Empires

N/A: ¡Feliz cumpleaños Hermione! Creo que no hay mejor forma de festejarlo, que actulizando esta historia donde más ella demuestra su poder. Espero la disfruten tanto como yo al escribirla. 

⋙════ ⋆★⋆ ════ ⋘

Aunque pudieron haber planeado las cosas, la realidad no era tan sencilla. Después de que comenzaron los entrenamientos del equipo de Quidditch, Sebastian tuvo mayor atención sobre él, por lo que Ron Weasley ya no era considerado "su pulga pelirroja", sino "su garrapata" porque decía a todos que Harry Potter era su mejor amigo y que lo estaba entrenando para que él pudiera postular en las pruebas el siguiente año. También parecía disfrutar aún más que "Harry" de la fama, ya que parecía querer succionarla del azabache tal como una garrapata succiona sangre.

Hermione y Draco tuvieron algo más de suerte para encontrarse, ya que el pelirrojo no tenía demasiado interés en ella, es más, parecía cada vez más feliz de poder tener a "Harry" solo para él. Sin embargo, si Hermione quería pasar tiempo a solas con Sebastian, Ron siempre aparecía o cuestionaba lo que estaban haciendo y por qué no podían incluirlo.

Toda la situación preocupaba a la castaña, ya que tenía miedo de que Sebastian se perdiera en los recuerdos de Harry Potter. Lo que comenzó a considerarse una posibilidad cuando luego de unos días, de poca interacción entre los Riddle, Sebastian tardó unos momentos en ordenar sus recuerdos y prioridades, a tal grado que, a pesar de estar solo con Hermione, no respondía al nombre de Sebastian, ni hablar de que no había investigado sobre la piedra o de intentar hablar con su padre.

—¿Lograste hablar con Severus?

Hermione se encontraba con un libro que la Sala de Menesteres le había proporcionado sobre Nicolas Flamel, sin entender bien el motivo del porque la sala consideró que esto ayudaría a su investigación.

—No, intenté usar la excusa de querer hablar con mi Jefe de Casa, pero Nott y Zabini no me dejan en paz. Ya comienzan a parecerse a Weasley.

Draco estaba leyendo un libro sobre reliquias. Era viernes por la noche, por lo que ambos estaban en la sala tratando de averiguar algo acerca de su misión.

—Creo que tendrás que causar que te den detención

—Creo que sería más fácil que tú te ganarás detención con tu hermano, que yo. Las serpientes saben que soy el favorito de Snape— Dijo con altanería

—Solamente porque no puede estar cerca de su hijo.

—¿Estás diciendo que soy el repuesto? —Se quejó el chico haciendo un pequeño puchero, provocando que la castaña, al levantar la vista, le sonriera por la ternura provocada.

—Así como para ti, él es el repuesto de tío Lucius.

—¡Oye! —Se quejó y Hermione cerró el libro.

—Lo siento, esto de no tener respuestas me está dando dolor de cabeza—Draco también cerró su libro y se acercó a ella para tomar su mano.

—Ya lo haremos, Herms. Tenemos tiempo

—Lo sé, pero al parecer mi mente no lo entiende

—Lo que sucede es que quieres creer que, cuanto más rápido terminemos con esto, menos será el tiempo que estaremos lejos de nuestra familia —Ambos voltearon a ver a Sebastian, quién se dejaba caer en el sofá que antes era ocupado por Draco— Lo que déjame decirte, no funciona así

— ¿Cómo escapaste de tu garrapata? —Lo interrogó Hermione con los ojos entrecerrados— ¿Y cómo es que esta vez puedes recordar tan rápido?

—Hable con mi padre

—¡¿Qué tú hiciste qué?! —La voz chillona de niña de Hermione hizo que los chicos se taparán los oídos

—Tranquila, Mi. Nos dejarás sordos—Se quejo el azabache

—Entonces explícate en este instante, Sebastian Severus Riddle—El chico suspiró

—Usó el nombre completo, compañero—Ofreció Draco, aunque estaba algo pálido

—Mi, después de la semana pasada, que no podía reconocer mi propio nombre, hice una nota mientras estaba contigo. En ella puse "no soy capaz de diferenciar los recuerdos", la sellé y escribí en el dorso "De la profesora McGonagall para el profesor Severus Snape". Aunque era mi letra, no me atreví a tener conmigo una nota de McGonagall, así que fui donde mi padre y se la entregué.

