CAPÍTULO SESENTA Y DOS

Tres meses después.

Bianca estaba sentada mirando como Mark devoraba la hamburguesa frente a él.

—Creo que vas a terminar rodando o te darán pesadillas por comer tanto.

—Lo siento, pero son deliciosas ¿No crees?

Esta vez los antojos los experimentaba él. Su pancita ya era notable con casi los seis meses cumplidos. Pero nada que ver con los mellizos, a esas alturas ya parecía un globo.

Mark no cabía de la felicidad, se la pasaba acariciándola incluso mientras dormía. Sólo iba a la oficina el tiempo necesario.

El médico lo había dado oficialmente de alta lo cual era increíble ya que podía pasar mas tiempo con ella.

—Jenna quiere que la acompañe a su primer ultrasonido, quiere saber el sexo del bebé.

—Liam es su médico ¿verdad?

—Sí, también de Jane

Mark se levantó y se sentó junto a ella para comenzar a acariciar a su bebé.

— ¿Qué crees que sea?

—No lo sé —le respondió Bianca— ¿Qué te gustaría que fuera?

—Lo que sea será perfecto, porque vendrá de ti.

Bianca sintió a su corazón estrujarse.

— ¡Malditas hormonas! —soltó mientras Mark se reía y se acercaba para besarla.

******


—Mark contesta —el rubio despertó solo lo suficiente para tomar el teléfono, cosa un poco difícil ya que Bianca estaba sobre él.

— ¿Sí?

— ¡JANE VA A TENER AL BEBÉ!

— ¿Qué?

— ¡Idiota! Tu hermana va a tener al bebé.

Eso lo despertó completamente.

— ¡Bianca!

— ¿Qué?

—Jane va a dar a luz.

La pelirroja se levantó lo más rápido que pudo. Y comenzaron a vestirse.

—Iré por el auto.

—Iré por los niños.

Tardaron veinte minutos en llegar al hospital con dos niños adormilados, pero ansiosos por saber que pasaría.

Toda la familia estaban ahí, Bianca miró a Kate que estaba un poco alejada, Mark ya había hablado con ella, pero su amiga era un hueso duro de roer, no le pasó desapercibido que Thomas estuviera junto a ella. Deseaba que fuera capaz de atravesar sus escudos y hacerla feliz.

—Ya están adentro, por suerte Liam estaba de turno —le informó su hermano Luke— Lucas casi se desmaya por los gritos de Jane.

Jenna y Bianca intercambiaron miradas cómplices.

— ¿Y la doctora Graham?

Todos la miraron confundidos menos Thomas, quien empezó a reírse.

— ¿Ya la conoces? Un muy sexy e interesante caso —Bianca vio como los ojos de Kate se posaban sobre Thomas y por eso sonrió más.

—Sí, Marlee es muy guapa y creo que hace una combinación extraña con Liam.

Eso atrajo la atención de toda la familia, a pesar de todo el castaño era parte de la familia.

Tanto Bianca como Thomas comenzaron a contarles los dos encuentros que habían presenciado. Bastaron tres horas para que tuvieran noticias y fue precisamente Marlee quien salió.

— ¿Familia de la señora Shannon?

Todos la rodearon, Marlee miró a los doce adultos y tres niños, pero su mirada se detuvo en la ya visible pancita de Bianca.

— ¿Cómo esta mi hija?

—Todo salió bien, el señor Shannon no quiso separarse de ella. Ahora está siendo trasladada a recuperación.

Bianca podía sentir cierta hostilidad hacia su persona, pero no podía imaginarse por qué. Todos estaban hablando hasta que la pelinegra volvió a hacerse notar.

—Me pidieron que les dijera que habían tenido una niña.

Esta vez todo mundo comenzó a festejar, llenando la sala de espera de felicidad.

—Muchas gracias, doctora...

—Graham... Marlee Graham.

Todos los adultos guardaron silencio y la miraron, Marlee se removió incómoda, antes de disculparse y retirarse.

— ¡Perfecto familia! son muy discretos.

