Alfa, beta y omega

ACLARACIONES DE ESTE FANFIC:

a) No sigue la línea o la historia de Yokozawa Takafumi no baai, sin embargo habrá datos tomados de ésta.

b) Habrá escenas candentes, dado caso que no te guste este género es mejor que no lo leas.

c) Los personajes no son míos, son propiedad de la autora de Sekaiichi Hatsukoi.

d) Hiyo tendrá siete años.

e) Disfrutenlo y tenganme paciencia con las actualizaciones.

No había mucho que hacer, estaba machacado por todo el trabajo duro del día. Ser el editor en jefe del departamento de Japun a veces le cansaba y, como era de esperarse las luces de su departamento estaban apagadas, mientras que una fría cena estaba posada sobre la mesa. Sin duda tenía una hermosa pequeña que era muy considera pero no tenía porque ocuparse de ese tipo de cosas, recordaba las ocasiones en que su madre le decía que buscara a alguien que llenara ese vacío que dejó su esposa pero aunque lo había intentado no funcionaba, desde que su amada falleció, su lobo interior se apagó y aunque aún tenían cierta conexión ya no era igual. Ningún olor en particular le llamaba la atención y su apetito sexual desapareció, quizás esas cosas del amor lo habían dejado hace mucho tiempo.

Sin mucha hambre, decidió aguardar su comida en el refrigerador. Tendría que levantarse temprano, mañana tenía otra junta con el departamento de ventas para discutir la cantidad de mangas que sería impresos ese mes, había escuchado que llegaría un nuevo integrante a ese departamento. La verdad no conocía mucho acerca del tema, se lo había mencionado una compañera vagamente durante el descanso. El nuevo miembro era un hombre muy competente en su área y muy bueno haciendo tratos en el extrajero, o eso era lo que se murmuraba; al igual que se murmuraba que el mismo presidente le había pedido de forma personal para formar parte de la editorial.

No cabía duda que el edificio se encontraba lleno de gente competente y eficaz, pero le daba mucha curiosidad conocer a aquel sujeto. También se dijo que era joven, ya mañana lo pondría a prueba, se pondría difícil con los números para ver si en realidad hacía honor a esos chismes. Con pocas ganas se dirigió a la habitación de su cachorra, puede que él sea demasiado egoísta al negarle una madre, alguien que haga cosas con ella, pero él jamás uniría su vida a alguien a quién no ama.

Se aseguró de arroparla, y darle un beso de buenas noches para irse a bañar e intentar descansar.

[...]

Para su suerte se levantó más temprano de la usual e intentó "preparar" el desayuno para su hija aunque la comida se basó en cereal y fruta picada de manera cuidadosa para no quitarle más allá de la cascara. Muy pasada la madrugada sintió a su lobo moverse inquieto, eso le extrañó demasiado. Se despertó sudoroso y con unas ganas inmensas de salir a correr, por un momento se asustó, pensó que había una clase de peligro cerca, que algún ladrón se había colado en su vivienda pero no fue así.

Su lobo estaba tan inquieto y activo, por no decir otras palabras,  como en su adolescencia, ¿por qué estaba así? ¿Era un augurio de algo bueno? Debía de serlo, creyó que jamás volvería a sentirlo de esa manera otra vez.

— ¿Papá, qué haces despierto tan temprano? — su cachorrita lo llamó desde la entrada de la cocina, le sorprendía demasiado ver a su padre en la cocina donde no se acercaba al menos de que fuera por una cerveza.

— Buenos días, Hiyo. No pude dormir más y decidí preparar algo para ti, aunque no es mucho en realidad.

Hiyo sonrió con ternura, su papá era genial. Gustosa le dijo que comería lo que sea que le hubiese preparado y que se lo agradecía con todo corazón. Por lástima, el castaño no pudo quedarse hasta el final de aquel almuerzo, tenía que prepararse para salir rumbo a su trabajo. Con un beso y un "hasta la noche" salió de su departamento.

