Capítulo 1: Bienvenido sean todos
-¿Q~qué...?, ¿d~dónde esta...-
Y así es como comienza esta historia... con 12 niños de edades de entre 7 a 9 años, completamente desorientados y abrumados por la iluminación de dicho lugar. Algunos estaban completamente tendidos en el suelo sin ninguna idea de lo que ocurría a su alrededor, y a su vez algunos empezaban a recobrar sus sentidos con cada uno de los segundos que transcurrían.
Y de entre esos niños desorientados estaba un chico llamado Riku, dicho niño miraba con sorpresa y miedo a su alrededor buscando alguna cosa familiar con el fin de calmar su alterado y temeroso corazón. No fue sino después de un par de segundos que logro divisar a los otros niños tendidos en el suelo, sin mucha idea de lo que estaba sucediendo a su alrededor.
-¡Ch~chicos!- grito Riku con un tono preocupado y temeroso, mientras que se levantaba y se dirigía corriendo hacia los otros niños que ya hacían en el suelo -¡¿Están bien?!-
Con un grito ahogado de miedo se arrodillo e intento ayudar a uno de los niños, dicho niño parecía ser conocido de Riku puesto que este mismo parecía más reconfortado y estable al poder divisar mejor el rostro de Riku. El niño al que ayudaba Riku a levantarse se llamaba Shun, aquel niño miraba a su alrededor con una inmensa confusión en su cabeza, pero el lo hacia con una mirada aun más seria en contraste con los otros niños que miraban con miedo y desconfianza a su entorno.
-Ri~Riku... ¿q~qu~ué sucede?- pregunto una voz femenina a las espaldas de los dos niños
Dicha voz provenía de Aldheleid, una niña de cabello negro largo que llegaba hasta su cintura, dicha chica se acerco a Shun y acto seguido se aferro a su brazo con una gran devoción.
No tardo mucho para que todos los niños se levantaran y pudieran divisar muy bien lo que les rodeaba en aquel momento.
Todo se trataba de un escenario confuso,dicho lugar constaba de un gran salón de color blanco y detalles de un color amarillo bastante acercado a un tono dorado, con lo que parecían ventanas gigantes con mosaicos raros en cada costado, estandartes con escudos y símbolos extraños para los niños eran apreciables en las paredes, pero lo que les dio una gran idea de lo que se trataba fue la gran vista de un trono reluciente de color dorado.
Y mientras cada uno se imaginaba lo que sucedía, algunos de los niños empezaban a murmurar cosas como: "Parece que estamos en un... castillo", "Esas banderas son extrañas", "¿Estamos solos?"...
Pero de entre esos murmullos, un chico mas bajo que los demás de cabello castaño y revuelto llamado Baron se acerco a Riku, y mientras sus manos temblaban sujeto su hombro con algo de miedo.
-¿D~donde es...?- Baron rápidamente fue callado por un grito de otro joven del grupo
-¡Quieren decirme que rayos esta sucediendo!- el origen de dicho grito fue un niño de cabellera rubia llamado Loyd
Con ese ultimo grito, el grupo pareció quedarse callado, debido a que todos intentaban responder su pregunta con un gran miedo, formando nudos en sus gargantas, debido a que nadie podía darle una respuesta tranquilizadora. Este escenario se mantuvo durante un par de segundos; hasta que de pronto, unas puertas gigantes a sus espaldas empezaron a abrirse...
+Hace un par de Horas+
Todo iba en orden, los pájaros cantaban y el día no podía ir de lo mejor para cada persona.
En dicho día, en una escuela primaria en la ciudad de Londres, Inglaterra; había un grupo particular de niños, esta peculiaridad se debía a que algunos de estos niños provenían de países distintos, teniendo un numero de 6 niños provenientes de otros países y 6 eran nativos de susodicho país.
