Capítulo 3: ¿Primeras gotas de sangre?
-¿Q~qu~qué?- pregunto Yuzu con una mirada en blanco, mientras que sus nervios estaban apunto de estallar debido a la posición en la que lo tenía Riku.
-Ya me oíste- dijo Riku con una mirada seria clavada en los ojos de dicho chico.
Mientras que el alterado Yuzu buscaba comprender lo que sucedía buscando alguna manera de escapara de dicha situación, en contraste de Riku que al parecer afilaba más su mirada y al parecer la centraba más en los ojos rosados de dicho chico.
Entonces por obras del destino la puerta que sujetaba la delgada espalda de Yuzu se abrió, y fue por eso que Yuzu se desplomó hacía atrás pero afortunadamente fue sujetado por aquella chica imperactiva de cabello negro llamada Aldheleid.
-¿Yuzu?, ¿Riku?... ¿qué están haciendo?- cuestionó una Aldheleid que ladeaba la cabeza, mientras que eran visibles un par de vendas en su cabeza y brazos. -¡N~na~nada!- dijo un alterado Yuzu.
Dicha pregunta al parecer había tocado un nervio sensible en el castaño, puesto que al reaccionar y recordar lo sucedido, este coloró sus mejillas al rojo vivo de una manera extraña, tomó a Aldheleid por la muñeca y la introdujo al cuarto junto con el, cerrando la puerta de un portazo mientras dejaban afuera a un intrigado Riku.
-*cof* Solo espero que te tomes enserio mi advertencia- dijo solo para recoger su libro del suelo y dirigirse hacía su cuarto.
La situación fue de lo más curiosa debido a que Riku no podía dejar de mirar los ojos de dicho chico, algo le decía que eso no era muy "natural" que digamos, cosa que empezó a descartar al recordar nuevamente que vivían en un mundo en el que la magia es real y ellos son usuarios de ella. No obstante, el dedujo que la magia tiene un orden fijo por lo tanto este tipo de cosas debían tener una explicación mas compleja o en su propia regla de tres, podía ser algo que pronto le dejaría cicatrices. Por otro lado, Yuzu al parecer sintió como Riku buscó respuestas de un caso que ni el mismo tenía idea de sus motivos, pero por otra parte, no podía dejar de pensar que de alguna manera inconscientemente provocó que Riku se comportara de esa manera "hostil" contra el indefenso castaño.
Riku comenzó a caminar a lo largo y ancho del castillo, mientras que buscaba indicios de la magia extraña que usó Yuzu hace un par de horas, y debido a su cercanía con el atributo tierra, pensó en desarrollar su investigación en un libro que recopilaba información de ese mismo atributo; caminaba mientras que leía, sin fijarse en el camino que recorría, el parecía estar calmado mientras que avanzaba a sus expensas en el castillo, sin embargo, su corazón y su conciencia le decían que algo no andaba bien.
-(¿Qué se supone que estoy buscando?)- pensó mientras se recostaba en una banca del jardín trasero del castillo, -wow...- exclamó al percatarse del cuanto había caminado y de la hora que era.
Ese día satisfajo por completo su curiosidad y a su vez le dio mucho material para seguir haciendo preguntas los próximos días: "¿eso formaba parte del sistema de refuerzo?", "¿todos tendremos magia así de singular?", "¿cómo adquirió los conocimientos de esa misteriosa magia?", "¿por qué su centro mágico... se fracturo?". Ante la ultima pregunta mental que se hizo abrió los ojos como platos, mientras que con una mano se revolvía la cabeza con confusión.
-¿Cómo es que se eso?- se pregunto mientras miraba su libro, -debí haberlo leído- dijo mientras volvía su mirada al libro.
Entonces después de seguir mirando el libro durante un par de minutos, decidió ir a la biblioteca a entregarlo, debido que no pudo conseguir las respuestas que quería. Y cuando el abrió la puerta...
-¿Y luego me dicen que yo soy la rata de biblioteca?- enfatizo Riku con algo de ironía en sus palabras al ver como Shun, Loyd, Hans, Baron, Alexander, Joseph y Elena estaban hurgando y leyendo cualquier cosa que se encontraban y dejando libros tirados por doquier, -dejo este lugar durante unos minutos y ustedes arrasan con el- dijo tocandoce la cara con una de sus palmas.
-¡Ey!... no es nada de eso- dijo un cansado Alexander que tenia una montaña de libros enfrente de si mismo, -además... ¿unos minutos?, caminaste solo alrededor del castillo durante una hora y media- dijo mientras que apuntaba su dedo a Riku.
-Touche- dijo Riku asombrado de su propia actitud despistada.
-Oye Riku, ¿conoces algún libro sobre...- dijo Elizabeth que por algún azar del destino llego desde el lado de la cocina mientras comía una manzana, sin percatarse de lo que estaban haciendo sus compañeros, -a estas alturas esto no me sorprendería... digo, vi como Aldheleid quemó la ropa de los chicos a propósito por molestarla... pero enserio, ¿qué rayos hacen?- dijo mientras se llevaba una mano a la cara con algo de irritación.
