Capítulo 16
Ayer ocurrió un homicidio, la víctima fue un Ruber. Desconozco si la verdadera razón por la que fue asesinado eran sus poderes, tal vez fue algún otro conflicto y el dato de que él fuera un Ruber sea irrelevante. Pero si el motivo eran sus habilidades, entonces mamá está en lo cierto, la gente está alimentando sus prejuicios hacia quienes tenemos poderes, y será mejor cuidar todo lo que hacemos y decimos.
...
Sean D'angelo tiene la cabeza totalmente blanca por sus canas y las líneas d expresión de su rostro son muy marcadas, su acento italiano es muy agradable. Me guía hacia mi espacio explicándome algunas cosas de mi nuevo trabajo, mi mes de prueba apenas ha iniciado, así que no estoy en una sección definitiva, pero lo más probable es que quede en policiales. Mi escritorio está separado de los de mis colegas por un panel de vidrio, ellos me miran de forma reacia y vuelven a su trabajo.
– Sé que ni siquiera te has acomodado – Dice Sean tras mostrarme mi lugar –, pero me gustaría que te hagas cargo del reportaje a Henry Smith, sería bueno para tu período de pruebas.
Henry Smith, ¿Cómo olvidar ese nombre?; viene a mi mente la vez en la que mamá me habló de él y de su vinculación con el virus Arsénico.
– Seguro – Digo con convicción –, yo me hago cargo.
–Te quiero en el Laboratorio de análisis en 40 minutos – Dice antes de voltear e irse por el corredor.
Cuando llego al Laboratorio de análisis, ya hay muchos periodistas y conductores de programas de noticias para transmitir el reportaje en vivo, los camarógrafos y sus luces apuntan directo a la puerta. Hay un grupo bastante grande de entrevistadores esperando a Henry Smith, dudo poder escuchar algo sin ayuda de mis poderes; me sitúo detrás de la multitud a esperar también. Nadie me verá, así que observo lo que hay detrás de los muros del Laboratorio, Henry Smith está discutiendo con una enfermera, escucho lo que le dice tan solo por unos segundos, preferiría olvidar los pocos insultos que llegué a percibir, ella se mantiene seria pero seguro debe querer gritarle aún más groserías de las que él expulsa de su boca. Todos a su alrededor observan la situación y murmuran entre ellos. Smith relaja su entrecejo fruncido antes de salir del Laboratorio y dirigirse a nosotros, me serviría mucho que mis poderes funcionaran para ser invisible y que él no me reconozca, por suerte estoy detrás de todos los demás y no soy muy alta, así que supongo que no podrá verme. No dice ni una palabra cuando todos comienzan a hacerle preguntas de forma enérgica:
–¿Se ha presentado algún caso al que ninguna de las dos curas haya podido salvar? – Pregunta un hombre con aire de suficiencia.
–Hemos tenido la suerte de no pasar por dicha situación – Responde Henry seriamente calmado –, si bien algunos casos se recuperan de forma más lenta, no hemos registrado a ningún paciente que no haya alcanzado una recuperación total.
–¿Hay alguna persona que no haya respondido a la inmunidad que aseguran en el Laboratorio Júpiter y que resultara contagiada luego de tomar alguna cura? – Pregunta una mujer.
–No, no ha pasado nunca; la inmunidad está asegurada sin importar qué tan fuerte se encuentre el sistema inmunológico de los pacientes.
–¿Qué nos diría de "Los últimos 100 casos"? – Comienza a decir una joven con seriedad – Hay rumores que sugieren que la cifra verdadera es más alta, ¿Quién es el que miente?¿El Laboratorio o la Asamblea de Liderazgo?
La chica lo mira con seriedad, convencida de que lo ubicó en una posición vulnerable.
–Le aseguro que las cifras citadas por el Líder de nuestra ciudad son verdaderas, estos son "Los últimos 100 casos".
Lo veo regocijarse de su respuesta, pero su orgullo no durará mucho, no pienso quedarme callada.
–Doctor Smith – Comienzo a decir aprovechando que no me ve –, circulan los rumores de que fue usted quien dio origen al Virus Arsénico durante su período de trabajo en el Laboratorio Júpiter, iniciado un año antes de la epidemia y finalizado un mes después de que esta comenzara –. Lo veo desesperarse mientras busca a esa voz que debe resultarle tan familiar entre la multitud, pero no puede encontrarme – ¿Desmiente estos rumores?¿O debemos suponer que son ciertos?¿Cuál fue la verdadera razón por la que se fue del Laboratorio Júpiter?
