CAPITULO 48
YO
- Con todo esto, no han dicho como se conocieron. Es decir... - Reanuda Karla su pregunta anterior, tomando un sorbo de su copa de vino mientras nos mira a ambos. - ...es obvio. - Blanquea sus ojos con diversión. - En el trabajo ¿Pero, cómo? Siendo tan grande TINERCA de las T8P y tú eres Herónimo Mon, algo imposible de coincidir y no siendo tan fácil cruzarse en un Holding...
- Cariño, no molestes a los muchachos... - Interrumpe Roger amistoso y guiñándome un ojo cariñoso, llevando un pedazo de pan a su boca.
Le sonrío agradecida.
- En una cafetería, el primer día de mi trabajo. - Contesto natural y mirando a Herónimo.
- Ella fue un ángel, cuando la vi por primera vez...y su presencia me cautivó, después en la cafetería, yo no pude dejar de mirarla. - Acota él, mirándome con calidez y con su mejor cara de nada, para luego darle un mordisco a su cordero.
A Karla no se le escapa el detalle de su mirada.
Era completamente adorable el muy cabrón.
Y sonrío, porque él me folló con su mirada mientras estuve ahí y toneladas de veces en su cabeza cuando no pudo físicamente.
Cretino de mirada angelical ahora, pero con demandas del diablo después.
Karla suspira, llevando una mano al pecho.
- Eso es hermoso. ¿No, Roger? - En realidad, busca la aprobación de su marido.
El alemán nos mira alegre, sus ojos color agua dicen muchas cosas al posar en mí, en mi jefe y finalmente en su esposa.
- Yo creo que ustedes dos, se van a divertir mucho. Son lo que uno necesita del otro. - Dice, posando su mano en la de Siniestra y acariciándola afectuoso.
¿Qué, fue eso?
¿Su aprobación?
Para que entiendan.
Roger no habla mucho, más bien lo justo y necesario. Pero cuando lo hace, sus palabras, opinión o consejos siempre son acertadas y precisas. Y Karla esboza una sonrisa de satisfacción y tranquilidad, porque sabe tanto como yo que cuando Roger opina, es porque está convencido de sus palabras.
- ¿Y qué, sigue? - Nos pregunta sonriente apoyando su puño en su barbilla, expectante hacia nosotros.
- ¿Qué, de qué, Siniestra? - Pregunto, llenando mi tenedor de cordero y papa con aderezo, llevándolo a mi boca.
Y gimo de placer, esto está sabroso y aunque almorcé mucho, sigo teniendo hambre.
A Herónimo le entra la risa al verme y lo miro curiosa masticando.
Y sonríe, diciéndome nada con su cabeza.
Vuelvo a mi hermana.
- ¿Bueno, pero están juntos o no? - Continúa ella, sus ojos zafiros posan en Herónimo y por un momento se oscurecen. - ¿Por qué, están saliendo, no? - Con un leve matiz amenazante y tierno, lo hace sonar.
Hero no se inmuta por esa mirada, hasta creo que se divierte con ello.
- Es más que eso Karla, puedes quedarte tranquila. - Su voz se hace presente y su tono me hace mirarlo.
Porque, había algo...allí.
- Vangelis es la puta horma de mi zapato... - Y renace ese canino levemente inclinado y poco más gastado en su gran sonrisa perfecta y devastadora que poco uso le da el señor oscuro y que me ciega siempre, de lo bonita que es.
- Vaya...eso es tranquilizador escuchar. - Le da otro sorbo mi hermana a su copa. - Vangelis es una nena aún... - ¿Qué? - Y tú, un hombre mayor, Herónimo...
- ¡Siniestra! - Digo.
Es suficiente o mi hermana no se detendrá.
Me pongo de pie para juntar los platos y traer el postre.
- ¡Qué! - Responde como si nada. - Soy tu hermana mayor y debo cuidarte. Necesito saber sus intenciones, cariño. - Lo mira con naturalidad, ayudándome con los platos. - ¿Te resulta incómodo que lo haga? - Le dice.
Y Herónimo hace un gesto con su boca negando.
- Para nada, continúa... - De lo más tranquilo y sin un atisbo de nerviosismo ante sus preguntas, dando el último bocado a su cordero con papas.
- Bien. - Dice Karla. - ¿Qué opinas entonces de tener bebés? ¿Ya eres un hombre adulto y dices que ella es para ti, no? Formar una familia, se entiende. - Termina de explicar.
Y mi boca cae por lo dicho de Siniestra y por Hero que con esa puta paz que sé, que no tiene y me está mirando con ternura.
- ¿Quieres que tengamos bebés, nena? - Me dice.
Dulce Jesús, este hombre folla las palabras.
Los bellos de mi nuca se erizan por el tono suave y tranquilo con que lo dice, provocando que los cubiertos caigan estrepitosamente sobre los platos acumulados por mis nervios en la mesa, siendo mi respuesta.
El bastardo se divierte con todo esto.
- ¿Qué? ¿Vamos a ser tíos? - Pregunta Tomas, sonriente desde su asiento y con sus ojos claros iluminados.
Y Roger ríe.
Jesús.