—¿Él aceptó verte de buena gana? —Hermione estaba incrédula.

—Si y no, pero supongo que creyó que, si yo estaba allí sin ti, era como Harry Potter, no como su hijo. Así que tomó la nota, leyó el dorso y me despacho. Sin embargo, no llegué a la puerta cuando los verdaderos recuerdos me invadieron, por lo que pude contarle todo.

—Así que mi padrino levantó tu hechizo de memoria—Sebastian asintió—¿Qué es todo?

—Nada de la misión, sólo el problema con los recuerdos

— ¿Qué te dijo?

—Además de levantar el hechizo de memoria, me quitó los recuerdos falsos. También me dijo que no mirará a Dumbledore a los ojos y que, si me llamaba en privado, intentara hacer que McGonagall me acompañara para que me sacará de allí cuando me doliera la cicatriz.

—Es demasiado arriesgado— Suspiró Hermione, dejándose caer contra Draco, quien rápidamente la abrazo por la cintura como algo instintivo.

—Si, pero él teme más perderme o, mejor dicho, que me pierda a mí mismo

—Eso paso porque me aleje demasiado de ti— La chica se lamentó, pero Sebastian negó con la cabeza

—No, Mí. Además, las chicas comenzaron a hablar, creen que andas tras la fortuna Potter o el reconocimiento.

—¡¿Qué?!—Volvió a chillar y al ver el gesto de sus amigos de taparse los oídos, se disculpó

—Te haces pasar por un hijo de muggle, que es compañero de cuarto de dos sangres pura. Si bien Weasley no tiene dinero, lo que es posible que no sepas todavía dado que técnicamente no conoces el mundo mágico, es sangre pura y todos saben mi historia.

—¡Por Salazar! ¡Tenemos doce!

—En realidad nosotros tenemos once—Le recordó Sebastian

—Dile eso a Parkinson— Tan pronto como esas palabras salieron de la boca de Draco, este se arrepintió, ya que Hermione giró para mirarlo de una forma tan letal que lo obligó a tragar.

— ¿Qué dijiste? —Dijo tan bajo y con un tono mortífero que se podía sentir como el calor se había ido de la sala.

Draco miró a su amigo en busca de ayuda, pero éste estaba pálido, con los ojos bien abiertos y agarrando los apoyabrazos del sofá como si estuviera listo para salir corriendo.

—Draco Lucius Malfoy—Ella dijo con tranquilidad—¿Qué quisiste decir con lo de Parkinson? —Él volvió a tragar.

—Ella... ella intenta seducirme—el ceño de Hermione se frunció profundamente

—Tenemos...

—Tenemos once, lo sé—dijo rápidamente—pero también sabes que las familias de sangre pura comprometen a sus hijos desde mucho antes. Su padre ha intentado por años que mis padres firmen un contrato de compromiso entre nuestras casas, pero siempre se negaron.

—¿Por qué? —Ella no dejaba de mirarlo de una forma que lo hacía sentir tan expuesto, que requirió de todas sus fuerzas para no huir.

—La verdad no lo sé

—Draco...

—De verdad, Mia, no tengo idea de porqué. Ella es parte de los Sagrados 28; su padre apoyó al tuyo...

—Pero también mintió en su juicio, diciendo estar bajo imperius

—Mi padre también—se defendió el rubio

—Sabes que no es lo mismo—Dijeron al unísono los Riddle, aumentando el miedo de su amigo

—De verdad, no lo sé—dijo mirando a ambos.

Se dio cuenta que algo debieron encontrar en su expresión porque ambos asintieron, después de tener una conversación silenciosa entre ellos.

—Está bien, te creemos—Dijo Sebastian

—Ahora, tenemos que hacer algo con eso de que quiero ser una Weasley—Los chicos no aguantaron la risa y soltaron una carcajada, haciendo que la tensión se disipara.

—Dudo que podamos detenerlo—Harry la miró con compasión

—Eso ya lo veremos—Dijo y se levantó saliendo de la sala, dejando a los chicos pasmados

—Eso no es bueno—Habló Draco

—Definitivamente, no es nada bueno, amigo.

✠ •❀• ✠

Días después, Sebastian no sabía que había pasado con Lavender Brown y la gemela Parvati, pero ambas veían a Hermione y huían. Los rumores comenzaron a cesar y al menos en Gryffindor ya nadie más la miraba mal o la atacaba, bueno todos menos Ronald, ya que cuando ella no oía, solía quejarse de lo mandona que era cuando se trataba de estudiar.

