XI. ¿Por qué no me amas?
Nota: Hay una pequeña sorpresa donde Visenya expresa todo lo que nosotros diríamos a los personajes si pudieramos. Y la imágen de arriba representa como se ve Visenya en éste capítulo (sí, no será un buen día).
Muchas gracias a todos los que comentan. Les dedicó este capítulo ✨
—LAENOR ARRASTRÓ A MI HIJA A UNA TABERNA. —Helaena I, en la silla junto a Rhaenys, cerca del fuego la miró con determinación—. Temo qué ahora que mi hija está lejos Rhaenyra seduzca a mi hermano. Daemon es cuánto menos inquieto y los dioses hagan que me caiga muerta en este instante si no es así pero sé que en estos momentos él está disfrutando bajos las faldas de Rhaenyra.
Rhaenys sonrió con burla y dolor. Entendía lo mucho que sufriría su querida Enya al enterarse.
—Pues, lamento decirte que hubiera sido mejor que Visenya no rompiera el acuerdo de compromiso con Laenor. Ellos siempre se han llevado bien. Hubieran tenido príncipes y princesas de cabello platinado y tu hija hubiera podido seguir con Harwin Strong como su amante.
—Hum. Sí, eso hubiera sido lo mejor. Creo que tu esposo tenía razón en aquello, aunque sigo creyendo que Allester no debió intervenir si Harwin no la hubiera dejado Visenya no hubiera estado disponible para estar con Daemon.
—Culpas a tu esposo, Helaena. Allester solo tenía buenas intenciones. —Corlys dejó de caminar un instante para defender a su buen amigo.
—Agradezco que Matthos haya respetado que Laena quería venir para acá. —Rhaenys cambió el tema—. Lástima que no pudimos hacer nada por ella y que tampoco podemos hacer nada por Visenya. Daemon solo hace lo que es mejor para Daemon, y eso lo saben ambos. Dejó a tu hija con cuatro niños para ir a jugar a la guerra... —Se quitó los anillos con cansancio—, bueno, querida prima. Pueden que los dioses nos desprecien. Ni tu ni yo somos reinas y nuestros hijos mueren por dentro... Todo por nuestro insaciable orgullo...
Corlys suspiró, deseaba una pacífica noche pero no la obtendría el peso de la muerte y el dolor los seguía.
—La corona era tuya hasta que esos tontos en el consejo te la arrancaron de la cabeza. Y luego Aemma escapó para casarse con Viserys arrebatandole la corona a tu prima Helaena. Nada de esto es justo. Allester y yo queremos recuperar estas coronas para nuestros descendientes.
—Está noche más que otra, hagamos a un lado la falsedad. —La lluvia azotó el castillo y un trueno retumbó—. No es la justicia por sus esposas lo que buscan. Es la ambición de ambos, es el deseo por el trono, si no para ustedes, para sus vástagos. Son ustedes y Helaena, claro que no abandonan la búsqueda.
»Y por eso aunque Daemon engañará a Visenya (la que considero como mi hija) le obligaría a quedarse a su lado para ser reina, de la misma forma que avergüenzas a Laenor para que alguna vez sea consorte. Incluso, aunque le cueste la vida a nuestros hijos. —El viento aullando le dió impulso a las palabras de la Reina que Nunca Fue.
—¿Qué es esta efímera vida... Si no la búsqueda de un legado? —Helaena bufó mientras sorbia un poco de vino especiado.
—Legado es por lo que vives tu vida. Eso ambos deberían entenderlo, los amo pero... —Negó y exhaló—, deberían entender que Laenor y Visenya valen más de lo que vale una corona. Helaena, deberías preocuparte por el bien de tu hija sobre la corona.
AEMOND HABÍA DECIDIDO DOMAR A SUEÑAFUEGO, si el imbécil que tenía por hermano poseía un dragón él también lo podía tener.
Pasó discretamente a un lado de ser Criston Cole que se había quedado dormido por allí. Buscó una manta suavecita y lo tapó con ella. Aemond quería al caballero más que a su propio padre.
