XLV
–la mejor versión de ti mismo
hecha de a pedazos
se sigue buscando la paz
que creemos merecer
.
-Oye, ¿el patio es grande? ¿Cuántos hay? ¿Más de uno?
Minseok bostezó largo. -Quién sabe.
-¿Y la cafetería? ¿La comida es rica?
Rumió una respuesta que ni siquiera él comprendió, a esas horas su cerebro no era del todo funcional, sobre todo cuando la interrupción de su sueño se debía a la escuela, se malacostumbró a trasnochar durante las vacaciones y su cuerpo le estaba pasando factura... Como sea, usualmente no le molestaba la perorata de su hermana menor, pero en esos momentos se sentía irritado por no poder haberse quedado un par de horas más bajo las sábanas. A su lado, la menor seguía hablando de mil cosas, observaba el camino de árboles altos que desembocaba en el instituto, sus ojos eran brillantes y era inesperado verla tan sonriente aunque no podía culparla, ese mismo día comenzaba su vida como estudiante de secundaria, en su momento también se vio igual de entusiasmado.
-¿Qué especialidad tomaste?- Preguntó intrigado.
Minju cortó a la mitad lo que estaba diciendo, pero se recompuso con la misma emoción teniendo en cuenta que se trataba del mismo tema. -Lenguas extranjeras, ¿qué tal es? ¿Los profesores son buenos?
El teléfono timbró en sus pantalones no sólo dándole la pauta de que recibió un mensaje, sino de que también debería silenciarlo. Ni bien lo abrió volvió a perderse de lo que hablaba su hermana debido al remitente titilando en la pantalla. Con una sonrisa abrió el mensaje mañanero de Jongdae: "¿Dejaste tu cabeza en casa, cabeza hueca?", más abajó seguía: "No quería levantarme" y muchos emoticones con expresiones frustradas. La sonrisa que se apoderó de su rostro era ridícula y lo que había alrededor dejó de ser importante, sus pasos comenzaron a ser más lentos y titubeantes en lo que tecleaba una respuesta: "La traigo, no estoy tan dormido. Tampoco quería, pero como voy a verte a ti ya no me importa" y un enorme y rojo corazón para molestarlo aún más, se rio por lo bajo de tan sólo imaginar su reacción.
Entonces el celular resbaló de sus dedos de una forma tan rápida y simple que fue absurdo y tardó en caer en cuenta, cuando levantó la mirada Minju estaba observando la pantalla con ojos entrecerrados. Enseñó los dientes y se estiró para quitárselo, pero ella se movió para evitarlo.
-Dámelo, enano.- Gruñó con fastidio
-¿Me estás ignorando mientras coqueteas con Jongdae oppa? Eso no está bien, no eres un buen hermano.- Sonó con otro mensaje entrante. -Oh... Jongdae dice que eres un idiota.- Le enseñó. -Nada que no sea cierto.
Se lo arrebató de un manotazo y la fulminó con las mejillas rojas. -Eres una estudiante de educación superior, compórtate como tal.
-Uy, sí, ya voy.- Lo burló.
-¡Min!
A media cuadra frente a las puertas del instituto estaba Dan Bi de puntillas, agitando enérgicamente una mano en el aire, una enorme sonrisa partía a la mitad su rostro e inevitablemente también sonrió. Eso, junto a los mensajes de Jongdae, lo despabilaron por completo.
-¡Buenos días!- Volvió a exclamar colgándose de su cuello en un abrazo. -¡Cuánto te he extrañado, Min!
El sonido de un obturador los hizo ver más allá con curiosidad, Minju sostenía en alto su celular mientras los capturaba.
-No se ve al bollo con amigos todos los días.
-Enano maldito, muéstrale a todos tus compañeros el amor que le profesas a tu oppa preferido, vamos.- Minseok se acercó e intentó forzarla en un abrazo aunque ella luchó por alejarlo entre quejidos de desagrado.
-¿Qué es todo este alboroto desde tan temprano?
-¡Sei!- Dan Bi ahora rodeó la cintura de esta de forma cariñosa.
-Wah...- Minju se deshizo de su hermano fácilmente y avanzó hacia Sei Ah para verla de cerca, sus ojos eran enormes y brillantes. -Eres una reina.
