XLVI
¡Buenas! ❤.
-Entonces... Al final no iba a por Jongdae ¿eh?- Los hombros de Sehun temblaban en el intento por contener la risa.
-Pff...- Sei cubrió su boca con una mano. -Creo que no.
-¡Cállense! ¿¡De qué rayos se ríen!?- Les ladró Jongdae.
Eso bastó para que volvieran a estallar en carcajadas, desde el incidente de la supuesta admiradora de Minseok no habían dejado de molestarlo. Usualmente los ignoraría, pero estaba tan irritado que sus burlas sólo lo empeoraban todo.
-¿Y tú qué?- Le enseñó un amenazante puño a Sehun. -¡Fue tu estúpida idea desde el principio la que causó el malentendido!
-Eso no lo hace menos gracioso.- Este se secó una lágrima del ojo. -La cara de todos cuando se declaró fan de Minseok fue tan... Oh, Dios, tendría que haber sacado una foto.
Se cruzó de brazos, enfurruñado, ni siquiera había pasado la mitad del almuerzo y ya había perdido el apetito. ¡Demonios! Le hubiera importado menos que una mierda si las teorías de Sehun eran acertadas, pero las cosas se dieron vuelta de la manera más imprevisible. Odiaba tener esos sentimientos tan intensos y abrumadores gobernándolo, por culpa de ellos su escaso nivel de tolerancia estaba disminuyendo y no quería porque, en el fondo, entendía que no tenían sentido. ¿Por qué debería preocuparse? Sólo era una niña a la que le gustaba como Minseok dibujaba, no había más, ¿por qué su cabeza insistía en desfigurar la realidad que tenía delante?
-Ya, paren con eso.- Dijo Minseok a su lado con un ademán, la sonrisa que llevaba era una que no había visto nunca hasta el momento.
Eso lo cabreaba todavía más.
No podía negar que su novio parecía estúpidamente feliz con toda la atención, no lo culpaba, le gustaría poder estar en su lugar alguna vez aunque eso nunca pudiera suceder. Minseok volvió a ese estado embobado en el que claramente se lo podía ver en las nubes, estaba distraído y más callado, muy pensativo en realidad. Le interesaba lo que pasaba por su mente, pero tenía miedo de descubrirlo... ¿O tal vez no quisiera oírlo? Su actitud queda e introspectiva era un misterio sin dudas, conociéndolo podría estar preguntándose si merecía tener admiradores o no. Más allá de todo, lo sentía tan relajado y gozoso cuando hablaban de la tal Nika que no era capaz de decirle nada. ¿Cómo podría ir contra la felicidad del chico que le gustaba?
Si Minseok estaba bien, entonces él también.
En un parpadeo, todos sus miedos irrazonables (y que ni él mismo reconocía aún a decir verdad) se materializaron frente a sus ojos cuando esa misma muchachita, el meollo de sus martirios más recientes, apareció frente a la mesa que ocupaban. Instantáneamente se puso en tensión, todos sus músculos se encogieron y lanzó una temerosa mirada a su novio, la expresión de este era tranquila así que supuso que no había nada por lo que inquietarse.
-¡Buenos días!- Junto a ella Minju hizo una reverencia. Cuando se elevó otra vez tenía esa sonrisa tan pícara suya que la hacía contrastar por completo con su hermano. -Lamentamos interrumpir, les traigo un encargo.- Señaló a su amiga.
Redirigieron sus ojos a ella que seguía sin poder despegar sus labios, al parecer no era consciente de nada que no fuera Minseok porque no dejaba de mirarlo con una fijeza perturbadora.
-Quería hablar con el bollo, pero no se animaba a venir sola. ¡Vamos!- Minju le dio un pequeño empujón por la espalda haciéndola avanzar varios pasos. -¡Nika, fighting!
-Ah... Hum...- Su voz era igual de temblorosa que días atrás, ya no estaba tan rígida aunque sí se la notaba muy nerviosa. Frotaba sus manos con ansiedad y miraba para todos lados. -Y-yo... ¡Yo quería disculparme con usted!- Gritó con los ojos cerrados, provocó que varios se voltearan a verlos con extrañeza. -¡Lamento haber estado tan alterada el otro día, la verdad es que me da mucha vergüenza acercármele!
-Pero si ahora está igual...- Murmuró Sehun divertido.