Soltó Thomas, pero al final lo único que importaba era la nueva bebé en la familia. Amber y Leila bailaban ante la idea de una nueva niña.

Ese día solo Kate se fue y solo para llevar a los niños a dormir. Parker y Mark estaban molestos por la negativa de Bianca y Jenna de irse a descansar, pero pelear con dos embarazadas era simplemente un caso perdido.

Liam había salido para anunciarles que podían pasar a ver Jane. Tuvieron que entrar por parejas, pues el castaño se había negado rotundamente a dejarlos ir a todos en manada.

Cuando fue su turno de pasar junto a Mark, no pudo evitar las lágrimas, era el bebé más hermoso, junto con sus hijos y Leila.

Rose Shannon Turner, la nueva integrante de la familia, era una bolita sonrosada con un pequeño mechón rubio. Cuando Jane los corrió todos fueron a casa de Lucille y Peter.

Después de lo últimos meses la llegada de la pequeña Rose era un respiro para todos.



******


—Esa familia es rara —Liam miró a Marlee mientras está se cubría la boca con la mano y se sonrojaba— yo lo siento.

— ¿Por qué lo dices?

—Pues... todos te miran fijamente y es... intimidante.

Liam comenzó a reírse, no lo puedo evitar, Marlee lo miró fijamente era sorprendente el cambio que había ocurrido en su rostro, desde que lo conoció.

Liam ya sabía él porque de la situación, lo más as probable es que Bianca y Thomas tuvieron que haber dicho algo sobre la doctora Graham.

—Bueno, así son doctora Graham tal vez debería acostumbrarse que pronto tendremos a Jenna y luego... —no pudo evitar que su voz se fuera desvaneciendo— a Bianca.

Marlee no dijo nada, pero no le pasó desapercibida su reacción ante la mención de cierta pelirroja. Marlee salió del consultorio, estaba cansada.


******

Tres semanas después.

Todos iban y venían de la casa de Jane y Lucas, ocho años eran mucho tiempo sin un bebé.

Aunque para sorpresa de todos, no eran las mujeres las que estaban más entusiasmadas, sino los hombres, Luke, Parker, Mark, Thomas y sobre todo Lucas, no podía separarse de Rose. Todos rolaban turnos para poder cargarla.

El sábado se la habían pasado todo el día con Jane, extrañamente los demás estaban ocupados y Mark había podido estar con su sobrina.

Bianca se había reído de él, pues se la había pasado en la cama mirando a la bebé dormir.
Cuando iban de regreso, Bianca escuchaba como sus hijos también hablaban emocionados de su prima.

—Todos están vueltos locos con Rose.

Mark se rio un poco.

—Es tan linda y huele delicioso ¿Crees que tendremos una niña?

Bianca sonrió y acarició su hinchado abdomen.

—No lo sé, pero creo que será niño —Mark sonrió, no importaba que fuera, él solo quería tener a su bebé.

A medio camino comenzó a llover haciendo que el tráfico aumentara. Se habían estado quedando en el apartamento pues estaba más cerca de Jane y sobre todo del hospital, Mark se había vuelto paranoico y no quería correr ni un solo riesgo.

—Necesito ir al baño —dijo Bianca.

—Ya solo entramos al estacionamiento —pero la pelirroja negó, no aguantaría, su vejiga ya estaba tomando proporciones minúsculas.

—Déjame en la puerta, llegaré más rápido —Mark no estaba muy de acuerdo, pero no podía hacer nada.

Bianca se bajó y corrió hasta la entrada, aún así terminó empapada pues la lluvia era torrencial. Era una suerte que el elevador subiera tan rápido, le gustaba el penthouse con una preciosa escalera de cristal. Entró al apartamento y se sorprendió del gran charco de agua que había a su alrededor, tampoco se había mojado tanto. Entro al baño de la planta baja y decidió cambiarse pues Mark se volvería loco si la veía empapada cuando subiera, aún no se le pasaba lo paranoico.

