XIX. El Rey Aemond Targaryen, primero con el nombre

VISENYA MIRÓ A AEMOND QUE POR FIN SE DIGNO A APARECER, decidió desestabilizarle. Una vez que entendió que no estaba en la Fortaleza Roja se internó en sus aposentos y cambió su simple túnica blanca por un vestido con escote hasta el vientre, se le ajustaba bien a las curvas y el bordado de rosas en el corset era hermoso. Era del color de los zafiros, con pedrería en el cinturón.

Tuvo que contenerse para no arrojarle el libro en la cabeza en cuanto lo vió. Dejo Hamlet a un lado y se acercó a él para entrelazar sus manos con las de su esposo.

—Fingiré que no sé que planean coronarte como rey y permitiré que me convenzas de no ir a aislarme en Invernalia hasta que entres en razón. —Le sonrió con demasiada dulzura, ocultaba el veneno en su pecho.

—Creo que me atrapaste. —Aemond la recorrió con la mirada sin poder evitarlo—. Te ves hermosa hoy.

—No será así si me veo obligada a llevar el luto en nombre de mi primogénito muerto. —Intentó enfurecerse pero se le llenaron los ojos de lágrimas y emitió un sollozó:—. No puedes... Mi pobre niño, por favor, te lo ruego... Yo...

—Mi madre y mi abuelo luchan entre ellos pero se procederá como yo desee, como tú desees, amor. —Aemond la tomó por las mejillas y presionó un beso sobre sus lágrimas, limpiandolas—. Nada importa si tú no estás de acuerdo.

—No seas rey, evita que los Verdes tengan el Trono de hierro. Por favor, mi hijo merece estar en el Trono de hierro. Él se ha esforzado...

—Yo también lo he hecho y estoy apto para esto. —Con un ademán la guío frente a las sillas junto al fuego.

—¿Entonces mi hijo no tendrá su derecho de nacimiento? ¡¿Por qué?! Vys puede con esto, tendrá nuestra ayuda y...

—Si no soy yo será alguno de los hijos de Aegon o Daeron o la misma Ophelia y nada podremos hacer para detener las maquinaciones de mi familia. Si te quedas aquí a mi lado podremos hacer esto juntos. Serás mi reina y tendrás derecho a decidir sobre todo. Rhaenyra tendrá buenos terminos si así lo deseas...

—La quiero muerta.

—¿Perdón? —Aemond la miró sin comprender.

—Quiero muerta a Rhaenyra. —Visenya se encogió de hombros—. Jace puede ser el señor de Rocadragón porque seguro ya se caso con mi hija y bueno, puedes legitimar a los cachorros Strong para que puedan ser señores de Harrenhal después de Harwin.

Aemond asintió mientras aferraba el agarre sobre la cintura de Visenya.

—Supongo y serás coronado al amanecer de mañana.

—Deseó que estés a mi lado, y si puedes usar este vestido.

—Lo haré, sé que es uno de tus favoritos.

Visenya pudo respirar un poco más tranquila, por los momentos sus cachorros estaban a salvo y realmente quien gobernaría sería ella. Y bueno, Rhaenyra moriría al caer en manos de los Verdes.

Se preguntó qué tal estaría Rhaenys y Melys...





AEMOND LUCÍA COMO UN VERDADERO REY, Visenya no pudo evitar pensar que sin importar que guapo se viera su esposo de negro y rojo quién debió ser coronado era Vys o en su defecto Daemon.

Aemond usaría a Fuegoscuro y la corona de Aegon El Conquistador. Aferró su agarre a Ophelia y Maegor, eran los dos que estaban más inquietos. Rhaegar y Baelor se mantenían serenos y regios a pesar de que no entendían en qué momento murió el rey y en qué momento su padre paso a ser el futuro rey.

El Tuerto pasó entre el camino de espadas y el gesto en el rostro de Visenya se torció. No podía negar que le hacía falta algún comentario sarcástico de Daemon o de Aegon El Mayor.

«Soy un maldito rehén» Se repitió con amargura, aunque quisiera no podría huir a Invernalia por ninguno de los Siete Infiernos. El que encabezaría su persecución sería Criston Cole, lo miró de reojo y gruño.

—... Un nuevo rey que nos guiará.

Aemond se arrodilló junto a su madre y al Septon Supremo.

—Que el Guerrero le de valentía.

«Que Vys sea valiente y pueda emprender esta batalla sin mí» Rogó Visenya, empezó su propia oración entre dientes.

—Que el Herrero le de fortaleza a su espada y escudo.

«Que guíe su espada hacia el cuello de sus enemigos: Otto Hightower, Alicent Hightower, Rhaenyra Targaryen, Criston Cole, Jacaerys Targaryen, los hijos menores de Daemon».

—Que El Padre lo defienda en su necesidad.

«Que El Padre haga que Daemon proteja a nuestros hijos con su vida».

