CAPITULO 82


HERÓNIMO

Millers lanza sobre mi escritorio, lo que contiene un poco más de una docena de fotos tamaño A4 en un sobre de papel madera.

El sonido de ellas cayendo de forma pesada sobre mi mesa, hace girar mi cabeza en su dirección.

De pie y con mis manos en los bolsillos de mi pantalón de vestir, miraba el horizonte de la ciudad perdido en mis pensamientos, en el gran ventanal de vidrio de mi piso 30.

Carajo.

No los sentí entrar a él ni a Collins a mi oficina.

Mis pensamientos profundos, estaban en anoche.

Yo Herónimo Mon, ayer dormí sin sexo.

Como leyeron.

SIN SEXO.

Con alguien a mi lado en mi cama y haciendo cuchara.

Quiero reír.

Solo cucharita, dijo mi nena entre risita anoche antes de dormir y acomodando más su espalda en mi pecho, mientras yo la abrazaba feliz.

Sacudo mi cabeza.

Es de mañana, Mon.

Reacciona y concéntrate hombre.

Holding y trabajo, me repito.

Pero este, solo piensa en mi rayo que está 13 pisos más abajo.

Camino a ellos desabotonando mi saco y tomando asiento en mi sillón frente a ellos.

La cara desencajada de Millers y la de preocupación de Collins, me confirma lo que hay en ese sobre.

Y froto mis labios pensativo, mientras remuevo con la cuchara pausadamente la taza de café que me trajo Marcia con retraso y con una disculpa en sus labios, porque jamás lo hizo antes en estos años trabajando para mí.

Extraño.

Collins aún de pie se toma la molestia de abrirlas por mí, y las dispersa una por una.

Y sentado, observo todas y me inclino para levantar una, acomodando mis lentes.

Mierda.

- Según su abogado el justificativo que me da a esto, es que Gaspar solo entrena porque lo hizo los poco más de 17 años que estuvo preso. Y lo mantiene como una disciplina diaria. - Argumenta mi abogado mientras veo, que en alguna de ellas está practicando un entrenamiento exhaustivo con máquinas y aparatos de gym de última tecnología.

- ¿Esto es un gimnasio? - Pregunto, levantando una foto con mi mano en el aire y observando el trasfondo del lugar en que lo hace. - Parece un lugar nuevo... - Murmuro, dando un sorbo a mi café.

Lo saboreo, muy bueno.

- Sí. - Me responde Collins, girando a mí una carpeta que llevaba en su mano con hojas llenas de información de Gaspar en mi mesa. - Lo abrió dos semanas atrás, entre la Avenida Libertad y St. Martin, edificio viejo remodelando a nuevo. Con tecnología de última generación en todos sus aparatos e implementos. Lleva ya, 677 socios inscriptos hasta ahora. Entre sus conocidos señor Mon, se encuentra esposas de clientes activos de TINERCA, modelos, actores, un par de luchadores del Círculo y la señorita Amanda Adams... - Saca una de las hojas, para que la vea. - ...es un gimnasio de target exclusive vip y el establecimiento, está matriculado bajo el nombre de Zack Notamendi.

- Su segundo nombre y el apellido maternal de él. - Murmuro.

El gimnasio es de Gaspar.

Y me conoce tan bien, que sabe que no tardaría en investigar eso.

¿Pero, por qué me lo hizo tan fácil?

¿Por qué, no utilizó una empresa fantasma?

¿Un testaferro?

Otra cosa, me hacía ruido.

¿Amanda, ahí?

Y en todo esto hay algo que no me gusta.

Vuelvo a las fotos de Gaspar entrenando, pasando de una a otra.

Las analizo, detenidamente.

Unas son en su gimnasio, que el equipo de Collins pudo captar muy bien con sus cámaras fotográficas. Otras trotando en una ruta desierta. La siguiente, Gaspar metido en el mar con carga pesada en sus brazos y hombros.

Y unas últimas, corriendo por las calles en pleno centro comercial.

Cristo, su cuerpo es infrahumano.

Un entrenamiento físico, aunque es una disciplina diaria.

Lo de él, va más allá.

Su entrenamiento, no es un complemento.

Es furtivo y con bases militares.

¿Quién, lo está entrenado?

¿Y para qué?

