xxxv
Entonces Bakugō se levanta de su asiento sin importar que no verá el resto del partido de su novio. Está tan incómodo escuchando habladurías a su espalda de lo puta que se ve, de lo tan controlado que tiene a Izuku, de lo hijo de perra que es por dejar a uno para irse con otro, de la perversión por demostrar su relación homosexual con el chico más lindo de la universidad y de lo cruel que es por restregarle eso a la ex del pecoso sentándose en el mismo lugar donde antes solía hacerlo antes de volverse porrista.
Y quería pelear, cómo mierdas no, pero no quería más atención por un montón de extras, el partido era lo importante, no si trae ombliguera, botas militares y el pantalón le ajusta el culo. Tampoco trataba de juzgarle sus acciones o de echar el chisme de la semana de si le han visto meterle la lengua o la mano por doquier.
¡Como si no lo hicieran también!
Se queda en la parte de afuera, cruzado de brazos tratando de hacer tiempo a cuando saliera. Era más el mal rato que las ganas de ver a su novio. Es que ni por todo el cariño que le tiene vale para estar haciendo una via crucis por ser el actual novio del jugador estrella. No, no lo vale, ni estarse desgastando por cambiar la percepción de un montón de personas en un maldito partido.
Pronto una moto se pone en frente. Kirishima le saluda con la mano y él hace lo propio.
—Es bueno verte fuera, Bakugō.
—¿Ah? ¿Pretendías sacarme?
—Algo así, te estaba llamando porque sucedió esto.
Saca su celular, lo desbloquea, pone un vídeo y lo pone frente al rubio que se hace un poco para atrás.
Uno de los componentes hizo explosión.
—¡Puta mierda, ¿y hasta apenas me dices?!
—¡Te estuve llamando!
Los gritos eufóricos dentro del local lo irritan todavía más. Ni siquiera pudo disfrutar el maldito partido de su novio.
—Llama al bastón navideño, regreso en cinco, de ahí iremos a mi casa para hacer el planchado.
—¡¿De nuevo?!
—¡Haremos otras pruebas en simuladores, hay que corregirlo para que lo pase a imprimir ya, que se nos quema el tiempo!
—¡Blasty, mi plancha se quemó la última vez que la usamos!
—¡Mierda, la mía calienta bastante!
—¡Saquemos una rápido en un centro comercial!
—¡No traigo tanto dinero!
—¡Pues a plazos!
—¿Salvaste componentes?
—Espera —Kirishima teclea a la velocidad de la luz—, le estoy escribiendo para que pase a comprar más cloruro férrico.
—Y que compre algo que comer porque muero de hambre —se soba la frente—, respóndeme, ¿pusiste bien el capacitor electrolítico?
—¿Tiene polaridad?
—¡Pues por eso explotó! Esto me pasa por hacer equipo con extras de humanidades.
—¡Oye, le diste el visto bueno!
—¡¿Ah?! ¡¿Te atreves a reclamarme?!
—¡La culpa es de todos, yo por equivocarme, tú por darle el visto bueno y Todoroki por hacerte segunda!
—¡Es de humanidades! Me preguntó porqué no usamos el 2N2222.
—Hasta yo sé que es un bipolar.
—¡¿Ves?! Necesito enseñarle bien sino le será más difícil.
—Bakugō, tranquilo, saldremos de esta.
—Ya vuelvo.
—Katsuki, sabes bien que no voy a permitir que te haga daño de nuevo.
Sabe bien a qué se refiere.
—No soy una princesa a la cual cuidar.
—Entonces no actúes como si él fuera el príncipe encantador. Eres un guerrero bárbaro y yo soy el dragón, no lo olvides.
Entra de nuevo al local sintiendo las mejillas rojas, odia que haga ese tipo de comparaciones porque se siente protagonista de manga shōjo harem. Ese día no podía ser peor. Eso le pasa por no estar durante el ensamble del proyecto por querer estar con su novio en un partido que ni disfrutó. Al menos acaba de terminar porque salen las personas hablando de lo maravilloso que fue. Suspira, ni siquiera quiere preguntar quién ganó.