Con cada paso, su corazón latía mucho más rápido. Su lobo se removía por todo su ser poniéndolo sensible ante cualquier cosa de su alrededor, tanto hombres como mujeres de la editorial lo miraban de una manera inusual, ¿tendría algo en la cara? ¿a caso era su ropa? Y no solo era ahí, en el metro también encontró miradas similares y hasta podía jurar que un omega se le pegaba demasiado en el metro a propósito, insinuando algo que él obviamente se negaba a creer.

Al llegar a su departamento no fue diferente, pero las cosas de un momento a otro parecían más caóticas. Casi todo el mundo estaba arriba de él, incluso había personas que se animaban a tocarlo por la más mínima excusa. Abrumado, salió para verse en el espejo del baño público y tomar un respiro en calma, en el trayecto se encontró a su principal mangaka: Ijyuuin.

Éste al verlo abrió los ojos con sorpresa. Sin pensarlo tomó la mano del editor y lo guió a toda velocidad por los pasillos hasta llegar a una sala de juntas.
Kirishima, extrañado por la acción de su amigo preguntó:

— Bien, ¿me puedes decir qué diablos pasa? Todo el mundo se está comportando tan raro hoy.

El mangaka no sabía si el sujeto de enfrente estaba bromeando o realmente era muy estúpido.

— ¿Es en serio que lo preguntas? Ahora entiendo porque tantos omegas estaban como locos.

— ¿Eh...?

— Kirishima, tú estás soltando fermonas a lo loco. ¡Casi en toda la editorial se pueden percibir, Idiota!, ¿a quién intentas cortejar?

El castaño se quedó inmóvil, ¿había dicho que él estaba soltando fermonas para cortejar a alguien? ¡ÉL! Eso no era posible, hace más de siete años que eso no pasaba y no era consciente de esa acción que tomaba su cuerpo por su propia voluntad, ahora se explicaba el comportamiento de las demás personas.

— Yo... no sabía que estaba haciendo eso.

— ¿Cómo es eso posible? No me digas que ya te has olvidado de como funcionan estás cosas — dijo con cierto tono de burla, el mangaka se sentía feliz de que su amigo ya tuviera un interés en alguien y saliera de esa soledad perpetua. — Pero debes dejar de soltar tus femonas, por el bien de todos, ya que aquí hay también varios alfas que se pueden sentir enfadados por tu aroma.

— Entiendo... — la verdad era que Kirishima no entendía nada, ¿por qué estaba haciendo eso, qué lo provocaba? ¿Era por eso que sentía de esa manera a su lobo?

— ¿Y quién es el afortunada? — esa pregunta lo sacó de su enredo mental.

— ¿De qué hablas?

— Vamos, no me vas a decir que tampoco sabes que eso que tú estás haciendo es meramente instinto de alfa. Tú estás intentando llamar la atención de alguien, por eso quiero saber de quién.

El castaño se quedó en blanco. Estaba seguro que a él no le llamaba la atención nadie, era ridículo. Con una sosa excusa salió de aquel cuarto y fue al baño, ahí se econtraba un botiquín con varios medicamentos para suprimir esos instintos comunes entre los miembros de una sociedad licantropa. Aunque la mayoría de los medicamentos eran para los omegas ya que eran los que mas sufrían dentro de las leyes naturales de sus cuerpos como la reacción casi involuntaria de otros ajenos. Se podía decir que los más dichosos en cuestión de todo ese rollo eran los betas, quién eran inmunes a las tonterías de las femonas, la temporada de calor y de aquellos instintos innatos. Pero para él, un alfa, superior a  esas dos clases era un poquito peor la situación.