Minseok, ya salido del estupor de la primera vez, pudo sonreírle con suavidad para transmitirle algo de calma. -Me di cuenta de eso, Nika ssi, has estado siguiéndome desde hace un tiempo, ¿no es así?
El rostro de la chica se tornó de un rojo furioso y pareció terriblemente apenada, una vez más mostró esa loca reverencia de noventa grados haciendo que más gente los observara con curiosidad, algunos hasta parecían divertidos.
-¡Lamento muchísimo eso también!
Minseok fregó su nuca, apenado. -Vamos, no necesitas ser tan formal conmigo, ¿sabes? Puedes tutearme, no me molestará.
Ella se irguió con un par de ojos sorprendidos y el lunar que llevaba bajo la comisura de sus labios se movió cuando estos se ensancharon en una sonrisa repleta de felicidad, fue tan brillante y honesta que los hizo sonreír a todos, contagiados. De la nada, Sei Ah apareció frente a ella y comenzó a examinarla, observó sus brazos, la anchura de sus hombros, dio una vuelta completa a su alrededor con ojos analíticos, nadie comprendió qué estaba pasando y aguardaron a que terminara, Nika la miraba con ojos gigantescos y tan quieta como una estatua. Se puso delante y chequeó su estatura con una mano, comprobando que casi la igualaba.
-Oye,- Habló haciéndole pegar un respingo, descansó ambas manos sobre sus caderas. -¿Te gustaría unirte al club de baloncesto?
Nika parpadeó con sorpresa. -¡Oh! ¡Lo siento mucho, boginya!- Le hizo una reverencia. -¡Planeo ser una gran artista al igual que bol'shoy Minseok, además no puedo hacer deporte porque realmente apesto!
-¿Alguien tiene alguna idea de lo que dijo?
-¡Nika es rusa por parte de su madre!- Aclaró Minju con entusiasmo. -Por eso es tan torpe con los modos coreanos aún, sigue creyendo que debe hacer reverencias por todo.
Nika se rio avergonzada y rascó su cabeza haciendo que los rulos se le enredaran entre los dedos. Dan Bi unió ambas manos con una sonrisa adorable.
-Desde el principio Nika me pareció un nombre extraño, pero muy bonito.
Sei suspiró. -Es una pena, tienes buena estatura. Si en cualquier momento te arrepientes, puedes unírtenos.
La muchacha se removió con una sonrisilla temblorosa ante la atención tan inesperada y cálida, desde que había llegado de Krasnoyarsk no hicieron más que tratarla como a una rarita debido a su comportamiento e imagen extravagantes, la única que se le había acercado sin reparos fue Minju y gracias a ella pudo abrirse con más confianza al resto de las chicas de su salón. Era emocionante conocer a alguien tan adorado para ella como Minseok y la hizo inexplicablemente feliz que los mayores fueran agradables, le intimidaban en gran medida los jóvenes, pensó en la posibilidad de que fueran más indiferentes.
-Jung Nika ssi.
La voz fuerte y clara de uno de los chicos, aquel sentado al lado de Minseok que no había dicho ni una sola palabra hasta el momento, se abrió pasó de forma sorpresivamente demandante, a simple vista había parecido alguien tranquilo. Le clavó una fría y amenazante mirada que la estremeció de pies a cabeza, quizás no todos los sunbae fueran tan amigables... Sólo por ese gesto en apariencia simple supo que debía tener cuidado con ese chico en especial.
-Contéstame una cosa, ¿eres tú quien ha estado molestando a Minseok con bromas de mal gusto?
El ambiente acogedor que se había formado fue eclipsado, las más jóvenes no comprendieron la razón, pero el resto era consciente del grado de importancia de esa pregunta y parecieron tensos en lo que aguardaban una respuesta, incluso Minseok se había vuelto un tanto cabizbajo. Las palabras de Jongdae fueron directas y filosas haciéndoles notar que se trataba de alguien un tanto brusco y bastante arrebatado.
-N-no tengo idea de lo que pasa.- Nika miró a Minseok. -Lamento mucho si alguien quiso hacerle daño, sunbae, yo no tengo nada que ver.- Le hizo una reverencia.
Este rio con nerviosismo y agitó ambas manos. -No es necesario que te disculpes, está bien.
Ella vio a Jongdae con curiosidad, él pegó un imperceptible saltito en el lugar y le frunció el ceño, mostrando una hostilidad injustificada que sólo tenía sentido dentro de su cerebro, no pensaba amilanarse, tenía que demostrar firmeza en lo que al bienestar de Minseok concernía.