Sei Ah parpadeó con su rostro inexpresivo. -Minseok, ¿quién es ella?
-Ah, sí, lo siento.- Tomó a Minju del cuello de su bléiser y la alejó. -Está empezando primero hoy, así que...
-¿Primero? ¡Oh, Dios!- Sehun apareció de la nada y se elevó sobre Minju con una brillante sonrisa. -¿Estás emocionada? Debes estarlo, ¿verdad? Yo lo estoy también.- Se señaló. -Hoy empiezo tercero, mi último año, tuve que esforzarme mucho, pero llegué, ¿no es eso genial?
-Hum...- Minju vio a su hermano con cautela. -¿Debo correr?
Minseok suspiró, ya se sentía agotado y las clases ni siquiera habían comenzado. Señaló a la menor con un brazo extendido. -Ella es Minju, es mi hermana menor, asistirá a la misma escuela que nosotros. Saluda, enano.
Minju hizo una formal reverencia. -Soy Kim Minju, cuiden de mí, gracias por hacerse cargo de mi estúpido hermano.
Sei se cruzó de brazos y la vio con simpatía. -Me cae bien.
-¿La harás tu pupila para ser la próxima reina de las nieves?- Bromeó Sehun.
-¿Buscas pelea, tonto?
-¿Tu hermana ya asiste al curso superior? Debes sentirte viejo.
En medio de la discusión sin sentido entre Sei y Sehun, esa frase perezosa dicha entre bostezos casi le eriza la piel si no fuera porque estaba más que acostumbrado a tal timbre de voz. Cuando volteó a la izquierda, Jongdae llegaba arrastrando los pies y con los ojos adormilados, su corazón comenzó a latir rápido, pero no le prestó atención, era una reacción natural. Saludó a los demás con su usual hosquedad (que tratándose de él era algo bastante amigable) y charlaron de algo que no oyó puesto que sus sentidos estaban un tanto ofuscados, solían alterarse cuando estaba frente a la persona que le gustaba... Aunque Jongdae fuera el único ejemplo de su vida. Lo siguió con la mirada hasta que por fin giró en su dirección y entonces parpadeó con un par ojos gigantes, ¿nunca se acostumbraría a su presencia? ¿Sería un idiota durante toda la eternidad? Todo eso y más en el próximo capítulo del resto de su vida.
Jongdae pareció un poco azorado, reconocía esa expresión, era una mezcla de timidez con alegría. Estaban complacidos de verse, durante las vacaciones no pudieron tener más que un puñado de citas debido a la imprevista visita a sus abuelos que hizo junto a su familia y que duró semanas.
No se vieron mucho, y era trágico considerando que ya eran pareja.
El simple pensamiento lo avergonzó. -Bu-buenos días...- Murmuró.
Jongdae estuvo a punto de abrir la boca, pero un comentario desafortunado, cuya fuente de origen era evidente aunque eso no lo hacía menos inesperado, surcó el aire con una naturalidad tal que aunque para nadie era algo sorprendente, aun así los dejó sin palabras.
-Buenos días, Jongdae sunbae.- Sonrió Minju con inocencia. -¿Debería comenzar a llamarte cuñado ahora?
Jongdae y Minseok se quedaron petrificados mientras el silencio repentino se instalaba, los jóvenes adolescentes pululaban a sus alrededores como si nada y entre el barullo típico de estudiantes. A la par echaron un lento vistazo a sus amigos más allá, aún no les habían dicho nada sobre su relación y las sonrisitas socarronas que tiraban de sus labios eran demasiado evidentes, el brillo travieso cayó sobre los ojos de todos mientras Minju meneaba su rostro de un lado para otro, un tanto confusa por las reacciones. Entonces Sehun resopló por lo bajo y sólo eso desencadenó una oleada de carcajadas, probablemente escuchadas hasta en Jeju. Los rostros de Minseok y Jongdae estaban rojos como un tomate, pero no fueron capaces de hacer nada ante lo obvio más que voltear sus rostros entre un híbrido de malhumor y pena.
Cuando entraron al edificio y mientras regañaba a su hermana por ser tan poco discreta, Minseok vio de reojo algo extraño, fue más bien una sensación. Cuando giró intrigado sin embargo no encontró nada aunque ese sentimiento perduró.