Tomó una pastilla para detener el calor, aunque no estaba seguro si él había entrado en esa época o bien, si había sido sometido por alguien.
Espero unos minutos y sintió como su propio cuerpo se relajó, la pastilla funcionaba para tranquilizar su cuerpo y, por lo tanto, tranquilizar su expulsión involuntaria de fermonas. Un poco más tranquilo volvió a su departamento, sabía que aún su olor era notable porque aún sentía esas miradas de "tómame", pero no podía culpar a esas personas, al fin y al cabo todo es instinto.

Faltando poco para las once, tomó sus papeles para ir a aquella junta. Mientras bajaba al piso tres algo lo volvió a inquietar, su lobo estaba tan activo como nunca lo había estado antes. Temía que volviera a soltar su aroma y en un piso ajeno al de él, pero descartó la idea cuando un grupo de personas pasó cercas y lo ignoraron completamente.

"¿Qué diablos me tiene así? Es mejor que vaya con un doctor después de salir del trabajo." pensó mientras abría la puerta de la sala de juntas.

Solo entonces entendió el porqué de todo el relajo. Un aroma exquisito inundó su ser dejándolo anonado, su corazón latió fuertemente y sintió que sudaba en frío. Alguien de ese lugar era el responsable de todo lo que le estaba pasado pero ¿quién? Ahí sólo se encontraba dos personas y los dos parecían ser alfas, solo un omega podría soltar esa clase de olor.

— Kirishima, usted llega un poco antes de que inicié la junta — habló el jefe de ventas, animado como siempre. — Le presento a mi remplazo, con él tendrá que tratar de hoy en adelante.

Fue entonces cuando el castaño lo vio, su piel clara que casi el editor podía jurar que era tan suave como tocar el pétalo de una rosa,  sus ojos azulgrisaceos, ese pelo inusual de color azul rey con aquel cuerpo delgado pero fuerte que le atribuía un aire imponente, rudo y varonil, lo último lo hizo sentirse estremecer.

— Un gusto, mi nombre es Yokozawa Takafumi. De hoy en adelante seré el jefe del departamento de ventas.

Es voz lo envolvió, era grave sin dejar de ser suave. Era ciertamente extraño la sensación que dejaba pero sin duda era una voz hermosa. Kirishima se preguntó si tendría la oportunidad de escuchar esa voz en de manera diferente como, por ejemplo, enojada o lejos de esa frialdad con la que le era escuchada en ese momento.

— Un placer, mi nombre es Kirishima Zen. Jefe del departamento de Japun. — Habló intentando poner un tono suave y cálido.

El editor prosiguió a darle la mano para formalizar la presentación, estaba seguro que algo sucedería cuando lo tocara, sinceramente no veía nada de malo en enamorarse de un hombre, era tan bien visto como un romance con una mujer pues los omegas también podían portar vida y aunque él realmente no se sentía interesado por su mismo género hasta ese momento.

Un pensamiento fugas se instaló en su mente: "quiero saber más de ti",  lo incitaba una vez más a ese instinto territorial y protector. Ese olor exquisito no ayudaba mucho pero no estaba muy seguro si aquel apuesto hombre era un omega, un alfa o un beta.

Yokozawa estiró su mano, y justamente como pensó sintió una corriente eléctrica que le recorrió todo su brazo, espalda y se quedó en su cadera provocando cierta contracción en su intimidad. ¿Aquel sujeto se había dado cuenta de qué él era un omega? Aunque eso era casi imposible, su olor estaba muy bien camufleado con aquel perfume y esa pastilla para suprimir sus fermonas que estaban como locas desde la madrugada. 

Las manos del castaño eran grandes y delgadas, su corazón latía y sintió a su lobo derretirse ante el contacto, el suave roce de aquellas manos junto con esa calidez que emanaba lo cobijaba en una suave  sensación de paz.

En cuanto vio al castaño, supo que él era un alfa. Si bien, durante mucho tiempo había huido del romance después de que le rompieron el corazón de manera cruel, no podía evitar sentir esas sensaciones en ese momento. Cuándo dejó de sentir aquel roce, un pequeño dolor en su pecho se instaló a sentirlo lejos y fue cuando el peliazul se preguntó si era bueno o malo haber aceptado aquel trabajo.

