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—¡Qué alto estás, Katsuki-kun! —la señora Inko lo estrecha entre sus brazos, después palmea su cabeza y termina pellizcando sus cachetes, el mencionado simplemente esboza una pequeña sonrisa para no hacerla sentir mal.

—Mamá, déjalo —pide Izuku nervioso detrás, empuja a su novio poco a poco para liberarlo de las garras de su madre.

—Qué malo eres, a tu amigo no le parece incomodar.

"Amigo".

Eso no le gusta escuchar. Katsuki se hace a un lado mientras se dirige a la cocina—. ¿Y bien, señora? ¿Qué desea hoy de comer?

Y sabe que a su novio tampoco le hace gracia.

***
Perdón, durante la mañana estuve ocupada;; muchas gracias por seguir leyendo este ff, lamento si no contesto, pero me hace muy feliz leerlos

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