Cuestiones Políticas.

Mitsuki Bakugou no habría organizado un matrimonio para su hijo si hubiera tenido otro. El clan del Zorro de la Luna Roja siempre había tenido más de un sucesor pero desde la generación anterior que los líderes habían tenido un único hijo y eso debilitaba su poder. Una de las razones por las cuales el Valle de Anteri estaba tan bien protegido era gracias a las barreras ilusorias que podían crear los líderes del clan. Eran ilusiones tan poderosas que los demonios no podían pasarlas.

Pero mantener las ilusiones era un enorme peso para el alma y la energía. Por esa razón, siempre eran hermanos y parejas de padre-hijo los que mantenían esas protecciones funcionando. Actualmente, ella y Katsuki se encargaban de esto, pero su edad hacia que su alma y energía se volvieran cada vez más y más débiles, dejando toda la carga en su hijo en los últimos años.

Fue por ese motivo que orquesto el matrimonio. Su hijo seguía siendo joven pero ya tenía que tener bebés con su pareja, para que así las barreras puedan seguir funcionando en el futuro. A ella le quedaban unos diez años más como máximo, pero hasta entonces su pequeño tendría que trabajar duro para formar una familia y su pareja también tenía que ser más fuerte que él para poder proteger a todo el Valle de Anteri en caso de emergencias. Debido a eso, eligió a uno de los sucesores de Enji Todoroki. El clan del Dragón del Sol siempre fue conocido por sus miembros fuertes, nobles y devotos a su parejas.

Mitsuki no estaba tan segura de la compatibilidad de ambos chicos y daba por sentado que su hijo haría un escándalo en la noche de bodas pese a ceder a todo esto debido a su obligación con el clan. Pero creía firmemente que había hecho lo correcto.

Sin embargo, ahora que el menor supuestamente había huido no estaba tan convencida.

— ¿Dicen que el carruaje se perdió en la frontera con el Pueblo de Rinji? —repitió su pregunta a sus asistentes mientras se agarraba la cabeza.

—Sí, señora. Los aldeanos aseguran que vieron a un carruaje con el emblema de la familia Todoroki pasando por ahí y que luego no salió del Camino de Flores —respondió el asistente —Envianos a unas cuantas personas a buscar. No había rastros del carruaje.

—Pero tampoco avistamientos de dragones por la zona —agregó el otro asistente.

La rubia asintió, si el carruaje desapareció por completo, estaba la posibilidad de que Shoto se hubiera transformado en su forma de dragón y se lo hubiera llevado por su cuenta en su lomo. Pero si nadie vio a un enorme dragón volando por el cielo, entonces no tenían pruebas para esa teoría.

—La tierra no pudo haberse tragado un carruaje entero —se mordió los labios con rabia, algo se sentía realmente mal en todo esto — ¿Saben si Shoto-kun llevaba escolta?

—No, al parecer era solamente el carruaje y el jinete.

Enji no envío escoltas para su hijo menor, eso quería decir que estaba confiado de que si se metía en problemas podría defenderse bien. Fue un grave error de juicio, al parecer de Mitsuki. Incluso sabiendo con claridad que su Katsuki era la persona más fuerte del mundo, de tener que enviarlo a un territorio desconocido con fronteras peligrosas, le habría puesto como mínimo una docena de escoltas.

Como si con sus pensamientos lo hubiera llamado, a su pacífica sala llegó su hijo con una expresión de enojo que nadie le sacaba desde hace tres días —momento en que llegó a sus oídos la noticia de que su prometido se escapó— y con la clara intención de hablar con ella. A solas.

Mitsuki despidió a sus asistentes, ordenó que se cerrarán las puertas de la sala e hizo que su hijo se sentara delante de ella, en los almohadones rojos de satén que estaban a su disposición. Por costumbre, le sirvió una taza de té y se la paso. El menor no la recogió, se la quedó viendo fijamente a los ojos y la rubia suspiro.

Realmente, su hijo tenía un carácter difícil.

— ¿Qué vas a pedir Katsuki? —exigió saber.

—Quiero ir a buscarlo —demandó el cenizo y notando la mirada de protesta de su madre, agrego —Las barreras estarán bien por dos semanas.

— ¿Y si alguien nos ataca? Te recuerdo que el clan del Cuervo Negro nos envió una felicitación de bodas hace un mes —mencionó la rubia —Por mucho que lo nieguen, sé que fueron ellos lo que se metieron con las barreras de la zona sur.

El clan del Cuervo Negro se trataba de una facción de demonios que peleaban constantemente para tener una parte del Valle de Anteri. En general, lo hacían de manera política, absorbiendo pequeños clanes de las fronteras y tomando sus territorios a través del matrimonio o el comercio. Pero últimamente estaban más desesperados por llegar al centro del Valle de Anteri, hasta el punto que enviaron a Mitsuki una solicitud de cortejo para Katsuki. Sabiendo que el clan del Zorro de la Luna Roja estaba teniendo dificultades con la pareja de su futuro sucesor, decidieron hacer un movimiento y propusieron a uno de ellos para el puesto.

Sin importar lo desesperada que estuviera, la rubia no dejaría que un demonio se metería en el dormitorio de su hijo. Quemó la carta y fingió demencia cuando las personas del clan del Cuervo Negro preguntaron por su respuesta.

—Si llega a pasar eso, vendré de inmediato —prometió el de ojos rojos —Es mi maldita pareja, ¿no? Iré a buscarlo yo mismo.

—Podría ser peligroso, Katsuki —siguió renuente la mayor —Pese a qué Shoto-kun llegó hasta el centro de nuestro territorio, la zona en la cual su carruaje se perdió está entre la frontera de los demonios y el Pueblo de Rinji.

—El jodido Deku debe estar por ahí. Le pediré su ayuda —se cruzó de brazos el cenizo, tomando una posición terca y decidida —Iré por él. Es mío. Y tengo que dejar en claro que nadie se mete con lo que es mío.

—Para tomar el matrimonio como algo sin importancia te has puesto bastante sentimental —suspiró la rubia rendida —De acuerdo. Ve, pero le pides ayuda a Izuku-kun y vuelves apenas halla peligro o cuando te lo ordené.

—De acuerdo —asintió el cenizo en acuerdo —Me llevaré a Kirishima.

—Bien, ten mucho cuidado —pidió una última vez la rubia.

Katsuki le prometió que lo haría y luego, abandono la sala. Mitsuki suspiro una vez más, se recostó en los cojines y miro hacia el techo. Su hijo se opuso al matrimonio al inicio, después cuando supo que era algo necesario para la supervivencia de todos en el Valle de Anteri lo tomó como algo irremediable y se rindió. Nunca espero que tuviera buenos sentimientos hacia su prometido. Hasta ahora, cada vez que le llegaba algún regalo de Shoto, lo ignoraba.

Así que, este tipo de actitud suya fue bastante inesperada aunque lógica. Si de casualidad lo que le pasó a el cuarto hijo de Enji fue un crimen, dejarlo pasar sería una vergüenza para el clan del Zorro de la Luna Roja.

Además de que los miembros del clan eran protectores y extremadamente posesivos de lo suyo.

Mitsuki supuso que la razón detrás del comportamiento de Katsuki fue que ya consideraba a Shoto como suyo.

Y pobre de aquel que se hubiera metido con lo que le pertenecía a su hijo.

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