-¿Es una costumbre suya inculpar de una manera tan rotunda a otros, sunbae-nim?- Le cuestionó en un tono completamente desenfadado.
Los ojos de todos se abrieron como platos, usualmente nadie aparte de Minseok solía enfrentar a Jongdae debido a su intensidad, ¿esa chica no percibió el aura determinada que lo rodeaba? Dirigieron sus miradas expectantes de uno a otro, en un segundo fue como si una enorme y peligrosa masa de fuego salvaje rodeara a Jongdae, Minseok a su lado tembló con un escalofrío y se movió para cubrirlo con su cuerpo y bloquear la mirada curiosa de una Nika que no tenía idea de lo que se avecinaba si no salía de allí.
-¿No tienen que ir con sus compañeros? El almuerzo acabará pronto.- Les sonrió turbado, estaba sudando mucho de repente.
-Es verdad, aún no comimos nada y mi estómago comenzará a rugir durante las horas de clase.- Se estiró Minju con un bostezo perezoso, completamente ajena a la situación de emergencia. -Vámonos, Nika, quiero pudín. No te preocupes por Minseok, robaré algo de su habitación y te lo venderé más tarde como mercancía para fanáticos.
-¿¡En serio!?
-¡Minju!- Le advirtió su hermano mayor. -Lo siento, está metiéndose contigo ahora mismo, este enano desagradable.
Antes de marcharse de la mano con su amiga, Nika le preguntó si era posible tener al menos un par de charlas más sobre sus trabajos y obtener una opinión sobre los suyos propios, él le dijo que podía enseñárselos cuando quisiera y con otra radiante sonrisa de regocijo, la muchacha se alejó por fin. Minseok suspiró y se volteó hacia un Jongdae de ojos entornados que aún seguían fijos en la otra en la lejanía, parecía un animal focalizando a su presa antes de atacar y le asestó un pequeño golpe en la frente con sus dedos para que volviera en sí.
Alzó en alto un dedo aleccionador cuando tuvo su atención. -No le des importancia, ¿me entiendes?
-Yo no confío en...
-Es una niña, Jongdae.- Puso los ojos en blanco. -Quiere dibujar, sólo me pedirá un par de consejos para mejorar y ya.
Ahora agachó un poco la cabeza, parecía realmente inseguro y eso le causó un nudo en el estómago, no era común que mostrara esa mirada y le sorprendió el nivel de temor que poseía, ¿había sido así siempre?
Le acarició los cabellos con ternura. -No tienes que tomártelo tan en serio, ¿sabes?
-Eres muy amable con ella.
Sonrió, no quería que se sintiera de esa manera, pero tampoco podía avalar sus miedos, eso sólo sería echar más leña a un fuego contaminante y peligroso. -No puedes culparme por simpatizar con ella cuando nuestras aspiraciones son las mismas.- Buscó sus ojos. -No hay nada que temer, me gustas tú y nadie más.
La ansiedad de Jongdae se aplacó bastante después de ese comentario. El problema no era Minseok, estaba seguro de su cariño, pero siempre poseyó cierto miedo de perder su atención. Adoraba la relación que tenían, era la única persona que toleraba sus tonterías y se apegó tanto a eso que la idea de perder su lugar lo desesperaba. Deseaba ser único ante sus ojos, el más especial, si aparecía más gente en el medio que pudiera arrebatarle su puesto naturalmente se sentiría amenazado. Aquella noche tortuosa en la que visualizó a Minseok besándose con una muchacha, pensó que podría morirse antes de dejar que se lo llevaran de su lado. Su cariño honesto y libre era de lo más precioso que poseía.
Sea como amigo o como pareja, quería tenerlo para él por siempre.
Por eso no ayudaba que la fan rarita se le acercara tanto... Como en esos momentos. Desde hacía varios almuerzos venía observando con ojos asesinos como conversaban demasiado cerca, ¿era necesario estar sentada justo al lado de él para hablar sobre técnicas de dibujo? ¿Por qué no simplemente se lo explicaba desde la otra punta? Mejor aún, que le enviara un correo electrónico, así no tendrían que verse nunca. Apuñaló una patata con sus palillos y entrecerró los ojos, Minseok estaba hablándole de algo y ella lo observaba obnubilada con la quijada apoyada en ambas manos, sus ojos poseían cierto fulgor cada que lo enfocaban, ¿debía malinterpretarlo? Quizás se hacía pasar por una fan y en realidad iba tras él.
