II. Los hijos de Daemon
RHAENYRA CHASQUEÓ LA LENGUA, e hizo una mueca mientras los miraba con fijeza y aprensión.
-¿Así que se casaron? ¡Y no me invitaron a su boda valyria!
Visenya dejó salir el aire contenido en sus pulmones gracias al alivio al saber que aunque Nyra no estaba molesta por algo más que por no asistir al matrimonio. Había temido que empezaran otra vez con la misma desconfianza que cuando se conocieron, Enya tenía cinco y Rhaenyra cuatro, la futura reina insistía que estaba bien sin amigas sin embargo eso no impidió que su padre trajera a la Otra Targaryen.
Ambas empezaron a tenerse aprecio ya que pasaron tiempo juntas leyendo sobre Nymeria y bordando en las lecciones con la septa, a veces escapaban si Laenor estaba de visita para que Visenya pudiera practicar en secreto en el bosque de dioses cómo usar una espada. Nyra se negó a aprender pero disfrutaba del espectáculo.
Relajó su postura.
-Así son ellos, princesa. Enya es mala conmigo. -Se quejó a sus espaldas Laenor Velaryon, que estaba sentado en el Bosque de Dioses junto a ellas.
Visenya le dió una sonrisa dulce mientras lo veía de reojo.
-Sabes que te apreció muchísimo, Laenor. Te quiero un montón, eres un gran amigo y un fiel aliado.
-Lo sé, estoy consciente de cómo es Enya. -Rhaenyra frunció el ceño aún más-. Pero aún así es mi hermana de otra madre, ambas nos amamos y somos leales ya que compartimos sangre. La sangre de dragón es espesa. -Luego se tranquilizó y dió una pequeña sonrisa.
Visenya le dió una suave sonrisa y besó las mejillas de su querida prima con soltura. Eso era cierto, por aquello mismo Daemon y ella habían decidido que debían cuidar a Viserys de sí mismo y de la corte de buitres.
-Pensé que eras la mejor amiga de Alicent. -Murmuró Laenor interesado en el chismecito mientras ambas primas se abrazan.
-Lo soy pero Visenya y yo somos hermanas, eso es más importante que mi amistad con Alicent AUNQUE sé que ninguna de las dos me traicionaría nunca. -Confesó Nyra que ya había agarrado confianza hacia el Velaryon a pesar de solo conocerlo por un día, catorce horas y cinco minutos.
-¿De verdad? Oh, está bien. Pero si necesitas un aliado me tienes a mi disponible.
-Ves, siempre te he dicho que Laenor es el mejor primo que podríamos tener. -Visenya sonrió antes de lanzarse a abrazar a Laenor-. Si a Daemon le agrada nuestro siguiente hijo se llamará Laenor.
-No lo creo, él moriría de celos si se llama así. No quiere que nadie te miré o te toque ni respiré cerca si mi tío no lo aprueba antes. -Se burló Rhaenyra recuperando su felicidad habitual por unos instantes, sonrió.
-LE PEDIRÉ A VISERYS QUE VOLVAMOS A CELEBRAR LA BODA PERO AHORA SERÁ ANTE LOS SIETE. -Comentó Daemon cuando Rhaenyra pasó junto a ellos, Laenor también estaba allí sin Laena ya que Visenya no perdonaba que casi se casará con Daemon-, invitando a todos los señores de los Siete Reinos, eso, antes que nazcan los gemelos. No se negara a hacer nada que le pida, está encantado con que mi hijo se llame Viserys. -Su esposo que estaba frente arcino que hacía el bosquecillo más hermoso, tras de ella él rodeándola con sus fuertes brazos, besó con ternura su cabello.
Rhaenyra gruño.
-Espero que esté feliz de que al fin alguien tenga un hijo varón en está familia. Será algo bueno después de lo de mi hermano. Ya sabes, ni Visenya ni yo seremos un varón, el Rey de los Siete Reinos. -Farfulló y las lágrimas se deslizaron por sus ojos, aún era un tema sensible.
