CAPÍTULO VEINTIDOS


—Mamá, pero ¿Por qué tenemos que irnos? A mí me gusta esta casa —dijo Andrew mientras su hermana lo miraba.

—Ya les he explicado, mamá tiene que regresar a atender su negocio y ¿Recuerdan el secreto que el tío Parker les dijo? —los dos pequeños asintieron— Bueno pues también por eso y ¿Acaso no quieren ver a los abuelos y sus tías más seguido?

— ¡Siiiiiiii! —chilló Amber y es que ella sí estaba emocionada por ir a Nueva York, sin embargo, Andrew parecía no querer ceder.

—Sí, eso está bien, pero y ¿el abuelo y el tío Thomas y Liam?

—Bueno, el abuelo y el tío Thomas irán en un par de semanas. Liam, bueno pues vendremos a verlo o él ira a verlos, no debes preocuparte corazón.

Bianca termino de acostarlos y salió para empacar lo último ya que en tres días partirían. No les había dicho nada a los niños primero iría a hablar con Mark.

El sábado estarían en Nueva York y ella aún no se sentía lista para enfrentarlo ¿Sería capaz de verlo de mano de aquella mujer? ¿De verlo feliz?

Esperaba hacerlo, no por ella, por los niños tal vez cuando viera que él había hecho su vida nuevamente ella sería capaz de lograrlo de igual forma.

******

— ¿Estás segura de esto?

—Luke es decisión de tu hermana ya decidiste apoyarla ahora hazlo.

Bianca le sonrió a Mike, estaban en un hangar privado a pesar de su negativa, su padre les preparo su avión para ir a Nueva York.

Amber estaba mirando a su mellizo, Andrew estaba triste, eran demasiado unidos y Bianca esperaba que todo saliera perfecto.

Se despidieron de Mike, Thomas y Liam para ingresar al enorme avión, eso pareció animar bastante a su pequeño rubio pues parecía fascinado con el lujo dentro de él.

Después de unas cuantas horas aterrizaron en Nueva York, sus hijos y Leila habían dormido todo el viaje y Bianca estaba demasiado nerviosa como para hablar con Emma o con Luke, así que se había mantenido alejada de ellos.

El día comenzaba en la ciudad, Nueva York apenas comenzaba a despertar, Mike ya tenía todo preparado para ellos, le había ofrecido a buscar una casa, pero Bianca no acepto sus hijos ya tenían su casa y se imaginaba que a Mark ya no le interesaba el lugar, así que ella pensaba ocuparlo.

Un chofer los esperaba a las puertas del hangar, por fin había llegado a la ciudad donde hace poco más de siete años se fue con el corazón roto y hoy regresaba, pero ya no era la misma mujer, sí tenía que enfrentar a Mark sería con la frente en alto ahora encontraría a una mujer diferente de aquella chica dolida que partió. Al fin y al cabo, ella no había sido la culpable.

Ahora tenía el apoyo de su familia, sus hijos, así ya nada sería igual.

La casa que Luke había comprado estaba ubicada cerca de Central Park, la casa de Bianca estaba más a las afueras al igual que la de los Turner, por suerte el tráfico estuvo de su lado y no tardaron mucho en llegar.

Todo fue en silencio durante el viaje, cuando llegaron al hogar de Luke y Emma ya todo estaba arreglado, solo hacía falta acomodar las cosas más personales.

Andrew, Amber y Leila estaban fulminados por lo que siguieron durmiendo en una de las habitaciones. Emma y Luke hablaban en la cocina cuando Bianca bajo.

—Voy salir

— ¿Irás a verlo?

Preguntó bastante molesto Luke y se ganó una mirada furiosa por parte de Emma.

—No, Luke iré a La Mia Vita y después iré a ver a una amiga mañana serán los Turner y pasado mañana veré a Mark.

Su hermano asintió y Bianca salió de la casa, se sentía un poco abrumada por la ciudad, tantos años fuera de ella cambiaba todo.

Cuarenta minutos después llegó al Time Warner Center el cual ya estaba abarrotado, septiembre ofrecía un clima agradable, no pudo evitar sentirse feliz cuando llego a su joyería estaba tan emocionada por volver a estar ahí.