Siguiendo el ejemplo de Sebastian, Draco fue a ver a su padrino. Este no pareció sorprendido y después de que tomara asiento, dentro de los aposentos privados del hombre, que estaba asegurado con hechizos de detección y silenciadores, el rubio se animó a preguntar.

— ¿La piedra está definitivamente en Hogwarts? —Snape entrecerró los ojos

—No sé de qué estás hablando, Draco. Si viniste a hacerme perder el tiempo...

—Padrino, sabemos de la piedra. Lo sabemos desde hace semanas. Hermione entendió tú pista en clase.

—Deduzco que cuando hablas en plural, te refieres a tus futuros señores—Arrastró las palabras Snape y Draco asintió.

Hacía mucho tiempo que su padre le hizo entender una gran diferencia, que debía ser extremadamente clara en la mente del rubio. Él era como un hermano para Sebastian y Hermione, pero en el futuro, cuando su familia logrará sus objetivos, él tendría que recordar que ellos serían sus Señores. De la misma forma que el Señor Oscuro y su padrino, lo eran de sus padres.

Sin embargo, eran familia, lo que hacía que protegerse, pelear codo a codo y darle su lealtad, no se sintiera como una obligación, pero eso no significaba que, si algún día sus amigos daban una orden con la que él no estaba de acuerdo, tendría que cumplirla de igual manera.

—Si—Confirmó el chico

—No puedo negar ni confirmar nada con respecto a tu pregunta, mi padre tiene planes, pero el director tiene los suyos.

—Queremos ayudar

—Esperamos que lo hagan, pero no puedo decírtelo —Con eso, Draco entendió que su padrino estaba bajo un juramento inquebrantable y una mirada rápida a su muñeca izquierda, que extrañamente por primera vez estaba descubierta, confirmó sus sospechas cuando notó el lazo dorado.

—Entiendo, solamente te comentaré lo que haremos—Severus asintió—Buscamos información sobre la Piedra Filosofal, no preguntes como, pero creemos que es una antigüedad relacionada con Nicolas Flamel, un mago del 1800. Suponemos que al morir...

—No

—¿No? —dijo frunciendo el ceño—¿No...no está muerto? —Tanteó y Snape asintió, sorprendiendo a su ahijado —Correcto, está bien

—Eso explica la importancia del objeto, pero no el medio para conseguirlo

—Así que si está en Hogwarts —Dedujo el chico y se quedó pensando un momento—. El tercer piso —Susurró cuando la realidad lo golpeó

—Bien, esta reunión terminó

—Gracias, padrino—Dijo en modo de despedida

—Ah, Draco—El chico lo miró—. Antes de hacer una expedición, haría una visita a Hagrid y preguntaría sobre su nueva mascota.

✠ •❀• ✠

La verdad de lo que realmente estaba ocurriendo, era que Voldemort orquestó un ataque hacía los Flamel en el verano, el cuál Dumbledore interpretó como un intento de robar la Piedra Filosofal, lo que lo llevó a ofrecerse para mantenerla a salvo y así idear un plan para que nuevamente Voldemort se encontrará con Harry y así cumplir la profecía.

Sin embargo, el viejo director hizo exactamente lo que el Señor Oscuro esperaba y ahora tenía la piedra a unas salas de distancia. Después del viaje de Sebastian al Callejón Diagon, supieron que la piedra estuvo en Gringotts, de ahí el falso intento de robo por parte Voldemort, que fue utilizado para informar a su familia de que las piezas estaban en movimiento y darle una falsa sensación de seguridad a Dumbledore.

Ahora la responsabilidad de descubrir cómo llegar a la piedra y conseguirla para su familia, era de los tres chicos. Ese viernes Draco informó a Hermione acerca de la charla con Severus y esta le aseguró que le pasaría el mensaje a Sebastian.

No obstante, el rubio tenía curiosidad sobre los cambios que notó en las chicas de Gryffindors con respecto a Hermione, pero esta sólo sonrió y lo dejó solo cuando él la interrogó.

Un día sin realmente quererlo, Hermione, Ron y Sebastian terminaron, por culpa de las escaleras, en el tercer piso, corriendo de la Señora Norris y descubriendo al cancerbero.