-Espera, ¡¿fue ella?!- dijo un Joseph bastante enojado, -¡tuvimos que lanzarnos directamente a las fuentes para apagar las llamas de la ropa!-
-¡¿Pero de que te quejas?!, ¡tu solo tenías que lanzarte agua a ti mismo, idiota!- escupió un enfurecido Loyd mientras sacaba humo por sus orejas, -¡y todos me echaron la culpa a mi!, ¡¿dónde esta esa mocosa?!-
Elizabeth no era exactamente una chica normal, ya que en contraste de las otras chicas del salón o del colegio, ella era bastante cuidadosa y refinada en sus acciones, demostrando grandes acciones de madurez que la hacían verse como una completa adulta; y sumado a esa actitud, estaba su aspecto físico actual que fácilmente le hacia confundirla con una joven de 15 años o más.
-Dejando esta inútil pelea... estamos buscando datos acerca de la ultima pelea de Yuzu- dijo Shun mientras que no despejaba su mirada del libro.
-¿Ya encontraron algo?- preguntó Riku mientras se acercaba a los libro que estaban tirados cerca de la puerta.
Todos hicieron un gesto de negación al mismo tiempo, cosa que apago toda esperanza en el corazón de Riku.
-Y dudo que lo hagan- dijo Elizabeth solo para voltearse y retirase del lugar.
-¿A qué te refieres?- cuestiono Elena, solo para no recibir respuesta de la chica. Pero para su descontento, la chica ya no se encontraba en la puerta de la biblioteca.
Riku con cierta confusión en su cabeza, se lanzó contra la pelirroja mientras que dejaba caer el libro que cargaba entre brazos. Riku solo la alcanzó al llegar a las escaleras, mientras que ella estuvo a punto de subir por ellas, y mientras que se detuvo se percató de la presencia de Riku.
-No me malentiendan, todo será revelado a su tiempo, también nos costó a nosotros entenderlo al 100%- dijo solo para continuar con su camino, dejando atrás al chico que incluso tuvo que utilizar magia de soporte físico para apenas alcanzarla.
-Supongo que tendrá que ser así- dijo ya solo para si mismo.
Entonces una palmada toco su espalda.
-Ey nerd, vamos a tomarnos un baño, alcánzanos- dijo Loyd con algo de cansancio solo para dejar atrás a Riku mientras que veía como los demás chicos empezaban a seguir al rubio.
Riku se percato de como Elena subía las escaleras con un gran número de libros; mientras que notaba como cierto pelinegro de ojos verdes lo tomaba del hombro y lo arrastraba como si estuviera herido.
-Vamos, desde cuando no tomas una ducha- dijo Shun con una sonrisa burlona.
-Es cierto- dijo Baron con una carcajada atorada en la garganta.
-Miren quien habla, el que termina apestando por no usar bien su magia natural- dijo Riku rechinando sus dientes con una vena pulsaste en su frente.
Los chicos tuvieron que acostumbrarse a bañarse juntos con el pasar de los años y todo debido a lo extremadamente grande que era dicho baño, siendo abruptamente una piscina no tan honda de 20 metros x 20 metros. A los de la realeza les gustaba exagerar por lo que podían ver, en dicho lugar conversaban de cosas banales y solo se limitaban a disfrutar del agua tibia que ya hacia ahí, haciéndolos sentir muy relajados.
Termino la ducha de los hombres y después de que ellos salieran, se percataron de como Yuzu iba a entrar justo después de ellos, cosa que no era extraña ya que el jamás había entrado a bañarse con ninguno de ellos, siempre se bañaba después de ellos, cosa que no era rara por su actitud tímida. Riku solo no le dirigió la mirada debido a que seguramente se sentiría incomodo por lo que paso.
Esa noche Riku solo se acostó sin leer ningún otro libro, pensando mucho en la magia rara de Yuzu y la extraña manera de Elizabeth de no decir nada al respecto.
Al día siguiente, Riku madrugó lo suficiente como para llegar a la biblioteca y encontrar a Crysta acomodar los estantes que el día anterior quedaron completamente desechos por culpa de todos ellos.
-Señor Riku, es un gusto verlo a estas horas- dijo una voz atrás de el, cosa que lo tomó por sorpresa al darse cuenta que quien le hablaba era la otra sirvienta llamada Glass.
Glass se podría decir que era la copia exacta de Crysta, debido a que lo único que las diferenciaban eran los colores de los mechones de su pelo y su ojo izquierdo; ya que estos manifestaban un color rojo bastante brillante.
-No se preocupe por el desastre, nosotras nos encargaremos- dijo esta misma con una energética sonrisa en la cara.
Claro, algo que empezaron a notar los jóvenes, fue que Crysta se mantuvo más introvertida, siendo muy contadas las veces en las que sonreía, cosa que era bastante notable en los muchachos ya que a veces tenía un carácter tímido que era asociado con el de un gato. Mientras que Glass era casi todo lo opuesto ya que demostraba un carácter mas extrovertido y alegre; cosa que la hizo hacer migas mas rápido con cada joven.