Visenya se levantó con dificultad del suelo llena de incomodidad por haberse casado con Daemon; se sintió un poco culpable por eso y porque ella sí tendría un hijo varón, el vientre estaba hinchado por el embarazo de seis meses y sobresalía del oscuro vestido de color rojo con rosas doradas bordadas entrelazadas con escamas de dragón, se tuvo que aferrar a Daemon para levantarse. Rhaenyra también la asistió, su prima hizo una mueca.
-No eres como los Hightower, no te estás aprovechando del sufrimiento de tu familia. -Laenor la alejó de su esposo y prima para susurrar eso antes de que nadie pudiera decir algo-. No es tu culpa, seguro serás la reina aunque ella sea la heredera. Te llaman Princesa de Rocadragón y Daemon se casó contigo, él es el heredero también. ¿Entiendes?
-Lo entiendo, amigo. Lo sé.
-Recuerda que eres una Tyrell.
Visenya resopló y luego soltó una carcajada divertida, con un ademán agradeció que su mejor amigo la ayudará. Aún así hacia falta Laena, ya que ellos eran los tres mosqueteros.
Sus labios formaron una línea dura. Y se llenó de la determinación que tenían todas las mujeres Tyrell, las rosas tenían espinas. Sé un dragón, se dijo y exhaló.
-Me casaré con Daemon no importa si no le gusta a Rhaenyra, es como mi hermana pero nuestro tío me ama a mi no a ella, que se quede con ser Crispin el vende naranjas.
Los ojos de Laenor chispearon llenos de orgullo.
-¿Por cierto Laena será la reina? -No sabía qué hacer si pasaba aquello-. Ya que no se casó con Daemon la quieren casar con Viserys, ¿No es así, Laenor?
-Es Laena o Alicent Hightower, si ayudas a mi hermano evitarás un desastre. -Él hizo una mueca-. Pero tú decides, sin presiones. Muchos morirán si no...
-Creo que puedo con Alicent y Otto Hightower yo sola, pero me preocupa qué le pase a Rhaenyra y a sus hijos si es que los tiene cuando Alicent sea reina. -Interrumpió con un chasqueó de lengua, estaba pensativa.
-Perralicent. -Le corrigió Laenor y ambos se partieron de la risa por el chiste.
Mientras Rhaenyra decidió que debía acompañar a su tío después y preguntarle por el desarrollo de las noticias que recién le contaba.
-Iré con Viserys, al parecer hay problemas en los Peldaños de Piedra y están titubeando con asuntos de la corte. Quizá entre el padre de Laenor y yo podamos convencerlo de tomar los Peldaños de Piedra por la fuerza.
-Debes ir, te has saltado muchos consejos desde que te casaste com Enya... ¿Crees que Visenya este de acuerdo en que vayas a la guerra? Los gemelos nacerán en no mucho tiempo y seguro quiere que tú, el padre de los niños, esté allí.
-No lo sé pero, ¿Qué razón tiene el Alimentacangrejos para temernos? -Daemon miró a su esposa de reojo con cierta preocupación-. Tengo que cuidar a mis hijos, a Enya, a Viserys y a ti. Debo ser cuidadoso, debo protegerlos.
-¿Qué pretendes hacer, tío?
El Príncipe Canalla se encogió de hombros dramáticamente intentando animar la situación y romper el silencio fúnebre.
-Ser maravilloso. Soy yo, estaré bien, Rhaenyra.
-¿Tío, podrías prestarme a Visenya? -Nyra alzó el tono de voz y la joven princesa embarazada aparto la vista de Laenor-. Desde que se casaron no podemos hablar tanto y pronto los bebés le quitaran todo el tiempo a ambos. Estoy celosa, también quiero a mi familia.
Daemon asintió con una pequeña sonrisa ante la mención de sus hijos, Visenya estaba emocionada por ver la guapa versión de Daemon como padre de gemelos sin saber que quizás él no planeaba estar allí a pesar de que era por su bien y del reino.
