi, un beta que para su suerte, estaba ajeno a todo ese desastre.
— Kirishima — saludó Henmi al verlo. Estaba algo preocupado por su jefe, él había sido testigo de todo desde un principio. Ahora era consciente que el oso gruñón era el omega del que todos murmuraban. — ¡Qué bueno que está aquí! Necesita encontralo.
— ¿Lo sabes? — preguntó algo receloso. No quería que supieran por el momento que el vendedor era un omega.
— Sí, es una larga historia. Salió rumbo a las bodegas — el editor salió casi corriendo, después hablaría bien con ese chico, lo más importante era proteger a Yokozawa.
Mientras tanto, el peliazul se encontraba encerrado en una de las muchas bodegas con story boards de viejos mangas. Se maldecía a él mismo por ser tan descuidado, se supone que había pedido tres días dentro de una semana para pasar su celo en casa, seguro y tranquilo. Sin embargo, se había adelantado y no entendía el porqué, todo había ocurrido tan rápido.
Escuchó pasos afuera de la habitación, contuvo el aire como si eso fuera a evitar que dejara de soltar fermonas y aquel idiota lo encontrara. Le era tan odioso su naturaleza, él no podía y no quería seguir viviendo situaciones así, con alfas fuera de sí queriendo aparearse con él.
Había olvidado su celular, lo cuál le era más difícil pedir ayuda. Sabía que tenía que salir y correr a los baños por algún supresor e ir con Isaka, solo rezaba que no ocurriera nada malo.
Rebuscó entre los estantes repletos de papeles buscando algo que le sirviera, un palo o un piedra y para su mala fortuna no encontró nada útil, solo papeles y cajas de cartón.
Estaba tan sumergido en buscar algo que no se dio cuanta que los pasos estaba muy cercas de él.
Yasuda era un alfa de alto rango, ese día se pondría de acuerdo con en mangaka y verían el contrato para comenzar con un proyecto de anime que vería la luz en la pantalla en un par de meses. Para su mala o buena suerte, el bajo en el tercer piso, el cual supuso que sería de otro departamento de edición. Mientras esperaba que el ascensor volviera a abrir un olor fresco hizo erizar los bellos de su nuca, su lobo se revolvió ansioso y supo que un omega estaba entrando en celo. Como si sus pies tuvieran vida propia entró a las oficinas y buscó al dueño de tan exquisito olor, todo parecía normal, los empleados parecían aún ajenos a todo.
Gruñó por lo bajo, el olor se estaba intensificando cada vez más. Tenía que encontrarlo antes de que otro alfa se diera cuenta. Olfateó hasta dar con un hombre de su misma estatura, espalda ancha y de complexión imponente aunque daba la sensación de delicadeza, era un cuerpo bastante inusual pero hermoso. Con cuidado se acercó un poco más y una ola más intensa de fermonas lo golpeó, definitivamente era ese sujeto. Se le hizo raro, tenía pose de alfa más que de un omega.
El susodicho se alejó unos pasos con un hombre de más baja estatura, por reflejo lo tomó de su brazo, para evitar que huyera y fue entonces que pudo observar ese rostro que lo podía catalogar como bello. Sus ojos eran intensos entre gris claro y azul oscuro que intimidaban sin esfuerzo alguno, poseía una nariz perfilada al igual que rasgos varoniles pero sutiles, pestañas largas y gruesas de un color azul marino al igual que su pelo que hacía juego con esa linda piel clara. Era un omega hermoso.
Yokozawa lo vio de mala gana, ¿quién se creía él para tocarlo? Estaba a punto de protestar cuando en el rostro de ese sujeto reconoció la excitación y el instinto carnal. Le tomó unos segundos para darse cuenta de que hace apenas unos minutos él estaba entrando en celo y aquel alfa se había dado cuenta.