-¡En serio lo lamento!- dijo Riku mientras que hacía una reverencia, -usualmente soy yo el que se encarga de acomodar todo... es que... hubo un problema con Elizabeth y luego...*puck*- pero fue callado por un golpe en su frente de parte de Glass.
-Ey, ey, ey hacernos cargo de ustedes es nuestro trabajo también, no te disculpes, ya has hecho nuestro trabajo más fácil en varias ocasiones- dijo Glass mientras que recogía unos libros del suelo.
-¿Acaso no hacemos bien nuestro trabajo, señor?-dijo Crysta ocultandoce detrás de unos libros que tenía en la mano.
-Genial, ahora me siento culpable- dijo Riku mientras hacía un puchero.
Ambas chicas se rieron por la actitud de Riku y continuaron con su trabajo, y ya que el estaba de paso, decidió ayudar a levantar el desorden.
-S~señor...- intento hablar Crysta solo para ser frenado por Riku.
-Paso mucho tiempo en este lugar como para no tener respeto por el, así que... espero que les sirvan un par de manos extras- dijo solo para continuar levantando cada libro que se encontraba.
Riku nunca espero tener que ayudar a levantar el desorden de sus compañeros,de hecho se hizo la idea de que sus amigos habían devuelto cada cosa a su sitio, enmendando su comportamiento como animales en corral. ¿Quién diría que todo fue por culpa de Yuzu y su nueva magia?, Riku solo se podía hacer la idea de seguir leyendo acerca de tipos de magia, en cuanto el y las otras chicas terminaran de levantar dicho caótico lugar de libros.
-Y... ¡listo!- dijo con alegria Glass que mantenía un puño al aire con alegría, - ese fue el ultimo, ahora a descansar mientras podamos-
-(Es una completa floja)- pensaron Riku y Crysta casi al mismo tiempo.
Entonces unos pasos acelerados se escuchaban desde atrás de la puerta,
-Buenos... ¿días?- dijo Aldheleid bastante confundida al ver a las sirvientas en la misma habitación, -lo siento, pensé que estarías solo Riku- dijo algo decepcionada y con la mirada desviada avergonzada.
-Bueno, los dejaremos solos entonces... jóvenes picarones- soltó Glass con una mirada pícara y empujando a Crysta fuera de la habitación, y cuando estuvieron fuera cerro la puerta mientras que le guiñaba el ojo a ambos chicos.
-No se cual es el chiste, siempre hace lo mismo con cada uno de nosotros, a excepción de Baron y Yuzu- dijo Riku mientras se rascaba la nuca, -al parecer exije que se forme una pareja a gritos-
-Si... y también es algo pesado escuchar de otras chicas el como serán sus amores en este mundo- Aldheleid manifestó un poco de pesadez en sus palabras.
-Y sobre a otras chicas, ¿te refieres a ti misma?- soltó Riku arqueando una ceja.
-Ja, ja... que chistoso- dijo Aldheleid soltando un puchero.
-¿tan graciosos cómo cuando quemaste nuestras ropas en un entrenamiento?- Riku le dio una mirada que demostraba una gran desconfianza.
-¡¿Cómo es que...?!, en fin, no vengo a hablar de eso- aclaró Aldheleid con un suspiro, -solo venía a preguntarte ¿qué paso entre Yuzu y tu?- dijo con una mirada de desconfianza.
-Pues solo hablamos sobre su nueva magia, es todo- dijo Riku mientras husmeaba en un estante cercano, -¿qué pensaste que paso?-
-E~el parecía bastante alterado ¿sabes?, así que supuse que algo le hiciste... aunque no seas esa clase de chico- dijo mientras cerraba sus ojos y levantaba sus hombros con una sonrisa.
-Mira el problema no fue con el... es sobre lo que hizo- dijo Riku con una mirada resignada mientras veía el estante, -lo que me hizo actuar así fue su magia...- pero fue interrumpido por cierta voz que apareció de la nada detrás del estante donde hurgaba por libros.
-Vaya, vaya, alguien no parece confiar del todo sobre nuestro plan de fortalecimiento- dijo Persival mientras le dirigía una mirada amable.
-No, no, no... de hecho Elizabeth y Cristopher se veían bastante bien, es solo que Yuzu estaba esforzandoce mucho por controlar su magia de tierra, y me preocupa que esta magia le exija más de lo que pueda- dijo Riku mientras miraba el suelo con una mirada apagada.
-Oye... tomatelo con calma, todos estaremos juntos por si algo sale mal, somos familia ¿lo olvidas?- dijo Aldheleid mientras tomaba la mano de Riku.
Con esas palabras el corazón de Riku se sintió más aliviado, el era una persona que aunque intentase hacer algo para hacer las cosas más fáciles a los que lo rodean, la verdad ha sido que Riku siempre ha querido hacerlo todo por su cuenta, cosa que lo ha llevado a fastidiar un poco a sus compañeros constantemente debido a que creen que la razón por la que el hace todo por si mismo es por que el no confía en ellos. Cosa que no era del todo cierta, debido a que el cree que si el llega a ser una carga, todos los que lo acompañan pagaran por ello, y para no ser una carga el confiaba más en lo que el creía correcto en hacer sin cuestionarlo con alguien desde antes.