—¡Me pueden explicar cómo es que terminaron frente a un perro gigante de tres cabezas! ¡Y con nadie más que el maldito Weasley! —Gritó Draco exasperado en la Sala de Menesteres, en una reunión de emergencia que habían tenido luego de la casi prematura muerte de sus amigos.

—Tranquilo, Dragón—Intentó Hermione

—¡¿Qué me calme?! ¡Pudieron morir!

—Si, pero no lo hicimos—Dijo lentamente Sebastian—Y ahora sabemos a lo que nos enfrentamos

—Y también por qué mi hermano quería que viéramos a Hagrid—Explicó Hermione

—Definitivamente esa bestia es suya—Habló el azabache—Supongo que Dumbledore le pidió ayuda para proteger la piedra

—¿Acaso se están escuchando? Esto es más de lo que podemos manejar

—No, amigo. Mi padre fue claro, esto es nuestra responsabilidad, no importa lo que enfrentemos...necesitamos hacerlo— Al ver lo contrariado que estaba el rubio, Hermione se le acercó y le acarició la mejilla para llamar su atención.

—Dragón—Cuando sus miradas se conectaron, ella vio lágrimas y temor contenido—, no estamos minimizando las cosas, también tenemos miedo, pero nuestra familia nos necesita. Sabíamos que no iba a ser fácil.

—Entonces ¿ahora qué sigue? —preguntó Draco, cansado, dejándose caer en el sofá y ganándose una sonrisa condescendiente de la castaña.

—Ahora sabemos dónde está la piedra y también tenemos a Ron muy emocionado por ayudar—explicó Sebastian

—¿Por qué lo incluyes a él? —preguntó Draco con el ceño fruncido.

Ya era bastante malo que él no pudiera estar involucrado en el plan para salvar la piedra, pero ahora se sentía reemplazado por Weasley. Dumbledore vestiría de negro antes de que Draco Malfoy dejará que el pobretón Weasley lo reemplazara.

—Él podría ser un aliado útil en el futuro—respondió Hermione —. Si él está con nosotros cuando salvemos la piedra, ayudará a asegurarnos de que nadie sospeche acerca de nuestro verdadero plan. Dumbledore confiará en un Weasley sin importar las evidencias, más cuando Ron es el encargado de vigilar a Sebastian.

—Supongo que tienes un punto válido— concedió Draco, pero realmente no estaba demasiado feliz con ello —Entonces, ¿cuál es el plan?

—Iremos con Hagrid, estoy seguro de que sabe cómo tratar con un Cancerbero—Dijo Sebastian— y está claro que adora que vaya a visitarlo—Terminó con una sonrisa, haciendo que sus amigos rodaran los ojos

—Bien—espetó Draco—, pero no creo que esa sea la única cosa que proteja la piedra. Recordemos que Dumbledore sabe sobre el Señor Oscuro y que querrá la piedra.

—Podemos preocuparnos por las demás posibles pruebas más tarde— dijo Hermione. —. Vayamos un paso a la vez, así que busquemos una excusa o forma de convencer a Weasley que es necesario ir con Hagrid.

—Puedo ayudar en eso— dijo Draco con una sonrisa —. Todo lo que tenemos que hacer es dejar que me escuche decir que intentaré causarle problemas a su amigo el jardinero. Te apuesto que querrá ser el héroe y advertirle.

✠ •❀• ✠

Sin embargo, ese plan no funcionó. Ron no parecía demasiado interesado en jugar al héroe y al contrario de lo esperado, los amigos de Draco se interesaron en la idea de hacerle una broma al semigigante. Idea de la cual el rubio tuvo que persuadir a sus amigos de no llevar a cabo, hasta que tuvieran un supuesto buen plan.

Así llegó Halloween, cosa que irritó a los Riddle, sobre todo a Sebastian, ya que a él le encantaba festejar Samhain, para así poder celebrar a su madre. Después de todo, el azabache siempre la sintió cerca durante las celebraciones, lo que era probable, ya que esa noche el velo entre ambos mundos era extremadamente delgado. Pero este año no fue posible y en la noche se encontrarían celebrando una tradición muggle que les parecía una total falta de respeto a sus costumbres como magos y a su vez, tampoco podrían ver a su familia.

