CAPÍTULO TREINTA Y SEIS
La semana pasó rápido, Bianca y los niños prácticamente se la vivían en casa de Lucille y Peter. Al salir de la escuela los niños pasaban la tarde con Liam y al llegar a casa no se despegaban de su padre.
Amber le había explicado a su hermano, porque tenían que consentir a su padre, así que Bianca literalmente perdía a sus hijos, no es que le molestara.
No había que ser un genio para saber que Mark se sentía amenazado por la presencia de Liam y Thomas, aunque mucho más por el primero; Le afectaba ver a hijos siendo afectivos con otro hombre, Bianca lo comprendía, se sentiría del mismo modo si fuera, al contrario.
Lo que le había dicho era cierto, Amber y Andrew jamás lo reemplazaría ahora que ya lo tenían.
Bianca termino de colocarse unos pendientes, pues esa noche saldría con Luke, Emma, Liam y Thomas. Todos la esperaban abajo, había extendido la invitación a Mark pero él se negó, prefiriendo quedarse a cuidar a sus hijos.
Bianca tomo sus cosas, cuando termino de bajar pudo escuchar las voces exaltadas.
— ¡...YA DIJE QUE NO ES ASUNTO TUYO! ¡NO LO HICE Y NO LO HARÉ! — fue lo último que escucho antes de ver a Mark salir furioso de la cocina, la miró menos de un segundo y siguió su camino escaleras arriba— Iré con mis hijos, nos vemos cuando regreses.
Bianca estaba simplemente anonadada, jamás había visto a Mark de ese modo, aún con la boca abierta entro a la cocina.
Supo que la discusión había sido con Luke, pues tenía el rostro encendido y fulminaba la mesa con la mirada. Emma lo miraba molesta y Thomas y Liam sólo miraban a la nada tratando de hallar la manera de calmar a su hermano.
— ¿Qué demonios fue eso? —pregunto al aire.
—Nada —Luke tomó su chaqueta y salió también.
— ¡Nada Luke! ¿De qué demonios ha... —Bianca sintió una mano en su espalda, era Thomas quien la empujaba levemente para que caminara
—Vamos Bi, no era nada, perderemos la reservación.
En el auto ya estaban Emma y Luke en los puestos delanteros, los dos castaños y Bianca subieron atrás. El silencio era absoluto y termino por reventare los oídos a Emma y por eso prendió el radio.
El trayecto al restaurante no duró mucho, por suerte, a los cinco los guiaron a su mesa y lo que prometía ser una noche fantástica, estaba siendo un fiasco.
— ¡Luke, para con esta mala vibra! —se quejó Thomas, su primo estaba furioso y Bianca no sabía porque, pero estaba arruinando la cena.
—Thom tiene razón, no vemos a Liam desde hace un tiempo y estamos perdiéndolo de esta manera —y era cierto en pocos días regresaría a Boise.
—Hablando de eso... —interrumpió el castaño— me han transferido —todos lo miraron confundidos— me han transferido a Nueva York.
Sus exclamaciones se oyeron por todo el lugar, pero es que a todos los hacía muy felices el tenerlo cerca. Todos se olvidaron de la pelea y abrazaron al castaño. Claro que con Bianca aprovecho y se demoró más.
Esa parte le encantaba de Liam, le encantaba que siempre supiera cómo arreglar las cosas, cómo lograr que las tensiones desaparecieran.
La cena al final de la noche fue todo un éxito. Tuvieron un rato familiar, claro que si su padre hubiera estado habría sido mejor, pero estaba fuera del país.
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En la mañana Bianca fue la primera en despertar, quería hablar con Mark sobre su pelea con Luke, esperaba y él si le dijera algo.
Comenzó a preparar el desayuno sumergiéndose en sus pensamientos que después se convirtieron en recuerdos.
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— ¿Entonces cuándo le diremos a tu padre?