Sin embargo, con las palabras de Aldheleid, el sintió que no importa lo que pase, ellos lo levantaran, ya son una familia ¿no?.
-Supongo que tienes razón- dijo Riku algo apagado.
-Además el joven Yuzu estará bien, según Albert, se a vuelto muy fuerte por su propia mano- dijo Persival mientras revolvía el cabello de Riku, -Albert los recibirá para el plan de fortalecimiento dentro de poco en el jardín trasero del castillo, sean puntuales- dijo para nuevamente desaparecer con un chasquido.
-Sabes... odio que haga eso- dijo Riku con una mirada de asco hacía donde estaba el rey hace poco.
-Pues yo digo que es increíble- comentó Aldheleid sin previo aviso, cosa que hizo girar a Riku con una mirada pícara, -¡m~me refería a su magia!, no a el...- dijo mientras agachaba la cabeza con un notable sonrojo.
-Si, si, si... lo que digas tortolita- dijo Riku ladeando la muñeca mientras caminaba hacía la puerta, -por cierto...- no pudo terminar sus palabras ya que cierta chica lo estaba abrazando por la espalda, -¿Eh?-
-Cumpliré mi promesa- susurro al pelinegro en el oído, -¡Voy a ganar sin importar que!- dijo Aldheleid convencida de si misma mientras se aferraba más a su espalda.
Riku no comprendía muy bien la situación, pero al escuchar la decisión que tenía dicha chica en sus palabras, no se atrevió a cuestionar nada, -je je, y no dudo que lo hagas mi querida Leid- dijo mientras se daba la vuelta y revolvía el pelo de la chica, -(aunque no tengo ni idea de a que promesa te refieres)- pensó con algo de vergüenza.
Aldheleid iluminó sus ojos y esbozó una gran sonrisa de oreja a oreja, y cuando ella buscaba acercarse más a su rostro.
-*Ejem* tórtolos, apartence de una vez, que tanto cariño me asquea- dijo Loyd mientras cerraba sus ojos.
-E~ey, Loyd no seas malo, no sabes cuanto valor se necesita para eso- dijo Baron con un sonrojo pequeño en su rostro.
En ese momento, Aldheleid se dio cuenta del predicamento en el que estaban y de la situación que se pudo malinterpretar.
-¡Eh!, ¡n~n~no se de que hablas!- grito Aldheleid solo para salir corriendo mientras lanzaba una esfera eléctrica a Loyd que solo esquivó moviendo la cabeza a un lado.
-¿Y bien?... ¿la cosa imperactiva y tu ya son pareja o qué?- cuestiono el rubio.
-¿Qué?- el único pelinegro que estaba ahí en la biblioteca se acordó de toda la situación que acababa de pasar y rápidamente se hizo una idea de lo que el rubio y el castaño insinuaban, -no, no, no,no... bueno, si- dijo lo ultimo con un evidente tono de sarcasmo.
-¡¿En serio?!- gritaron tanto el rubio y el castaño por tal revelación, - y yo que no creía que un nerd como tu atraparía a semejante chica, se ha desarrollado bien al parecer y creo que si eres suertudo, en unos años ella...- dijo Loyd mientras miraba al techo con una mirada pensativa, pero fue intervenido por el pelinegro.
-¡¿Qué no saben diferenciar el sarcasmo?!- expresó Riku con un sonrojo en la cara, -no tengo ninguna relación con ella más allá de una amistad mutua- dijo intentando aclarar su punto.
-Bueno... eso tiene sentido por una parte- dijo Baron solo para empezar a introducirse en la biblioteca.
-¡Ja, ja, ja!, ¡cierto, ¿quién quisiera estar contigo?!- al parecer Loyd parecía estar gozandolo pues tenía una lagrima saliendo por la risa.
-¡Explícate!- gritó Riku mientras miraba con enojo al rubio.
Entonces los tres chicos sintieron como el ambiente del lugar se sintió más pesado y completamente amenazante, y como si todos se hubiesen dado cuenta del origen, dirigieron sus miradas a la puerta de la biblioteca, donde se encontrarían con cierto chico pelinegro de ojos verde.
-Chicos... todos en el jardín trasero, ahora... llego la hora- sentencio Shun con una mirada sería a los jóvenes que estaban dentro de la biblioteca.
Mientras que los 4 jóvenes caminaban por los pasillos para llegar al patio trasero, pudieron notar como sus otros compañeros también tenían la misma mirada de concentración, al parecer no eran los únicos que sentían el ambiente amenazante. Entre más caminaban el grupo parecía completarse, al igual que notaron como personas pertenecientes al clero de la iglesia, hacían acto de presencia en la salida hacía el patio.
Justamente al salir al patio, las personas del clero que los esperaban, actuaban como una escolta, cosa que los ayudo a saber hacía donde es que iban exactamente, hasta que de entre el laberinto de muros de césped, lograron divisar en el centro una estatua extraña de un caballero con escudo gigante que a su vez tenía en la parte de la base una gran placa de acero con una leyenda grabada. Dicha base era de aproximadamente 2.5 metros de altura por 4 metros de ancho.