Lo primero que pensó fue en correr cuando sintió un calor aumentar desde sus caderas hasta sus brazos y pies. Sin mucho esfuerzo jaló su brazo y con paso acelerado salió de las oficinas, dejando a Henmi confundido que observaba el rostro del desconocido y como enseguida el otro hombre salía en la misma dirección.
Había pasado alrededor de unos diez minutos buscándolo, después de revisar bodega tras bodega estaba seguro que el omega se encontraba en ese cuarto pues el olor era intenso. Una erección notable le exigía aparearse con aquel sujeto y saciarse, entró y lo vio de espaldas buscando algo con desesperación. Caminó con paso lento, para evitar que se diera cuenta de su presencia, cuando estaba a punto de tocarlo el peliazul se volteó y lo encaró.
— Aléjate de mí — gruñó Yokozawa.
— Vamos, no seas así. Tú estás en celo y yo me haré cargo, ¿o es acaso que no sientes tu cuerpo arder pidiendo que un alfa te tome? — habló con una voz muy ronca.
Ese comentario solo lo hizo enfurecer aún más. Ese alfa era un completo idiota.
— No me toques — volvió a decir y lo empujó con todas sus fuerzas. Yokozawa sabía que era fuerte a comparación de muchos omegas e incluso betas, pero no se comparaba con la fuerza de un alfa de alto rango.
Yasuda retrocedió, no obstante imitó la acción del otro y lo empujó hasta que éste chocó en una pared. Fue ahí dónde recargó su cuerpo para evitar otro intento de escape y olfateo su cuello mientras frotaba su deseo con todo el descaro del mundo.
Yokozawa estaba asustado, deseo que alguien estuviera cerca y le ayudara. Su lobo interno estaba inquieto y en su mente llegó la imagen de Kirishima, ese alfa que se había portado tan gentil y comprensivo, ese alfa que era su pareja predestinada, ese que tenía que protegerlo de todo y de todos.
Deseo con todas sus fuerzas que el castaño estuviera ahí, que evitara lo que estaba apunto de pasar. Lo que Yokozawa no sabía es que lo estaba haciendo, él estaba utilizando el vínculo que solo las parejas predestinadas poseen: Kirishima sintió en su cuerpo el sentimiento de miedo y desesperación, sabía que no eran suyos, era de su omega al igual que la cercanía de éste, no estaba lejos de él pues el olor era fuerte. Corría como si no hubiera un mañana entre los pasillos hasta que encontró una puerta semiabierta, sin pensarlo se acercó a ella y entró.
"Esto es una jodida broma" pensó. Se adentró y la sangre le hirvió al ver a ese estúpido restregar su erección en el abdomen de Yokozawa.
El vendedor intentaba empujarlo, ya le había hecho varios rasguños profundos pero el sujeto seguía sin inmutarse, entonces de sus labios salió un pequeño gemido, no por placer, no por excitación y le resultaba raro. Lo que él estaba haciendo era el llamado al alfa* , sintió las manos de otro sostener su rostro para besarlo, apretó fuerte los suyos e intentó girar la cabeza, éste gestó molestó a Yasuda quién con una de sus grandes manos lo tomó del mentón y lo obligó a enderezar el rostro en su dirección, antes de que sus labios fueran tomados su cuerpo fue liberado de manera brusca.
Lo primero que vio fue a ese idiota violador en el suelo, después vio a Kirishima con una cara desfigurada por el enojo en su máximo esplendor.
— ¿Qué demonio...? — Habló Yasuda desde el suelo. Había caído como res.
— Aléjate de él, ¿me oíste? No quiero que te le vuelvas a acercar a él nunca más, si lo haces tú y yo tendremos grandes problemas — la voz del castaño era dura, fuerte y autoritaria. Yokozawa por primera vez escuchó la voz de alfa* de aquel hombre.
Kirishima se acercó a yokozawa, poniendo su cuerpo adelante de él como protección, sintió como el cuerpo del peliazul temblaba y eso lo hizo enfurecer aún más. ¿En serio ese sujeto lo iba a tomar? ¿Era idiota, estúpido o un bárbaro? Quizás era todas, entendía el celo y lo que le provocaba a los alfas y betas, entendía el instinto de un alfa, pero no podía entender una acción tan inconsciente.