— ¿Acaso quieres morir? —pregunté riéndome, hace un par de días que me había propuesto matrimonio y ninguno podía dejar de sonreír —mi padre es italiano, llevan la mafia en sus venas.
Mark se había carcajeado por bastante rato,
—No lo creo capaz de dejar a su hija viuda, tu padre me ama y quiero que todo el mundo sepa, que todos se enteren de que aceptaste pasar el resto de tu vida junto a este pobre idiota
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Eran buenos recuerdos, de tiempos mejores, la clase de recuerdos que te mantienen cuerda en los peores momentos, a los que te aferras en los días oscuros.
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— ¿Sabes? Quiero tener muchos hijos.
Lo mire sin poder creerlo, quien lo viera pensaría que Mark Turner no era de hijos.
— ¿Estas hablando en serio, Mark? —le pregunté mientras él abrazaba mi cintura y depositaba un beso en mi cuello.
—Claro que estoy hablando en serio mi amor, quiero tener muchos hermosos niños contigo, pelirrojos y con esos hermosos ojos verdes. Aunque quiero que todos sean niños, porque sí tenemos niñas igual de hermosas que su madre serán monjas.
Recuerdo haberme reído mucho esa noche.
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— ¿Bianca? ¡Bianca! —regresó a la realidad a tiempo para quitar los huevos del fuego y no se quemarán— ¿Estas bien?
Se encontró a Mark junto a ella, era injusto que después de tantos años estuviera incluso más guapo.
—Sí yo, estoy bien, sólo pensaba ¿Los niños se han despertado?
Mark negó y se sentó frente a ella, observándola terminar el desayuno
— ¿Que pensabas? —entonces lo miro de nuevo, su ceño estaba fruncido y sus cejas, un par de tonos más oscuras que su cabello, casi se juntaban— te veías muy concentrada.
—Sólo recordaba... —Bianca lo conocía tan bien que sabía que quería que continuara, pero no se lo pediría, esperaría a que ella lo hiciera— recordaba... cuando me dijiste que querías tener muchos hijos.
Vio el cambio en su rostro, no le pudo aguantar la mirada y la retiro. Supuso que no se esperaba aquello. Mark susurró algo que no alcanzo a escuchar, después volvió a mirarla
—Te dije que quería tener muchos hijos pelirrojos. Pero que fueran niños, supongo que no se me cumplió.
—Tranquilo, que no eres el único al que no se le cumplió el deseo de ese día —Mark la miró confundido, Bianca no sabía ni porque le decía todo aquello— yo te dije que quería pasar el resto de mi vida contigo, que veríamos nacer a nuestros hijos juntos, que quería que fuéramos una familia feliz.
Sus palabras calaron hondo en los dos, sabía que le dolían porque a ella le dolían igual. Amber y Andrew entraron a la cocina alegando morir de hambre.
La atención de su padre fue requerida al cien por ciento alejando todo pensamiento anterior, Bianca aún tenía un tema pendiente con él, la pelea con su hermano, pero ya lo hablaría después.
—Niños les tengo una sorpresa —Andrew y Amber regresaron su atención a ella— Liam fue transferido, así que también vivirá en NY.
Sus hijos comenzaron a festejar emocionados de tener a Liam más cerca.
— ¿Y podremos ir a verlo a su consultorio como siempre? — pregunto Andrew
—Bueno, sí puede hacerlo supongo que sí
La euforia les bajó un poco después de unos minutos y continuaron desayunando con Mark.
—Vayan a limpiarse para que papi los lleve al colegio —los dos asintieron y subieron a su habitación.
—Realmente les emociona ¿cierto?
Su tono era apagado y no había nada que ella pudiera hacer, no había sido ella la culpable de que sus hijos vieran a Liam como una especie de padre, Mark había elegido el destino de la familia.
—Lo quieren mucho, sí.
—Bianca alguna vez tú ¿Les impusiste a Liam?
Bianca se quedó en blanco, antes de que la ira bullera dentro de ella.