Llega a los vestidores, el fuerte olor a sudor le hace retroceder un segundo, pero igual entra. Necesita hablar con su pecoso y aun no sabe cómo le dirá que cancelará su cita.
De verdad que ese día no podía ser peor.
—Hey, Katsuki.
Una puta nalgada.
—Ya llegó el premio.
Un silbido.
—¿A dónde tan solo?
Las risas.
Llega a donde está el pecoso quien ríe de quién sabe qué pendejada con el tipo cuatro ojos que le recorre con la mirada. Hombres, siempre siendo tan cerdos.
—Hey, Deku.
Sube el pie a la banca en un fuerte pisotón. El pecoso se da la vuelta tras caer en cuenta que su novio acaba de entrar.
—¡Ah, Kacchan! —exclama contento tras verle, se levanta y trata de abrazarlo, pero el rubio se lo impide.
—Hueles a culo, no te me acerques.
—Me baño rapidito y nos vamos.
—Quiero hablar sobre eso —desvía la mirada. Mierda, se siente muy mal por plantarle, pero es más importante su proyecto.
—¿Qué pasa? —borra su sonrisa, algo que a Katsuki le hace sentir peor.
—Uy, ¿problemas en el paraíso?
—No es para menos, con Bakugō es tan próximo otro ex.
—Ni modo, ni siquiera la tercera es la vencida.
—Bakugō es por y para el pueblo.
—Hombre, Midoriya qué le hace jugándole al joto si bien que le entra a la Uraraka.
Hombres.
Katsuki resopla.
—Tengo que arreglar un problema de mi equipo.
—El equipo que se da cariño especial de exs.
Mierda, quiere ir y romperle los dientes al hijo de puta que dijo aquello, pero debe de tranquilizarse. Izuku le sigue mirando con sus ojos de borrego asustado.
—¿Justo hoy?
—Te dije que faltaría al ensamble, pero hubo un error y debo de estar para vigilar que no haya más.
—Hey, Bakugō, también quiero ser uno de tus exs para ir a arreglar el error.
—Con esas pintas de puta que se carga no me sorprendería que se la mame al profesor.
—¿No lo sabes? Le gusta a Aizawa, por algo siempre saca la nota máxima en su clase de electrónica analógica.
—Dame unos minutos, me baño y voy contigo —Izuku toma sus manos—, no me importaría estar ahí sin entender, quiero estar contigo.
Katsuki quiere disfrutar de lo bonito que sonó aquello, pero las risitas de fondo se lo prohíben. ¿Por qué su novio no escucha eso? ¿Por qué quiere ser protegido?
“Eres un guerrero bárbaro”.
Él no es una princesa a la que deban proteger.
—Bien, apresurate.
El pecoso le da un beso en la mejilla y corre a los baños.
—¡Ya vuelvo!
Apenas desaparece de su vista, Katsuki se pone delante del idiota que le metió la nalgada.
—Ah, la puta mayor acaba de escogerme, ¿acabas de darte cuenta quién es más hombre?
Katsuki ríe—. ¿Quieres te la mame?
—¡Oooh, y el novio en las duchas!
—¡Ya sácatela!
—Una tremenda mamada en los baños por la puta mayor.
—Ya voy, ya voy.
El rubio pone su mano en la entrepierna del sujeto para después apretarla haciendo que su rostro se encoja por el dolor.
—¿Sabes? No soy una perra común y corriente, no me va ir ladrando de aquí a allá como un chihuahua —aprieta con más fuerza—, a mí me encanta morder y no tengo problemas con amputartela con los dientes.
El sujeto le empuja, a lo que Katsuki le devuelve con un puñetazo. Este le sujeta de los hombros para meterle un rodillazo en el estómago, pero lo resiste para seguir golpeándolo.
Y los gritos apoyando al sujeto no se hicieron esperar.
***
También acá me dió tremenda crisis de la juventud porque siento que es muy plano, así que los voy a desarrollar(?)
***
cuando digo eso significa "haré que sufran todos"
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top