Cole siempre hacía todo por complacerlo a él y a sus hermanos. Conseguía hormigas, arañas y otros animalitos para que Helaena II se entretuviera. Incluso una vez le regaló un gato que Aemond terminó cuidando ya que ninguno de sus hermanos se interesó en él. Ae adoraba con todo su corazón al michi que era el único además de Visenya que no lo juzgaba.
El gato a veces lo acompañaba a buscar las flores para Visenya, y se ensuciaba de tierra. Así que Aemond debía bañarlo con ayuda del caballero blanco, la mitad de las veces el gato le gana a ser Criston y terminaba arañado.
El gato lamentablemente no lo pudo acompañar a Marcaderiva. De todas formas, para no sentirse solo Aemond decidió buscar a Visenya luego de domar al dragón.
Cuando corrió por la playa una sonrisa boba se instauró en sus labios pensando en qué quizás, en un futuro cercano, volaría junto a Visenya.
—LA GUARDIA REAL NUNCA HA DEFENDIDO PRÍNCIPES DE PRÍNCIPES, incluso los hijos de la princesa Visenya eran tranquilos de niños. —Ser Crispin habló aunque al rey no le pareció la respuesta.
Alicent miraba a Aemond ser curado por el maestre, Aegon por primera vez parecía relativamente interesado, había estado unos instantes junto a Margaery pero luego la mirada que le dió Vys se movió.
—La piel sanará va a sanar. Pero ha perdido el ojo, Majestad. —La cara de Alicent y la del rey estaba llena de angustia.
Visenya entró junto a Laenor ya que los habían llamado porque sus hijos habían estado involucrados en la pelea. Harwin y Joffrey que los acompañaron en la borrachera aunque no habían tomado nada entraron tras ella.
—Yo... —Aegon balbuceó y Alicent lo abofeteó. Helaena ni reaccionó mientras Aemond tenía expresión de sufrimiento.
—¿Por qué fue eso?
—No es nada comparado con el abuso que tu hermano sufrió mientras te ahogabas en copas, imbécil.
Enya no alcanzó a ver la cicatriz de Aemond si no que se acercó a su hija que sangraba, tenía un corte lateral en la mejilla y un pómulo morado. Exhaló y buscó una explicación.
—¿Vys? —Alzó la mirada en dirección a su primogénito.
—Larga historia...
—¿Qué significa esto? —Corlys habló y Rhaenys se acercó a Baela y Rhaena que estaban aferradas a Matthos.
Se escuchó un portazo y Rhaenyra entró junto a Daemon... Visenya... ¿Qué? ¡Esperen! ¿Por qué Daemon estaba junto a Rhaenyra y ambos lucían terriblemente desarreglados? Enya inquirió en dirección a su madre que negó, era una pequeña advertencia que ella misma tenía que buscar las respuestas.
Harwin estaba tras Luke, curo la nariz probablemente rota, él y Jace se encontraban llenos de sangre. Y el Strong mayor pasó un trapo por la cara de ambos limpiandolos con afecto paterno.
Todos empezaron a gritar a la vez y lo único que hizo Daemon fue cambiar el peso de un pie a otro con diversión hasta que vió a Visenya junto a Margaery.
—¡BASTA YA, TODOS! ¡Y TÚ TAMBIÉN CALLA VISERYS, QUÉ NI REY PARECES, JODER!—El Príncipe Canalla aulló y todos se callaron inmediatamente—. Tú, mocoso, cuéntame qué carajos paso y espero que no le hayas hecho nada a mi hija o te sacaré el otro ojo. —Amenazó Daemon a Aemond y el niño lo miró de mala gana.
Daemon no tenía idea que si iba a tener muchos motivos para sacarle el ojo a Aemond. Entre ellos dos rubios y pequeño motivos, los futuros hijos de Visenya, Ophelia y Baelor, de los cuales Aemond sería el padre.
Aemond suspiró e iba a hablar pero Alicent le intentó interrumpir.