Era toda esta irritación la que causó que Hermione quisiera golpear al pelirrojo en encantamientos cuando seguía repitiendo leviosÁ en vez de leviÓsa. Sin embargo, intentó de la manera más sutil explicarle porque no le funcionaba el hechizo, solamente para que él se burlara de ella al finalizar la clase.

Si bien a Hermione poco le interesaba lo que un Weasley tuviera para decir, ella estaba sensible por no poder estar con su familia y molesta por como todos agradecían a su sobrino por un año más de paz, gracias a qué el mató a Voldemort en la noche de Halloween de 1981.

Así que por primera vez dejó que las lágrimas cayeran y se dirigió al baño de niñas, decidiendo saltarse las demás clases del día. Decisión de la que ahora se arrepentía, cuando un Trol de tres metros y medio de altura estaba destrozando el baño, dejándola atrapada en los escombros.

—¡Hermione, muévete! —Escuchó a Sebastian gritarle y logró ver, tras correr algunas piezas de madera, que había llegado allí con Weasley. <<" ¡Oh! Definitivamente mataré lentamente a ese niño cuando tenga oportunidad">> -pensó la castaña con respecto al pelirrojo.

A pesar de ello, le hizo caso a Sabastian y comenzó a arrastrarse, sólo para provocar que la bestia diera otro golpe. Así que hizo lo único lógico que podía hacer, gritar por ayuda.

—¡Oye, bobo! —Escuchó a Weasley gritar, haciendo que ella rodara los ojos.

Claramente en ese momento ella no estaba segura de quién tenía el cerebro de un trol, sí ellos o la bestia. Aunque ella no iba a desperdiciar la distracción del monstruo, así que aprovechó para escabullirse. Lo que no sirvió de mucho, ya que la bestia la vio y atacó de nuevo.

En ese momento su mirada se conectó con la de Sebastian y vio la determinación brillar en sus ojos cuando este sacó su varita. Rápidamente le negó con la cabeza, porque pudo leer claramente lo que él haría y estaba segura que cualquier hechizo que saliera de esa varita sería oscuro y nada apto para un chico que sólo llevaba dos meses en Hogwarts.

El azabache, al ver la expresión de Hermione, dudó un momento y miró al pelirrojo que estaba desconcertado. Había entendido el mensaje de su tía, él no podía hacer volar su tapadera tan pronto, por lo que hizo lo más Gryffindor que jamás pensó que haría, saltar contra el trol y meter su varita en la nariz de la criatura oscura.

Lo que casi instantáneamente se dio cuenta que fue una pésima idea, ya que ahora se encontraba tomado del tobillo y de cabeza. Así que miró a Hermione y le gritó

—¡Ayúdame! —Ella era la más inteligente, toda la familia estaba segura de que la única razón por la que no era un águila, era porque quería estar en la misma casa que Sebastian, para ayudarlo.

<<" Ella tiene que saber algún hechizo que nos saque de esta sin exponernos">> -Casi rogó el azabache.

Aunque la sorpresa llegó cuando la castaña parecía en shock y fue Ron quien preguntó qué podía hacer.

—¡Agita y golpea! —Grito la chica y fue allí cuando Sebastian se dio cuenta que en realidad Hermione no tenía su varita.

Wingardium Leviosa —Conjuró Ron y de pronto el mazo del Trol flotó por unos segundos para luego caer sobre la cabeza de la bestia, dejándolo inconsciente.

—¿Está... muerto? —Preguntó Hermione acercándose lentamente—Harry— Eso hizo al chico levantarse y salir del shock

—No lo creo. Sólo está desmayado—Le explicó, pero en su expresión había una pregunta no formulada, mientras la recorría con la mirada <<" ¿Estás bien?">>

Ella asintió con la cabeza y Sebastian soltó un suspiro silencioso, antes de agacharse para tomar su varita. De lo que casi se arrepintió cuando se dio cuenta de que estaba llena de moco de Trol. No obstante, no tuvo tiempo de decir algo al respecto, cuando la profesora McGonagall, seguida del resto de los profesores, llegó al lugar.

Gracias a Merlín, que cuando la mujer pidió una explicación, Hermione fue lo suficientemente consciente para dar una excusa. Cuando Sebastian miró a su padre, se dio cuenta que el hombre no le creía y que pronto tendría una larga charla con ellos.