Iba subiendo a las escaleras cuando se detuvo, el cristal de los escalones también estaba mojado y podía ver la madera del primer piso mojada. Era ilógico que el agua estuviera ahí, pues ella no había subido, termino de hacerlo rodeando los charcos, no quería tener un accidente.

Llegó al primer piso y vio el charco, era bastante grande, miró al techo, pero no había ni una fisura, cuando regresó la vista, sintió su cuerpo helarse, aún así tardó unos minutos en reconocer a la mujer frente a ella.

Tiffany tenía un muy sucio pants negro, su cabello estaba largo y enmarañado lleno de lo que parecía basura y estaba completamente empapada.

— ¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?

Pero Tiffany  ya no la veía a ella, su mirada estaba fija en su abdomen y eso no le gustó para nada.

—Tú... tú estás embarazada ¡No! —comenzó a negar, haciendo que su cabello volara alrededor de ella— ¡Siempre estás arruinando todo! ¡Él no te ama! ¡Él no te ama! ¡No! ¡No! Lo engañaste de nuevo ¿Verdad? Si, quieres hacerle creer que ¡Suyo!

Bianca trato de moverse cuando vio la cordura abandonar sus ojos fue justo ahí cuando vio el cuchillo, por lo menos no era una pistola.

No tenía ni idea de sí Mark y los niños ya habían entrado, pero ella no pensaba despegar los ojos de esa mujer. Entonces lo oyó, alguien venía, pero no era Mark.

Andrew llegó a su lado aún sin haber visto a Tiffany.

—Mami, papi dice que sí quie... —Andrew se puso pálido al ver a la mujer. Bianca lo tomo del hombro y lo colocó detrás de ella, no dejaría que esa loca se acercara a su hijo.

Tiffany miraba a Andrew con adoración enfermiza ahí se dio cuenta de que no solo estaba obsesionada con Mark sino también con su hijo.

— ¡Andrew! Mi hermoso bebé, ven conmigo corazón —Bianca volvió a moverse para cubrir a su hijo completamente de su vista.

—No vas a tocar a mi hijo de nuevo maldita perra —Tiffany volvió a mirarla, pero esta vez su locura estaba teñida de rabia.

—La que no va a tocarlo eres tú, esta vez nada me lo va a impedir, tú y eso que llevas dentro van a desaparecer, así yo podré estar con Mark y nuestro hijo.

Tiffany se abalanzó sobre ella, Bianca solo tuvo tiempo de levantar las manos para bloquearla. Comenzaron a forcejear, haciendo todo lo posible para que sus dos hijos estuvieran a salvo.

Todo se volvió un caos, Andrew comenzó a gritar mientras Bianca intentaba evitar que Tiffany se acercara de más.

Lo sucedido fue inevitable, las dos mujeres forcejeaban en el filo de la escalera y cuando Bianca piso el agua supo lo que iba a suceder pues ella estaba de espaldas.

Tiffany simplemente aprovechó la ventaja y la empujo. Bianca escuchó el grito de su hijo mientras caía, su único pensamiento era el de proteger a su bebé, no importaba si se rompía medio cuerpo solo necesitaba mantener a su bebé a salvo.


******

Mark había mandado a Andrew por Bianca, la lluvia había disminuido y se le había ocurrido que fueran a comer a su restaurante favorito, pero ya habían tardado demasiado.

Sentía que algo no iba bien desde el momento en el que Bianca bajo, apago el auto y le pidió a Amber que esperara ahí en el auto. Subió lo más rápido que pudo, la sensación aumento al ver la puerta abierta.

— ¿QUÉ LE HICISTE A MI MAMI?

Mark corrió al escuchar el grito de su hijo, cuando estuvo lo suficientemente cerca de las escaleras se encontró de frente con el cabello de Bianca, sintió su pulso acelerarse al verla ahí tendida. Soltó el aire de golpe al ver que estaba respirando. 

Quería quedarse junto a ella, pero al ver a Tiffany junto a su hijo subió de inmediato. Ella forcejeaba con Andrew, el niño trataba de soltarse mientras el cuchillo brillaba en una de sus manos. Antes de que Mark llegará, la sangre corría por la mejilla de Andrew, el filo del cuchillo le había rozado su piel.