—Calla, Alicent, ya sé que crees que los cachorros de Rhaenyra son monstruos que mutilaron a tu pequeño. Y Nyra como es tan buena madre estaba haciendo en la playa los dioses saben qué con Daemon. Y tu, sobrina dirás que es un accidente y que claro, tus niños solo jugaban... Así que, por favor, continuemos. La verdad, príncipe Aemond. —Helaena I ordenó y todos pudieron ver que daba órdenes como una verdadera reina.
Aemond empezó a relatar ante la atenta mirada de todos.
—A la primera que escuché fue princesa Margaery que decía que aquello no era una buena idea. Jace y Luke caminaban frente a ella al igual que Baela y Rhaena, me... Me reclamaron por tomar al dragón y... Rhaena intentó golpearme y yo la empujé a un lado luego...
—Luego Jace brillantemente defendió a mi hermana, tanto que terminó sangrando y amoratada mientras intentaba separarlos— Vys ironizó mirando a todos con aburrimiento—. Todos fueron tan pero tan valientes que atacaron a una sola persona entre cuatro, los felicitó, ¡Le sacaste un ojo a alguien con desventaja! NO SÉ PORQUE MI TÍO LAENOR LE REGALÓ UNA DAGA A JACAERYS pero bueno, cosas ¿No? En fin, escuché gritos y arrastre a todos hasta aquí. Con una mano tire de Jace, me eché a Luke al hombro, y con la otra empuje hacia delante a Baela y Rhaena. Por suerte Aemond se portó bien y vino voluntariamente o si no tuviera que haberlo pateado ya que no tenía más extremidades libres. Y bueno, Margaery, amo a mi hermana pero en vez dar puñetazos como tonta debió usar el puto arco de mierda que para algo se lo regalamos ¿No es así? Calla, Argaery, estoy furioso contigo por no llamarme a la fiesta, ¡Me perdí la estúpida pelea!
»Debo decir que Aemond merece una mención especial y mucho reconocimiento, lo de la piedra y la referencia al cerdo estuvo genial. Más genial hubiera estado, claro, de haberme llamado, ya sabéis para cuando se desate una guerra me podéis llamar. No cuesta tanto. ¡Gritad, Vys! Y listo. Otra cosa, ¡¿DÓNDE ESTABAN LOS CABALLEROS BLANCOS HIJOS DE SU REPINCHE MADRE?! Listo, eso es todo. Y así llegamos hasta acá. Gracias, atentamente yo.
Daemon le dió una palmada a su hijo, lleno de orgullo. En plan, este es mi hijo favorito.
—Laena hubiera querido que tuvieras a Sueñafuego pero debiste irlo a reclamar inmediatamente, Rhaena. —Visenya vió a sus sobrinas con cierta decepción al saber que habían atacado a Aemond. Las quería pero eso no se los perdonaría— ¿A qué te refieres con lo del ojo, Vys?
—Mis queridos y enanos primos le sacaron un ojo a pelo de lampazo porque los llamo bastardos. —Vys se encogió de hombros.
—Mis hijos están en la línea para heredar el tro...
—Sobrina, Daemon podrá ser rey también y Vys es su heredero, como insistes en olvidar. Insinuar que solo tus hijos podrían sentarse en el Trono de hierro es traición a la corona. —Helaena II sonrió con ponzoña—. Esta es la más grande de las traiciones. No permitiré, Viserys, que tu hija deje por excluidos a mis nietos.
El rey suspiró.
—Aemond será cuestionado y se le preguntará donde oyó esto. Y Rhaenyra no volverá a insinuar jamás que Vys y los demás Targaryen Tyrell no están en línea de sucesión.
—Es suficiente con que se haya escapado con Daemon. No pretenderá además de quitarle el esposo a Enya quitarle el Trono de hierro a sus hijos. —Espetó Rhaenys que aún protegía a Baela mientras Rhaena se acomodaba en brazos de su padre.
—¿A qué te refieres, tía Rhaenys? —Visenya se empezó a marear y tuvo que aferrarse a Laenor para no caer. Llegó frente a la Reina que Nunca fue y la observó con ansiedad. Al ver su seriedad los ojos se le llenaron de lágrimas—. Tía Rhaenys, por favor, dime que es mentira... Debe ser una broma.