Riku, Shun y un niño de aspecto peculiar llamado Yuzu provenían del país de Japón; Lloyd provenía de Estados Unidos; un niño pelirrojo llamado Hans, venia de Noruega; una niña rubia llamada Elena provenía del país de Italia; mientras que Baron, Aldheleid, un niño de cabellera castaña oscura llamado Cristopher, un niño de ojos cansados y cabellera negra llamado Alexander, una niña pelirroja llamada Elizabeth ,y un niño de tez morena y cabellera negra llamado Joseph, eran originarios de Inglaterra.
Todos eran los que conformaban la clase de 3ero A de Primaria de dicha escuela.
El grupo era de lo más curioso, debido a que pertenecían a un grupo avanzado en una escuela de alto rendimiento en Londres, algunos niños estaban ahí debido a las influencias de sus padres, sin embargo habían algunos que solo se mantenían debido a su promedio; dicha situación era en la que estaban Riku, Elena, Joseph y Loyd.
El día acababa de empezar y los alumnos conversaban de cosas triviales o planeaban algún juego para el receso de dicho día, las horas transcurrieron y cada alumno estaba más ansioso por que la campana marcara la hora del receso. Sin embargo, justamente en el momento en el que la campana sonó, las luces se apagaron y su maestro de turno pareció haberse esfumado sin haber dicho ni una palabra.
Algunos niños no le vieron importancia y decidieron salir del salón, sin embargo la puerta estaba cerrada y al parecer por los esfuerzos también estaba bloqueada, Riku que se encontraba viendo al cielo a través de las ventanas del salón y noto que poco a poco el cielo se oscurecía sin ninguna explicación.
-(¿No se supone que son las 10:30?)- pensó Riku para si mismo, cosa que lo obligo a voltear a ver a Shun que al parecer estaba conversando con Yuzu y Hans.
Shun persivió la mirada de Riku pero al igual que el no comprendía muy bien lo que sucedía, así que este mismo solo se limito a negar con la cabeza.
Aldheleid que se encontraba conversando con Elena, decidió acercarse a Riku; Riku aun pensativo por lo que estaba pasando no notó la presencia de Aldheleid, aunque ella ya estaba a su lado.
-Entonces, ¿qué piensas jugar en el...*¡Pum!*-pregunto Aldheleid, sin embargo fue interrumpida por un estruendo proveniente de la puerta del salón..
*¡Pum!* se escucho nuevamente...
Fue en ese momento que todos los chicos en el salón dirigieron su mirada al origen del ruido, el cual era Loyd que comenzó a patear la puerta deliberadamente. Cosa a lo que algunos vieron casi sin ninguna sorpresa debido al comportamiento explosivo que caracterizaba a Loyd. Loyd era un niño inteligente, sin embargo esa fama era opacada por su comportamiento erradico y enojon.
Riku con mucha intriga en su cabeza decidió acercarse a Loyd de una manera cautelosa, debido a que en el pasado ya habían tenido problemas que el mismo Loyd ocasiono. Pero en cuanto Riku estaba por dirigirle la palabra...
-¿Es necesario hacer eso?- comento Alexander con un tono apagado
-¡Por supuesto!, ¡¿qué no ves que no abre?!- contesto Loyd con gran euforia.
*¡Pum!*,*¡Pum!*,*¡Pum!*
Con la misma actitud volvió a patear la puerta, sin embargo al momento que lo intentaría otra vez, fue detenido por Shun y Joseph. Cosa que era bastante hilarante pues Loyd era el mas grande el salón en tamaño, mientras que Joseph y Shun solo le podían llegar a los hombros.
-¡¿Qué se creen?!- grito Loyd con un tono irritado
-¡Paren de una vez!- grito Elena con el fin de parar la pelea. Cosa que consiguió después de que Riku hablara
-Oigan, oigan, peleando no resolveremos nada; mejor... em... hablemos sobre lo que pasa, ¿ok?-
Sus palabras consiguieron calmar la situación y a su vez le hizo ganarse una sonrisa de parte de Elena, que debido a su carácter tranquilo provocaba que le afectase más la situación anterior.
