PRÓLOGO

Esta novela completa por acá hasta el 18/7/2021 y como siempre en Amazon con sus mercados a un costo muy bajo el digital (lo que Amazon me permite) si quieres que sea parte de tu colección, ya que absolutamente sus regalías para nuestras Disney Caballeritos de los Hospitales Oncológicos Infantiles.

Abrazo gente y a cuidarse mucho, si?

CRISTO.



Ocho meses después de la lucha...

HERÓNIMO

Mi jadeo se sentía desde el interior de mi coche.

Eran acelerados y me costaba respirar.

Aprieto mis puños duramente contra el volante, dejando mis nudillos totalmente blancos mientras manejaba a toda velocidad en dirección a "Terra Nostra."

Sintiendo mi sangre bombear y como una lava fundida por el pánico y terror.

Miro por el espejo retrovisor.

Las luces del BMW conducido por Collins con un par de patrullas, me siguen por detrás.

Hollywood al lado mío como copiloto y Rodo atrás, solo se limitaban a mirar al frente como en silencio la inmensa oscuridad del camino de tierra que nos conducía a la quinta de mi madre y solo, iluminado por los faros de mi Bugatti y los otros coches.

Mi crepitante frenada se juntó al motor encendido y la sirena de un camión de bomberos estacionado frente a la gran casona.

Las luces giratorias rojas y amarillas, iban como venían del techo y se expandían e iluminaban la pared frontal de la casa en la noche.

Pero esta, estaba bien.

El inmenso invernadero era lo que estaba en llamas, intentando ser apagado por la unidad de bomberos de la ciudad.

Desde la puerta abierta del conductor de este último, una voz femenina rompía el reposo del campo con su comunicación que salía del radio y escuchada, por un agente de la departamental de bomberos.

<< Emergencia. A todas las unidades, repito. A todas las unidades, 10-8 en servicios. Zona campo por carretera nacional Este, por acceso D/ 2KM. 10-16 en progreso, repito 10-16 en progreso con posible 10-13 herido...>>

Un << 10-4 >> Respondió alguien en la misma frecuencia a ese puto mensaje, que no entendía nada.

- ¡Dónde! - Grito al hombre del camión.

Intenta calmarme, pero no lo escucho y me limito a mirar donde me señala su brazo.

Los campos de viñedos.

- ¡Iré a ver, cómo está tía Marchs y los ancianitos! - Gritó Hollywood sin perder tiempo y dirigiéndose a la casona con Rodo.

Asiento, bajo los gritos de oficiales de policías que llegan segundos después con frenadas de patrullas y corro, seguido por Collins detrás y en dirección a donde media docena de linternas iluminan, los hectáreas de vid en el medio de la noche.

Mi nena y mis bebés...

Dios, otra vez, no.

Sudor gotea por mi rostro en mi vertiginosa carrera saltando el alambrado y mi corazón latía desbocado, en solo pensar a Van herida nuevamente.

Los campos de viñedos eran un maldito laberinto, haciendo el recorrido y solo iluminado por la luz de la luna llena.

Ramas de este, arañaron mis brazos como cara al pasar y romper entre ellos por acortar camino.

- Oh, demonios... - Sale de Collins, mientras nos acercábamos al lugar corriendo.

Y sentí mi pecho desplomarse.

Porque Grands, yacía malherido y presionando con fuerza bajo su costillas con su mano una herida de sangre.

Paramédicos intentan subirlo a la camilla en dirección a la ambulancia.

El cuerpo del agresor está extendido en el piso y cubierto por una sábana, varios metros más alejado y con policías cercando el lugar con las fajas amarillas.

En la negrura de la noche, intenté focalizar a mi rayo y la vi tendida en el la tierra y sentada bajo unos parrales, junto con una oficial de policía inclinada hacia ella sosteniéndola.

Y oh, Dios.

Porque el vestido que lleva puesto está manchado de sangre y sus manos también.

Me desplomo a su lado.

Y sus ojos se levantaron y se encontraron con los míos.

Mi nena estaba mal herida y lastimada otra vez.

- Herónimo... - Gimió mi nombre, confundida y acurrucándose en mi regazo, mientras deslizaba sus brazos debajo mío.

Y una sonrisa diminuta, se extendió en su rostro dolorido y sucio por tierra.

Corrí con mis dedos mechones de su pelo pegados de lodo y barro de su cara, mientras apretaba con fuerza con una de sus manos, su abdomen avanzado de embarazo.

- No es su sangre. Es del hombre que le salvó la vida, ella intentó detener su hemorragia... - Dice la oficial, señalando a Grands mientras es llevado por los camilleros mal herido. - ...solo está lastimada por recibir golpes al defenderse de su agresor. Pero, necesita un Hospital urgente. Su vientre fue golpeado y cayó al suelo en la persecución... - Me advierte la policía.

Más gente empieza a caer.

Hablan.

Gritan.

Dan órdenes.

No me importa.

No escucho.

Solo acuno a mi nena entre mis brazos.

- Hola, mi hermosa... - Digo con ternura, acariciando su rostro de polvo de tierra con mis dedos.

Intenta sonreír en sus labios temblorosos.

- Duele... - Me dice bajito.

No podía tragar, mi garganta estaba áspera.

Pero forcé una sonrisa.

- Lo sé, amor...lo sé... - La abrazo contra mí, con dulzura. - ...quieres que demos un paseo tú, yo y nuestras bebitas? Tengo un lindo coche deportivo que es muy veloz, esperando por mis cuatro chicas ¿Puedo hacer que cuiden de ti, en un segundo? - Le susurro.

Sollozó y gimió, enterrando su rostro en mi pecho mientras sus manos se aferraban al cuello de mi camisa, asintiendo a la oferta de mi paseo.

Y la atraje más hacia mí, para acomodarla más entre mis brazos y levantarla.

- ¡Al Hospital, maldición! - Grité a Collins, encaminándome con mi nena en brazos.

- ¡Señor, debe esperar la ambulancia! - Me gritó la oficial, mientras camino por los viñedos y en dirección a mi coche nuevamente.

Ni una mierda.

Puta segunda ambulancia, que no venía.

Haciendo caso omiso a sus advertencias, miré a mi nena por su respuesta a los pedido de la oficial, acurrucada sobre mi cuello.

Suspiró bajo su dolor, feliz y respondiendo sin hablar.

Y besé su frente y la acuné, más contra mí.

No íbamos a perder tiempo.

Se venía conmigo, maldita sea.

- Resiste, nena... - Le susurré. - ...resiste, mi amor...

Y aligeré mis pasos para llevarla al Hospital.










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