—Mamá no tiene sentido del humor, Visenya. Lo siento muchísimo, rosa. —Laenor la presionó contra su pecho, con una mano la abrazaba y con otra sostenía la botella.
Él estaba borracho pero sabía que su amiga hermana necesitaba todo el apoyo.
—¿Daemon es cierto? —Preguntó aunque ya tenía la respuesta, si su madre había murmurado algo sabía que era verdad y la princesa Rhaenys no mantenía mentiras.
Rhaenyra se estremeció.
—No hagamos esto frente a los niños. Visenya, por favor...
—Calle, princesa Rhaenyra. Debiste pensar en ellos, en todos ellos, antes de acostarte con el príncipe Daemon. —Aemond espetó defendiendo a Visenya, sabiendo que Rhaenyra Targaryen no deseaba divulgar lo que hizo frente al padre de sus hijos, ser Harwin Strong.
VISENYA SOLLOZÓ CON ANGUSTIA, estaba ligeramente borracha y tenía las mejillas enrojecidas por el vino. Hubiese sido una bella visión de no ser por la tristeza en su rostro... Estaba harta de tener que soportar cada momento en silencio.
No sabía con exactitud cómo actuar ante la situación pero se dijo que sería un dragón.
—¡¿Sabéis qué?! ¡No os soporto! Y sí, tomé pero estoy cuerda. Yo... Yo no puedo creer esto de ti, Daemon. ¿Qué no soy suficiente para ti? —El Príncipe Canalla no apartó sus ojos de ella—. Ahora que mi familia debe defender tu reclamo por el bien de nuestros hijos... Solo querías el apoyo de Altojardin, Marcaderiva y el Norte. El apoyó que logramos al dejar a nuestros hijos en manos de los grandes lores, los Tully y los Lannister. ¿Y para qué? ¡Para que tú tengas tú estúpido trono!
Rhaenyra se arrepintió al verla así pero no tuvo voz ni palabras suficientes para disculparse. Harwin se alejó sigilosamente de la heredera, él también estaba herido por la infidelidad.
Visenya sorbió y siguió:
—¡Y mi propia prima! ¡Es una suerte que Aemma esté muerta y no vea a su preciosa hija traicionar a su hermana! Te he defendido y he defendido a tus hijos de todo pero esto es demasiado, Rhaenyra. Pensé que tú y yo nunca nos daríamos la espalda pero esto es imposible. —Bebió de la copa de vino que Laenor le ofrecía, él estaba más borracho que ella y sonreía con diversión, al fin su amiga se desquitaba—. ¡Y Alicent! Alicent querida, sabes que no te queremos, ¡No eres un dragón! ¡Jamás lo serás! ¿Estás loca? ¿Por qué le hiciste esto a Rhaenyra? ¡Era tu amiga! ¡Y tu padre es horrible! ¡Es un asesino, solo da asco! Todos te odian, Alicent. Nadie te soporta. —Exhaló, turbulenta—. Es que simplemente es antinatural que tú seas reina y que los Hightower que siempre tienen envidia a los Tyrell sean parte de la Familia Real. Ni tu propio padre te quiere... Y tu no quieres a tus hijos.
Alicent miró hacia el suelo avergonzada mientras Otto se aclaraba la garganta.
—¿Insultais a la reina? —Ser Criston Cole intentó acercarse a Visenya para intimidarla pero Harwin Strong lo amenazó con la profunda y oscura mirada azul.
Cole se quedó quieto pero igual Visenya lo insulto.
—Sí, naranjitas. Tú eres un ardido, estás obsesionado con Rhaenyra desde que te rechazó y ahora lames el suelo por el que pasa Perralicent. No eres nada sin esa capa blanca y Harwin y Joffrey y Laenor son mejores que tú.
Laenor se carcajeó y todos lo miraron unos instantes para luego seguir prestando atención a Visenya.