El Príncipe Canalla acunó su rostro y presionó sus labios múltiples veces sobre los de Visenya. Estaba lleno de posesión y celos, no podía imaginar que alguien más estuviera con ella y la hiciera reír, solo él debía estar con SU esposa.
-Te veré luego. -Le dijo presionando sus cuerpos con pasión-. Te amo, Visenya. Tú y los bebés son lo más importante que tengo y lo mejor que me ha pasado.
-Te amo, Daemon. -Le contestó ella elevándose un poco para presionar sus labios contra los de el rabioso príncipe que se negaba a dejarla con los niños sola aunque sabía que debía cuidar los Siete Reinos y ayudar a Viserys.
-¿Te dolerá cuándo des a luz? -Nyra y ella avanzaron por el pasillo con los brazos entrelazados.
-Me supongo. -Contestó con la voz en un lastimero hilo de voz y su prima la vió con tristeza, nadie excepto los Hightower querían que le pasará lo mismo que a Aemma Targaryen-. Tengo miedo pero solo quiero conocer a mis bebés, me pregunto si se parecerán a mí o a Daemon.
-A ambos, se parecerán a ambos y juró que estarás bien, prima. Nada les pasará mientras yo viva.
HARWIN STRONG ERA UN POCO MÁS ALTO QUE VISENYA, era guapo, claro, menos que Daemon... Suspiro. Él tenía ojos azules que hipnotizan, rizos castaños y una agradable barba de pocos días. Visenya los saludo a él y a Joffrey, ambos correspondieron la dulce sonrisa de la princesa medio Tyrell.
-Me alegra verlos a ambos, muchísimo, de corazón. -Hizo un ademán suave lleno de amabilidad-. Me enteré recién que hay dos sitios disponibles en la Guardia Real y quería preguntarles si alguien quiere ser un capa blanca. Sé que Rhaenyra va a elegir a ser Crispin así que solo quedaría un sitio lastimosamente.
-¿Y por qué llamaste a los tres? -Inquirió Joff con curiosidad sin saber qué paso.
-Quiero que hables con Laenor y decidan si quizás podrían quedarse ambos en la corte, tú como Guardia Real y Laenor como mi mejor amigo que es. -Les sonrió y ambos después de intercambiar miradas aceptaron, era una buena idea para que pudieran permanecer cerca. Exhaló-. Y ser Harwin, quería pedir como favor especial que cuidará a mi prima, la princesa Rhaenyra.
Harwing la miró con los ojos entornados, ella le dió una mirada llena de falsa inocencia y dulzura.
-Mi amada prima necesita amor y afecto, quizá usted... Es decir, yo tengo a Daemon y sé que Nyra estaba enamorada de él pero Daemon ya no está disponible... Solo quiero ayudar. -«Y evitar que Rhaenyra vaya con mi esposo en busca de consuelo».
-Lo entiendo, lo haré. Si ella quiere... Seré su escudo juramentado.
Visenya aplaudió con mucha alegría, puso su mano en el brazo del Strong y sonrió.
-Eso es maravilloso, ser... Es muy amable de su parte, juró por los dioses nuevos y antiguos que siempre lo ayudaré a vos y a vuestro padre sin importar qué y lo defenderé de sus enemigos mientras vos protegais a Rhaenyra de sus enemigos.
-Lo juró, juró que jamás ni mi familia ni yo le vamos fallamos, seremos dignos de su confianza, princesa. Os serviré devotamente.
-Joffrey, bienvenido a la Guardia Real. Ahora con su permiso, me retiro. -Hizo una pequeña reverencia tanto como su vientre le permitió doblarse.
-Majestad, muchas gracias. -Tanto como Joffrey como Laenor hicieron una reverencia burlona y se dieron empujones juguetones como si fueran niños.
Ambos solo se contenían de empujar a Enya como hacían normalmente ya que estaba embarazada. Ella giró hacia la salida.
