La pareja del líder

— ¿Estás ansioso, líder Katsuki? —preguntó uno de los monjes, de aspecto serio pero pacífico —Su pareja parece estarse ganando a la mayoría de la gente.

—Aunque dicen que no habla mucho —agrego otro monje.

Katsuki oculto una pequeña sonrisa detrás de su mano y después, acomodando sus molestas ropas ceremoniales, se giro de la ventana donde estaba para mirar a los monjes. De lejos, Hanta le hacía una señal para asegurarle que estaba preparado para sacarlos en caso de que lo necesitará.

—Shoto es una buena pareja, aparte de que no por nada su padre lo quiso como el líder de su propio clan —contestó el cenizo —No me siento ansioso por nada. Solo odio que está jodida ceremonia sea tan malditamente larga.

Los monjes protestaron que era tan larga porque así eran sus tradiciones pero ya no hicieron comentarios acerca de Shoto. Para algunos, que la pareja de su líder no fuera otro zorro espiritual era una traición a su clan y costumbres, pero nadie podía ir contra Mitsuki que dió la última palabra sobre ese arreglo matrimonial y ahora mucho menos contra su futuro líder que parecía bastante a gusto con la elección de su pareja. Solo les quedaba callarse, adaptarse y reconocer que el dragón era mucho más agradable de lo que imaginaron, tenía un carácter tranquilo que esperaban —en secreto— que se le pegará un poco al cenizo.

El cenizo volvió su atención a la ventana, el atardecer se estaba haciendo presente y dentro de poco tendría que ir al salón para la ceremonia principal, dónde estarían sus padres y los del bicolor, los miembros del clan y otros invitados de clanes distintos. No se sentía nervioso por eso, estaba bastante calmado pero a medida que el sol tardaba más y más en ocultarse la sensación de ansiedad crecía en su interior.

Extrañaba mucho a Todoroki. No lo había visto desde la mañana y no podía esperar para que estuvieran juntos. Estaba seguro que hasta sus bebés extrañaban la presencia de su padre, tuvo por primera vez la necesidad de vomitar hace menos de una hora y estaba seguro que era porque sus niños necesitaban la presencia del dragón cerca.

Bakugou paso las manos por su estómago, no se notaba lo abultado que estaba debido a lo enorme de su traje ceremonial blanco para la boda e hizo algo de presión para que sus hijos pudieran sentir que estaba con ellos. Que faltaba poco para que vieran a su padre.

Que faltaba poco para que oficialmente fueran una familia.

El Santuario de la Noche estaba repleto de gente por fuera que esperaba entrar, vestían kimonos rojos en representación del clan y algunas mujeres traían abanicos con el símbolo de la Luna, llevaban cestas con flores para dar en el casamiento y algunos bollos para comer.

Cuando la caravana del novio llegó todos se apartaron, los caballos se abrieron paso y Shoto pudo ver los rostros alegres que los recibían. A sus lados, sus hermanos saludaban con educación y Midoriya se reía de algo que le contaba Uraraka. Al momento de bajarse, uno de los monjes lo recibió abriendo la puerta y le indico que lo acompañara para vestirse.

—Ay, ahora sí siento que se va a casar nuestro hermanito —hizo un puchero Natsuo — ¿No podemos secuestrarlo?

— ¿Quieres que nos mate? —bufo Touya que por la expresión del bicolor sabía que no apreciaba sus buenas intenciones de hermanos mayores de salvarlo de su matrimonio —Déjalo ser. Vamos a cambiarnos también, Natsuo.

—Bueno —suspiro el albino y antes de irse, se acercó a su hermano menor y le abrazo —Muchas felicidades, Sho. Por si no lo había dicho antes, me hace muy feliz verte tan bien hermanito.

A Shoto no se le daban bien las muestras de afecto y Natsuo lo había tomado con la guardia baja pero, aún así, logro darle un par de palmaditas en la espalda y cuando Touya se lo saco de encima, fue su turno de darle un abrazo y despeinar un poco su cabello.

—Que seas feliz, Sho —le deseo —No hagas esperar a tu esposo.

El bicolor asintió y siguió al monje que lo esperaba un poco más lejos en el pasillo, fue guiado hasta una sala privada y le llenaron una tina con agua caliente para su baño. Le pusieron un par de velas medicinales para que se relajará y su cuerpo descansará un poco de todas sus actividades. Después, un par de mujeres trajeron un traje que era blanco por completo y unos collares de perlas rojizas. Salió de la tina, se seco bien el cuerpo y se puso el traje, era grande y un tanto pesado pero curiosamente ligero.

Un monje volvió a entrar, más viejo que el anterior y le pidió que se sentara de rodillas en el suelo en lo que le daba un par de bendiciones como era la tradición.

—Que la Diosa Lunar te de la bienvenida, que el Gran Zorro te proteja y que seas una luz para nuestro clan, Shoto Todoroki, te deseamos una vida llena de salud, felicidad y amor como la pareja de nuestro líder Katsuki Bakugou —le pasó una pulsera de cuero negro y se la colocó en la muñeca izquierda —Eso sería todo, Shoto-san, muchas gracias por participar en las ceremonias del clan y cumplirlas. Es momento de llevarlo con Katsuki-sama.

El dragón asintió, se puso de pie teniendo cuidado de no estropear su ropa y el monje lo guío por otro pasillo que antes no había visto, dónde su padre lo esperaba al final. Enji usaba un traje negro y formal, con los símbolos de su clan impresos en la tela, dando un aura intimidante y poderosa que tenía a los monjes un poco cautelosos. Su padre se giro al escuchar sus pasos y, para su sorpresa, le sonrió.