—¡Por favor, está familia es un desastre! Mis hijos, Vys se parece a Daemon y todos temen que sea peor que él... Y Margaery no se podrá defender si le faltamos... De no ser por Vys quizá ella sería quien hubiera perdido el ojo... Aerion, Aerion te odia Daemon, por irte y dejarnos. Mientras que Aegon El Joven es... Dioses, mi niño está solo en Aguasdulces mientras tú te follas a Rhaenyra, Daemon Targaryen. —Aquello pareció dar en el clavo y Daemon titubeó ante la verdad—. Además, de tus hijos, Alicent. Aegon es un inútil solo porque tu lo llamas inútil mientras que no le prestas atención a Aemond y a Helaena II porqué no son estándar.
Se aferró al brazo de Laenor y negó de un lado hacia otro mientras temblaba. Tomó la botella y quiso salir del sitio a llorar en alguna esquina pero Daemon la atrapó con una de sus grandes manos, clavando los dedos en sus brazos. Antes, el contacto le produciría placer pero ahora solo le daba asco.
—¿Por qué no me amas? —Se quejó, empujándolo sin resultados, dispuesta a romper la botella y estrellarsela a Daemon—. ¿No puedes solo dejarme ir? ¡Déjame en paz, Daemon! Fui estúpida al creer que maduraste y que habías cambiado, que te quedarías conmigo y nuestros dragoncitos. Pero ahora sé que todas eran mentiras para obtener alianzas que asegurarán tu reclamo.
—Te soltaré pero que te quedé claro que eres y siempre serás mía, mi esposa y la madre de mis hijos. —Daemon la soltó de mala gana con la posesividad ardiendo en las claras orbes—. Nadie es igual a mi, Visenya. Tu amigo Elric Stark no logrará remplazarme.
Alicent aprovechó el descuido de Visenya para sacarle la daga de Aegon El Conquistador de la vaina que ella llevaba atada a la cintura. Se abalanzó sobre Rhaenyra. A pesar de estar tomada Enya tuvo la agilidad suficiente para retener a la Reina, sujetándola por las muñecas.
—Con mi familia no, perra. —Le advirtió ella. Intentó calmar a la Verde que parecía trastornada, poseía una mirada de locura—. Solo acabemos con esto, Alicent. Por favor. —Tenia los ojos llenos de lágrimas pero aún así mantenia la fuerza para defender a los niños—. Este odio nos matará a todos, me odias y no te hecho nada... No tienes derecho a hacerle daño a un niño. No fue su intención, Luke solo quería defenderse y evitar que algo le pasará a Jace. Sé que de nada servirá y que quizás lo que más quieres es sacarle un ojo pero no está bien y tu debes tranquilizarte.
Su esposo, los dioses sabrían por qué, corrió para auxiliarla, deteniendo a ser Criston. Visenya emitió un sollozó al pensar en lo que Daemon le hizo. Alicent la miró y entendió su dolor, decidió explicarse.
—Yo soy quién debió tener a Daemon, yo jamás quise casarme con Viserys. ¿Por qué crees que te odio? ¡Él me desfloró cuando era una chiquilla! ¡Tú te casaste con él, tu boda debió ser mi boda! ¡Daemon me prometió que sería su reina! Por eso te odio. —Alicent forcejeó pero no intentó apuñalarla—. Y Rhaenyra debe pagar con el ojo de uno de sus hijos, tú también quieres a Aemond, sabes que es lo correcto. Si el Rey no va a buscar justicia la Reina lo hará. La deuda debe ser pagada. De la misma forma que Daemon nos debe mucho a ti y a mí. Nunca nos amo.
—Alicent. —Murmuró Visenya con un hilo de voz.
Aflojó su agarre empezando a sentir que quizás no debía defender a Rhaenyra ya que la princesa le traicionó.
—Majestad, no quisimos que Aemond saliera lastimado, por favor... —Margaery dió un sollozó lastimero mientras Vys la tomaba de un brazo para sacarla del peligro cuando los guardias se distrajeran.