"Harry" tragó y bajó la mirada. Fue en ese momento que notó que su padre tenía un corte en la pierna, así que volvió a mirarlo. Snape al notarlo tapó la herida con su túnica y negó con la cabeza casi imperceptiblemente, causando que Sebastian desviara la mirada hacia el hombre que portaba a su abuelo. Quirrell estaba pálido como si temiera por su vida, mientras alternaba la vista entre él y la castaña.

<<" Así que él abuelo no sabía de Hermione, pero entonces ¿por qué el trol parecía empecinado en ir tras ella?">> - pensó el chico, justo cuando su Jefa de Casa comenzó a dar los puntos.

Severus y el profesor de defensa compartieron una mirada, antes que este último les pidiera a los chicos que se retiraran.

Cuando se encontró sólo en el baño y se aseguró de no estar al alcance oído u ojos curiosos, se agacho a la altura del rostro de la criatura.

—Maldita bestia tonta—Espetó sin rastro de tu tartamudeo y con una voz sombría—Creí que eras el más inteligente de tu especie al ser su líder, pero se ve que me equivoqué. Después se quejan cuando los magos los tratan como las bestias que son.

Tras eso, punto a través de las narinas del troll y lanzó un hechizo perforante, matándolo.

—¿Me dirás exactamente qué pasó aquí? — Siseó el recién llegado

—Cuida tu tono, Severus. Recuerda que fue a mi hija a quién atacó

—Mi hermana —Le recordó, sin importarse en corregir el tono molesto—. ¿Por qué fue tras ella? Creí que dijiste que estaba en las mazmorras

—Porque así era, no sé porque vino aquí—Dijo Quirrell levantándose, pero aun dándole la espalda a Severus— ¿Están bien?

—Si, sólo un susto y raspones, hablaré con ellos en la mañana.

—¿Lograste descubrir las demás pruebas?

—Lazo del diablo fue lo que aportó Sprout, llaves encantadas que deben ser alcanzadas por una escoba fue el aporte de Flitwick

—Nada sutil de parte de Dumbledore. Está más que claro que fueron diseñadas para que Sebastian las pase sin mucho esfuerzo —Severus refunfuño

—Un ajedrez mágico gigante fue el aporte de Minerva, luego vendría tu trol, que por lo que veo está muerto—Voldemort asintió—Sigue mi prueba de la que no puedo hablar y otra que desconozco

—Infórmale a Hermione, es demasiado peligroso que Sebastian lo sepa, pero ella podrá ayudarlo y guiarlo—Severus gruñó, no muy feliz, en confirmación— ¿Cómo va el tema de los recuerdos?

—No pude hablar con ninguno de ellos en estos días, pero diría que bien, dado la falta de visitas

—Perfecto, no quiero arriesgarme a que se pierda o se confunda y crea que realmente es un Potter—Voldemort pronunció el apellido como si fuera una maldición

—Ya perdí a mi hijo una vez, padre. No me arriesgaré a que pase de nuevo. Ahora si me disculpas, creo que tengo cosas que hacer.

✠ •❀• ✠

Esa noche, después de asegurarse de que Ron estaba dormido, Sebastian bajó a la sala común. Rogaba en su interior que Hermione estuviera allí o al menos bajará pronto.

Para su suerte, la chica ya estaba frente a la chimenea con un libro entre manos, el cual no estaba leyendo, sino que tenía la vista puesta en un relicario que al chico le resultaba vagamente familiar.

—Hermione—la llamó suavemente para no asustarla, mientras colocaba una mano sobre su hombro.

Cuando ella levantó la vista y lo vio, sus ojos se llenaron de lágrimas. Torpemente el chico la abrazó y susurró palabras tranquilizadoras, mientras la niña lloraba en su hombro.

—Estaba aterrada—Sollozó

—Shh, Hermione. Ya estás a salvo

—Podríamos haber muerto, Seba...o peor, poner en evidencia el plan

—Creo... tía, que deberías considerar reordenar tus prioridades—El cómo la llamó la hizo apartarse de él y darle un golpe en el brazo

—Te dije que nunca me llamaras así

—Auch, ¿así como? ¿tía? —Preguntó con una falsa inocencia, mientras se friccionaba el brazo—Es lo que eres

—Sebastian Severus Riddle, no me hagas enojar—pero en realidad ella estaba riendo

—Al menos sé que causarme dolor te hace sonreír—Se excusó con una sonrisa, pero rápidamente volvió a quedar serio—¿Estás realmente bien? —Ella asintió y le hizo espacio para que se sentará con ella. Tan pronto como lo hizo, Hermione apoyó su cabeza en el hombro de su sobrino.