La jornada escolar pasó como si nada, nuevos profesores y nuevas clases, típico discurso sobre como ese año decidiría el futuro de sus vidas y sería el final de una etapa, y fin por el momento. Para ser un primer día no estuvo del todo aburrido, diría que hasta fue emocionante en cierto punto, Minju sólo tuvo su ceremonia de ingreso y pudo irse más temprano. Al día siguiente fue cuando la normalidad monótona se vio alterada por ese cosquilleo en la nuca, era similar a la sensación de cuando estaban observándote salvo que cada vez que intentaba cerciorarse no encontraba nada. No sabía si era muy lento o los demás demasiado rápidos, pero estaba comenzando a darle algo de miedo. Solía suceder durante los almuerzos y cuando rondaba por ahí en los descansos, giraba por instinto y al no ver nada se quedaba muy quieto, le preguntaban si estaba bien y los ignoraba en su gran mayoría, no había nada que estuviera mal después de todo.
Quizás fueran locuras suyas... O no.
Una tarde como otra cualquiera al finalizar las clases, fue hasta su taquilla para intercambiar los zapatos de clases por los comunes y entonces cayó en cuenta.
-Ah...- Suspiró posando una mano sobre el metal y agachando el rostro. -Tendría que haberlo imaginado.
-¿Pasó algo?- Curioseó Jongdae.
Abrió más la puerta de la taquilla para mostrar su interior vacío. -Robaron mi calzado.
Jongdae frunció el ceño. -¿Es en serio?
-Wah, ¿recién comenzamos y ya te están acosando?- Comentó Minju por su parte. -¿Qué rayos les pasa?
Volvió a suspirar, esta vez con más profundidad. Cruzado de brazos se quedó en silencio y pensativo un rato, enfocó un cesto de basura no muy lejano en las afueras y caminó con parsimonia hacia él, al observar dentro se los encontró. Sacó sus zapatillas y las sostuvo en el aire tapándose la nariz por el olor de la basura.
-Voilà.
-Qué mierda.- Maldijo Jongdae con las manos empuñadas y un gesto furioso. -¿Otra vez? Es que estos imbéciles no aprenden, voy a...
-Ya, ya.- Minseok entretejió los dedos en su cabello y lo acarició un par de veces. -No hay que ponerse así, quizás fue sólo una tonta broma.
-¿Y si no?
Se encogió con indiferencia. -Tengo la sensación de que el culpable aparecerá tarde o temprano.
Ni Minju ni Jongdae lo comprendieron, pero desde su fría lógica después de haber enfrentado millones de veces eventualidades de ese estilo, sabía que perder los nervios significaba un punto para los otros. De todas formas, era muy probable que la sensación de estar siendo observado y esa broma estuvieran conectadas, si continuaban siguiéndolo descubriría quién estaba detrás. Continuaron escondiendo sus libros, lanzándole cosas desde lugares inciertos y dejándole notas amenazantes, nada de todo eso se comparaba al abuso que había sufrido años atrás y hasta llegó a parecerle un tanto infantil, por lo que descartó la idea de que pudieran ser otros alumnos de tercero. Era cada vez más y más misterioso porque en ocasiones anteriores los abusadores no dudaron en mostrar sus rostros, las burlas eran hechas de frente por auténticos idiotas, ¿su identidad era alguna que no podía ser descubierta? ¿Por qué?
Mientras charlaba con sus amigos en el salón durante un receso, algunos sentados sobre los pupitres y otros parados, volvió a sentir que lo miraban... No, esta vez era una certeza, alguien estaba viéndolo sin dudas. No se volteó de inmediato sin embargo, continuó riéndose y haciendo bromas como si nada para despistar, entonces dentro de su rango visual captó algo detrás del marco de la puerta y cuando giró rápido, esta vez sí logró identificar una figura pequeña escabulléndose lejos otra vez.
-¡Oye!- Se abrió pasó entre los escritorios, pero cuando se asomó por la puerta ya era demasiado tarde. -¡Carajo!
-¿Minseok?