Todos se amontonaron como grupo en frente de la puerta para dialogar acerca del tema, sin embargo, nadie comprendía muy bien que estaba sucediendo desde hace un par de minutos.La mayoría de preguntas iban al mas serio del grupo, el cual era Shun; cosa que ya le empezaba a frustrar debido a que ni siquiera el podía dar una explicación sensata a la situación que afrontaban. Fue en ese momento en el que Baron, con sus manos temblando sin control, jalo del suéter a Riku.
-¿Eh?, ¿qué pasa Baron?- pregunto Riku extrañado mientras veía como aquel niño mas pequeño que el, señalaba con miedo el centro del salón.
Fue ahí donde se encontraba lo primero más extraño que verían en sus vidas.
Justamente abajo de una mesa del salón, empezó a brillar una luz de color amarillo, por como iban transcurriendo los segundos la luz se volvía más brillante, Hans que era uno de los más valientes del grupo, decidió sacar la mesa de encima de la luz. Y fue gracias a eso que la pudieron divisar mejor, se trataba de una llama de color amarillo que gracias al no tener la mesa encima de si misma, comenzó a crecer sin previo aviso.
La llama creció a tal tamaño que los niños debido al miedo, tuvieron que amontonarse en una esquina del salón.
Nadie comprendía lo que sucedía y por esto mismo nadie pensó en moverse al menos un centímetro; así fue hasta que después de un minuto con respiraciones agitadas y miradas confusas, Riku decidió acercarse más a la llama para comprender mejor de lo que se trataba.
-¡Riku!, ¡¿qué crees que haces ?!- gritaron Shun, Yuzu y Aldheleid al unisono
-¡Sr. responsable solo harás que te maten!- grito Loyd con su característico tono enojado, sin embargo esta vez sonaba algo más alterado
Riku no parecía estar escuchándolos, esa curiosidad por lo extraño siempre fue una característica que resaltaba en el; sin embargo, esa vez sus piernas temblaban mientras buscaba acercarse a la llama.
-Ya fue suficiente tarado- dijo Loyd mientras sujetaba la muñeca de Riku y lo miraba con cierto miedo
-T~tiene razón, ni siquiera tenemos idea de lo que se trate- esta vez fue Elena la que hablo, mientras sujetaba el suéter de Riku por la espalda.
Riku reaccionó como si hubiese salido de un "shock", por lo cual miro a sus compañeros y solo se limitó a mirar a Loyd con cierta mirada confiada, cosa que llego a sorprender al rubio.
-Eso no es una llama normal, además... si fuese una llama normal, sería naranja y los muebles se estarían quemando a estas alturas- dijo Riku solo para que Loyd lo soltase mientras que chasqueaba la lengua, al mismo tiempo que todos voltearon a verse entre si, con el fin de buscar una mejor respuesta.
Shun, el cual era su mejor amigo solo se limito a ahogar un comentario, pues como se estaban dando las cosas no encontrarían respuestas si se mantenían quietos.
-Solo ten en cuenta que vives en la misma casa que yo, y si te pasa algo... que explicación le daría a mis padres- dijo Shun con una amarga sonrisa en el rostro, dichas palabras llegarían al chico que se acercaba paso con paso a la llama
-Pues... me asegurare de no equivocarme esta vez- dijo Riku solo para comenzar a acercar su mano a la llama que en ese momento ya lograba rozar el techo del salón de 4 metros de alto y ocupaba 2/4 del salón de clases.
-(No esta caliente)- pensó asombrado Riku mientras la yema de sus dedos alcanzaba la superficie de la llama.
Fue entonces que logro introducir su mano por completo a la llama.
-(¡Genial!, ahora solo esta algo cálido)- dijo para si mismo, sin percatarse que la llama comenzaba a crecer más agresivamente, -¿pero q...- no pudo terminar su oración debido a que dicha llama ya lo había consumido por completo.
