Parte 2 - Visitas
La noche ya había caído encima de Nueva York, aunque en la ciudad las luces no estaban para anda extinguidas, no con tantos rascacielos y locales que cuentan con carteles más que iluminados.
Cualquiera estaría maravillado, aunque otros tenían otro tipo de perspectiva, pero quizás aquí el primero era el caso.
Una figura encapuchada se estaba sosteniendo de la esquina de un gran cartel de publicidad, la capucha que llevaba puesta le cubría el rostro, pero entre la sombra de esa capucha se dejaban ver sus ojos, los cuales veían el ambiente que tenia de la ciudad.
-No cabe duda que el equipo vivía en un lugar con gran cultura, lastima que hayamos tenido que dejarlo hace tiempo... -decía el sujeto con lo ultimo mientras su tono se volvía melancólico, pero una mirada seria no tarda en ponerse sorbe sus ojos. -Pero debo mantenerme en secreto, al menos por el momento, la misión debe cumplirse. -termino de decirse a si mismo para luego esconderse dentro de la oscuridad de las sombras.
Fuera lo que fuera a pasar con eso, ya es algo que se iba a ver tarde o temprano, de un modo u otro.
...
En la guardia por otro lado, el día ya había comenzado, y Mikey que recién se acababa de levantar, salia de su habitación mientras terminaba de ajustarse su bandana ninja, para luego dejar que un bostezo salga de su boca y después, se sobaba el puente de su nariz.
-Ah, buenos días a... -decía Mikey hasta que se percata de lo vacía que se encontraba ahora mismo la guarida, haciendo que luego algo hiciera "clic" dentro de su mente y dejara salir u suspiro leve. -Ah, casi olvido que se fueron a la granja, estos días puede que sean algo largos. -termino de decirse a si mismo para luego dirigirse hacia la cocina.
Y es que era cierto: desde hacia ya un par de días que sus hermanos se habían ido a la granja O'Neil para investigar y asegurarse de que tod aun estuviera en orden.
A el le habían dejado a cargo el vigilar la ciudad en caso de que algo pasara durante su ausencia, al menos hasta el momento todo parecía en orden,
La verdad, es que a el le daba gusto que, en serio sus hermanos le hayan confiado algo así, realmente sentía las ganas de probarles a ellos pero en especial, probarse a si mismo de ser más de lo que los demás creen, de que si es capaz de poder hacer algo como mantener a salvo la ciudad por si mismo.
Sin embargo, debía de admitir, que no se sentía muy bien la idea de estar tan solo en la guarida, la falta de sus hermanos era más que evidente en el interior de su hogar, el tan silencioso ambiente que ahora mismo lo rodeaba, solo lo acentuaba.
Estando ya en la cocina, la tortuga se puso manos a la obra, se preparo algo sencillo: huevos fritos acompañados de pan tostado y un jugo de naranja recién exprimido.
Un desayuno sencillo a simple vista, pero que la verdad es algo que siempre era algo con lo que le ayudaba para lo que sea que le depare el transcurso del día, y sin más se sentó en la mesa del comedor y se dispone a empezar a comer.
Al mismo tiempo, al voltear a ver de un lado al otro la mesa, era más que contundente el hecho de que aparte de el, se encontraba vacía y, por un momento lego a su mente cuando estaba con sus hermanos comiendo todos juntos, hablando de muchas cosas como el entrenamiento o como se sienten cuando salían a la superficie.
Sin duda era algo que el disfrutaba hacer a esta hora, y el hecho de ver como se encontraba el lugar sin ninguno de ellos, en cierto modo hacia que el ambiente no fuera lo mismo desde su punto de vista.
Se sentía diferente... parecía que estuviera sin vida.
-Ah, la guarida nunca se ha sentido tan vacía. -pensó Mikey mientras le daba otro bocado a su desayuno.
...
Una vez que termino de desayunar, la tortuga se encontraba en el dojo de la guarida, estaba en el medio mientras el silencio reinaba dentro del lugar.
No se iba a mentir a si mismo, de todo el tiempo en el que ha estado ahí, desde que la guarida se había vuelto el hogar suyito y del resto de sus hermanos, realmente era raro el que estuviera bajo tanto silencio.
Veía el dojo a su alrededor, tantos recuerdos que había y tantas cosas que se han vivido ahí, realmente era algo que no se podía cambiar, ni ahora ni nunca.
Mikey en este momento, tenia sus nunchakus en ambas manos, a pesar de que sus hermanos no se encontraban, eso no le iba a impedir el seguir entrenando, más si el mismo iba a hacerse cargo de vigilar la ciudad por su cuenta.
-Bueno, a ver que sale. -dijo Mikey para si mismo mientras hacia crujir los huesos de su cuello.
Y sin más, la tortuga se lanzo hacia un muñeco de practica que comenzó a atacar con ataques fluidos, una vez que le pone fin a su secuencia de ataques con su arma, Mikey da un salto hacia atrás para así, poder guardar los nunchakus y luego se poner a ir directo hacia los golpes y a las patadas.
-Justo como aprendiste Miguel Angel, tu puedes. -se dijo Mikey a si mismo dentro de su mente mientras seguía adelante con sus golpes.
La tortugas de banda naranja ya no vio cuanto tiempo fue el que estuvo así, al final se sentó cerca del muñeco de practicas mientras respiraba algo agitado, al mismo tiempo que las gotas de sudor comenzaban a correr por su frente.
