CAPÍTULO VEINTICINCO

Mark regreso al jardín; todos estaban como si nada hubiera pasado, sus padres hablaban en una esquina siempre con una sonrisa enamorada, su ahora "cuñado" estaba siendo limpiado por la pequeña rubia, ella parecía estar riñéndolo mientras él tenía cargaba a la pequeña niña de cinco años.

Sus hermanas hablaban con Bianca, Mark comenzó a correr la mirada buscando a sus hijos entonces vio que venían tomados de la mano y se acercaban a su madre. Noto que su ropa iba a juego así que se veían absolutamente encantadores.

Era una suerte que no hiciera tanto frío y pudieran estar aún en el jardín.

En esa semana había platicado con su madre sobre sus hijos, ella le contó que antes de saber que eran mellizos Jane y Jenna se peleaban por el sexo del bebé, Jane se moría por una sobrina mientras de Jenna quería un sobrino. Las dos se habían vuelto locas al saber que tendrían lo que querían y los últimos meses no se habían despegado de su mujer.

Ahora que los niños habían crecido Amber siempre seguía a su tía Jane mientras que Andrew lo hacía con Jenna.

Sus hijos se acercaron a las rubias Amber tomo de la mano a Jane mientras que Andrew a Jenna los niños hicieron que se levantaran y las llevaron hasta donde se encontraban Lucas y Parker, Mark no recordaba haberlos visto vestidos de ese modo.

Todos estaban concentrados en los dos pequeños hasta que se hincaron frente a sus tías

—Tía Jane ¿te casarías con el tío Lucas? —dijo Amber

—Tía Jenna ¿te casarías con el tío Parker? —esta vez fue Andrew

Las gemelas se taparon la boca sorprendidas cuando los niños revelaron las hermosas joyas todos miraron sorprendidos a Lucas y Parker quienes tomaron el lugar de los niños

— ¡Eso es chantaje! —susurraron a la vez con lágrimas en las mejillas y con esa forma de moverse, tan sincronizadas, que tenían les dieron un beso a los niños antes de correr a los brazos de sus respectivos novios y aceptar.

Todos comenzaron a aplaudir y a festejar, Mark miró a Bianca, quien recibía a sus hijos con un abrazo felicitándolos por su actuación, obviamente ella era quien había diseñado esos anillos. Fue inevitable para él no pensar en cuando él le pidió matrimonio.

Bianca y él llevaban casi tres años de relación y acababan de graduarse, él ya había tomado posesión de la empresa de su abuelo y Bianca había conseguido un buen puesto como diseñadora de una marca reconocida.

Estaban en Coney Island Beach ya eran más de las seis y por el clima estaba casi desierta solo ellos estaban envueltos por dos gruesas mantas, habían pasado todo el día ahí y Mark, él recordaba lo inmensamente feliz que era simplemente teniéndola entre sus brazos, estaban tomando dos sodas cuando se le ocurrió plantearle lo que hace mucho tiempo deseaba. 

Mark había arrancado el abre fácil a la lata y había tomado su mano, Bianca había girado el rostro y le regaló una hermosa sonrisa.

—Bianca Santoro Williams —comenzó deslizando la pieza por su dedo— ¿Te casarías conmigo amor?

Se había quedado callada por largo rato hasta que se giró entre sus brazos con los ojos llenos de lágrimas.

— ¡Por supuesto que sí! —y se arrojó a sus brazos haciendo que rodaran por la arena sin importar mojarse y ensuciarse.

—Entonces debería comprarte uno nuevo —Bianca lo había mirado como si estuviera loco.

—Mark no necesitó un anillo nuevo ¡este es perfecto!

— ¡Pero es un abre fácil!

— ¿Y? No quiero que gastes en algo tan caro

Se habían pasado el resto del día en la playa, al día siguiente, Bianca le enseñó el anillo se había pasado toda la noche modificándolo para que pareciera un anillo real.

Instintivamente la miró y de alguna forma supo que los dos habían recordado lo mismo, eso lo emocionó un poco, sin embargo, recordó que ella se había quitado sus anillos, él por su parte nunca dejo de usarlos eso le recordaba cómo la había cagado.