La leyenda que tenía era algo corta y estaba escrita en el idioma de dicho mundo, cosa que no era problema, pues los niños al llegar recibieron una "bendición" que les permitiría entender cualquier idioma conocido de dicho mundo, cosa que era una exageración, y a su vez una excelente casualidad. La leyenda de dicha placa decía "En honor al gran paladín que salvo al reino de la calamidad del rey de los demonio".
"¿Quién fue el rey demonio?" y mucho mejor que eso "¿Qué es un demonio?", fueron las preguntas que se hizo Riku en su mente al terminar de leer la leyenda de dicha placa, ignorando cosas como el destino de dicho paladín y el por que tenía una estatua justamente escondida entre un laberinto tan largo y complejo que ninguno de los jóvenes pudo completar en esos años.
-Jóvenes héroes, ha llegado la hora de iniciar el capítulo más grande de toda la historia que se escribirá sobre ustedes- enunció Albert con potencia mientras que aparecía atrás del grupo de chicos del clero, -siganme- anunció mientras que se introdujo dentro de la placa de acero, mientras que este desaparecía y la placa parecía moverse como un líquido.
Los chicos quedaron extrañados acerca de lo que acababa de pasar, no se imaginaban que ese tipo de cosas pudiesen a llegar a pasar, pero eso fue una clara muestra de ello.
-Genial, iré primero- anunció Riku mientras que sus compañeros suspiraban mientras que pensaban al mismo tiempo -(el Riku de siempre)-
Riku se introdujo en la placa, y acto seguido parecía estar en una especie de pasillo corto que llevaban a unas escaleras que a juzgar por el diseño, llevaban a unas catacumbas.
A Riku se le iluminó el foco con una muy buena broma, a lo que sin pensarlo dos vece -¡Ahhhhhhh!- grito a todo pulmón mientras que se hacía a un lado y le hacía una señal a Albert para que hiciese lo mismo.
Entonces después de un par de segundo, Shun junto con Hans y Joseph entraron de golpe tropezandoce y cayendo encimados como en una montaña.
-Eres un desgraciado... amigo- dijo Shun adolorido mientras trataba de quitarse de encima a esos dos chicos.
-¡Jajajajajaj!, ¡incluso el rarito cayó!, ¡buena broma nerd!- gritó Loyd mientras que se mataba de la risa, y detrás de el aparecieron el resto de sus compañeros que miraban con burla e ironía al trió de chicos que buscaban levantarse de dicha situación.
-*ejem* Continuemos- dijo Albert mientras bajaba por la escaleras de dicho lugar.
El camino fue algo largo, y cada paso que llevaba a los niños hacía lo más profundo de las catacumbas se generaba mucha más presión en sus corazones.
No fue sino hasta que llegaron al final de las escaleras donde los nervios llegaron a un punto crítico, sin saber exactamente a lo que le tenían miedo. El final de las escaleras constaba de un gigantesco pasillo que pareciese que no tenía final, completamente oscuro con algunas antorchas que lograban hacer más visible su camino, haciéndolo ver algo ligeramente siniestro. A lo largo del gigantesco pasillo, habían personas del clero que al parecer custodiaban múltiples puertas en dicho lugar.
-12 puertas...- dijo Shun pensativo, -supongo que estaremos solos a partir de aquí ¿no?- dijo con una mirada seria hacía el peliazul.
-Juntos, los héroes están destinados a salvarnos; pero separados, es su responsabilidad crecer para no ser una carga para los demás- sentenció el arzobispo, mientras podía notar muchas miradas de determinación, sin embargo en el caso de Riku tenía más peso el hecho de poder llegar a ser una carga y que fuese el motivo por el que pagarían sus compañeros. No obstante, fue bastante bueno al ocultarlo.
-Ahora todos deberán esforzarse con el fin de alcanzar un poder que los ayudara a salvar cientos de vidas en el futuro- se podía notar como el arzobispo movió sus brazos esta vez con mucha más alegoría que cuando hablaba antes, -si quieren sobrevivir a esto... luchen para volver aquí mismo cuando el día termine- dijo mientras que con un ademan hacía que la gente del clero se acercara a los jóvenes.
-¿S~sobrevivir?... ¿a~a qué se refiere?- pregunto Elena mientras se notaba como su voz se quebraba por la confusión.
-Se acabo el tiempo...-anuncio otra vez Albert.
Entonces en un abrir y cerrar de ojos la gente del clero rodeó a los chicos y acto seguido empezaron a recitar un cántico extraño del cual ningún chico se percato muy bien de la letra, más que el final.
-...que caigan en el manto onírico de los dioses, ¡duerman!- sentenciaron todos a la vez, y de manera inmediata, un halo de luz surgió desde el suelo y envolvió a los jóvenes sin previo aviso.
Al inicio se sintieron sorprendidos debido al cántico, y fue dada la sorpresa que no se percataron de cuando este había finalizado, al final dicho halo de luz provocó que uno por uno todos los jóvenes fueran cayendo en un profundo sueño.