—Si estás insinuando que les puse a Liam como padre estás muy equivocado, por si no lo has notado a los únicos a los que les dicen papá es a mi hermano, tu padre y mi padre.
Salió de la cocina furiosa, tenía que arreglarse para ir a trabajar, odiaba cuando Mark la sacaba de sus casillas ¿Quién se creía? Era un imbécil.
Cuando volvió a bajar ya no estaban, por lo que se dirigió a La Mia Vita, con la furia bullendo dentro de ella.
—Buenos días Lily, estaré en mi despacho.
Apenas iba a entrar cuando un flash la cegó, y dado que era una joyería la luz se reflejó en la mayoría de las piezas aumentando el efecto y mareándola.
— ¡Bianca! —regreso y se encontró con Lily en medio de la tienda rodeada de reporteros y fotógrafos, los cuales al verla descargaron sus aparatos sobre ella.
"Bianca Turner ¿Es cierto lo del engaño?" "¿Se separará del señor Turner?" "¿Es cierto que tienen dos hijos?" "¿Es cierto que engañó a Mark con otro y por eso huyo?" "¿Sus hijos son del castaño con el que se le vio en el parque?" "¿Es cierto que arruinó la relación actual del señor Turner?"
— ¿De qué demonios hablan?
Una mujer se adelantó
—Es cierto que usted engañó a Mark Turner y tiene dos hijos con otro hombre, pero regresó para enjaretárselos a él, orillándolo a romper su compromiso y amenazó a la chica.
Los micrófonos se alzaron en su dirección esperando su respuesta.
—No pienso responder a tan absurdos cuestionamientos así que les pido de la mejor manera que abandonen mi negocio antes de que llame a seguridad.
Cuando entro comenzaron a gritar su nombre, sería estúpido quedarse ahí, por lo que utilizo el ascensor de carga para bajar al estacionamiento.
Por suerte no se les había ocurrido vigilar su auto. Llego a la casa de Lucille y Peter, por la hora se le hizo raro ver el auto de Mark, Lucas y Parker. Cuando entro al salón todos estaban ahí, hablando muy serios.
— ¡Bianca! — soltó Mark al verla, pudo notar que los mellizos estaban con Liam en una esquina, la más alejada de donde estaban los demás— ¿Qué haces aquí? Bueno... hay algo que...
Lo callo con un movimiento de mano, no estaba para nada de buen humor.
—Si es lo de los medios, olvídalo han allanando La Mia Vita. ¿Por qué sacaron a los niños? Y ¿Por qué no me avisaron?
—No te preocupes Bi, ya lo estoy arreglando y fue por su seguridad, por si se les ocurría ir allí —le aseguró Lucas. Pero ella ya sabía quién era la culpable de aquello
—Esto es culpa de Tiffany Jones.
— ¿Que? — Mark la miró de golpe.
—Pues sí, ella es la culpable de que los medios sepan esa bola de estupideces.
Mark se acercó a ella
—Pero, no sabemos nada, no puedes asegurar que haya sido ella.
Eso la hizo explotar
— ¡A claro! Pero tenías que salir a defender a tu puta —escucho la exclamación de Lucille y las gemelas— ¡Claro! como en cualquier momento te puede abrir las piernas, vete a la mierda Mark, por su puta culpa tuve que cerrar mi tienda, no le bastó con arruinar nuestro matrimonio si no que ahora quiere arruinar la tranquilidad de mis hijos.
Se dio la vuelta y se fue, sabía que había explotado frente a sus hijos y eso estaba mal, pero ya estaba harta de que esa mujer se metiera en su vida, ya la había destruido ¿Qué más quería?
No se fue, simplemente camino hasta los límites del terreno de los Turner donde un grueso árbol ocupaba toda una esquina. Como si tuviera quince años se subió a una de las ramas, necesitaba pensar, estar sola y pensar o terminaría matándolo.
—Sabía que estabas aquí —Mark subió jadeando y se sentó frente a ella— no tenemos veinte años, estamos en el tercer piso y te subes aquí. Lo siento Bianca, realmente no quise que creyeras eso, no la estaba defendiendo.