—Bienvenida a La Mia Vi... ¡¡BIANCA!! —Lily salió corriendo para abrazarla— ¿Pero... pero...? ¡Oh Dios! ¡Te vez hermosa!

Bianca y Lily se abrazaron por bastante tiempo, después se pusieron al día respecto a sus vidas y por último en cuanto al negocio

—En verdad que no sé cómo agradecerte Lily sin ti no sé qué hubiera sido de este lugar y no creas que no sé qué has estado estudiando, además de gerente quiero ver tu trabajo y tendrás un aumento, así que no te quejes.

La chica rodó los ojos y Bianca le sonrió, su oficina y estudio estaba igual que cuando se fue, tal vez un poco más ordenado, pero Lily se había encargado de mantener todo en orden.

—Pensaba mandarte los estados el lunes, pero supongo que ya puedes checarlos tú, por cierto, y aunque Lucas me ha dicho que no te interesa, tu cuenta ha crecido varios ceros, la tienda se disparó después de tu colección de hace tres años, al parecer que tus hijos cumplieran tres años hizo que sacaras una de las mejores colecciones.

Bianca se sonrió pues unos meses después fue cuando vio la noticia de Mark en la revista.

—El dinero no es tan importante Lily, mis hijos son ahora lo primero así que todo eso es para Andrew y Amber por ahora te pediré que no informes a nadie de mi llegada —los empleados estaban en su descanso así que tampoco sabrían— para el martes reanudar actividades por ahora solo quiero arreglar todo, bueno tengo que irme Lily.

Salió mucho muy feliz, para su siguiente parada tendría que ser muy cuidadosa ya que corría el riesgo de poder toparse con Mark y aún no estaba lista.

Le llevó alrededor de quince minutos caminando llegar a MT Corp, donde era la hora del almuerzo por lo que varios trabajadores salían.

¿Vería a aquella mujer? Lo más seguro es que comiera junto con su jefe.

Entonces vio lo que venía a buscar, salió concentrada en su celular sabía que nunca comía cerca de la oficina, pero Bianca sabía perfectamente a dónde iba cuando estaba a una distancia prudente del edificio se acercó a ella.

— ¡KATE! —la pelinegra estuvo a punto de tirar el celular, pero alcanzó a sostenerlo

— ¿Que? ¡Bianca! —ella la abrazo, Kate Jones era una de sus mejores amigas además de Jane y Jenna. Podía sentir a la chica sollozar y abrazarla mucho más fuerte, siempre le había gustado abrazar a Kate que al ser la más pequeña podían rodearla completamente— ¡Oh Bianca! te extrañe tanto, yo...

Bianca sabía que iba a comenzar a disculparse, desgraciadamente había sido la media hermana de Kate quien había arruinado su matrimonio, Tiffany Jones. Kate, se había sentido culpable por no habérselo dicho, pero no había sido su culpa lo que ellos habían hecho.

—Ya Kate... tranquila —La tranquilizo y después la acompaño

Las dos pasaron todo el almuerzo hablando y Bianca le dejo muy claro que no le contara nada a nadie, pero que le agendara una cita con Mark a primera hora del lunes.

Cuando regreso a casa sus hijos ya la esperaban, amaba llegar y que la recibieran, era más de lo que podía pedir.

******

El domingo Emma salió junto con los niños a comprar las cosas que faltaban para la casa.

— ¿Irás con los Turner? —preguntó Luke

—Si

—Iré contigo —su hermano se levantó y juntos se dirigieron a la casa de sus aún suegros

Una hora después

—Tranquila —hacia casi media hora que habían llegado, pero al ver un auto que seguramente era el de Mark se había paralizado, Luke apretó su brazo dándole su apoyo

—Ok hagámoslo de una vez.

******

El domingo, como desde hace cuatro años, Mark iba a casa de sus padres hacia un poco más de seis meses sus hijos habían cumplido seis años y él solo podía verlos a través de fotos, algunas muy pocas que Jane lograba darle las tenía en su oficina, pero siempre veía las que tenía su madre esas eran las mejores y con cada año habían crecido en demasiada, le hubiera gustado que Bianca saliera en ellas, pero a excepción de las del embarazo, solo eran sus pequeños.

Andrew y Amber seguían siendo muy parecidos a él, pero su pequeña comenzaba a destacar al parecerse un poco más a Bianca con su cabello rojo y ojos verdes.