Sigue buscándome mientras comienzo a sentir que soy una cobarde, probablemente no hubiera dicho nada si no me encontrara detrás de todas estas personas.
–El ambiente allí no era lo que yo esperaba – Comienza a decir con sus ojos paseando por todos los rostros presentes –, prefiero trabajar ayudando a los afectados por el virus en lugar de sentarme en una cafetería a esperar las órdenes de seis arrogantes, lo mío es servir a la comunidad. No más preguntas por ahora – Dice antes de dar media vuelta y entrar de nuevo al Laboratorio.
Siento un orgullo algo culposo; lo expuse y enseñé lo que todo North City debe ansiar saber: Quién es el responsable de las muertes y del sufrimiento que causó la epidemia. Al enfocarse en dejar mal al Laboratorio Júpiter y no esforzarse por desmentir mis acusaciones, puso en evidencia que estoy en lo correcto. Sabe que fui yo la de aquella pregunta, por eso insultó al equipo, sé que sólo estaba pensando en mi padre.
Al entrar de nuevo al periódico, veo Sean D'angelo observando las noticias, tan sólo es el video de Henry respondiendo las preguntas con algunos conductores dando sus opiniones. Escucha la puerta del ascensor cerrarse y voltea.
–Te felicito, Annet – Dice luego de que me sitúe a un costado para ver las pantallas –. Tu voz se oye clara en las grabaciones, sacaste un muy buen chisme a la luz; si es cierto o no, eso es otro tema, pero esto causará un revuelo enorme. No dejaremos de hablar de esto durante un par de semanas –. Se da vuelta y comienza a caminar hacia el ascensor mientras sigue hablando – Quiero ese artículo publicado en hora y media.
Aún no he acomodado bien mi escritorio, quizás coloque una plantita y alguna foto con mis padres y Lisa. Saco mi libreta y escribo el artículo lo mejor que puedo, en menos del tiempo estimado lo tengo listo para enviarlo a editar. Reviso otros periódicos, todos estallan con la misma noticia, lo único que cambia son los títulos, aunque son muy similares entre todos: "Henry Smith, ¿Culpable del virus Arsénico?", "Se descubre el origen de la misteriosa epidemia Arsénica", "Rumores podrían cambiar la forma en que vemos la epidemia". Cada uno de ellos menciona a la pregunta de "cierta periodista", aunque aparezco en anonimato, mi madre ya debe saber de quién se trata, va a matarme.
El resto del día en el trabajo no tuvo nada de especial, sólo una dosis de nostalgia durante el almuerzo por la primera vez en la que almorcé en mi anterior empleo; recuerdo como Matthew se acercó a mí para hacerme miles de bromas que, en su momento, me hicieron sentir mal, pero luego me hablaron de que esa es su forma de actuar cuando alguien le agrada, es contradictorio.
El homicidio del chico Ruber alertó a todos en el Regimiento y van a forzarme aún más para estar lista cuanto antes, siento que no ven lo mucho que me estoy esforzando y que quieren lograr algo sobrenatural, es imposible que esté preparada para dentro de quince días. Aun así, debo seguir; papá dice que no es bueno tener una actitud de resignación, eso hará que me frustre más rápido y que baje antes los brazos, supongo que es fácil para él decirlo que tiene poderes que le impiden cansarse o sentir dolor.
–Hoy pelearás contra mí – Dice Korín en cuanto me ve entrar al salón.
–¿Qué? – Pregunto alzando mis cejas.
–Si quiero que tengas progresos rápidos será mejor que pelees contra una profesional, no con uno de estos inútiles – Algunos de los chicos comienzan a quejarse ya que ella no se molestó en bajar la voz al hablar mal de ellos –. Es la verdad – Dice dirigiéndose al grupo –: Son unos inútiles.