— Lárgate — escupió. No quería pelear, quería estar a solas con el vendedor para hacer un chequeo y brindarle mimos y tranquilidad.
— Yo lo vi primero — dijo mientras se levantaba, haciendo uso de la voz.
Kirishima sonrió con ironía, si quería intimidarlo estaba perdiendo su tiempo. ¿Qué él lo había visto primero? Que estupidez más grande, tuvo que calmarse para no arrogarse y darle unos buenos golpes para respetar a los omegas, lo más importante era que estuviera lejos de su pareja.
— Lárgate antes de que te muela a golpes — Advirtió. La voz de alfa seguía presente e incluso más dominante.
Yasuda supo que no pasaría algo más con ese lindo omega. Se levantó y salió de la habitación azotando la puerta enfurecido, ¿quién se creía aquel idiota castaño? Él también era un alfa, debería comprender mejor las cosas.
"Nada de esto estuviera pasando si no hubiera omegas que reclamaran por situaciones así. Son intintos, ellos deben acatar sin decir nada" pensó, mientras se dirigía a un baño para resolver su problema.
El mayor suspiró y se giro para ver al vendedor, aún temblaba y estaba rojo a causa de su celo. Las fermonas estaba a todo, había entrado de manera definitiva en su periodo, intentando evitar ese dato le acarició el rostro y lo vio con amor, quería borrar el hecho de hace algunos instantes.
— ¿Estás bien? ¿Te hizo algo? — Takafumi se sorprendió al escuchar tan sedosa y suave voz. Eso tuvo un efecto inmediato, tranquilizándolo.
Su cuerpo seguía un poco tenso, pero nada había pasado. Kirishima estaba ahí, lo había protegido y defendido, eso era lo que importaba.
Negó con la cabeza, odiaba ser un omega.
— ¿Te hizo algo? — volvió a preguntar el castaño no tan convencido.
— ...No — susurró.
El editor suspiró de alivio y sin más lo abrazó, sus brazos lo cubrieron en un cálido y protector abrazo que le decía de manera silenciosa que todo estaba bien, que él estaba ahí y que nada le iba a pasar. Una sensación cálida invadió al peliazul, quería estar ahí por el resto de su vida.
— Perdón, debí llegar antes — susurró el editor mientras sus manos acariciaban la espalda ancha del menor. Conforme las caricias seguían fue consciente de cómo el otro empezaba a relajar su cuerpo, señal de que estaba bajando la guardia debido a que se sentía seguro. Eso le infló el pecho de orgullo y felicidad, le había demostrado a su osito que él era capaz de defenderlo.
— No me di cuenta — susurró al fin. — Mi celo no debía llegar aún.
— Tranquilo. Yo estoy aquí, te protegeré Yokozawa. Lo prometo.
Yokozawa se acurrucó en el pecho de aquel alfa, su lobo estaba tranquilo, él también lo estaba mientras aspiraba ese aroma que lo tranquilizaba quisiera o no. Las dulces palabras que le brindaba hiciero latir su corazón, muy en el fondo quería creer que él lo protegería. <Te dije que él era diferente, su lobo está furioso por lo que acaba de pasar. Me acaba de hacer una promesa y le creo> le dijo su lobo.
[CONTINUARA...]
*Llamado al alfa/gemido: es de manera involuntaria y propio del omega que hace que el alfa tenga una ganas inmensas de protegerlo a toda costa.
*Voz de alfa: Voz demandante y profunda, que hace ser sumisos a betas, omegas y algunos alfas de menor rango.
HOLAAAAAAAAA
Éste es la primera parte de dos, espero que les guste. Me estoy basando en una guía de omegaverse que me encontré en Google xd, para ser lo más fiel posible al género.
Espero que les haya gustado y perdona la tardanza.
Nos leemos pronto.
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