lxiii
—¿Cómo te sientes? —pregunta Katsuki volteando a ver a su novio, este se remueve en su brazo y se oculta en las sábanas.
—Nunca había peleado así con mamá.
—La bruja y yo siempre peleamos.
—Sí, pero tú, yo no soy de pelear con ella —hace un puchero, el rubio le da un besito en la sien—. Quiero ir a disculparme.
—No es necesario, seguro ya está durmiendo. Además, ella se puso de pesada hablándote de tu ex.
—Lo siento, Kacchan —el rubio niega con la cabeza mientras vuelve a darle otro besito en la sien.
—Será difícil destronar a la cachetona.
—Kacchan, más respeto, por favor.
—Si palmeo sus cachetes, ¿se desinflaran?
—Kacchan.
—Bueno, bueno, no estás para bromas.
—A ti no te gustaba bromear de tus exs, así que deja a los míos en paz.
—Pero si bromeabamos seguido de eso, ellos jugaban contigo llamándote venado.
—No es gracioso —vuelve a hacer pucheros.
—Ya, ya —otro besito más en la sien—, pero sigues siendo mi venadito.
—Kacchan —el pecoso le enseña la lengua.
—Pues... —el rubio le imita ocasionando que el otro ría en voz baja.
—Ya quiero decirle a mi mamá que estamos saliendo.
—Yo no lo siento importante, pero si tú quieres...
—Es importante, eres mi novio.
—Ya, ¿y? Diga lo que diga no va a cambiar lo que siento por ti.
—Kacchan, no seas tan...
—Es que realmente no me interesa mucho, un noviazgo es un noviazgo.
—Pero se trata de formalizarlo...
—El día que formalicemos será cuando vivamos juntos.
—Igual quiero que sepa.
—De verdad tenemos diferentes criterios sobre esto.
—Es que yo sí quiero hacerlo todo a lo tradicional.
—A mí me vale, con que esté contigo estoy bien.
—No va a dejar que me vaya a vivir contigo si no hablamos sobre nuestra relación.
—¿Acaso no es obvio? Nos quedamos aquí los fines de semana, a veces vengo a ayudarle a hacer de comer y platico con ella.
—¿Haces todo eso?
—Pues sí, es tu madre.
—Yo no lo hago ni siquiera con mi propia madre.
—Terrible hijo.
—Por cierto, ¿cómo va el asunto de la demanda?
—Llegamos a un acuerdo monetario.
—¿Lo van a dejar libre?
—No se pudo hacer mucho, compró a personas y lo mejor a lo que pudimos llegar fue a una fuerte suma mensual. Algo así como que soy un accionista en su empresa.
—No...
—Sí...
—No te creo...
—¿De que tu novio es rico ahora por una demanda? Es lo de hoy.
—Creo que seré el novio mantenido, haré el quehacer, te compraré corbatas...
—Cariño, tendremos a quien haga eso.
—¿Y qué haré?
—Pues trabajar, ¿qué no? Yo qué sé, haz pilates, ve a cosas de beneficiencia, yo qué sé haga la gente rica.
—¿Y qué harás con ese dinero?
—Te compré una pulcera de tobillo.
—¿La que me diste?
—Sí, no he tocado mucho el dinero, me siento podrido. Creo que así se siente ser primer mundo.
—Amor, siempre hemos sido primer mundo.
—Cierto, lo olvidé.
—¿Y cómo llegaron a ese acuerdo?
—Como no querían que se hiciera todavía más público y manchar su reputación más de lo que ya estaba, llegamos a eso.
—O sea que compró tu silencio.
—No es tan barato, el diez por ciento sigue siendo eso.
—¿Y quién lo administrará? Olvídalo, lo hará Todoroki-kun seguramente.
—Supones bien, no sé un coño de administración o de gestión.
—Creí que estudiaban en lo mismo.
—Él estudia dos carreras.
—¡¿Qué?!
—Sí, ¿no lo sabías? Creo que era muy obvio.
—Cielos.
—¿Qué cosa?
—No creo que mi mamá ponga objeción con que me vaya contigo.
—Ah, eso.
—Pues sí, no quiero seguir hablando de tu ex.
—Tu madre es capaz de darte a alguien que diga que es team suho, no cantes victoria.
—Cierto, Uraraka lo era.
—Con razón terminaron.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top