—Bebé, tranquilo mira lo que hiciste, ya te lastimaste, mi amor, deja que mamá te cure.

— ¡Nooooooo! Tú no eres mi mamá, suéltame, te odio, eres mala.

Andrew volvió a empujarla y Tiffany resbalo. El niño corrió hacia las escaleras chocando con Mark quien lo atrapó de inmediato.

—Papá —Mark le reviso la mejilla, solo había sido un corte ligero.

— ¿Estas bien?

Andrew asintió, aunque estaba muy pálido. Bajaron corriendo las escaleras. hasta llegar junto a Bianca que seguía inconsciente. Era un horrible deja vu, podía sentir como iba perdiendo los estribos, pero se obligó a sacar su teléfono y llamar a emergencias.

Sentía que iba a morir de angustia, no tardaron en llegar los paramédicos y comenzaron a hacerle preguntas, según ellos no estaba sangrando y eso era buena señal aún así debían llevarla al hospital.

Mark llevó a Andrew al auto, mientras Amber miraba asustada como subían a su madre a la ambulancia.

— ¿Señor? —uno de los paramédicos se había acercado— La otra mujer...

— ¿Cual otra mujer? —Mark tardó un segundo en entender que hablaba de Tiffany.

—El oficial quiere hablar con usted, ella está... —el paramédico no termino pues los mellizos estaban junto a él.

—Dígale que hablaré con él en el hospital, necesito saber que mi mujer esta bien
El paramédico asintió.


******


En el camino Mark contactó a Liam, para pedirle si podía atender a Bianca, el castaño le dijo que estaría esperando la ambulancia. Cuando Mark llegó ya habían ingresado a Bianca.

Los minutos se le hicieron eternos, hasta que vio a Liam salir, Andrew y Amber se habían quedado dormidos en las silas.

— ¿Cómo esta?

—Cálmate Mark, ella esta bien, el bebé tambien está bien —tuvo que dejarse caer sobre la silla, había estado a punto de reventar— se dislocó el hombro, el problema es el golpe en la cabeza, pero todo lo demás está bien, no tiene golpes visibles y dado el embarazo no podemos tomar radiografía, esperaremos a que despierte para ver como esta.

—Gracias Liam, yo...

—Nada, deberías pasar a verla esta en la habitación 405, yo llevaré a los niños a mi consultorio para que puedan estar cómodos. También he hablado con los policías, Tiffany, ella...

—Lo sé, yo no se como sucedió. Gracias Liam,  en verdad, gracias.

******

Mark entró a la habitación, su mujer estaba acostada, el rubio se sentó junto a ella y tomó su mano. Era increíble como cuando las cosas iban tan bien, podían cambiar tan pronto. Casi a la medianoche Bianca despertó.

— ¡Mark! ¡Mi bebé! ¡Mi Andrew!

—Tranquila Bianca, tranquila, están bien, todo está bien, Andrew está bien, el bebé está bien.
Bianca trato de moverse pero la escayola se lo impidió.

—Tiffany, ella... ella tenía un cuchillo…

Mark la tranquilizo hasta que los doctores regresaron y comenzaron a checarla. Mark espero pacientemente hasta que el doctor término y se acercó a él.

—Bianca se encuentra bien, aunque deberá tener reposo absoluto, cuando llegó tenía un ligero sangrado que logramos controlar, no quiero que nos arriesguemos así que mantendremos el reposo.

—Lo que sea necesario doctor.

Bianca lo miraba cuando volvió a sentarse junto a ella.

—Esta bien ¿cierto? no me estas mintiendo ¿verdad Mark?

—Jamás lo haría Bianca, él bebé está bien, todos lo estamos, esa mujer ya no nos hará daño, jamás.

—Quiero ver a mis hijos...

—Los verás, pero necesitas descansar ahora. Todo lo que ha pasado es demasiado para ti, tendrás que estar en cama un tiempo.

—No me importa, solo quiero que mi bebé esté bien.

—Lo estará, estaremos bien, ya lo veras.

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