—Que la Anciana levanté su brillante lámpara e ilumine su camino a la sabiduría.

«Que Vys no perdía ni una sola batalla, que sea invicto y que gane a los Verdes y Negros con sabiduría».

Criston Cole finalmente dió su discursito barato y ciñó con la corona de hierro y rubíes a Aemond.

—Que los Siete sean testigo. Aemond Targaryen es el verdadero heredero al Trono de hierro.

Las referencias no faltaron. La única que no se inclinó fue Visenya. Volteó el rostro hacia uno de los pasadizos que llevaban a los dragones y vió a Rhaenys. Sonrió al saber que La Reina que Nunca Fue armaría un escándalo junto a Melys.

Su Alteza Aemond de la Casa Targaryen, el primero de su nombre, rey de los Ándalos y los Rhoynar y los Primeros Hombres, señor de los Siete Reinos y Protector del Reino.

Alicent, bienamada del pueblo a pesar de ser una loca traidora, sacó una corona de rosas de oros con un dragón de rubíes de entre sedas azules. Tras besarla en las mejillas luego de coronarla, la soberana se hincó de rodillas ante la que era su enemiga y humilló la cerviz y dijo: «Mi reina».




—COMO MUESTRA DE BUENA VOLUNTAD —Aliandra Nymeros Martell le sonrió coquetamente a Vys y Baela gruñó ante la seductora que llevaba una túnica profundamente escotada—, os ofrecemos información sobre dónde está vuestro primo, el príncipe Aegon.

—Prometeis, princesa. Pero no nos decís dónde está el Usurpador. —Baela se irguió derecha y apretó el agarre sobre Vys.

El de cabellos dorados sonrió ante los celos de su prometida, vestía una túnica abierta, larga y suelta típica de Dorne, la única diferencia era que fue confeccionada con seda negra y con bordados rojos en forma de dragón.

Los Martell lo recibieron bien, al parecer Aliandra admiraba al Príncipe Canalla y a sus hijos. Tenía interés de lograr una alianza con ellos a diferencia de su padre, el príncipe Qoren que a duras penas no los asesino en cuanto los vio llegar con Vermithor.

—Tomó un barco caminó a Pentos.

Vys se echó a reír sonoramente.

—¿Qué es tan gracioso, mí príncipe? —Aliandra se inclinó suavemente hacia él.

—Pentos está aliado con mi madre y padre. Si Aegon va para allá lo podemos atrapar, tendría que salir ahora mismo para llegar antes que desaparezca.

—Tenemos que casarnos antes, Vys. Mi abuela...

—Ya sé, Baela. Nos casaremos aquí pero antes debo ir a avisar a Aerion, él será mi consejero de guerra y sabrá que hacer. —Vys inclinó la cabeza indicando una reverencia—. Gracias, princesa Aliandra, vuestra generosidad es bien recibida y vuestra buena voluntad. La casa Targaryen os debe por este gran servicio. Con su permiso, me retiro para prepararme para la ceremonia. Espero asistais.




AERION VOLO SOBRE LLAMABRILLANTE, disfrutó de la lluvia en su rostro, los rizos se batían por el viento. La luz del sol apunto directamente hacia él y el dragón rojo fue similar al fuego por un instante.

Llegó hasta una cueva y dejó allí al dragón que se quedó durmiendo, en Pentos lo conocían pero con colocarse la capa negra y la capucha sobre el cabello dorado plateado bastaba para pasar disimulado. Aquella maniobra la aprendió de su padre. Entró a un maloliente callejón donde dos hombres sostenían a una figura de cabellos rubios plateados, Aerion quitó la tela negra que le cubría la cabeza de un tirón.

—Suelta, suelta, déjenme. —Aegon El Mayor se removió y Aerion le dio un punta pie para que se quedará quieto.

—Calla, imbécil. Hoy Alicent Hightower me las va a pagar, en nombre de toda la casa Targaryen Tyrell. —Aerion desenvainó su daga y jugó con ella durante un rato—. No te romperé la cara porque necesito que sepan que eres tú, hazme un favor y ponte este listón negro. Necesito que crean que Rhaenyra lo hizo, ya sabes, tu muerte ayudará a iniciar la guerra eso será terriblemente útil. No morirás sin propósito.

Aegon le escupió y sin pensarlo dos veces Aerion dió la orden de que le cortarán la garganta. Sin más, Aegon El Mayor murió ese día, aparecería colgado en las murallas de la mansión de Pentos. Las noticias viajarían rápidamente a Poniente y a los Verdes.

Para todos Rhaenyra Targaryen asesinó a su medio hermano, Aegon.

NOTA: Rhaenyra tiene las horas contadas, y bueno se nos murió el Aegon. Pobrecita Ophelia cuando se entere que le mataron al tío.

Ya Aemond es el rey Aemond 😔🤭✨ Preparen los pañuelos que en el siguiente capítulo se viene la muerte de varios personajes 🤧

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