C1
"N-no y-yo… N-nosotros.. No quisimos"
"Tranquilos, no estamos enojados"
"P-pero nosotros…"
"Solo es una cosa que debía pasar, eso demuestra que son nuestros herederos"
Ya había pasado un tiempo desde la batalla de los representantes.
Tsuna ya cumplia su vida como Decimo Vongola y a su lado estaban los chicos como sus guardianes.
Comedor de la mansión
Estaban todos desayunando tranquilamente, y cuando digo tranquilos es porque había gritos extremos, insultos, pelea de comida. Osea lo normal en Vongola.
Pero había algo… Los guardianes de la Nube y la Niebla Mayor no estaban peleando y eso era porque observaban disimuladamente como su cielo reía de las ocurrencias que hacían la tormenta y la lluvia.
Sinceramente a Hibari le irritaba mucho todo ese ruido, pero más lo hacía la actitud explosiva de Gokudera.
Para nuestra alondra, Hayato era cosas que él odiaba, pero la que más resaltaba era su actitud muy Herbívora cuando se refiere a lealtad a Tsuna y su desmedida admiración al cielo.
En el caso de la Piña su irritación iba dirigida a la lluvia. La actitud tan despreocupada de Takeshi no le gustaba mucho ya que casi no caía en sus provocaciones, además de que odiaba la exagerada confianza que él tenía con los demás.
Sinceramente a ambos les importaba poco lo que pensaran el resto de ellos, pero, aunque no lo admitieran, solo tenían en cuenta la opinión de su cielo.
Fue en un momento en el que ambos cruzaron miradas y al ver que ninguno iba a ceder en ese pequeño duelo..
-¿Quieres pelear Herbívoro piña? - dice Kyoya sacando sus tofas.
-Kufufufu como quieras alondra-kun-contestó Mukuro y saca el tridente. Ambos se levantan de sus asientos y comienzan a pelear.
Fue en un momento que sintieron un aura de muerte y al segundo acabaron congelados.
¿El causante? Un Tsuna enojado porque destruyeron medio comedor.
Luego de eso y como castigo, el castaño les asignó una misión en conjunto.
Una que deberían cumplir sin rechistar, además de que les recordó que si querían tener una de sus batallas podían usar la habitación creada para eso.
Tiempo después, con Hibari…
Nuestra querida Alondra estaba con un enorme enojo en su interior.
Primero debía aguantar su hermoso desayuno en compañía de esos Herbívoros y luego por pelear debía ir a una misión con la piña.
Pero lo que más le enojó fue que, al terminar de ser regañados, el Herbívoro explosivo les dedico una sonrisa burlona a ambos.
El estaba por responder a la provocación pero justo Tsuna estaba con él y no quería otro castigo.
Asique ahora mismo hiba a descargar toda su frustración a la sala de entrenamiento especial para ellos.
Mientras en una pequeña casa abandonada cerca de los límites de Vongola…
Dentro de esta pequeña casa todo estaba a oscuras. Alguien si la viera de afuera pensaría que no habría nada ni nadie, pero, si tenías la valentía de adentrarse ,te llevarías una gran sorpresa.
Sótano de la casa..
-P-porqué hacen esto-dice una persona asustada, pero no logra articular más palabras ya que siente como algo se clava en su pie.
-Tu eres una escoria que planeaba traicionar Vongola-dice el atacante con una voz seria. Todo estaba a oscuras en ese lugar… Lo único que se podía distinguir era una mirada rojiza que poseía un enorme brillo de locura.
-E-estas equivocado… Y-yo-no termina de hablar que… - ¡HAJJ! - grita al sentir como le clavan más cosas en su pierna.
-¿Equivocado? Ja, es imposible que lo esté-dice el atacante con vos burlona, su mirada rojiza brillaba aun mas que antes-Bueno.. Creo que es hora de terminar contigo-dice y lo siguiente es que se puede escuchar puros gritos agónicos de dolor y risas que contenían una enorme locura.
De la nada la luz del lugar se prende y entra alguien más..
-Vaya, otro idiota supongo- dice el recién llegado con voz tranquila.
-Si-solo contesta el de mirada rojiza, en su rostro y ropas tenía restos de sangre todavía fresca.
El recién llegado se acerca hasta su compañero y con su lengua retira un poco de la sangre que estaba en el rostro del contrario.
-Humm te ves hermoso así-dice cuando termina de retirar la sangre y saborearla en su boca.
El otro solo sonríe y le planta un beso en los labios.
Ambos siguieron besándose e ignorando el cuerpo desfigurado que se desangraba frente a ellos.
Más tarde….
Mukuro y Hibari ya se estaban yendo al lugar de su misión.
Se despidieron de su cielo (en el caso de Mukuro también lo hizo de Chrome) y se fueron.
Pero no sin antes dejar activas sus propias "medidas de seguridad".
Lo que no sabían estos dos, era que otras personas estaban atentas a su partida y la iban a aprovechar al máximo.
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Jufufufu como dije en la portada.
La historia va dedicada a JessicaLiriano y a vongolaprimo20
Amo sus historias 😍.
Bueno.... Adios
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