"Hogar, Dulce Hogar"

Antes de llegar a "su nuevo hogar", decidieron ir por víveres a Wolverton

Era un lindo lugar, tranquilo, amigable y ajeno a la guerra que se desataba.

Dudley vio un local de juegos, Petunia compro montones de productos de limpieza y Vernon visitó los locales para verificar si sus taladros se vendía allí (la nostalgia inundaba sus ojos al recordar el empleo que tuvo que abandonar).

Sus guardianes los seguían con una mano en sus bolsillos, la cual sostenía la varita ante cualquier problema.

Los transeúntes miraban con extrañeza la galera verde de Dedalus, arruinando completamente la imagen de "absolutamente normales" de la familia.

Pero Diggle presentía que tenían envidia de su buen gusto.

Hestia se reía por lo bajo mientras se prometía recordar hablar con su compañero para ajustar su disfraz muggle

Una vez abastecidos de todo lo necesario, y unos caprichos de Dudley.  Abandonaron el pueblo y se internaron en el camino que bordeaba el bosque.

El cielo ya había pasado de naranja al azulado nocturno.

Habían pasado solo treinta minutos viajando cuando la bruja les pide detenerse. -Aquí- dice señalando a una barrera impenetrable de árboles.

-Allín o hay nada-responde con desagrado Vernon- ¿Pretendes que dejemos el auto aquí y vayamos caminando?

-Para eso está la contraseña-extrae de su bolsillo un trozo de papel y se lo entrega. Dedalus hace lo mismo detrás-Lean eso.

Con desconfianza, la familia abre los papeles y todos tenían escrito lo mismo: "Riverhood 3505, Wolverton".

Vernon levanta el rostro con un sonrojo de furia cubriendo su redonda cara-¡¿Que clase de broma es esta?!- mueve el papel frente al rostro de la bruja- Una dirección sin sentido...¡Locuras! ¡Como siempre!.

-...Querido-se escucha la voz de su

esposa-Mira los arboles...- un tinte asustado acompaña las palabras.

La redonda cabeza gira lentamente hacia donde veía antes...nada...no había arboles.

Un camino apareció donde antes solo estaba esta barrera natural.

-¿C...como es posible?-tartamudea con el terror que siempre le influye la magia recorriendo su columna.

-Ese es el camino al refugio-les dice animadamente el mago- Solo aparece si conoces la dirección.

-Hablando de eso- con un movimiento de su varita, los tres papeles en manos de la familia se prenden fuego.

Los tres dan exclamaciones de terror en lo que sueltan la bola de fuego.

-No podemos permitir que nadie más lo sepa- continuo con simpleza- Ahora conduzca, por favor.

Con el miedo y la sorpresa todavía cuerpo, el padre de familia no pudo hacer más que obedecer.

No tuvieron que conducir más de docientos metros para ver la edificación que se levantaba en medio de la negrura del bosque.

A simple vista parecía una vieja casa de verano abandonada, sus paredes de madera se encontraban con vestigios de pintura celeste, al techo fue gastado por la lluvia y tiempo...y le faltaban un par de tejas.

El césped estaba crecido hasta las sucias ventanas y el árbol que crecía a la par se había secado.

Petunia no tardo en hiperventilar...dejó su perfecta casa por esta...esta pocilga. No le iban a alcanzar los productos que compraron para arreglar todo eso...

-Me parece que esta un poco descuidada ¿no?- se rió Dedalus cuando el automóvil se detiene frente a esta.

-Esta casa no se usa hace años- Hestia lo sigue- Nada que no se pueda arreglar- levanta su varita-¡Fretego!.

Automáticamente comienza a surgir espuma rosa de las hendiduras de la casa, hasta que se cubre por completo.

Ante la maravillada vista de la familia, las ventanas quedan impecables y el moho de las paredes y techo desaparece.

-Dejame que te ayude- el mago levanta la suya y, con un movimiento circular, exclamá: "¡Reparo!".

Las tejas se unen y acomodan, luego mueve la varita en horizontal y gritá:"¡Difindo!". El césped se cortá en una perfecta línea y repite el mismo hechizo sobre el árbol seco. Lo divide en varios trozos y los eleva con otro movimiento de varita.

-Para el fuego- les dice sonriente a la familia.

Esperaron un par de minutos a que la espuma desapareciera y antes los ojos maravillados de Petunia y Dudley (y aterrados de Vernon). La casa estaba como nueva.

-Entremos-dijo Jones y con Dedalus, y la leña siguiéndolos, ingresaron.

Los Dursley se miraron entre ellos y, con una afirmación de cabeza de Vernon, entraron.

Dentro los recibió el reconfortante olor a jabón y un calor que comenzaba a emerger de la chimenea que prendió el mago. Y notaron que el interior de la casa era mucho más grande que el exterior...hasta tenia escaleras que llevaban a un segundo piso.

Hestia se asomó por estas escaleras y les sonrió a la familia-Hogar, dulce hogar.

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