-Mi señora. -Murmuró Harwin que la alcanzó sin problemas mientras avanzaban a los jardines-. ¿La acompañare hasta que ser Joffrey sea Guardia Real?
-Sí, ahora vamos a tomar el té con mi prima Laena. No, no coloques esa cara, no le haré nada, creo que debo sanjar el asunto. Si Daemon será el Rey necesito a los Velaryon como aliados y aunque Laenor es el favorito de sus padres no quiero que mi tío Viserys se distancie si se casa con Laena. Debemos ser amigas de nuevo...
-Tiene razón, pero creo que Lady Alicent también podría ser reina.
-Podría. -Concedió ella al caballero-. Por un breve tiempo, Daemon y Rhaenyra fueron nombrados "Príncipes de Rocadragón", ambos son elegibles para heredar el Trono de hierro, así que... -Se encogió de hombros con indiferencia-, esa perra no será una reina y el cabrón que es su padre no será la mano.
Ser Harwin se rió con ella, se conocían desde hace tanto... Él era con una de las pocas personas además de Daemon, los Velaryon y Nyra que a veces podía dejar de ser la princesa perfecta y bonita como una rosa.
A pesar de que era considerado un hombre temible en realidad Visenya sabía que el de ojos azules era un osito de peluche por dentro. Se dijo que Harwing y Rhaenyra harían una fantástica pareja, luego averiguaría todos los detalles. Y elegiría el nombre de sus sobrinos.
«Lucerys es un buen nombre y lo apodariamos Luke».
-En cuanto Daemon sea Rey mi padre se quedará aquí y se hará cargo. Luego también podría ser mano de mis hijos. -Murmuró con una sonrisita soñadora, de verdad quería tener a los gemelos en brazos, quería hacer feliz a Daemon dándole un hijo varón-. Lo juró por la memoria de Aemma que no voy a permitir que nada malo le pase a mi familia, ni a Daemon ni a Rhaenyra.
-ME EXTRAÑO MUCHO TU INVITACIÓN, SOBRINA, CREÍ QUE HABÍA LEÍDO MAL LA CARTA. -La Reina que Nunca Fue le dió una sonrisa amable sin embargo la astucia brillaba en sus ojos-. Me propones una oferta generosa o una desesperada.
-Laena debió decirme qué haría lord Corlys con su matrimonio sabiendo que amo a Daemon desde que...
-Desde que plantaron las rosas, sí. Laena me ha contado la historia de cómo llegaste asustada a la Fortaleza Roja y Daemon fue quién te ayudo a sentirte en casa.
Visenya no pudo evitar sonreír a pesar de que Rhaenys habló con tono amargo y algo de aburrimiento. Daemon y ella habían pasado codo con codo muchas horas intentando plantar las rosas doradas de Altojardin alrededor de donde estaba el arcino en el Bosque de Dioses aunque ninguno sabía cómo plantar nada en absoluto.
-Esa sonrisa que le das a mi hermano y a Aemma es falsa, te dijeron que fueras inocente y dulce pero sé que no solo eres una rosa si no que eres un dragón. Sé un dragón, no una oveja. -Daemon le dió esa sonrisa perfecta y picaresca que solo le daba a ella por ser lo más especial que poseía-. Si estás flores te hacen sentir cerca de Altojardin haré que estén en cada rincón de la Fortaleza Roja, ¿Te gustaría eso?
Ella había asentido, emocionada y perdidamente atraída hacia la miel, es decir, hacia Daemon. Después de plantar las flores y pasar miles de horas hablando sobre todo ella termino conociendo a Daemon Targaryen mejor que cualquier otra mujer, incluso su esposa; Rhea Royce, luego él sacó tiempo libre para que volarán juntos. Siempre quejándose que a él se le debió ocurrir reclamar a Vhagar ya que era más grande y genial.
-Me disculpo, espero seamos amigas de nuevo. -La Velaryon tomó sus manos con cariño.