La junta había empezado, la mano derecha de Kirishima había llegado, al igual que los representantes de la editorial y  del departamento de ventas.

— Es un buen manga, no aceptaré menos de 90,000 copias — habló el castaño. Sabía que era un número algo elevado pero necesitaba ponerlo a prueba.

Cuándo escuchó tan derrochadora cantidad, Yokozawa frunció el ceño y lo miró irritado. "Tiene que ser una maldita broma, éste tipo está loco" pensó, preparándose para pelear por la cantidad que su compañero había dado.

— ¡Es una cifra impensable! Es cierto que las ventas del manga son buenas pero no me arriesgaré a apostar por tal cantidad ridícula. 50, 000 copias son un buen número y son las que se imprimirán. — habló el vendedor con voz autoritaria que causó cierto impacto a toda la sala. Sin duda, él imponía orden.

Kirishima estaba igual de impactado que sus compañeros, se veía tan varonil y salvaje en esa faceta. "Sin duda alguna tengo que conocerlo" pensó embobado.

— Esté número en particular da un desenlace a unos de los principales problemas de la historia, es estúpido no pedir 90,000 a la imprenta — volvió atacar, intentando todo lo posible por verlo en esa faceta y, si era posible, hacerlo enojar más. Le resultaba extraño la sensación agradable de molestarlo.

— ¡He dicho que no! Serán 50,000 copias. Las primeras 10,000 serán de edición especial con un llavero de edición ilimitada por lo que el resto saldrá también con un especial de tres páginas extra. No hay que olvidar que otros departamentos están en la misma situación, sacarán el lance patético* de sus mangas lo que provocará una sobre carga en consumo. Por eso no me arriesgaré a pedir copias de más.

> Aseguro que las 50,000 copias se venderán. No habrá pérdida alguna, ni en Japun ni en ningún otro departamento — sentenció con seguridad el vendedor. Había dejado con la boca cerrada a todos, ahora sabían porque Isaka había ido personalmente a pedirle que fuera parte de la editorial.

Complacido, el editor aceptó el número viendo como el vendedor se acomodaba en su asiento orgulloso por salirse con la suya.

[...]

Yokozawa  leía los informes para ponerse al corriente de todo y  darle el mejor seguimiento posible y mientras lo hacía, recordaba lo mareado que se sentía cuando estaba por terminar la junta con el departamento de Japun, pues empezó a percibir cierto olor que lo reclamaba y a pesar de los medicamentos que había ingerido no lograban tranquilizarlo,  provocando la necesidad de corresponder aquel llamado soltando su aroma.

Prácticamente huyó de ese sitio por un miedo inexplicable al editor en jefe, algo en él le decía que ese aroma le pertenecía.
Soltando un suspiró, se regañó a sí mismo por dejar su trabajo y pensar en cosas sin sentido, había mucho trabajo que hacer para hacer crecer las ventas.

"Kirishima Zen..." volvió a pensar de manera involuntaria, sin duda esa mirada miel le habló durante toda la junta, casi podía jurar que aquella mirada se burlaba de él al proponerle tales números, pero tenía que admitirlo, ese sujeto tenía cierto encanto.

Aguardando todo en su maletín, percibió a lo lejos ese aroma. Su pulso se aceleró, sabía que el efecto de las pastillas ya habían pasado por lo que tenía que correr, nadie quién no fuera un omega podría entender lo odioso que podía llegar a ser uno de estos, al  reaccionar a los estímulos de otros alfas de manera involuntaria y aunque no todos los alfas causaban el mismo efecto que los omegas, era de cuidarse si uno de estos estaba en celo o sólo quería divertirse un rato.
Los omegas y los alfas eran, sobre todo, instinto y esa extraña conexión que solo éstos podían tener.