-¡RIKU!- gritaron todos al unisono, pero no tardo mucho para que después de unos segundos siguieran el mismo destino que el.
Mientras tanto en otra parte...
-Es una pena...- dijo una voz femenina con algo de tranquilidad en sus palabras
-¿A qué te refieres?- esta vez respondió una voz masculina con curiosidad.
-Aun siendo tan frágiles e inocentes, les obligan a cambiar sus destinos... por una pesadilla-
+Regresando al presente+
Las puertas se abren, y de entre ellas empezaban a entrar un grupo de personas bastante peculiares. Eran 2 hileras de personas con armaduras de un color blanco reluciente con un casco bastante extravagante que terminaban en cresta.
La vista y la situación no podrían ser mas extrañas, hasta que... las hileras se abrieron, y dejaron ver a unas personas más extrañas que los mismos "caballeros". Dichas personas en su mayoría vestían de una manera rara: dos chicas de aproximadamente 7 años, cada una tenia un vestido de "maid" bastante elegante, con características resaltantes las cuales eran unos ojos heterocromáticos cada una, al igual que una cabellera corta de colores peculiares; un señor de aparente avanzada edad, el cual portaba una larga túnica de color blanco, cabello azul marino y unos ojos celestes; otro caballero de una armadura de color gris y complexión mas robusta e imponente que al resto de caballeros presentes en la sala, la gran característica que tenia era una espada de doble filo que llevaba y usaba como si usara un bastón; y al frente de todas estas personas extrañas estaba un señor de apariencia de 25 años, era acreedor de una cabellera castaña clara, unos ojos azules, usaba gafas, tenia un par de lunares en un espacio abajo del ojo derecho, y como característica resaltante estaba su extravagante ropa, la cual constaba en si de un gigantesco y abrumador abrigo con capa en el cual predominaban los colores blanco y dorado.
Esas personas con forme se acercaban creaban aun mas desconfianza en los niños que ya hacían en un grupo en el centro exacto de aquella sala.
En cuanto se acercaron lo suficiente, el "caballero extraño" opto por rodear al grupo y colocarse justamente a las espaldas del grupo; sin embargo, las otras personas se plantaron justamente al frente de los niños. El silencio predomino en la sala durante un minuto aproximadamente, pero no fue sino hasta que el "caballero", las "sirvientas", el señor de la túnica blanca y el de lentes se postraran con una rodilla hincada.
-¿E~ehhh?, ¿p~pero qu..- dijeron algunos niños mientras veían aquella extraña escena.
-Nos honran con sus presencias, jóvenes héroes- dijeron aquellas 5 personas al unisono. Y sin ningún previo aviso se levantaron.
Los niños parecían sorprendidos pero a su vez un gran número de preguntas se generaban en las cabezas de los chicos. Pero de entre ellos, uno estaba más que nada, irritado por aquella situación.
-¡¿Qué diablos esta sucediendo?!- grito Loyd con un tono furioso y desesperado.
Al parecer las miradas de los señores pareció cambiar de una confusión fugaz, a una sonrisa burlona. Mientras que las "sirvientas" solo se limitaban a mirar con una mirada apagada con una leve sonrisa.
-Lamento mucho nuestra falta de modales- dijo el señor de lentes, -fue mi culpa por no presentarme por como es debido-.
-¡Eso da igual, ¿no cree?!- esta vez este grito contenía pura furia y seriedad, dicho grito dejo helados a la mayoría del grupo, pero no fue por el tono; sino porque el creador de dicho grito fue el más pequeño del grupo, Baron.
-A eso voy, a eso voy... mi nombre es Persival y ahora mismo se encuentran en el palacio real de Xilium, ustedes han sido traídos acá con un único fin, salvar a nuestro mundo de un temible mal- dijo el tipo de lentes que avanzó un par de pasos para estar más cerca de los jóvenes.