-El entrenamiento nunca ha sido fácil, pero no recordaba que lo fuera tanto. -se dijo Mikey al mismo tiempo en que se dejo caer de espaldas sobre el suelo, buscando terminar de recobrar el aire.
Al mismo tiempo, sentía que muchos recuerdos recorrían su mente, y la verdad es que no le extrañaba.
Muchas cosas aun eran algo complicadas de asimilar, ya habían pasado algo de tiempo desde la pelea contra Super Destructor, pero había algunas secuelas que no habían terminado de cerrarse por completo, y casi todo se resumía ante la perdida de su maestro Splinter.
El no fue solo su maestro, también fue su guardián, fue su padre, perder a alguien que siemrpe fue su guía en muchos aspectos de su vida... bueno, no era de lo más sencillo, recuperarse de algo así.
-Sensei, me pregunto como tomarías tu esta situación. -pensó Mikey melancólico al pensar en Splinter.
-Es muy curioso verte tan pensativo, Miguel Angel. -se escucho una voz que saco al mencionado abruptamente de sus pensamientos.
La tortuga se sobresalto un poco pero, luego no tardo en reconocer a quien le acababa de hablar.
Se trataba de dos chicas de hecho: una tenia el cabello corto negro con las raíces rubias por la parte de atrás, viste un traje negro de estilo de combate con placas de metal plateado en hombros y la parte del torso y pecho; y la otra tenia el cabello negro más largo, con los labios pintados de morado como la sombra que se ponía en los ojos, traje ceñido totalmente negro con guantes largos del mismo color, una hebilla edrada en la cintura, capa negra corta y atrás de la espalda acomodado tenia un sombrero negro de bruja.
Mikey no tardo en reconocerlas: eran Karai y Shinigami, amigas y aliadas de el y las tortugas.
-No me digas, ¿sorprendido de vernos? -pregunto Karai al mismo que ella y Shini veían con cierta burla a la tortuga.
-Pues si, no sabía que iban a venir. -dijo Mikey aun sorprendido mientras se acercaba hacia las recién llegadas.
-Lamento eso, ya sabes que Leo es el contacto y no me he podido comunicar, ¿esta todo bien? -pregunto Karai con una ceja alzada por la intriga.
Al escuchar lo que la chica le acababa de decir, para la joven tortugas estaba claro que no sabía acerca de la misión en la que se encontraban sus hermanos, bueno si iba a explicarle, primero tenían que hacerlo con algo de comodidad de por medio.
-Tal vez ambas quieran que prepare algo de te, puede que nos haga falta. -dijo Mikey mientras se levantaba para ir directo hacia la cocina.
Tanto Karai como Shinigami solamente se quedaron algo extrañadas ante la respuesta pero, de momento prefirieron no decir nada de momento y seguir a la tortuga.
-Espera, ¿entonces Leo se tuvo que ir fuera de la ciudad a la granja de los O'Neil? -pregunto Karai con una mirada que reflejaba algo de asombro.
Por otro lado, Mikey terminaba de servirle a Shinigami una taza para luego el sentarse en el medio.
-Si, Abril le hablo a Leo hace no mucho, al parecer han habido cierta clase de apariciones por los alrededores de la granja, le pidió que fuera a investigar y, se llevo a Rafa y a Donnie con el para que le ayuden. -dijo Mikey explicando resumidamente lo ocurrido.
-O sea, ¿que estas aquí solo? -pregunto Shinigami al voltear a ver a la tortugas con intriga.
-Pues si, era necesario ya que, a pesar de que logramos acabar con Destructor sabemos que aun no se ha terminado, con Garra de Tigre por ahí y quien sabe cuantos más, al menos Abril y Casey me ayudaran cuando tengan tiempo, así como también de los Mutanimales. -termino de decir Mikey para luego darle un sobro a su taza.
-Y, ¿estuviste entrenando tu solo antes de que llegáramos? -pregunto Shinigami ahora con un tono curioso por ese detalle.
-Pues si, aunque es más difícil entrenar por mi cuenta, siempre hemos sido los cuatro al entrenar, ahora... se siente un poco extraño sin ellos. -dijo Mikey con lo ultimo algo melancólico.
Por otro lado, Karai se quedo pensativa al escuchar eso y, mientras miraba fijamente su reflejo en el te, para dejar que un leve suspiro salga de su boca y luego se toma la bebida de un trago para levantarse de la mesa.
-Creo que es mejor no perder el toque, y ninguno de nosotros debe de hacerlo Miguel Ángel. -dijo Karai atrayendo así la atención de los otros dos.
-¿De que hablas? -pregunto Mikey algo confundido, pero a la vez sentía que sabía de que se trataba muy en el fondo.
-De lo que hablo... es que vamos a poner la practica de vuelta... vamos a entrenar amigo mio. -dijo Karai con una mirada y sonrisa retadora.
...
Y Fin.
Bueno, hasta aquí llega el capitulo, espero que les guste.
Tengo gran plan para como se va a desarrollar, ahora mismo el modo en que se desarrolla esto es algo con lo que pienso trabajar y, la verdad de momento pienso profundizar más en los personajes, así como en la trama, a ver cual acaba siendo el camino a seguir.
Los invito a que dejen sus votos si les gusta el capitulo, además de que también los invito a que escriban sus opiniones en los comentarios, veamos como sigue.
Que lo disfruten.
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