-Jung Nika ssi.- Interrumpió lo que sea que conversaban. -Viviste en Rusia todo este tiempo, ¿verdad? ¿Cómo conoces los trabajos de Minseok?- Intentó no impregnar en su voz el suficiente veneno como para hacer notar que obviamente le disgustaba toda la situación.
-Ah...- Ella sonrió y agachó la mirada con bastante vergüenza. -Es una historia un poco larga.
-Tengo todo el tiempo del mundo.- Le sonrió con falsedad, Minseok le arqueó una ceja con un rostro que expresaba a gritos "¿es en serio?" y él sólo le sacó la lengua.
-Bueno...- Hizo una pequeña mueca. -Mis padres están divorciados, mi padre es empresario y trabaja aquí, así que siempre nos enviaba regalos a Rusia cuando no veníamos de visita. Tengo un hermano pequeño al cual le encantan las caricaturas, así que él continuó mandando los ejemplares de la revista Mouinal.
-¡Oh!- Minseok pareció sorprendido. -¡Fue de mis primeros trabajos!
Ella le sonrió como si quisiera batir un nuevo récord. -¡Lo sé! ¡Fue ahí cuando me enamoré de su arte!
Oyeron un extraño chasquido salido de la mismísima nada y los demás, metidos en sus asuntos mientras pretendían no oír la conversación, voltearon a ver a Jongdae con desconcierto.
-¿Qué fue eso?- Frunció el ceño Dan Bi.
-Creo que su paciencia quebrándose.- Le susurró Sehun.
-Mi babulya dibujaba también, es...- Hizo una pequeña pausa. -Fue profesora de Bellas Artes.- Nika continuó hablando con entusiasmo, ya no le contestaba a Jongdae sino que le comentaba su historia a Minseok. -Me enseñó bastante y al mostrarle tus dibujos también se impresionó mucho...- Frenó al ver el rostro confuso de él -¡Ah, quiero decir...! Hum...- Pensó un poco. -¿Mi h-halmeoni?
Las mejillas de Minseok se colorearon al caer en cuenta, sonrió como bobo y rascó su cabeza. -Vamos, eso es muy loco.- Era demasiado evidente el júbilo que la información le causaba.
-Le dije a mi padre que buscara más sobre el autor de esas pequeñas historietas, le costó un poco, pero acabé recibiendo muchos de sus trabajos cada año.
-Sí, no era muy reconocido en ese tiempo... ¡No quiero decir que ahora lo sea!- Se apresuró a negar con modestia.
-¿De qué habla? ¡Minseok sunbae es el más genial, lloré de alegría cuando conseguí su manhwa!- Empuñó sus manos con resolución, con el tiempo había dejado de amedrentarse a la hora de demostrar su pasión.
-¿No es grandioso? ¡Yo amé su historia!- Dan Bi se unió a la conversación. -Es un poco triste, pero si se lee bien hay bastante esperanza en ella.
-¡Verdad que sí!- Se emocionó Nika al tener una persona con quien compartir su adoración. -¡Deseaba que fuera más larga, tan injusto!- Frunció el ceño mientras varios rizos rebeldes caían sobre su frente.
Jongdae por su parte se hundió en el asiento con fastidio, ¿acaso acababa de volverlos más cercanos? ¿Qué demonios? Maldecía a Minseok y a su talento, y a todo lo que lo convertía en un ser tan perfecto... ¿Por qué era tan increíble? Se sonrojó ante tales pensamientos y lo ocultó tras su lata de soda, bueno, no debería extrañarse, por alguna razón estaba saliendo con él, ¿no? ¿Y por qué Dan Bi hacía amistades con el enemigo? Era su mejor amiga, ¿nunca oyó el dicho "el enemigo de mi amigo es mi enemigo"? Tendría que estar odiándola a su lado.
-Ah, no hay más.- Murmuró Minseok luego de inclinarse su caja de jugo y no conseguir nada.
Nika se puso de pie haciendo un saludo militar por alguna razón incomprensible. -¡Iré a conseguirle más, sunbae-nim!
-N-no es necesario, Nika, puedes sentarte...