Riku al escuchar eso mismo, no pudo contener un sin fin de preguntas pero su lapsus seria cortado por una afirmación de parte de uno de sus compañeros.
-Esto debe de ser una broma, no existe tal país... además, ¿esto no podría ser tratado como secuestro?- esta vez hablo Hans con un tono afilado y seguro de sus palabras.
-Ciertamente, joven- esta vez hablo el señor de cabellera azul mientras se acercaba a la misma altura que Persival, -es justo por eso mismo que he de revelarles esto... las incongruencias que han notado se deben a que... ustedes ya no se encuentran en su mundo y por ello, ya no podrán regresar a sus hogares- reafirmo con un tono seguro e imponente, cosa que al parecer no le importo, pero Persival en contraste solo se limito a golpear su cara con la palma de su mano.
Y lo hizo por una buena razón, debido a que los niños pasaron de estar en confusión, a simplemente caer en una desesperación que obligo a más de uno a sentarse en el suelo. Fue ahí donde los pensamientos de todos estuvieron al borde: "¡Esto debe de ser una broma!", "¡¿Y mi familia?!", "¡Mamá, Papá!", "¡¿Qué sera de nosotros?!", etc; estos eran solo algunos de las decenas de pensamientos que se crearon en dicho momento.
-E~es*snif*esto... *snif* tiene que ser una broma- dijo Aldheleid mientras que miraba al suelo con un par de lagrimas generandoce en sus ojos.
Riku acaricio el cabello de su compañera y mientras que tenia a un tembloroso Yuzu pegado a su brazo con un abrazo fuerte, fue ahí donde el pudo notar que Shun e incluso Loyd tenían un par de lagrimas formadas en sus ojos, solo que estos últimos se las contenían. Y fue ahí donde incluso con el corazón y las lagrimas fallándole en ese momento, decidió dejar salir su lado curioso, permitiendole hacer esa pregunta a la que todos temían la respuesta.
-¿E~enserio no podremos volver jamas?- dijo Riku con un tono apagado mientras que forzaba una sonrisa.
-Aunque admire esa actitud... lamento decirles que aun con los máximos conocimientos mágicos que hay en el mundo... no existe manera de regresarlos a su mundo, lo siento- comento Persival con la mirada baja
-¿Por que?... ¿Por qué recurrir a secuestrar a unos niños?- dijo Riku con algo de decepción en sus palabras.
Fue en ese momento que todos prestaron atención a la futura respuesta que se daría.
-No nos malentiendan, ustedes no fueron raptados... ustedes fueron elegidos- hablo con seguridad el peliazul.
Todos los niños se vieron entre si con confusión, nada de lo que sucedía les daba el mas mínimo de tranquilidad.
-¿Elegidos para qué?- pregunto Alexander
-Para salvar a nuestro mundo de la catástrofe que se avecina- afirmo Persival, -ustedes fueron traídos a este mundo como héroes... sus destinos están enlazados con una vida llena de aventuras y emociones que los llevaran a nuestra salvación-
Con esas palabras, el grupo pareció perderse en sus mentes, el miedo y desesperación desaparecían. Todo por producto de un sin fin de fantasías que se creaban en las cabezas de todos individualmente.
¿Acaso olvidaron el hecho que nunca volverán a ver a su familia y amigos?
La respuesta es un rotundo no, pero el detalle es que al ser niños que carecían del sentido de seriedad y muchos aspectos de la vida, una vida de aventuras y heroísmo, les daba el escape de la realidad que todo niño busca para evitar la realidad. Y así fue.
-¿E~enserio nos convertiremos en héroes?- dijo Joseph con algo de incredulidad en sus palabras
-¡Vaya suerte!- grito Loyd mientras llevaba sus manos por detrás de su cabeza u esbozaba una energética sonrisa
-Esto... me suena- dijo para si mismo Riku que agacho la cabeza con una sonrisa más esperanzada.