Yokozawa solía muchas veces envidiar a los betas, aunque normalmente ellos siempre pasaban desapercibidos pues se solían confundir con el porte de un alfa, ellos no tenían que andar preocupándose de esas cosas, ni de encontrar la "conexión", ni los aromas, nada.

Retirándose con prisa, recorrió los pasillos para dirigirse a la salida. Estaba por girar en una esquina cuando en una de las puertas se abrió y lo jaló, metiéndolo en una oscuridad.

Toda la habitación tenía ese aroma, tal fragancia lo tenía atolondadro. No sabía que tal concentración de ese olor sintiera su cuerpo arder, cuando empezó a adaptarse a las sensaciones fue consciente que estaba aprisionado entre la puerta y  hombre quién supuso, era el responsable de todo su martirio del día.

Intentado ocultar cualquier índice debilidad, habló:

— ¡¿Qué diablos haces, imbécil! ¡SUÉLTAME! 

No obtuvo respuesta, en cambio el otro se acercó a su cuello y aspiró profundamente la fragancia del peliazil. Tal acción erizó su piel, sentía un hormigueo a la vez que pedía más y eso lo asustó.

— ¿No me oíste? Dije que me sueltes — otra oleada de ese aroma lo golpeo, tenía que ser firme.

— ¿Cómo puedes decirme eso cuándo me estás respondiendo? — la voz de ese hombre cercas de su cuerpo lo estremeció.

¿Responder? Intentando concentrarse para hallar lógica a lo que había dicho se encontró a sí mismo soltando su aroma. En otras palabras,  respondiendo al olor del otro. Ante tal revelación, intentó empujarlo, pero éste estaba bien plantado en el suelo y era evidente que era más fuerte.

— Suéltame.

— Oh, por Dios. No lo hagas, ¿no te das cuenta que estoy usando todo mi auto control para no saltar sobre ti? No sueltes tu olor...

— Pero eres tú quién lo está soltando en primer lugar, es como si me estuvieras acosando desde la mañana.

El castaño se quedó quieto. Si bien, estaba ahora seguro que ese hombre de ventas era un omega y no cualquier omega, sino posiblemente su pareja pre-destinada no entendía cómo era posible que lo estuviera acosando si ni él mismo entendía que sucedía hasta hace un par de horas.

— ¿De qué estás hablando?

— En realidad no lo sé. Mi lobo no está bien, tuve que tomar pastillas para controlarlo y controlar aquellos instintos que tu aroma provoca.

Ahí fue cuándo entendió todo. No sólo había sido el único que había tenido los mismo problemitas, también él. Era como una especie de conexión.

— Es raro, estoy seguro que estaba a punto de decirte lo mismo — dijo al fin.

Yokozawa captó lo que quería decirle. Entonces él también sufrió algo similar, quería huir, tantas sensaciones no permitía que pensara con claridad. Sus piernas se empezaron a sentir débiles.

— Déjame ir...

— ¿Por qué? Al menos sabes quién soy yo.

El vendedor lo meditó un poco, en todo el día había buscado una respuesta a lo que acababa de escuchar y solo había un hombre que era posible.

— Kirishima Zen, déjeme ir.

— Bingo — esa afirmación le calló como balde de agua fría, saber que el hombre que lo tenía aprisionado en esa habitación oscura, tan cercas de él le causó aún más impactó. Antes solo era un tal vez, ahora era un hecho. — Me temo que no puedo hacer eso, debemos hablar y lo sabes... Yokozawa.

* Lance patético: Punto más alto y revelador de la historia.

Holaaaaaaa ;)
¿Qué les pareció? Espero que les guste mucho, disfrútenlo y esperen la siguente actualización.

Tengo otra historia en curso de la trifecta: LA RAZÓN DEL PORQUE TE AMO. Por si gustan leer.

Nos leemos pronto.

P.D: La imágen la tomé del OVA que salió.^^

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