-¡Está bien! ¿Qué le traigo? ¡Ya lo sé! ¡Café! ¡He oído que los genios siempre beben café! ¡Ya vuelvo!- Y con otra reverencia se fue corriendo.
-¿Y ahora por qué hizo reverencia?- Cuestionó Sei Ah.
-Le dije que dejara de tratarme formalmente.- Balbuceó Minseok con un suspiro. -Me hace sentir viejo.
Dan Bi sonrió con esa liviandad suya tan contagiosa. -¡A mí me parece muy mona!
-Yo conozco a otros que no piensan parecido.- Sehun cubrió su boca de forma poco disimulada a posta y su rostro fue tan gracioso, que Sei le asestó un golpe en el brazo con una sonrisa reprimida.
Jongdae del otro lado produjo un sonido gutural parecido al de un animal salvaje muy cabreado. Minseok estaba un poco agotado, le frustraba su actitud, pero no podía hacer nada, no comenzaría a ser desagradable con la gente sólo por sus celos o lo que fuera que le molestara en realidad.
-No te pongas así, Jong.- Dan Bi restó importancia con un ademán. -No creo que Nika esté interesada en Minseok de esa forma.
-No es...- Jongdae suspiró, descargando en esa ráfaga de aire gran parte de su tensión. -No es eso, es...- Sabía que el del problema no era otro más que él mismo, pero no podía largarlo frente a todos así como si nada, lo molestarían.
-Tienes una mala leche terrible cuando la chiquilla está por aquí, ni siquiera intentas disimularlo.- Se oyó la voz inalterable y directa de Sei, observaba fijamente a Jongdae con un par de ojos gélidos, su marca personal. -Si tanto te molesta, ¿por qué no haces algo al respecto?
Alzó una ceja con aires sardónicos. -¿Como qué? No hay nada a mi alcance que...
-Dile que eres su novio.- Se encogió Sehun, largando la respuesta con completa naturalidad. Jongdae y Minseok se tensaron al mismo tiempo, hasta ahora nadie había convertido la realidad en palabras. -Si sintiera que alguien está amenazando mi relación con hyung, que no pasaría nunca porque ambos somos súper ultra acaramelados y nos queremos un montón...- Aclaró jactancioso.
-Nadie quiere oírte fanfarronear sobre eso.- Sei lo bajó de su nube con facilidad mientras comía de su almuerzo como si nada.
Sehun no le prestó atención. -En ese caso me desharía de todo al carajo e iría al ataque.
Jongdae y Minseok se vieron a la misma vez, en silencio, aunque al instante volvieron a desviar sus miradas. Jongdae estaba comenzando a sentirse nervioso, nunca lo hablaron, pero era un acuerdo tácito no cantar a los cuatro vientos tan fácilmente que estaban saliendo, nunca se sabía quién podría estar escuchando lleno de malicia. Ninguno quería más problemas de los que ya pasaron hasta el momento.
-Na-nadie en la escuela lo sabe.- Respondió con los ojos fijos en la madera de la mesa, no quería verlos a la cara, mucho menos a Minseok, se sentía cobarde. -Y prefiero que se quede así, evitaremos la atención innecesaria y los comentarios de mierda.
Fue entonces cuando dio un pequeño vistazo de reojo a su novio, este lo miraba con una expresión ciertamente indescifrable. Lo único que hizo fue girar su rostro con pintas de ofendido y ni una sola palabra, y sin poder evitarlo se sintió molesto, ¿por qué se comportaba así ahora? Él también procuraba que estuvieran solos antes de hacer cualquier cosa en público.
-¿Tú no tienes nada que aportar?- Le espetó de forma directa, no se iba a cortar sólo porque se tratara de él.
Minseok entrecerró los ojos en su dirección. -Nada que sea de tu agrado me temo.
Chasqueó la lengua, ¿por qué debía ser el único aclarando algo que le concernía a los dos? -Abre la boca si hay algo que te siente mal, idiota.- Lo pinchó.
-Esto...
Pegaron un respingo ante la voz titubeante de Nika a sus espaldas, ninguno se volteó a verla. La muchacha se acercó insegura, tomando asiento mientras dirigía una inquieta mirada a todos, ciertamente el ambiente se había tornado un tanto tenso en la mesa, pero ninguno se preocupaba demasiado por las peleas de Minseok y Jongdae, eran más que cotidianas. Lo alarmante era la posibilidad de que hubiera oído por casualidad parte de la conversación que no les convenía.