Frió, miedo, incertidumbre y peligro, eran solo una de las cosas que podía describir Riku mientras que recuperaba la conciencia. Para cuando pudo abrir los ojos, notó que se encontraba tirado en una habitación absurdamente grande que al parecer poseía 6 pilares gigantes de al menos 10 metros, en el techo solo podía notar uno que otro candelabro apagado, la única iluminación de la habitación se hallaba en un contado número de antorchas colgadas a lo largo y ancho de los pilares.
-Jóvenes héroes- se escucho de la nada en toda la habitación.
Riku al escuchar dicha voz abrió los ojos como platos, mientras que se levantaba y optaba por una postura de combate .
-¡¿Quién esta ahí?!- grito con cierto nervio en su voz.
Nadie le contesto...
-Debo estar imaginando cosas- se dijo a si mismo mientras que movía su vista de lado a lado para analizar la situación.
-Ahora el entrenamiento iniciara- se escucho nuevamente en la habitación, Riku volteó y pudo encontrar el origen de dicha voz, al parecer se trataba de una esfera de cristal que se iluminaba de un color morado.
-Este será su lugar de entrenamiento durante las próximas sesiones de aquí en adelante, si quieren demostrar resultados, todos tienen ser fuertes y conseguir dominar lo que se aproxima; y para aquellos que ya saben lo que viene... no se preocupen, ahora todo estará mejor calibrado para evitar lesiones de gravedad- Riku no podía discernir de a quien le correspondía dicha voz, sin embargo el pudo deducir que su manera de hablar era porque los estaban observando, y considero el "los" debido al habla de la voz, así supuso que sus amigos estarían en la misma situación que el.
-Esto no es un juego... sus cuerpos serán llevados al limite por el bien del mundo... sobrevivan a esto, y estarán un paso más cerca de sus destinos- sentenció nuevamente la voz, -liberar prueba número 1-
Entonces en solo un parpadeo, esa esfera desapareció sin ningún previo aviso. Dejando solo a un confundido chico que solo buscaba la manera de comprender la manera en la que este proyecto funcionaba, hasta que... *¡roar!*
Un rugido tomó a Riku desprevenido y en cuanto se giro con el fin de buscar el motivo de dicho rugido; justo una mandíbula de gran tamaño se dirijia completamente a su rostro, cosa en la que pudo reaccionar a tiempo y colocar su brazo izquierdo en medio de dicha mandíbula.
-¡Arg!- gritó el chico mientras miraba con sorpresa al dueño de los colmillos que lograron perforar su brazo.
Justo en frente de el se encontraba un lobo de color negro con ojos de un color verde brillante, Riku se asombro de una manera manera completamente extraña, pues ya no se sorprendía que su vida estuvo a punto de terminar en garras de una bestia, sino que estaba completamente asombrado por la criatura que ahora forcejeaba con tal de tumbar a Riku al suelo.
-Jamas creí ver... a uno como tu... en esta situación- dijo con una respiración cortada y pesada.
El lobo en otro intento por obtener a su presa se aparto mientras que se abalanzaba sobre Riku con un zarpazo de su pata derecha, sin embargo Riku en una maniobra de desesperación, se desplazó hacía la derecha con una vuelta de carro.
-(¿Qué se supone que deba hacer?)- se cuestionó Riku mientras veía como la bestia recuperaba su postura y comenzaba a girar en torno al joven, -(¿Debo dejarlo fuera de combate acaso?)- sus pensamientos comenzaban a actuar más rápido de lo usual mientras que miraba con desesperación su brazo que comenzaba a dejar un charco de sangre en el suelo.
El lobo nuevamente se precipitó en dirección a Riku desde su espalda, cosa que fue notada por el chico.
-¡Brake!- gritó Riku mientras que volteaba a ver al lobo y colocaba su brazo lastimado en el suelo, después de esto, el suelo comenzó a levantarse y quebrarse en dirección a la carrera que el lobo había hacho hacía el. Fue un pulso rápido que levantó muchas piedras del suelo que al parecer impactaron al lobo en múltiples partes de su cuerpo, sin embargo, este no detuvo su carga contra el chico.
El lobo nuevamente se lanzó hacía el chico con sus mandíbula abierta, -(n~no se detendrá)- pensó entrando en aun más pánico, cosa que lo llevo a utilizar magia neutral en sus piernas, cosa que lo llevo a realizar un gran salto hacía atrás, dejando una gran distancia de 10 metros entre ellos.
El lobo solo podía gruñir y comenzar a moverse en dirección de los pilares, -maldición... ahora podrá atacara desde cualquier parte... y si pierdo el otro brazo... *tch* todos sus movimientos son a matar, si sigue así yo tendré que...¡ni hablar!- dijo para darse un golpe en su brazo lastimado, -¡Arghhhhh!, no puedo... n~ni siquiera puedo tocarlo... (¡¿no puedo tocarlo?!)- lo ultimo lo pensó sin darse cuenta que el mismo lobo ya se encontraba justo detrás de el y en un abrir y cerrar de ojos clavo sus colmillos en el hombro del chico.