—¡Madre, Visenya no tiene la culpa! —Aemond gritó con todas las fuerzas que tenía y se hubiera levantado de no ser porque Aegon lo retuvo para que su madre no lo abofeteara por no hacerlo—. Por favor, dejala, te lo ruego. Es inocente. La verdadera enfermedad de está familia es la princesa Rhaenyra y el príncipe Daemon.
—Lo sé. —Alicent asintió, no tembló ante la determinación de Enya—. Tienes que moverte, Visenya. Pueden elegir qué ojo, un privilegio que no se le otorgó a mi hijo. Te prometo que no le haré daño a tus dragoncitos. Lo juró por mis cuatro hijos.
—Alicent... —Enya no tenía miedo de la daga frente a sus ojos ni del fuego a su lado, al fin de cuentas no ardía pero no se sentía lista para proteger a Nyra que tanto daño le hizo.
Una cosa eran sus sobrinos pero defender a Rhaenyra...
—Hemos hecho lo que se espera de nosotras, Visenya. Por siempre protegiendo al reino, a la familia, a la ley. Rhaenyra se burla de todo. De ti y de tu matrimonio, de tus hijos con Daemon.
Helaena I dió rondas alrededor de la estancia buscando el mejor punto para poner a salvo a su familia. No permitiría que Visenya saliera lastimada.
—¿Dónde está el deber? ¿Dónde está el sacrificio? Aplastados por su pie una y otra vez. Le quitó un ojo a mi hijo y hasta de eso cree tener derecho, también cree tener derecho sobre tu esposo, Visenya. ¡Rhaenyra es la enfermedad y nosotras somos la cura! Antes no lo veías pero ahora debes quitarte la venda de los ojos...
El Rey y la Mano intentaron calmarla pero no lo lograron.
—¡Matthos! —La madre de Visenya llamo a su hijo con voz firme y este entendió la seña, sacó a su familia política y a sus hijas de allí.
Al mismo tiempo Visenya soltó a Alicent y dejo que se abalanzara sobre Rhaenyra.
—¡Vys, saca de aquí a los Velaryon!
Su primogénito empujó a Margaery y a Jace a través de las puertas por las que Daemon y Nyra habían entrado hace unos minutos. Luke fue llevado por Harwin Strong y todos excepto Laenor que como buen esposo se quedaría junto a Rhaenyra.
Atrancaron las puertas y dejaron a todos matándose adentro. Daemon no fue tras sus hijos ni tras su esposa. Los Strong clamaban por su madre pero la vergüenza no los hizo protestar en serio, sabían que su tía querida fue dañada por Rhaenyra.
Visenya encontró a Tom Flores y le ordenó cuidar a los niños de todos, y no dejar pasar a nadie que no fuera Laenor, Harwin o Rhaenyra. Ni siquiera el rey podía entrar a los aposentos donde se quedarían los cachorros Strong esa noche y por las dudas Vys y Margaery se quedarían junto a ellos.
—¡Mamá! —Vys la llamó antes de entrar al sitio—. Siento mucho lo que te hizo mi padre... Yo... No sabía, yo defiendo generalmente a la tía Rhaenyra pero hoy es imposible decir algo por ella.
—No es tu culpa, Vys. —Besó la frente de su hijo antes de irse.
Ella salió a dónde estaban los dragones, gimió desesperada al escuchar a Caraxes rugir en dirección de Vhagar.
—¡Basta, Caraxes! ¡Eres idéntico a Daemon! ¡Coqueteas con Syrax y luego vienes a molestar a mi querida Vhagar!
Iba dejarse caer junto a la dragona pero Harwin la tomó por la cintura y la pegó a su pecho. Tenía frío y se sentía sola, no era como si no hubiera sabido que debía darle herederos a Daemon y ayudarla como su esposa en cuanto se casarán pero... La inexperiencia y juventud nubló su juicio, de todas formas, Dae la hubiera arrastrado al septo.
«Me hubiera casado de una forma u otra» Se estremeció, el calor de Harwin la conforto por uno instantes.