-¿Están los sunbae peleando?- Preguntó con un rostro lleno de preocupación.
-No es eso, cariño.- Se adelantó Dan Bi. -Sólo tuvieron un pequeño desacuerdo, nada del otro mundo.
Nika observó detenidamente a Jongdae, clavaba sus ojos molestos en Minseok con insistencia. Este, sentado a su lado, la recibió con una pequeña y gentil sonrisa. Le entregó azorada la lata de café que había conseguido de la máquina expendedora y él le agradeció con una voz ligeramente agravada. Le llamó la atención, ¿se sentiría mal? No era como de costumbre, solía tener un temple mucho más vivo y animado, tal vez la discusión no fue tan trivial como Dan Bi sunbae había aclarado. Sintió un pequeño estremecimiento y se encontró otra vez con la mirada intensa de un Jongdae que no daba tregua y, por más que quiso retenerlo, no pudo evitarlo.
-¿Es muy amigo de Minseok sunbae, Jongdae sunbae-nim?
Eso pareció captar la atención de todos, Jongdae parpadeó con sorpresa antes de volver a fruncir el ceño con agresividad.
-¿Por qué?- Preguntó brusco, pero esa parecía no ser otra cosa que su personalidad de todos los días.
-Bueno,- Ladeó el rostro, recordando la orden brusca y las palabras insultantes que había oído de su parte al llegar a la mesa. -Se me hace un poco raro que siempre le exija que haga lo que usted quiere.
Dan Bi, Sei Ah y Sehun se giraron a verla de inmediato, incluso Minseok se atragantó un poco con el café que se había llevado a la boca. Jongdae empezó a sentir como su ojo se crispaba en un repentino tic nervioso, oh, no, lo estaba sintiendo, si no ponía un freno a las emociones turbulentas que borboteaban en su interior acabaría explotando feo contra esa mocosa. ¿Que por qué le exigía que hiciera lo que él quería? ¿A ella qué le importaba? Apretó los puños sobre su regazo y formó una media sonrisa terrorífica.
-Óyeme...
-A saber con qué derecho lo hará.
El comentario inesperado de Minseok lo detuvo de ir más allá, de inmediato se le bajaron los humos y lo vio con ojos agrandados, algo irreconocible tintineó en algún lugar de su cerebro y su pecho se oprimió un poquito.
Se sintió rechazado y eso no le gustó nada.
El resto de la jornada transcurrió un tanto tensa entre ambos, afortunadamente no se encontraron compartiendo equipo en ningún trabajo grupal, las cosas se habrían puesto un poquito incómodas. No comprendía del todo a Minseok, había creído que estaba al alcance de sus manos entenderse sin necesidad de palabras de por medio, en muchas ocasiones pasadas lograron comunicarse a través de miradas y gestos, ¿por qué ahora las cosas simulaban ser mucho más difíciles para los dos? Tal vez la vida en pareja no fuera tan simple como la de un par de amigos y desafortunadamente, ninguno tenía un prontuario de relaciones exitosas ni fama de ser extrovertidos y amigables, aventuraba que su novio tampoco tendría idea de cómo manejar muchas cosas, ¿por qué no lo ayudaba entonces a averiguar en qué estaba errando?
Si le decía algo semejante directamente, de seguro espetaría que era deber suyo darse cuenta solito de cosas que estaban frente a sus narices, incluso podía oír su voz con claridad en la cabeza profiriendo tales palabras. Maldito Minseok, no podía evitar darle un poco de razón, estaban en el mismo barco después de todo y en verdad deseaba que las cosas entre ellos prosperaran a futuro, tenía que esforzarse.
El silencio se promulgaba momentos antes de la clase de educación física, no era agresivo u odioso, estaba pensativo y Minseok le daba espacio para que reflexionara tranquilo. Estaban lado a lado ataviándose con sus uniformes de gimnasia sin una palabra, alrededor podía oírse el jugueteo típico de los varones en el vestuario, tonteaban entre bromas y risotadas.
-¡Minseok!- El aura extraña que los rodeaba fue rota de forma inesperada por Sehun, apareció por una esquina portando una sonrisa enorme sin sentido y desnudo de la cintura para arriba. -¿Tienes una camiseta de más para prestarme?
Le alzó una ceja mientras subía el cierre de su sudadera. -¿Y la tuya?