—Si, pero siento que nos regañarán o algo peor

—El trol era un plan del abuelo—Explicó el chico—. Mi padre tenía un corte en la pierna y me dijo que no pregunte, pero supongo que tiene que ver con la piedra

—Así que también arruiné su plan. Brillante—Dijo con sarcasmo y dolor

—No, Hermione. Tú no sabías que harían algo hoy y estoy seguro de que ellos tampoco esperaron que estuvieras en ese baño

—Me pasa por darle importancia a las palabras de un tonto

—¿Realmente estabas llorando por Weasley? —Preguntó no muy seguro el azabache, la verdad era que no le gustaba la idea de que la garrapata hiciera llorar a su familia.

—No...no estoy segura. Es que...es Samhain y estamos aquí festejando algo muggle—Dijo con una mueca—. Además de estar lejos de la familia y encima todos esos insensibles con sus agradecimientos hacia ti

—Ni lo menciones— La verdad era que el azabache también tenía ganas de llorar cada vez que le agradecían, pero nadie podía verlo así—¿Me dirás de donde sacaste eso? —Dijo el chico señalando el relicario entre las manos de la castaña.

Una sonrisa iluminó el rostro de la chica y le dijo al guardapelo que se abriera. Dentro, adherido a una de las caras, había una foto de ella de pequeña con toda la familia, incluida la madre de Sebastian que estaba muy embarazada. Al otro lado, había una foto del trío de amigos, junto a los Malfoy y los Black, que estaban acompañados de sus mellizos. Esa segunda foto había sido tomada horas antes de su primera visita al Callejón Diagon.

—Es precioso—Lágrimas silenciosas cayeron por las mejillas del niño cuando acaricio la foto en la que aparecía su madre

—Este es el relicario de Salazar Slytherin, es una reliquia familiar —Sebastian abrió ampliamente los ojos, cuando ella le dijo al objeto que se cerrará y él vio la serpiente en el frente—. Hace años padre lo encontró, estaba en poder de una vieja bruja. Lo iba a utilizar para uno de sus proyectos, pero dijo que se arrepintió cuando conoció a Severus. Quería dárselo a él por ser su hijo y así fue, hasta este año. Mi hermano quería que tuviera algo de la familia para que sepa que siempre estaban conmigo—la chica miró a su sobrino—. Me dijo que tú tenías uno similar.

—Si—el chico de pronto sacó su cadena de entre sus túnicas y se la mostró, también era un relicario, pero con dije mucho más pequeño—, pero no es tan mágico como el tuyo—dijo sonriendo

—Es precioso—Habló la castaña con los ojos llenos de lágrimas al ver a su hermano feliz en la foto —Hace años que no lo veo así—Dijo acariciando al Severus de la foto—. Nos quitaron demasiado, Seba

—Si—Suspiró el chico

—Tenemos que ser fuertes. Tenemos que hacer que paguen

—Lo harán, Hermione. Todo aquel que daño a nuestra familia caerá

Tras ese juramento, Sebastian abrazó a la castaña con fuerza. Luego la chica lanzó un hechizo sobre el guardapelo de Slytherin, haciendo que éste redujera su tamaño y se lo guardó en la túnica.

Disfrutaron un poco más del calor de la chimenea, antes de irse a dormir, con menos peso en el corazón y más determinación en la mente.

⋙════ ⋆★⋆ ════ ⋘

Aclaración: tomé 1979 como el año en el que se creo el horrocrux del guardapelo, es decir, que cuando Voldemort pidió prestado a Kreacher, fue a ponerlo por primera vez en la cueva.Aquí él conoció a Severus antes de eso, así que le dio el relicario y este jamás se convirtió en un horrocrux. También es por eso y otras cosas que sabrán más adelante, que Regulus esta vivo y nunca desafió a Tom. Es más, recuerden que es uno de los más leales, y familia ya que es padrino de Hermione.Sebastian si es un horrocrux, sólo que él nunca dijo nada sobre el dolor de la cicatriz y nadie sabe que lo es.Otra aclaración, no menos importante, recordemos que esta historia es Dark Harry y Dark Hermione, por lo que ambos tendrán actitudes diferentes al canon cuando estén en confianza.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top