Cierro mis ojos.
Porque esto, no puede estar sucediendo.
- No, cariño... - Le digo acariciando su barbilla y dándole un beso por sobre su cabecita.
- No, tonto. No seremos tíos, seremos primos. - Corrige Lucas. - Un primo varón para que aprenda hacer experimentos como nosotros...
- Entonces ¿Tú, eres nuestro tío nuevo? - Murmura Tomas dudoso, hacia Herónimo.
Dios...
- ¿Nuevo? - Dice Herónimo frunciendo el ceño hacia mí, acomodando sus lentes.
- ¿Podemos llamarte, tío Herónimo? - Pregunta Lucas.
Carajo.
- ¡Es suficiente! - Interrumpo.
Miro a los gemelos.
- No hay primos chicos, no estoy embarazada. - Les murmuro con ternura, volteándome con desdén hacia Siniestra, absolutamente sin sonrisa para ella.
Porque la muy perra, disfruta todo esto divertida mientras sirve el postre.
- ¿No hay primo, pero sí, tío? - Vuelve Tomas a la carga.
Y yo miro al cielo nocturno con estrellas entregada.
Siniestra clonó su inquisición en sus hijos, convirtiéndolos en pequeños Siniestritos del futuro.
- Por supuesto, que sí. Definitivamente su tío y el único. - Aclara y dice sonriente Hero de la nada.
Y los gemelos se levantan de sus sillas festejando con grititos y corren a Herónimo para abrazarlo, tomándolo desprevenido a sus muestras de cariños sin pudor.
Dejo escapar una risa al ver esa gran mole humana, corriendo su silla para dar acceso a dos cositas tan pequeñitas como tan idénticas y exactas, para recibirlos entre sus fuertes brazo.
¿Con cariño?
Vaya.
Él me devuelve otra sonrisa, mientras comparte su regazo para los dos.
Guau.
Nunca imaginé que mostrara docilidad y cierta vulnerabilidad por lo niños.
¿Acaso le gustan?
O sea.
Es un empresario de naturaleza agreste, déspota, obsesa y controladora.
Es el jefe de los jefes.
¿Pueden creerlo?
***
- Me agrada... - Susurra Karla en mi oído mientras me abraza desde el pórtico de su casa, cuando nos despedimos. - Un hombre que le guste los niños y ello de él, es buena señal... - Continúa al ver a Herónimo saludar a Roger y ponerse en cuclillas, para hacerlo con los gemelos con suaves golpecitos de puños, como hacen los hombres. - ...pero, no creas que te salvaste, nena...la próxima quiero un almuerzo a solas para saber todo de este sexy hombre, que me tenías oculto. - Ruedo mis ojos, si supieras hermana. - ¡Es tan caliente! - Me dice por lo bajo. - ¡Es Herónimo Mon! - Me gesticula como si no lo pudiera creer todavía, mientras me da un beso en la mejilla. - Vete, antes de que me arrepienta... - Sonríe.
El viaje de regreso es tranquilo y silencioso en el coche.
Los acordes de Luke Bryan, suenan en el interior del coche suavemente.
Bostezo con mi mano en mi boca largamente y reacomodándome en el asiento trasero del BMW, mirando a través de mi ventanilla la carretera y su paisaje nocturno, solo iluminado por las luces de la autopista.
- ¿Cansada? - Me dice Hero, desde su lugar con su mano en su sien y apoyado su codo en su ventanilla.
Lo miro, negando.
Y vuelvo a bostezar.
Se sonríe inclinándose hacia mí, desabrochando mi cinturón de seguridad y lo miro curiosa.
- Mientes como el culo, rayo de sol. - Murmura bajito, sacándose el suyo. - Ven aquí, nena... - Con un movimiento toma de mi cintura, atrayéndome a su regazo.
Quiero protestar, pero me arquea una ceja demandante haciendo que calle.
Seguido de acomodarme sobre él con cuidado y vuelve abrochar su cinturón de seguridad en ambos.
Lo miro mientras verifica su protección con un suave clíc, que señala el dispositivo la seguridad para ambos y me levanta y baja sus cejas divertido, cuando lo aprueba, haciendo que ría.
Sus brazos me envuelven acunándome más a él, seguido de besar por sobre mi pelo y suspirar.
¿Eh?
¿Qué me perdí?
Carajo, ni idea, pero se siente bien.
Demasiado y dolorosamente bien para mí y mi corazón, para ser una simple fémina más...
- ¿Alguna parada señor, antes del Pen? - Pregunta Collins desde el volante y mirándonos por el espejo retrovisor.
- ¿Nena? - Me consulta Hero, bajando su barbilla para mirarme.
HERÓNIMO
Y no me aguanté lo quería hacer desde el momento que Collins nos abrió la puerta trasera del coche para que subamos.
¿La excusa perfecta?
Sus malditos y bellos bostezos.
Y no lo pensé dos veces.
Pese a que pensé en nuestra seguridad, la atraje encima de mí y elevé una plegaría de agradecimiento, al que inventó estos cinturones de seguridad tan amplios y seguros.
Besé su pelo.
Carajo, olía a frutos del bosque.