Sehun fregó su nuca con la expresión de un niño travieso. -La dejé en el cesto de la ropa tarde y mi abuela olvidó meterla en la lavadora.
Encaró a Jongdae con un pequeño suspiro. -¿Tienes una de más?- Le murmuró.
Este mordisqueó sus labios mientras abría otra vez su taquilla, fingiendo indiferencia ante la incomodidad patente. -Ten.- Lanzó una camiseta blanca a la cabeza de Sehun. -Está desgastada, pero funcionará.
-Y podrías comenzar a lavarte la ropa tú, ¿no?- Lo observó Minseok con el ceño fruncido. -Suficiente carga tu abuela como para que encima la tengas de sirvienta.
El otro les sonrió con pena mientras se vestía. -Sí, lo siento.
Sonrieron un poco a pesar de ellos, con el aura de niño que emanaba era imposible no regañarlo, aunque luego te consumiera la ternura con sólo ver su rostro pícaro y comprador sin quererlo. Con algo de dificultad pasó su cabeza por el orificio de la playera y, a pesar de cubrirlo bien, se notaba que le quedaba pequeña. Bueno, Jongdae era más bajo después de todo.
-Podrías haberle pedido prestado alguna a alguien de tu división, alguien de tu talla más o menos.
-Pues...
En ese momento las carcajadas estruendosas que habían estado repitiéndose en bucle se intensificaron y un peligroso proyectil salió volando en dirección a ellos, el embase de desodorante casi le da de lleno en la cabeza a Sehun si no fuera porque a último momento se movió un poco a la izquierda como acto reflejo. El objeto se estrelló contra la pared y cayó al suelo de forma ruidosa, al parecer los chicos a un lado habían estado jugando y se les escapó de las manos. Se hizo un silencio denso en el que se quedaron tiesos, observando a Sehun con miedo en los ojos, este sólo se agachó a recoger el desodorante sin una palabra y cuando se dirigió a ellos comenzaron a huir en manada.
-¡Lo sentimos, no queríamos molestar!- Vociferaron nerviosos antes de desaparecer.
Sehun se quedó en vilo con una mano extendida, miró a sus amigos con una sonrisa entre avergonzada y entristecida. -Resulta que la mayoría todavía me tiene miedo por los rumores, a pesar de que ya no hago nada malo.
Jongdae estrelló una mano contra su espalda a modo de reconforte, aunque fue más rudo que otra cosa. -No te preocupes por eso, hombre, ellos se lo pierden.
-Es cierto.- Sonrió Minseok mientras se calzaba con sus zapatillas de deporte. -Sólo olvida que...- Se frenó al sentir algo extraño y frunció el ceño.
-¿Minseok?
Volvió a quitarse el calzado lentamente, develando sus medias blancas y parte del bajo de sus pantalones manchados de un verde intenso. Debido al repentino y fuerte olor, reconoció que habían llenado sus zapatillas de pintura, la vieja confiable. Enseñó los dientes con fastidio, no tanto por la broma en sí, sino porque le arruinaron un par de zapatos en buen estado.
-Me cago en todo.- Gruñó Jongdae de muy mala hostia. -¿Quién mierda jode tanto ahora?
-Cierto.- Alzó las cejas Sehun. -La niña rusa extraña dijo que ella no tenía nada que ver con los acosos, lo había olvidado.
Ya les encantaría saber quién diablos estaba detrás de todo eso, ahora que conocían a la supuesta sospechosa y que estaban seguros de que ella no podía ser la culpable, estaban en la nada otra vez. Jongdae parecía más molesto que nunca, Sehun se veía confundido e inquieto en partes iguales y la cabeza de Minseok no dejaba de dar vueltas alrededor de una única cosa...
Era cada vez más preocupante que el verdadero acosador siguiera sin dar la cara.
¡Lo último de lo último! :(... Pero lo disfrutaremos hasta el final~. Nos veremos dos veces por semana, gracias por esperar y por la paciencia, ¡son lxs mejores! ¿Cómo han estado? Lxs he echado de menos.
Aviso: tengo que advertirles, habrá un par de escenas subidas de tono. No considero que sean demasiado explícitas, pero quizás hay algunxs que no vayan a sentirse cómodxs, así que lo digo con antelación.
Mil disculpas por no haberlo puesto en la descripción del fic desde el inicio, no decidí si habría de esto o no hasta el final. ¡Nos vemos pronto! ❤.
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