Subimos juntas al cuadrilátero y, desde arriba, veo a papá y Matthew entrar al salón. En cuanto la miro, Korín inicia la pelea, es rápida y decidida. Lo he observado, cada vez que se encuentra en acción, su mente se enfoca totalmente en ello; sé que debe tener muchos problemas personales, como cualquiera, pero parece olvidarlo cuando debe emplear su fuerza. Sus movimientos son casi naturales, yo debo esforzarme un poco más para recordar cada una de las técnicas que he aprendido con el tiempo. Su puño rápido, intenta golpearme repetidas veces en el rostro; yo la esquivo lo que más puedo e intento dar en su estómago, atino con fuerza, pero ella no hace caso al dolor y reacciona de inmediato al verme un poco desprevenida. Golpea mi pecho con su hombro mientras mantiene su mano en el estómago. Doy un esfuerzo por no caer colocando firme la planta del pie derecho, logro un poco de equilibrio y avanzo dando un leve paso hacia adelante para golpearla, ella toma mi muñeca con tanta fuerza que no puedo zafarme antes de que me aviente y me haga rodar en el suelo. Mi pecho duele a cada intento que hago por respirar bien. Se me cruza por la mente la idea de pedirle que pare, pero entonces recuerdo la vez en la que me contó el significado de su tatuaje: "Significa resiliencia". Con mis poderes, oigo la voz de papá en un susurro casi inaudible:
–Levántate, Anne.
Me imagino a mí misma levantándome con el dolor implantado en la cara, dando lástima por la lentitud de mis movimientos, pero no, la fuerza vuelve a mí haciendo que me levante con firmeza, debo ser resiliente, por mucho que me cueste. Trastabillo un poco antes de encontrarme de pie enfrente a Korín. Hay algo en ella que aún me falta y que debo esforzarme por conseguir lo antes posible: Agresividad. Tal vez doy mis golpes con miedo, pero eso no puede quedarse así por mucho tiempo más. Golpeo su rostro, siento pena al verla con la cabeza hacia atrás palpando su nariz, pero no cede al dolor por mucho tiempo. Siento que somos dos bestias atacándose brutalmente. Sin saber por qué, recuerdo que Astley me dio un consejo hace unos días: Imaginar que mi oponente quiere hacerle daño a las personas que amo. Cruza por mi mente una imagen inventada de Korín apuntando con un arma a la cabeza de Lisa, aunque sé bien que no es real.
Sigo peleando como puedo, pero estoy muy cansada, no creo llegar a vencer a Korín, su derrota es para mí un objetivo inalcanzable. Me da un golpe en la nariz que hace que esta comience a sangrar. Estoy a punto de rendirme, pero no me quiero dar por vencida. Pienso en mis poderes, tal vez me sean útiles. Me concentro en los sonidos del ambiente, escucho los movimientos de su brazo antes de que este llegue a mí. Uso mi antebrazo como barrera, pero no es suficiente; mantengo mi mente enfocada en cualquier desplazamiento que pueda significar una amenaza para mí. La esquivo pasando por debajo de su brazo y quedo justo en el centro del cuadrilátero, bajo la fuerte luz, la única iluminación del salón. La sangre de mi nariz está justo en mis labios, la limpio con la palma de mi mano y continúo. Siento en mí un rebrote de energía. Anticipo que me pegará en el lateral de la cabeza, así que me muevo hacia abajo y aprovecho que descuidó su estómago para darle justo en él. Ella se retuerce lanzando un alarido pero no se rinde, sigue luchando algo encogida por el dolor, mis brazos comienzan a doler por cubrirme de su fuerza. Ambas aprovechamos los espacios libres de nuestro cuerpo, hasta que veo la oportunidad perfecta: Siento como su pierna sube hacia mí, así que la tomo y la impulso hacia atrás, ella trastabilla y cae de espalda. Recuerdo cuando aquel chico que la dejo tumbada se distrajo y ella se levantó de nuevo para revertir la situación, así que me quedo observándola atenta por si vuelve a ponerse de pie. Pero no, se queda mirando al techo intentando recuperar su respiración, comienza a hablarme entre jadeos:
–¿Cómo sabías...?¿Cómo sabías que te daría con la pierna?
–Mis poderes... – Respondo entre jadeos un tanto sorprendida por su pregunta – Oía tus movimientos en el momento en que comenzaban.
Bajamos juntas del cuadrilátero y luego me acerco a papá y Matthew sintiendo un leve ardor en mi garganta por mi respiración acelerada, casi olvidaba que estaban aquí.
–¿Podrías demostrar aunque sea un poco de entusiasmo? – Pregunta Matthew cuando no hago más que saludarlos desganada – ¡Venciste a Korín!
Sonrío cansada, papá me mira con algo de orgullo. Algunos de los chicos se acercan a mí y me dan palmadas en la espalda felicitándome, debe ser un rito que siguen cada vez que alguien gana una pelea.
Antes de ir a entrenar con Astley, me quedo un rato observando a otro de los chicos pelear mientras me siento con papá en una banca. Korín los observa, hace una mueca de dolor cuando se cruza de brazos, tiene un moretón bastante grande en el derecho, creo que se lo causé yo.