-¡Ahhhhhhhhhhhhhhhh!- grito arrodillado por el dolor mientras que el lobo poco a poco se acercaba más a su cuello, -E~esto... ¡no puede...! ser...- dijo mientras cerraba sus ojos lentamente.
Una descarga eléctrica recorrió su cuerpo.
-¡Argh!- fue lo ultimo que pudo decir mientras que su cuerpo caía derrotado en el suelo, después de eso con mucho pesar se levanto y empezó a buscar las heridas que le había hecho el lobo. Y cuando se percató de que no tenía ni una herida, nuevamente volvió su mirada hacía los pilares y el pasillo gigante para buscar señal del lobo... pero no había nada.
-¿Pero qué...- dijo para si mismo mientras notaba como la misma esfera que lo recibió ahí ahora estaba arriba de el emitiendo una luz cambiante entre gris y purpura.
-¿Qué sucedió?- se cuestionó mientras observaba como la esfera bajaba lentamente, -¿una ilusión?... no, una ilusión en un periodo de tiempo tan corto no podría causar esta pesadez en mi cuerpo- dijo mientras movía sus brazos de una manera costosa para si mismo, -¿por qué me siento más rígido?-pregunto mientras que miraba sus manos.
Pero sin ningún aviso, la esfera se rodeo de una luz purpura y comenzó a lanzar unos rayos concentrados en múltiples partes de su cuerpo, el dolor que sentía era tanto que buscaba gritar a los cuatro vientos, pero gracias a que uno de esos rayos le estaba dando justo en la cabeza no podía hacer dicha acción. Trato forcejear mientras que se retorcía de dolor, ahogando una gran desesperación por moverse. Rápidamente perdió el conocimiento mientras que las descargas seguían atacando su cuerpo.
Era agonizante el hecho que sin importar que tanto recuperaba la conciencia, siempre pasaba lo mismo... el lobo doblegaba su cuerpo, y las descargas destruían su espíritu, o acaso ¿no era al revés?. Solo sabía que en cuanto intentaba luchar contra el lobo... no importa lo que hiciese, no podía frenarlo o derrotarlo, quedarse sin mana incluso en esa "ilusión" le hacía sentirse completamente vació en la realidad. Las descargas no eran la excepción era como si atacasen directamente todo su ser en especial cuando trataba de usar magia neutral para reforzar su cuerpo mientras que los rayos lo atravesaban, en cuanto el rayo le daba a su cuerpo, su cuerpo se rendía automáticamente al sentirse presionado por algo que aun no comprendía.
Así paso el tiempo, hasta que después de otra sesión de choques, el joven se encontraba tirado en el suelo rogando que la próxima descarga no llegase mientras que un dolor agudo se daba en su cabeza.
Sin embargo, cuando la esfera pareció estar apunto de darle la siguiente ronda... esta solo se desvaneció sin previo aviso.
-¿Q~qué?- dijo un agonizante Riku en el suelo que poco a poco se ponía de pie mientras que se tambaleaba de lado a lado.
De pronto las puertas que estaban en frente de el se abrieron y de entre ellas se veían a 4 personas entrando con una gran calma que a estas alturas, dicha calma le daba asco a Riku por alguna razón. Las personas que entraron pertenecían al clero y eran escoltadas por otras 2 personas que por su apariencia, eran caballeros. Estas personas se acercaron a Riku y comenzaron a murmurar entre ellos, hasta que volvieron a mirar a los sus cansados y llorosos ojos del pelinegro de dicha sala, y procedieron a escoltarlo a la salida.
Era tanto el desconcierto de Riku, que este no pudo caminar bien durante unos segundos y era ayudado por los soldados, hasta que llegaron a la puerta, este se percato que ya podía andar a sus expensas por el momento. Miro hacía los pasillos en busca de sus amigos, y lo que vio lo dejó aun más helado que su peor pesadilla.
Al parecer múltiples de sus compañeros estaban al borde de las lagrimas y tenían una mirada de horror al momento de caminar, incluso Shun se veía bastante conmocionado por lo que vivió tanto así que tenía un hilo de sangre en su boca, indicando que se la había mordido por la lengua debido a la desesperación. En contraste Yuzu, Elizabeth y Cristopher parecían tener una mirada cansada más que una perturbada. Todo el ambiente hizo caer en desesperación a Riku, buscando la manera de ahogar el mar de lagrimas que tenía atorado en los ojos, "(ellos vivieron esto la semana pasada)" afirmo Riku mientras veía como su cuerpo buscaba fallarle por completo. Sin embargo y sin decir nada, Albert apareció y solo hizo un gesto con las manos para indicarle a los guardias que llevaran a los chicos al castillo lo más antes posible.
El camino fue eterno para los chicos, ninguno se atrevía a hablar, todos miraban cabizbajos y solo ansiaban llegar al castillo para ponerle fin a ese día que se asemejaba mucho a una pesadilla.
Y justamente al llegar al castillo, fueron recibidos por ambas sirvientas.
-Bienvenidos jove...*¡pum!*-no pudieron terminar su oración debido a que de la nada cierto joven había sucumbido ante cada sentimiento nefasto y había caído por completo en el suelo.