—Te vez bien, Shoto —halagó el pelirrojo —Me dijeron que tengo que acompañarte al entrar, ¿te molesta?

— ¿No podía hacerlo mamá? —pregunto el bicolor solamente por curiosidad, ya que se puso a un lado de su padre y entro sin protestar al salón junto con él.

—Le dió miedo arruinar el momento y vomitar en medio del recorrido —murmuró el pelirrojo —Cuando hagamos la misma ceremonia en las Montañas de Iruyuki, le diré que le toca acompañarte.

Shoto sonrió levemente y ya no hablo más con su padre, en parte, porque sería descortés cuando todos en esa sala estaban en silencio. Por otro lado, había visto a Katsuki al final de su recorrido, con un traje blanco como el suyo, con mangas largas y un cinturón de color rojo, el rostro maquillado en la zona de los ojos, haciendo que su mirada pareciera más aguda, como la de los zorros verdaderos. Sus ojos rojos se pusieron brillantes al entrar en contacto con los suyos y sus pasos se volvieron más rápidos para llegar hasta él.

El cenizo le extendió las manos y el bicolor las tomo sin dudarlo, el sonido de un tambor se escuchó y ambos se dieron vuelta, para quedar delante del monje que llevaría a cabo la ceremonia.

—Hoy estamos celebrando la unión de nuestro líder Katsuki Bakugou y su pareja del clan del Dragón del Sol, Shoto Todoroki —comenzó el monje —Les pido a ambos que se miren mutuamente y se sostengan de las manos.

La pareja lo hizo y el monje agarro un listón rojo largo para atar sus manos unidas, les rocío algo de agua y murmuró unas cuantas palabras para bendecirlos.

—Un matrimonio es la unión de dos personas que buscan la felicidad. Deben ser devotos al otro, deben cuidarse mutuamente y deben respetarse —siguió el monje —Son los que llevarán este clan a partir de ahora y en adelante, piensen juntos, trabajen juntos y progresen juntos. Este viejo monje está seguro que llegarán a hacer grandes cosas.

Hubo un par de murmullos en acuerdo pero el monje pidió silencio una vez más y para finalizar la ceremonia, agarro las manos atadas de ambos y las levanto delante del público.

— ¡Que su matrimonio sea bendecido por la Diosa Lunar y el Gran Zorro de la Luna Roja! ¡Larga vida a los esposos!

— ¡Larga vida a los esposos! ¡Larga vida a los esposos!

— ¡Bendiciones, Shoto-san, Katsuki-sama!

— ¡Que sean muy felices!

El público aplaudía y sonreía por la unión entre su líder y su pareja, las flores que fueron recolectadas en los canastos salieron volando por todo el salón y el cenizo se rió cuando los pétalos rosados cayeron en el cabello de su esposo, se los quito con cuidado y se acercó más a él para poder besarlo.

Lo cual, bien, no fue buena idea.

Shoto había extrañado a Katsuki todo el día, no pudo evitar el agarrarlo por la cintura con la mano que no tenía atada y besarlo como si su vida se fuera en ello. El sonido de sus bocas juntas era lo único que le importaba, más que los reclamos que le haría el cenizo por besarlo en un lugar público y su imprudencia por las muestras de afecto. Lo beso hasta que quedó satisfecho y pudo ver sus mejillas rojizas y la manera en que le faltaba el aliento le parecieron lo más encantador del mundo.

—M-Maldito, ¡tenemos tiempo para eso! —se quejo el cenizo, tapando su boca con su mano libre y viendo la mirada hambrienta del bicolor sobre sus labios —Primero saludemos a la gente, Shoto, después vamos a estar encerrados por tres días y podrás hacer lo que quieras.

— ¿No nos podemos besar solo una vez más? —pidió el bicolor haciendo un puchero —Por favor, Katsuki.

El cenizo frunció el ceño, era injusto que le hiciera una petición con esa cara tan linda que tenía. De esa forma era imposible negarlo algo.

Aunque, honestamente, nunca se había negado a nada de lo que Todoroki le pidiera. Si no lo hizo cuando era su prometido, ¿por qué lo haría que era su esposo?

—Una vez más —paso sus brazos por el cuello del bicolor y se puso de puntas de pie —Solo una.

Bakugou fingió no haber visto la sonrisa de triunfo de su pareja y se concentró en el beso, en sentir sus labios, en su lengua que buscaba recorrer toda su boca.

Mientras ellos estaban en su mundo, los demás hablaban sobre la pareja del líder, el cuál parecía estar muy enamorado y feliz por su matrimonio. Mitsuki y Masaru veían sonrientes a la pareja, lo mismo que los Todoroki que ya querían saludar a su hermanito y celebrar su unión. Otros como Midoriya estaban sorprendidos de que en verdad se quisieran tanto —el cenizo le hizo saber por cartas que su relación era buena pero algo distinto era verlo en persona— y estaba tan rojo como un tómate observando todo. Por otro lado, Kaminari estaba tirando pétalos de flores por todos lados, siendo animado por Ashido que le buscaba más e Iida que se reía al verlo tan alegre.

La ceremonia termino bien, las bendiciones fueron dichas y los invitado se retiraron para dejar a la pareja en el Santuario de la Noche por tres días y tres noches, dónde usaron ese tiempo para amarse y descansar, porque sabían lo que les esperaba al salir de ese lugar.

A Katsuki sus mismas y tediosas obligaciones de siempre que ahora serían acompañadas de la presencia de su pareja, Shoto Todoroki.

Sin dudas, a partir de ahora el líder del clan sería visto por todos junto con su pareja, la cual buscaba siempre la manera de apoyarlo y cuidarlo.

Fin.

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