–Leí tu artículo – Dice papá de repente.
–¿Qué te pareció? – Pregunto observando la pelea grabando en mi mente cada movimiento que pueda servirme en el futuro.
–¿Era necesario exponer así a Smith? – Pregunta casi enfadado.
–¿A qué te refieres?
–¿Quién te contó sobre Smith?¿Tu madre? – Me limito a asentir sin saber a qué quiere llegar – ¿Te dijo también que Akihiro no quería que esto saliera a la luz?- Dice con voz pasiva.
–Pero porque él cree que de verdad Henry es inocente, ¿No era que tú creías que él y su abogado mienten?
–Pero puedo estar equivocado, y si estuviera en lo cierto no puedo hacer nada para que Smith tenga su merecido – Responde inclinándose hacia adelante –. Además, Akihiro es compasivo pero es la máxima autoridad de North City, si él dice que las cosas deben ser de cierta manera así deben ser; él quería oculto el asunto de Henry, y si él lo decidió así es porque le pareció lo mejor.
Mi mente une un par de pensamientos y obtengo varias dudas en unos pocos segundos.
–¿Y por qué Akihiro cubrió todo esto? – Pregunto desafiante – ¿Y si él está involucrado también?
Él restriega su frente con la mano dando un suspiro antes de empezar a responder:
–Él ocultó todo porque no sabe aún todos los detalles. Esto es más complejo de lo que crees, Smith es culpable, pero no es el único, alguien dentro o fuera del Laboratorio lo ayudó; no se sabe quién, ni cómo crearon un virus tan peligroso o cuáles eran los motivos, pero Smith creó el Virus junto con alguien.
–Y la ciudad merece saberlo, todos merecen saber que...
–¡Nadie merece saber nada! – Exclama en un susurro perdiendo la calma – Akihiro está detrás de Smith desde hace meses, pero no quería que nadie sepa nada hasta determinar los motivos.
–¿Alguien más en el Laboratorio lo sabe?
–No, soy el único; percibí actitudes demasiado sospechosas en él unos meses después de que ingresara al Laboratorio y, sé que no debería haberlo hecho, pero ingresé en su oficina y revisé sus papeles, encontré algunas fórmulas relacionadas al Virus, nada más. Me enteré de varias cosas por algunas investigaciones de tu madre y del juzgado, pero Smith logró salir invicto de todas las acusaciones.
Sé que debe haber muchas cosas que papá no quiere decirme sobre este asunto, tal vez sepa más de lo que creo. Quizás él tenga información confidencial que podría cambiar lo que muchas personas creen respecto al Virus, tiene explicaciones. Entiendo que no quiera contárselo a nadie, si lo hiciera podría exponerse a que Henry o la persona que lo ayudó vayan tras él. Intento concentrarme en la pelea, pero un pensamiento me saca totalmente de la realidad: Me expuse. Henry debe haber reconocido mi voz, y ahora es consciente de que sé sobre la relación entre él y el virus.
...
Cuando ingreso al salón de armería, los enormes ojos oscuros de Astley se clavan en mí como dos espadas filosas, pero hago lo posible por convencerme de que es la misma mirada con la que miraría a cualquier otra persona, sobre todo a una que conoce hace menos de una semana. Entro con él a una de las cabinas, donde ya hay un revólver y una caja entera de balas.
–Ya sabes que hacer – comienza a decir antes de irse –. Podrás irte cuando termines todas las balas, tal vez estés aquí un buen rato.
Aun siento escalofríos cada vez que tomo el revólver, pero intento tapar esa parte tan blanda de mí, eso tan débil e infantil, me enfrentaré a asesinos que no tendrán piedad conmigo ¿Por qué he de tenerla yo? Sens-Girl no será un ícono de la debilidad que intenta hacerse pasar por fortaleza, será el de una Guardiana en busca de justicia. Luego de todos esos pensamientos, recuerdo que debajo del traje de Sens-Girl, estará Annet Henderson White, la chica que odia ver sangre y que aún siente que le falla a su propia humanidad cada vez que golpea a alguien o toca un arma.
Algunas de las balas llegan a la silueta, otras pasan de largo, pero no me desaniman, creo que estoy mejorando. Cada vez que estoy a punto de presionar el gatillo, mi cuerpo se tensa totalmente y se relaja cuando la bala llega a su objetivo. Miro la caja, no voy ni la mitad de las balas.