-¡Así es!, ustedes serán aquellos que salvaran a nuestro mundo- anuncio Persival con un tono animado, -¡ustedes son nuestros héroes!-
Cada niño plasmo una sonrisa en sus rostros, sin embargo... es sentimiento de desesperación aun permanecía en sus pechos.
-¿Y qué sucederá con nuestras familias?- pregunto Alexander con una mirada afilada. Dicha pregunta al parecer había golpeado en ambos adultos pues cambiaron sus semblantes de amabilidad a uno más serio y triste.
-Sobre eso...- dijo Persival, solo para ser interrumpido por el peliazul
-De eso no tienen por que mortificarse, todo sera revelado a su tiempo-
Los niños parecieron colocar miradas de seriedad, pero justo cuando las cosas volverían a ese escenario de desesperación, uno de ellos decidió hablar para evitar dicho escenario.
-Tiene razón, ahora seremos héroes- afirmo con emoción la imperactiva Aldheleid
Todos voltearon a ver a Aldheleid con incredulidad, debido a su manera de asimilar la situación que se les era impuesta. Sin embargo, aun habían preguntas que se buscarían ser respondidas, después de todo nadie les había explicado acerca de ese nuevo mundo al que ahora estarán destinados a salvar.
-*Tsk* esto tiene que ser una broma- dijo Shun con un tono bastante irritado, cosa que dejo fuera de lugar tanto a Persival como al peliazul
-¿Por qué opinas eso, jovencito?- esta vez hablo el peliazul con una mirada algo frustrada.
Fue entonces que Riku también tuvo una idea del por que Shun dio dicho comentario.
-Tiene razón, es que... ¿acaso usted utilizó el concepto de "magia"?- comento Riku con algo de confusión mientras caminaba a la altura de su amigo.
Fue ahí donde el señor de cabellera azul miro con comprensión al par de jóvenes, -oh, ya veo... entonces en su mundo son carecientes del dominio del "mana", ¿verdad?- hablo Persival con cierto tono burlón.
-La magia es pura fantasía de cuentos de hadas- comento con cierto desagrado Alexander
-Pero... ¿acaso no recuerdan lo que paso en el salón?- esta vez fue turno de Yuzu de hablar.
Y fue gracias a ese comentario que todos aceptaron la falta de respuesta a esas preguntas, cosa que le dolió a Shun por tragarse su orgullo en seguir incistiendo con la respuesta.
-En fin, en fin... supongo que todos han de seguir impactados por la noticia- dijo Persival mientras chasqueaba los dedos, cosa que aunque no parecía relevante, provoco que un circulo de luz rodeara al grupo de niños, y después de un brillo intenso los niños y el "caballero extraño" parecieron cambiar de posición con Persival y el peliazul.
Riku y Shun que fueron los primeros en salir de la impresion del halo de luz, voltearon a ver hacia el trono que ahora tenian enfrente de ellos, y pudieron notar como Persival subía unos escalones hacia el, solo para darse vuelta y decir
-Ahora sean libres de reposar en sus respectivas habitaciones, todos los demás detalles serán revelados en el banquete de bienvenida que hemos preparado para su llegada-
Fue en ese momento que las sirvientas se pararon enfrente del grupo y con una reverencia dijeron al unisono -nos encargaremos de llevarlos a sus aposentos, sigannos por favor-
No tardo mucho para que dichas chicas llevaran a través de un extenso pasillo a los jóvenes, dicho pasillo estaba repleto de habitaciones, aproximadamente 10 habitaciones por lado.
Fue entonces que cada uno tomo una habitación para cada uno.
Esa tarde hasta la noche ningún niño se atrevió a salir o curiosear por el castillo, ni siquiera para ver por las ventanas de sus cuartos. Todos seguían alterados, y todos seguían impactados por aquella noticia que se les había hecho. Y aunque todos eran conscientes de sus nuevas vidas y destinos en dicho mundo, todos se limitaron a llorar en silencio.
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