No era su champú.
Debe ser el de su hermana cuando se duchó, pero le queda condenadamente bien también.
Y suspiro recordando, cuando apareció por la puerta trasera y estando todos sentados para cenar.
Yo no podía creer lo que mis ojos veían.
Porque mi chica de la playa estaba ahí y de pie, frente a todos nosotros.
Y a solo metro y medio mío.
Ella y su vestido con estampas de flores más feo del mundo y de toda la historia de los diseñadores.
Jodidamente, no podía creerlo.
No podía, siquiera hablar de la emoción.
Y por eso me limité a sonreír y mirarla, para llenarme de ella por esa sensación de completa felicidad.
Dulce Jesús.
Ella era hermosa y real.
El ángel que conocí en una fecha nefasta de mi vida.
Mi ángel que vino a salvarme con un poco de luz ese día.
Y el resto de tu vida, Mon...
Sip.
Porque Vangelis era la mujer que puso toda mi vida de años controlada rigurosamente por mi control, patas para arriba.
Desequilibrando con su ingenuidad, juventud y terquedad mi dominio obseso y sacándome putamente, de mi eje de poder.
¿Por qué, dicen?
Están esperando que lo diga ¿verdad?
Hasta puedo sentir sus risitas.
Joder, con ustedes.
Bufo.
Ok, se los confirmo.
La amo.
¿Felices?
Me inclino ante ustedes dándoles la razón y masticando mi orgullo.
La amo mucho.
Bien.
La amo condenadamente y cada parte de ella.
Amo asquerosamente ese vestido de estampas de mi abuelita que lleva puesto y no hay ojo para verlo de lo feo que es.
La amo con su "llego tarde" porque sin eso, no sería ella.
La amo cuando come algo que la llena de placer, cuando camina de forma rara y chueca por no soportar tacones de 10cm por el Holding después de una hora puestos.
Amo su cuerpo desnudo con el mío y estar dentro de ella en todas las posiciones posibles.
Y amo de forma odiosa cuando me contradice y que sea una terca cuando le pido obediencia, haciendo que me enfurezca de felicidad.
Créanme, ese sentimiento también existe.
Y tuve que usar todo el control de mi sistema cuando la vi con el vestido, hasta mirando al cielo invocando a Dios y todos sus santos.
Hasta inclusive a Los 4 fantásticos y Los Halcones Galácticos, si era necesario.
Por un poco de misericordia de arriba y que me den fuerza para permanecer en mi silla y no levantarme de ella y tomarla de forma desenfrenada de alegría, por verla vestida así.
Como el primer día que la vi.
Bonita y tan solo, siendo ella...
Ahora con todo esto, una pregunta.
Sí, a ustedes que me leen.
Mis chicas.
¿Y ahora, qué?
Las escucho.
Caramba, noto silencio de su parte.
Interesante.
Como putamente lo estoy, yo también.
Porque yo no sé, qué hacer con todo este sentimiento que erradica en mi ahora.
Joder.
Si yo no sirvo para esto.
¿Me explico?
¿Cómo se hace para desarrollar algo que tenía enterrado, muerto, olvidado y aislado para mi vida?
Ya que y no sé, redimirme a todo esto.
¿Cómo se hace, para recuperar algo que nunca tuve?
¿Reponer algo, que jamás tuve la dicha de disfrutarlo cuando creí poseerlo, pero en realidad nunca fue mío?
¿Cómo se hace para amar, cuando nunca fui amado?
¿Cómo hago para decirle que la amo a la persona que llevo entre mis brazos ahora entredormida sobre mi regazo, mientras nos dirigimos al Pen y no lastimarla en el proceso?
Yo tengo el alma oscura.
Aparto mis ojos mirando por la ventanilla, para acomodar mis ideas.
Mierda.
Jodida tortura sentir todo esto.
Amar duele como una perra.
Porque cuando me entregué a ese sentimiento, sentí que me desmembraron y mutilaron cada parte mía.
Muriendo algo en mí, parte de mi corazón y la totalidad de mi alma.
Haciéndome duro, impenetrable y enfriando mi sangre, para cicatrizar mis heridas haciéndome inmune al dolor y a lo afectivo.
Ya que, eso podía besar mi culo.
Y por eso me hice fuerte a lo que eran sentimientos.
Apático a todo lo que es apego emocional.
Ni ustedes ni rayo tienen idea de la destrucción que puedo engendrar con muy poco empeño.
Porque los demonios de mi pasado habitan en mí y eso provoca estragos, ya que yo lastimo, arruino lo que mantengo a mi lado y me he deleitado muchas veces en ello.
Y solo una vez bastó, para malditamente condenarme.
Mi biblia y mi calefón...
Y por eso sacudo mi cabeza.
Ya que no podía ablandarme ahora, porque el amor da perdidas.
Y yo no puedo perder a Vangelis y destruirla por amor.
Porque yo, no sé amar bien.
Y por eso debo protegerla con mis reglas.
Carajo conmigo.
Soy un puto bipolar.
Y la abrazo más en solo pensar que salga herida con todo esto, cuando Collins pregunta si nos detendremos en algún lado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top