-Apoyen el reclamo de Daemon y seremos amigas, Laena. Tía Rhaenys, déjanos comprometer a dos de mis hijos con los hijos de Laena y mi hermano ya que es posible que Viserys elija a Alicent. -El rostro de ambas mujeres se oscureció, Laena casi escupe el té de limón-. Sin embargo, cuando Daemon sea rey pasará su corona a Vys o a Margaery, y uno de tus descendientes será Rey de los Siete Reinos, y sus hijos heredarán el Trono de hierro. Y otro reinará en Altojardin junto a Margaery o Vys, yo soy la heredera de la casa Tyrell, no Matthos, mi segundo hijo será el señor de Dominio.
-¿Y Rhaenyra?
-Tía, si Rhaenyra se casa con Laenor como lord Corlys quiere ellos no tendrán hijos propios, el matrimonio es solo una solución si Viserys decide casarse con Alicent. Lo sabes. Nyra no será reina por mucho tiempo, la quiero pero esa es la verdad.
-Hecho, tu primer y segundo hijo se casarán con mis nietos. Estoy efusivamente de acuerdo.
Visenya sonrió con felicidad, logró sacarle así una sonrisa a Rhaenys.
-Ahora somos amigas de nuevo, Laena.
-Por cierto, oímos que obligaste a Otto Hightower a aceptar que tu seleccionarás un Guardia Real.
-Es una historia divertida, Rhaenyra ayudo mucho, yo...
-HE DECIDIDO... TOMAR UNA NUEVA ESPOSA... PIENSO CASARME CON LADY ALICENT HIGHTOWER. -La tensión estalló.
Daemon miró a Viserys como si deseará matarlo, acababa de herir los sentimientos de Rhaenyra al decir que se casaría con su mejor amiga, además había roto los planes de su querida esposa.
Había roto varias cosas, de hecho, Visenya aulló al sentir como rompía aguas, sollozó y llamó desesperada evitando incluso que lord Corlys empezará a protestar.
-¡Daemon! ¡Rhaenyra! ¡Por favor!
-Vamos, Strong, ayúdame. -Rugió el Príncipe Canalla tomó a su esposa en brazos y el caballero abrió las puertas para llegar a la habitación donde las parteras empezaron a correr de un lado a otro.
Viserys no pudo hacer más que quedarse solo con los Hightower ya que lord Velaryon fue a avisarle a su hijo que Visenya daría a luz. Y los demás consejeros salieron a ver qué tal iba el parto.
Cuando Daemon debió separarse de Visenya, Rhaenyra lo atrajo hacia sí con ansiedad.
-Si tienes que elegir entre ella y el bebé salvala a ella, salva a Visenya, no le hagas lo mismo que a mi madre. Te lo ruego, tío.
Daemon la miró furioso, siendo más alto que ella la acorraló. Rhaenyra estrelló su cabeza contra la pared.
-Jamás le haría daño a Visenya, preferiría morir antes. La amo más que a mi vida y no quiero que digas que la asesinaria como hizo Viserys con tu madre o te mataré y me da igual que digan o qué opine Viserys. Porque después de que mueras Visenya y yo nos podemos ir a Altojardin y Allester Tyrell nos va apoyar.
Rhaenyra se estremeció ante el siseo en tono bajo y furioso. Asintió y se echó hacia atrás, bajando la mirada. «La ama, de verdad la ama» Pensó con cierto alivio y una pizca de celos.
Más tarde ese día Nyra encontraría consuelo en los brazos de ser Criston Cole, alias, Lord Naranjas... No importaba, tarde o temprano estaría con Harwin Strong como Visenya planeo.
DESPUÉS DE HORAS NACIERON VISERYS II Y MARGAERY TARGAYEN TYRELL, Daemon fue el primero en tener a los bebés en brazos y juro que sin importar a quién tuviera que matar nunca les harían daño de ninguna forma a sus amados hijos.