Cada puto músculo y vena que infla lleno de sudor por su esfuerzo, en su cuerpo trabajado y musculoso, me lo dice en cada foto.

- Hay algo más, Herónimo. - Habla Millers, haciendo una postura cansada en su silla abriendo su saco. - Intentó entrar al Círculo de lucha.

Lo sabía.

- ¿Se lo negaron? - Solo pregunto, poniéndome de pie otra vez y caminando hacia mi ventanal, dando el último trago a mi café ya tibio.

Mi garganta seca, pide más.

- Herónimo, tú fuiste parte de la fundación del Círculo. Y los Chacales saben, que aunque nunca accediste a ser uno de ellos, eres una pieza más que importante que lo compone y como parte de los Dingos. Ellos te respetan a ti y a tu apellido. Aunque bajo las estrictas reglas que estipula para ser uno de ellos, que asombrosamente cumple Gaspar... - Collins, de la carpeta saca otra hoja con su información financiera. - ...y que era una excelente excusa para negarle, se sorprendieron de su pedido, cuando pidió audiencia. Gaspar no quiere ser un Chacal. Él quiere ser, un Dingo Herónimo, como tu...

- Y como estipula el reglamento, necesita solo tres peleas invictas en el Círculo...

- Para llegar a mí. - Interrumpo a Collins.

- Es lo que creemos con Millers, señor. - Me lo confirma.

Dejo en la taza a un lado, para ojear su situación financiera.

Su familia como la mía es adinerada y ahora, es lo suficientemente rico para que lo acepten si lo deseara, en ser un Chacal.

Ser eso es la jerarquía más alta, dentro del Círculo.

Porque tienes que ser, lo suficientemente millonario para gastar en una sola apuesta, la cifra de 6 ceros en un cheque, donde en una noche estándar arriba del ring hay de 4 a 8 peleas.

¿Se entiende?

Desembolsar para un Chacal sea del ambiente petrolero, cine o mercantil hasta $Ds 8,000,000 por noche, no debe ser nada.

Un Dingo es un luchador y en esa categoría, entro yo.

Y aunque financieramente me da para ser un Chacal, ya que se puede ser ambas cosas, no lo acepté.

Como dijo Collins, mi participación tuvo mucho que ver en la creación de esto.

Porque mi presencia en este mundo de puñetazos sin piedad, atrae como moscas a la miel a gente con mucho dinero en sus bolsillos.

Y con solo mencionar mi participación en unas de las peleas arriba del ring.

Como Dingo se gana bien y el triple, si sales con la victoria y las apuestas fueron altas. Pero esa mierda, no me interesa y no es mi objetivo. Todo lo que gano y siempre es una cifra suculenta de acuerdo al porcentaje que te toca, va directo a mi Hospital Infantil y aunque es importante para mí, lo mío va por otro lado.

En solo, descargar mis demonios.

Mi temperamento y mal genio siempre fue difícil, ya que soy una maldita bomba termonuclear siempre a punto de detonar.

Y ser una sola persona, dueño y bajo mi dirección 8 metalúrgicas expandidas estratégicamente por todo el mundo y bajo tus alas, más de 30.000 almas trabajando para ti junto con TINERCA.

Y súmenle, mi pasado de mierda.

Créanme, un carácter de mierda o problemas de temperamento, puede ser muy lógico.

Y la única manera de sacarlos y erradicarlos de mi sistema, es dentro de un cuadrilátero.

No me miren así, Santo Dios.

Oigan, este bonito rostro pero de alma oscura aunque nunca fue derrotado, varías veces bajé del ring con el rostro irreconocible, costillas rotas y contusiones en el cuerpo, que tardaron semanas de recuperación por los golpes.

Y por último, bajo esta cadena se encuentran los Latrans o ladradores.

Es el público, que asiste.

Para ser uno de ellos, debes ser un socio o estar en la lista de invitados solo por los Dingos o un Chacal.

Como hizo Vangelis que fue invitada mía, bajo una rigurosa lista que los Chacales deben aprobar.

Los Latrans acuden vitaliciamente a cada lucha, volviéndose más ricos o más pobres cada noche por las apuestas.

Son personas adeptas a MMA libre.

Y como todo encuentro con público masivo, se encuentran los fan, grupies o enfermos apostadores por cada luchador.



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top