Habían sido años dolorosos, después de su periodo de perdición, Kate y él habían hecho de todo para encontrarlos incluso contrato a un investigador, pero nada, siguió a todos los miembros de su familia, pero ellos fueron extremadamente cuidadosos se preguntaba si alguna vez los podría ver con sus propios ojos, si algún día volvería a ver a Bianca. 

— ¡Oh, pero sí aquí estás!

Mark ignoro a Lucas a veces era demasiado hiriente para su propio bien, estos años había acabado con Mark lentamente, una pequeña gota de ácido que había ido lacerando su herida.

Hacía tiempo que había vendido el departamento y había regresado a su casa, aunque evitaba estar mucho tiempo ahí, todo le recordaba a ella, su hogar era la oficina.

La cena había pasado tranquila, sin contratiempos, aunque estaban más pensativos que otros días podía sentir la mirada de su familia sobre él. Cuando terminaron todos se fueron a la sala y Mark fue el último en entrar 

—Mark, hijo, te ves muy bien con barba.

—Gracias mamá.

Todos se miraron entre ellos, cosa que se le hacía extraña parecían querer decir algo incluso se veían nerviosos

—Mark nosotros... —Jane comenzó, pero se vio interrumpida por el timbre, su madre le daba los domingos al servicio así que no había quien abriera— yo voy, yo voy.

La rubia corrió a la puerta bajo la acusadora mirada de su gemela, unos cuantos segundos después entró a la sala corriendo.

— ¡Oh Por Dios! —grito Jenna todos se levantaron al instante y comenzaron a lanzar exclamaciones emocionadas.

Mark fue el último en levantarse y cuando lo hizo pudo ver la razón de la emoción de su familia.

Ahí, en la entrada de la sala estaba Bianca. Después de tantos años la volvió a ver y estaba hermosa, impresionante, magnifica, su piel blanca y tersa hacía resaltar su largo cabello color fuego y sus enormes ojos verdes.

Su familia se acercó a ella y ahí fue cuando notó que su mano estaba atada a la del hombre que venía con ella, era alto con la piel blanca, ojos verdes y cabello castaño claro. ¿Acaso ese era el tal Liam? al parecer su familia también lo conocía pues lo abrazaron y besaron como a un viejo amigo. 

— ¿Y los niños? —fue lo primero que escucho cuando logro dejar de mirar a Bianca.

—Se han quedado con Emma —explicó aquel tipo miles de preguntas llegaron a Mark, pero tendría que esperar para la respuesta porque cuando los liberaron, los hermosos ojos verdes de Bianca se posaron en él.

Y todo se detuvo no pudo moverse, solo podía observarla, su rostro no demostraba nada simplemente lo miró. 

—Buenas tardes Mark —su voz plana fue lo que lo hizo regresar y recordar dónde estaba.

—Hola Bi.  

Todos en la sala podían sentir la tensión acumularse en el lugar, Mark y Bianca simplemente se miraban.

Luke tomó el brazo de su hermana recordándole su presencia Bianca lo miró y después a Mark nuevamente.

— ¿Entonces —pregunto Lucille— que hacen aquí?

—Bueno, he decidido regresar Lucille. La Mía Vita no puede seguir conmigo lejos yo solo pasaba a saludar, por ahora me estoy quedando con él así que te dejare la dirección para que vayan a ver a los niños.

Lucille le pasó una libreta y Bianca escribió la dirección, Mark no podía dejar de ver la mano de aquel hombre sobre el brazo de su pelirroja.

— ¿Ya se van? —preguntó Jenna

—Sí, los niños nos esperan se quedaron con Emma, pero ya saben cómo son y Leila debe extrañar a su papá —todos rieron cómo compartiendo un chiste privado menos Mark.

El hombre estaba en shock no podía creer que ella estuviera frente a él y tan hermosa. Mark no sabía qué hacer cuando volvió a reaccionar, Bianca y aquel hombre ya estaban en la puerta yéndose.

Todos lo miraron en silencio.

—Necesito esa dirección —Lucille lo miró seriamente.

—Hijo, tienes que hablar con ella primero, sería contraproducente presentarte frente a tus hijos, si su madre no ha hablado con ellos.






ESPEREN


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