La siguiente hora fue de felicitaciones y alegría olvidándose por completo de todo lo sucedido Bianca estaba completamente feliz todo había salido como sus amigos habían planeado y claro los anillos eran diseños exclusivos.

Mark y Bianca se habían evitado intencionalmente después de aquello, aunque este podía poner de excusa el estar demasiado ocupado con sus hijos, al parecer no tenía ojos para nadie más, aunque por dentro se reprochaba todo.

Haber sido tan idiota, pero eso se había acabado jamás se alejaría de sus hijos otra vez, miró a Bianca mientras platicaba con su hermano y su cuñada mientras sus hijos corrían hacia ella comprendió cuánto la amaba y todo lo que tendría que luchar de nuevo por ellos.

— ¡Bi! ¡Bianca! ¡Bianquis! ¡Bianquita! ¡Bianca Adely! —Jane llegó bailando hasta ella haciendo a Emma reír con la cara que puso su cuñada.

—La casa estará lista la semana entrante así que cuando gustes —Jenna llegó detrás de su hermana.

—Puedes ir a instalarte —Jane dio saltitos de alegría haciendo que todos se carcajearan— estoy segura de que te encantará, a todos les encantará, porque claro la decoramos nosotros, cambiamos todo y es perfecto para ustedes cuatro digo tres porque claro que sólo son tú mi adorada amiga, mi guapo sobrino Andrew y mi princesa Amber, la tía Jane se encargó de tu habitación mi amor, verás yo so... —la mano de Jenna se apresuró a cubrir la boca de su hermana, había dicho aquello con una sola respiración, y todo mundo estaba con la boca abierta,

—Jane, Jane, tranquila, es tarde y se tiene que ir no los entretengas más —Jane asintió y se despidió de ellos para después correr a los brazos de Lucas.

Los adultos se despidieron de todos, Luke y Bianca solo le dirigieron un asentimiento a Mark mientras que Emma sí se acercó a despedirse a la rubia le había caído bien.

A Luke casi le da un infarto al ver a su hija aferrarse al cuello del rubio.

—¡Pero es un príncipe mamá! —chilló la pequeña cuando su madre le dijo que se tenían que ir, pero al final no tuvo opción.

Amber y Andrew parecían no quererse separar de su papá, pero Mark les prometió pasar toda la tarde con ellos, después del trabajo al día siguiente.

Después de eso los Turner se quedaron solos, Lucille y Peter fueron los primeros en despedirse

—Si, bueno creo que la cara de estúpido es permanente —se burló Lucas y todos se rieron haciendo que Mark fuera consciente de la presencia de los demás, el hombre había estado mirando a la nada por bastante rato.

Realmente estaba a kilómetros de distancia, porque hizo caso omiso del comentario de su cuñado, hasta que centró su atención en sus gemelas hermanas.

—Cuándo mencionaron la casa a Bianca ¿De qué casa hablaban?

—Bueno hermanito si estuvieras más en tu casa —Jane miró a Jenna

—Sabrías que es la suya —Jenna se sentó junto a Mark.

—Pero, —a él le estaba costando trabajo hilvanar ideas— ella ¿Sabe que estoy viviendo allí?

Mark dudaba que se quisiera cambiar, así como así, si supiera que él seguía ahí

—Este... No... Digo por supuesto Mark cómo crees que no va a saber, pero es su casa y de los niños —las gemelas tomaron a sus prometidos y dejaron a Mark sólo
—Debemos irnos.

Al parecer todos se desentendieron de él, así que se fue a la habitación que tenía en casa de sus padres. No tenía ganas de ir a casa.  





N/A: ¡Hey! ¿Qué tal? Bueno ayer no hubo capí porque pues tuve una fiesta familiar y llegue hasta la madrugada pero hoy si, tarde pero seguro. La verdad estoy muy feliz porque he notado que les ha gustado bastante y eso me hace completamente feliz. Son las mejores. 

Nos vemos mañana <3

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