—Te llevaré a los aposentos de Laenor, Joffrey me dijo que allí nadie te molestaría. —Él la tomó en brazos como si fueran recién casados y la sacó de allí—. Dijo que te encerrá para que no hulleras a Invernalia, sin embargo, te daré un pequeño voto de confianza, Rosa de Fuego. La puerta estará abierta... —Le dió una risita ronca—, sé que caerás del dragón antes de llegar allá así que acompañaré a Vhagar para que no te vayas.
Harwin con dulzura la acomodó en la suave superficie y la envolvió en pieles. Cerró la puerta para dejarla dormir en silencio... No fue así.
En la madrugada, Aemond a pesar del dolor se liberó del agarre de su madre que permanecía junto al pie de su cama y fue en busca de Visenya, se tapó los cabellos platas con una capucha negra que gracias a los dioses ocultaba su herida. El dolor había sido insoportable pero más insoportable era pensar que Enya estaba sola necesitandolo.
La oscuridad se tragaba la habitación, Visenya alzó la mirada mientras gruñía por lo bajo. Presionó sus labios y miró con interés la puerta que recién se abría.
—¿Quién anda allí? Si eres tu, Daemon, juro que te voy a golpear si te veo. —Ella no tuvo las fuerzas suficientes para levantarse y permaneció acostada.
Al ver que el intruso no hablaba intentó encender una vela pero la joven mano le atrapó.
—¿Aemond? —Alzó la mano y con los dedos recorrió suavemente la mano del príncipe hasta llegar a su cuello.
Él ronroneo complacido pero la detuvo cuando casi toca la cicatriz.
—Yo... No quiero que veas mi cicatriz, por favor. No quiero que me tengas asco y que pienses que soy un horrible monstruo. —Esas palabras le recordaron a Visenya lo agonizante y tortuoso que sería cada día para el niño, intentaría hacerse el fuerte y no flaquear, ocultaria sus lágrimas y debilidad ante todos excepto ante ella.
El amor que Aemond le tenía era más fuerte que los dolores y mareos que evitaban que se pudiera poner de pie sin trastabillar. Visenya le sonrió suavemente con dolor y continuó trazando caricias hasta la mejilla donde tenía la cicatriz subió suavemente hasta llegar a la ceja y se inclinó sobre él para dejar varios besos allí.
Aemond se sonrojó con terrible violencia, no sabía exactamente qué decir o hacer... Se preguntó si la poca leche de amapola qué tomó lo hizo alucinar.
—Ven, Ae. —Visenya se quitó la suave sabana de seda que la cubría e invitó a Aemond a quedarse con ella—. Si intentó llevarte me caeré y no pienso dejarte solo por ahí con los cachorros Strong rodando. Amo a mis sobrinos pero no debieron atacarte.
Aemond miró el espacio vacío de la cama con temor, se subió y no supo dónde colocar las manos o su cuerpo para que ella no creía que se aprovecharía. Enya no le dejó mucho tiempo para dudas, lo atrajo a su cuerpo y lo abrazó como a un peluche, no dijo nada más y cerró los ojos para dormir.
—Estoy seguro de qué podría reemplazar a Daemon, haré todo lo que esté a mi alcance para ser mejor que él y tratarte como mereces. —Le prometió Aemond a Visenya, cuando creyó que dormía, a pesar de que ella realmente estaba despierta—. No te lamentes por mí, fue un intercambio justo, tal vez perdí un ojo... Pero gané un dragón. Y juró que te ganaré a ti, hermosa Enya.
NOTA: ¿Cuántos hijos queréis que tenga Aemond con Visenya? ¿Ophelia y Baelor solamente o otros niños? ¿Tenéis nombres? ¿Les gustaría que alguno se llame Rhaegar?
Respecto a lo de que Daemon le quitó la doncellez a Alicent esto se menciona en el libro El Príncipe Pícaro. Es decir, esto da bases para que Alicent se sienta despechada y que por tanto odie a Visenya ya que siente que ella debió casarse con Daemon.
Si tenéis peticiones de lo qué queréis que pase entre Aemond y Visenya o Daemon y Rhaenyra lo comentan.
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