El señor de Altojardin y su esposa entraron y tuvieron que discutir con Daemon para que les dieran a sus nietos y así poder cargarlos.
-Daemon, eres mi hermano pero como ya te dije cuando te casaste con mi Rosa de Fuego, puedo asesinarte si quiero sin importar que seas el Príncipe de Rocadragón. -Helaena siseo con furia hacia su mellizo y Rhaenyra se echó a reír ante el gesto de su tía y tío.
Helaena parecía dispuesta a dejar tuerto a Daemon y su esposo Tyrell solo observaba la escena con algo de pánico.
-¿Si? Bien, solo unos minutos. Margaery, Vys, en un momento los tendré de vuelta. -Susurró Daemon hacia sus hijos.
Margaery tenía cabello marrón casi dorado, ojos grandes de color índigo, mientras que Viserys tenía suaves rizos dorados y ojos violetas oscuros que miraban todo con fingida inocencia. Ella era tranquila y él era atento y curioso, tenía la misma energía revoltosa y pícara que Daemon.
El siguiente entrar en contienda para cargar a los gemelos fue Laenor seguido de Joffrey que por unos instantes olvidó que ya era Guardia Real y solo se centró en que era un buen amigo de Visenya.
-Quiero verlos, requiero queremos verlos. -Añadió Alicent que ahora vestía ropa negra con un collar de rubíes rojo parecido a los que usaba Visenya. A sus espaldas estaba Otto y Ormund Hightower el señor del Faro cabeza de su casa-. A los gemelos, inmediatamente.
Visenya había quedado tan débil que no tuvo fuerza para gritar a su madre que dejara de actuar como loca y que no molestará a sus dragoncitos que no tenían más que unas horas de nacidos y ya los estaban atormentando.
Aún así, al ver a Alicent, se arrastró por la cama y solo con el fino camisón de seda se levantó a encararla. Al moverse la sangre se deslizó por las sabanas blancas, Visenya gruñó mientras se colocaba la mano en el vientre. Dolía, claro que dolía, como uno de los siete infiernos... Casi cayó pero se aferró a Daemon que se acercaba a ella con determinación.
-Enya, siéntate, yo me encargo. Debes quedarte en cama, amor.
-Sí, debería, Dae. -Lo llamó por ese apodo especial que usaba pocas veces-. No lo haré. -Se levantó e inhaló y exhaló a un ritmo frenético y tembloroso-. ¿Qué quieres, Alicent?
La tensión podría cortarse con acero valyrio, Daemon tenía una mano en el pomo de la espada y con pasos lentos se fue junto a los Hightower para atacarlos por sorpresa.
-Princesa. -Murmuró una de las parteras-. Quizá la Reina solo quiere conocer a sus sobrino.
-No, no quiere eso. Quiere hacerles daño, no tiene otro motivo para venir... -Bajó la vista y los ojos se le llenaron de lágrimas. Suspiró soltando un gruñido-. Vete, Alicent.
-No me iré. -Avanzó a las cunas y al mismo tiempo, con solo una mirada de Visenya, Joffrey y Laenor se colocaron frente a Vys y ser Harwin junto a Margaery.
-Puede moverse ser Harwin... ¿O teme que note que los bebés son castaños y fuertes (strongs)? -Ella le sonrió y Visenya gritó enardecida-. ¿Debería tomar eso como un sí?
-¡Maldita! ¡Tú y todos tus hijos! ¡Vete a uno de los siete infiernos, Alicent Hightower!
-¿Qué insinuas? ¿Qué insinuas... Alicent? -Daemon inquirió-. ¿Y usted, lord Ormund? ¿Qué cree que lady Alicent quiere decir?
Allester tomó el brazo de su hija para alejarla de Alicent mientras la princesa Helaena decidía qué tan accidental podía hacer parecer la muerte de los tres Hightower, nadie se metía con su hija.
-¡Dime! ¡Dime el maldito nombre! ¿Quién crees que es el padre de mis hijos si no es Daemon? -Visenya dejó un reguero de sangre mientras gritaba y era arrastrada por su padre.