-¡Baron!- gritaron algunos de los chicos incluyendo a Glass.
Dicho joven no estaba inconsciente, solo estaba mirando hacía el suelo con sus manos hechas puños, mientras que empezaba a encoger las rodillas.
-¡Whaaaaaaaa!- grito despavorido el joven en el suelo desprendiendo un mar de lagrimas mientras que algunos de sus compañeros intentaban consolarlo, no hace falta decir que fallaron rotundamente.
Mientras que algunos intentaban consolarlo, Loyd estaba recargado en una pared mientras que se llevaba una mano al ojo cubriendo su rostro de frustración que delataba una pequeña lagrima; Elena estaba hincada en otro extremo del grupo con la mirada perdida, mientras que Hans trataba de consolarla con palmadas en la espalda; Yuzu, Elizabeth y Cristopher, y cuando se dieron cuenta de como estaban sus compañeros, hicieron una mueca de frustración mientras que chasqueaban la lengua; Shun estaba tratando de recuperar la compostura mientras que estaba hincado mirando de una manera vacía su mano; y Riku mientras que trataba de ayudar a Baron en conjunto al resto de sus compañeros, se percato que cierta chica lo abrazó de pronto y pronto noto como sus lagrimas empapaban su camisa gris, se trataba de Aldheleid que se aferraba más y más al pecho de Riku.
Esto tardo aproximadamente una media hora en terminar, después de eso debido a la hora, las sirvientas condujeron a algunos al comedor donde notaron que ya estaba una buena cantidad de comida, comida que ninguno toco, nadie tenía hambre, cosa que Riku pudo comprender a la hora de recordad las diversas formas en las que el lobo conseguía matarlo en cada una de las ilusiones.
Después de eso cada compañero tomo un camino diferente, algunos fueron a sacar su desesperación al campo de enfrente mediante ataques mágicos a la nada, otros caminaron alrededor del castillo buscando sacar toda la tensión, otros fueron a sus cuartos para llorar con más privacidad, y otros fueron al baño por turnos. El caso de Riku fue ir al baño, mientras que buscaba sentirse a gusto en las aguas tibias de la "piscina", también espero a que esas sensaciones salieran de su sistema; es inútil el decir que no funciono.
Cuando logro salir del baño y llegar al vestidor, lo primero que hizo fue ponerse tanto su ropa interior como sus pantalones. Después de eso pudo notar como es que las lagrimas de su compañera estaban aun en su camisa.
-¿C~có~cómo te encuentras?- dijo Yuzu mientras que miraba a Riku con un rostro apagado.
Acto seguido Riku dejo caer su camisa y se dirigió hacía el chico, y justo cuando estuvo cerca, lo abrazo y presionó demasiado.
-¿Eh?, Riku...- dijo Yuzu algo sorprendido por la acción de su amigo.
-Lo lamento... no pudimos ayudarlos... debieron sufrir mucho la semana pasada- dijo Riku mientras pegaba su cabeza al hombro de Yuzu mientras que se agachaba un poco para alcanzarlo.
-No... debimos advertirles... pero... no podíamos... solo me alegra que t~ estén bien- dijo Yuzu mientras sonreía ligeramente con compasión en sus palabras, -a~ahora largo-
-¿Qué?- cuestiono separandoce del castaño.
-Ya me oiste, quiero darme un baño ¿sabes?-
-¿Pero cuál es el problema?, ambos somos chicos- dijo resignado.
-Si, si, si, solo vete... nunca lo he dicho pero me molesta que hayan más personas mientras que me doy un baño es algo que me hace querer sacarlos por la ventana o directamente brincar de ella- dijo Yuzu solo para usar su magia nueva y con ella crear una garra de luz purpura transparente con el que sujetó por completo a Riku y lo sacaba del baño, -no es nada personal- dijo con una sonrisa.
-vaya... eso es nuevo- dijo Riku volviendo la mirada a Yuzu que estaba atrás de el, -oye...- fue interrumpido al ver como Yuzu le arrojo su camisa a la cara y sus botas las dejaba a un lado de la puerta.
-Regla de oro... si puedes tomarlo, tómalo- dijo Yuzu con una sonrisa mientras cerraba la puerta.
Después de eso Riku se fue a su cuarto, mientras que podía ver que los demás hacían lo mismo, algunos se veían más relajados que otros. Pero la realidad era que todos aun tenían en la conciencia el hecho que para el próximo día todos volverán a esa espantosa sala a enfrentarse con ese ente misterioso que les infunde desesperación.
Al llegar a su cuarto, Riku solo se coloco su ropa habitual para dormir y se recostó. Pasaron los minutos y poco a poco empezó a partir en llanto, cada mirada de sus compañeros al parecer le había hecho más daño, sin embargo lo que en verdad le afectó, fue ese sentimiento de impotencia al no poder hacer nada para ayudar a sus compañeros o mínimo aliviarlos de su dolor.
Lloro despavoridamente hasta quedarse dormido.
-Te matare... maldito- fueron sus ultimas palabras para luego caer en un profundo sueño.
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