–¿Cómo va todo? – La voz gruesa de Astley vuelve a asustarme.
Doy un respingo y, al darme vuelta, me sorprendo al ver lo cerca que está de mí, es cierto que la cabina es pequeña, pero creo que no es necesario que estemos a tan pocos centímetros de distancia. Tras responderle, me enfoco de nuevo en lo mío luego de unos segundos, comprobando que se quedará aquí. El hecho de que me esté observando hace que tenga los pelos de punta; es un profesional en esto, seguro está juzgando las mil cosas que debo estar haciendo mal. Sigo disparando durante unos minutos, desde que llegó no atiné ni una vez a la silueta. Me detengo y lo observo fijamente luego de dar un disparo, acaba de preguntarme algo pero estaba tan enfocada en esto que no le presté atención.
–¿Qué dijiste? – Pregunto observando la leve sonrisa que asoma por sus labios.
–Que si querías salir conmigo.
–¿Qué? – Suelto alzando mis cejas sin entenderle.
–¿Segura que tienes poderes auditivos? – Pregunta divertido mientras su rostro dibuja una sonrisa que deja al descubierto sus dientes parejos y blancos.
–Que tú quieres... ¿En serio quieres salir conmigo? – Él asiente con seguridad –. No lo entiendo, nos conocemos desde hace menos de una semana... Lo único que sé de ti es que estás en el Regimiento por parte de una extraña tradición... Y tú solo sabes que soy periodista.
–¿Y? – Pregunta mientras dejo el arma y lo miro aturdida – ¿Cómo crees que sabré más de ti si lo único que hago es verte pelear o disparar? Quiero estar contigo en un ámbito que no sea el Regimiento, conocerte más, y que tú me conozcas a mí. No lo sé... me pareces interesante.
Cuando se queda callado, trago saliva nerviosa recordando que hace al menos un año que nadie me invita a salir, además, aquella vez me dejaron plantada. Si digo que no, me ahorraré bastantes nervios, nunca sé cómo actuar en una cita, y Astley tiene mucha seguridad, pero no me la transmite.
–¿Ese silencio es un sí? – Pregunta sin perder su sonrisa.
–Astley, no salgo con nadie desde hace años – Comienzo a explicar buscando rechazarlo –, y no estoy segura de poder salir con alguien ahora...
–¿Por qué?
–No lo sé, siento que lo arruinaré o que la otra persona se aburrirá o... No lo sé – Digo con voz insegura y temblorosa.
–¿Y si me dieras una oportunidad para demostrarte que no lo arruinarás? – Pregunta bajando la voz y acercándose aún más a mí.
–¿Por qué quieres salir conmigo? – Pregunto en un susurro observando sus ojos oscuros.
–Lo descubrirás si sales conmigo – Responde antes de observar mis labios disolviendo un poco su sonrisa.
En cuanto se acerca hasta que casi puedo sentir su aliento fresco con aroma a menta, me alejo instintivamente hasta quedar pegada a la pared mientras bajo la vista; por lo poco que conozco de él, puedo darme cuenta de que no se va a rendir fácil, va a insistir hasta el cansancio. Tras percibir lo incómoda que me pone que esté tan cerca, se aleja apenas unos centímetros. En cuanto lo observo de nuevo, veo cómo alza sus cejas a la espera de una respuesta, y, por alguna razón, ese gesto parece electrificarme, ¿Qué pasaría si me permito volver a admirar esos gestos que parecen ser tan únicos?
–De acuerdo – Murmuro atreviéndome a mirarlo a los ojos.
–¿Mañana? – Pregunta ensanchando su sonrisa.
No lo entiendo ¿Cuál es la prisa en salir con una desconocida? A pesar de lo esté mirando directamente a los ojos, siento uno de sus dedos posicionarse debajo de mi mentón con delicadeza y seguridad a la vez, casi como si quisiera decirme lo mucho que confía en sí mismo. Ese leve contacto me hace recordar la última vez que un hombre me tocó con esa misma confianza, y sinceramente, apenas la recuerdo. Y, por extraño que sea, recordar lo que se sentía que alguien me acariciara con esa suavidad me hace sentir algo nostálgica y que, en el fondo, abrigue en mi ser las ganas de que alguien me acaricie así, con deseo.
–¿Mañana? – Repite él con calma.
–Mañana – Confirmo yo.
...
"Tal vez, ya no quieras estar sola.
Tal vez, pueda haber algo mejor."
(Tal vez- Ciro y los Persas)
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