-Yo... No... -Alicent se encogió de hombros ceremonialmente, perdió el valor al ver al Rey entrar.
-¿Dónde está el valiente príncipe que ruge como dragón? -El Rey Viserys pasó por un lado de los Hightower sin enterarse de qué pasaba y tomó a Vys en brazos-. Serás un rey mejor que yo, pequeño, un imponente rey con un gran dragón... ¿Y ella es Margaery, ser Harwin? Moveos, quiero verla.
Le entregó a Vys a Helaena mientras tomaba a la niña cuyo cabello era entre castaño y dorado. Nadie dudaría de que Vys era hijo de Daemon pero Margaery...
-Es una niña fuerte (Strong). -Repitió Alicent con falsa amabilidad, la tomó en brazos meciéndose de un lado a otro.
-Es fuerte, a diferencia del príncipe Daemon.
-Dilo. -Espetó Daemon entre dientes, en dirección a lord Ormund.
-Esa niña no es una verdadera Targaryen, ES BASTARDA, Y VISENYA ES UNA GOLFA.
-Ormund. -Advirtió Viserys aún con la niña en brazos-. Margaery es hija de Daemon, solo que se parece a su abuelo, es medio Tyrell. Te perdonaré solo por Alicent pero si vuelves a repetir yo me quedaré con tu lengua...
Daemon alzó la espada y de un solo golpe mató al Señor de Antigua. Otto gritó y se colocó rojo por la ira mientras Alicent se refugiaba tras su padre. El Rey no supo que decir y los guardias reales no se movieron.
-Está perdonado, claro. -Daemon limpió la sangre de su espada con su propia ropa-. Laenor, Joffrey, tomen a Margaery y a Vys y llevenlo a la habitaciones que preparé ayer. Visenya, cambiaremos de aposentos.
Lord Tyrell dejó a su hija en brazos de Daemon con el qué entrelazó sus brazos para salir de allí triunfantes. Visenya jamás olvidaría la cara de horror de Alicent, sonrió.
Cuando Laenor y Joffrey dejaron a los niños en las nuevas cuna con rosas y dragones, Daemon se recostó en la amplia cama con Visenya. Ese día no verían a nadie más ni saldrían a cenar con la familia real.
-Lo siento, Dae. Margaery es tuya yo no sé porque es más Tyrell que... -Ella sollozó mientras apretaba las faldas de su vestido con rabia. El sudor le pegaba el pelo al rostro mientras temblaba.
-Nuestra niña es un dragón. -Daemon la atrajo más hacia sí-. Sé que es mi hija, maldita sea, claro que es mía. Es medio Tyrell y se parece a ti de niña. Es nuestra.
RHAENYRA NO PODÍA CREER QUE ACABABA DE PASAR, Daemon era impulsivo pero con aquello se había pasado. Eso sí, era más fanática de su tío que ayer y menos que mañana.
-Sabemos que Margaery es hija de Daemon, Harwin. No tenéis que preocuparte. Alicent solo quería molestar a Visenya y lo logró a un alto costo. Perdió un gran aliado.
-No puedo creer que si quiera piensen que Margaery es mía. No es así... Princesa, ¿Usted me cree?
Nyra sonrió, se alzó en las puntillas y besó al Strong.
-Sé que no eres el padre de mi sobrina... Me gustas, Harwing. Me gustaría que fueras el padre de mis hijos pero antes podemos conocernos.
-Princesa, no puedo.
-Solo tienes que decir que sí.
-Lo acepto, Nyra. Estaré a tu lado, lo prometo.
NOTA: ¿Por qué se resalta fuertes (Strongs)? Porque Alicent hace referencia al apellido de quién cree que es el padre de Vys y Margaery: Harwin Strong, ya que este último es buen amigo de Visenya y ha pasado mucho tiempo con ella como su escudero juramentado.
PD: Realmente el padre de los gemelos sí es Daemon.
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