—No te disculpes, tampoco tenía que ser tan explosiva, sólo que no quiero que perjudiquen a los niños
—No lo harán, Lucas y mis abogados ya están trabajando en ello, incluso daré una conferencia en un par de días para zanjar el tema.
Estuvieron ahí un par de minutos hasta que tuvieron que regresar, ninguno dijo nada en todo el trayecto de regreso. En cuanto entraron sus hijos corrieron a abrazarla y después a su padre. Liam llegó segundos después
— ¿Todo bien? —pregunto el castaño
—Sí ya estoy mejor.
—Me alegro —susurro antes de darle un beso en la frente, con Mark de testigo.
******
Para fortuna de Bianca, al día siguiente no había ni un solo reportero en La Mia Vita, por lo que Lily y ella pudieron abrir sin problemas y atender a sus clientes.
—Creo que me va a dar migraña
La pelinegra la miró divertida.
—No me sorprendería nada que tuvieras migraña, tal vez deberías irte a descansar y que tus hijos te consientan
Esa idea prometía, tal vez podría convencer a Mark de que fueran sus esclavos por una tarde. Liam había tenido que regresar a Boise, necesitaban su presencia en el hospital, así que tomó el primer vuelo, sin embargo, su transferencia estaba más que hecha y Parker lo estaba ayudando a encontrar apartamento.
—Creo que tienes razón Lily ¿Te importaría quedarte un ratito sola? Jordan y Megan no tardan en regresar de su descanso.
Lily le hizo un gesto despectivo, era la mujer más eficiente que Bianca había conocido, ni siquiera debería haber preguntado.
La acompañó a la puerta. La tienda en ese momento se encontraba vacía, mientras se despedía la puerta se abrió, Bianca se giró para recibir al cliente.
—Lárgate —dijo Bianca en cuanto la vio.
—Hey, pero que grosera eres con la clientela y yo que venía a comprarte.
—Lárgate, no necesito de tu dinero, vete antes de que llame a seguridad.
—Por cierto, nunca nos presentaron formalmente —Bianca estaba a punto de reventar y aquella mujer parecía una idiota.
—No me interesa conocer a cucarachas como tú, no lo vuelvo a repetir.
—Sí, sí... ahora eres la mujer infiel ¿Te gustaron los reporteros? Y yo que te creí más santa, pero ¿Encargarle tu bastarda a mi pobre Mark?
En ese instante todo se volvió rojo, sólo escucho el grito de Lily al fondo, pero Bianca ya no escuchaba razones.
******
—Me puedes decir ¿Cómo jodidos llegaste a esto? —Lucas estaba parado del otro lado de la celda— ya pagamos la fianza, pero ¿enserio Bianca? ¿Agresión? ¿Desorden público? ¿Daño a propiedad privada, ósea la tuya propia?
—No me sermones Lucas
— ¡Estás en los separos Bianca! ¡En los jodidos separos! Tus hijos están en un llanto, tu hermano está como loco, Mark está como loco y tú aquí quitada de la pena.
Sin poder evitarlo Bianca se comenzó a reír haciendo que su amigo la mirara confundido.
—Es que ella quedó peor.
Lucas nada más negó y el policía llegó para abrir su celda.
Cuando salieron todos la esperaban, sus hijos y su hermano la abrazaron muy fuerte. Todos estaban impresionados pues sólo tenía el labio partido, pero Tiffany, Tiffany necesitará mucho más de tiempo para recuperarse.
— ¿En serio no te lastimaste las costillas? Rompieron una de las vitrinas —pregunto Mark
—No, sólo un poco golpeadas, necesito reposo y tres esclavos a mi disposición.
Mark, Andrew y Amber sonrieron del mismo modo, revelando que eran padre e hijos. Pero nada de aquello importaba, más que el hecho de que NADIE se metía con sus hijos. NUNCA. JAMÁS
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