Chasqueó la lengua al llegar otra vez junto a sus amigos, lo veían inquietos, eran conscientes de las bromas que había estado sufriendo y temían que regresaran a los viejos y terribles tiempos.
-Casi lo atrapo.
-¿De quién hablas?
-Creo que la persona de la bromas me está siguiendo por alguna razón.- Se estremeció con un escalofrío. -Por fin pude verla, no encontrarla nunca me hacía pensar que era acechado por un fantasma o algo así.
Sehun posó una mano sobre su hombro, su mirada era decidida aunque en él parecía gracioso. -¿Quieres que Sei y yo nos encarguemos?
-Suenas como un mafioso.
Minseok frunció el ceño, algo confuso por lo que acababa de ver. -No... No, de hecho, creo que se trata de una niña.- Rascó su cabeza. -Aunque no logré verla bien.
Los demás se miraron con curiosidad.
-¿Es de tercero?
-No, parecía pequeña en realidad y su cabello era corto, ¿rizado?- Ladeó su rostro con un profundo entrecejo, intentando volver nítido el pequeño vistazo que tuvo.
-¡Oh, oh, ya sé!- Se adelantó Sehun con una sonrisa. -¿Y si está enamorada de Jongdae o algo así?
Todos se lo quedaron viendo como si lo que dijera no tuviera sentido alguno.
-¿Por qué lo estaría?
Sehun se encogió como si nada. -Bueno, si no ronda nuestra edad quiere decir que muy probablemente sepa poco acerca de Minseok y su pasado, entonces ¿qué otra razón hay para que lo acose? Quizás esté celosa.
-Idiota,- Resopló Minseok. -¿Quién podría enamorarse de Jongdae?
Jongdae a su lado asintió. -Exacto, ¿quién...? Oye...
-Aunque la parte de la edad es muy cierta, Minju nunca mencionó que sus conocidos comentaran sobre mí.
Jongdae le asestó un golpe en la cabeza a Sehun. -Deja de meter ideas tontas en la cabeza de la gente, este superbobo seguramente enloquecerá si continúa dándole vueltas al tema.- Lo vio con el ceño fruncido. -Por el momento sabemos que sólo es una, podremos arreglárnosla, hemos enfrentado peores.
Supuso, después de casi atraparla las bromas de mal gusto cesaron sospechosamente, ¿se habría amilanado? Las palabras de Jongdae lo relajaron bastante, a pesar de la costumbre había comenzado a acumular algo de tensión debido a los recuerdos que toda la situación acarreaba, siempre lo tenía a su lado junto a los demás, temer no era una opción, pero ¿qué la conectaría con él? No conocía a ninguna mocosa de primero además de su hermana, ¿sería alguna amiga suya? ¿Por qué estaría tan enfocada en molestarlo? Quizás Sehun tuviera razón, bromeó antes con la idea de que estuviera enamorada de Jongdae, pero no era algo imposible, después de todo fue uno de los pobres diablos que cayeron en sus redes.
Lee Ohn es una chica popular y súper hermosa que también quedó prendada de él en su momento, ¿por qué no podría haber más por ahí que no conociera? Jongdae tenía esta costumbre de ser como un héroe cool y gentil sin darse cuenta, tal vez la ayudó de forma desinteresada alguna vez en el pasado y eso bastó para plantar las raíces de un futuro platónico. ¿Y si la chiquilla lo siguió hasta ese instituto a propósito? Pero nadie además de los chicos sabía que estaban saliendo, entonces la teoría de Sehun perdía sentido... ¿Lo habrá descubierto por su cuenta? ¿Cómo? Tal vez Minju abrió su bocaza, no sabía si eran compañeras sin embargo.
-¡Ah, me voy a quedar calvo!
La cafetería quedó en suspenso después de su llamativa exclamación en medio del almuerzo, se hundió en su asiento de inmediato sintiéndose acalorado por la vergüenza. Eso le pasaba por crear boicots en su propia contra, ¿algún día su cerebro dejaría de funcionar con autonomía? Lentamente el sonido se abrió paso de la mano de charla incomprensible y charolas chocando entre sí, y pudo respirar con más calma.
-¿Qué fue eso?
Dirigió una lenta mirada a Jongdae a su lado, todo esto era su culpa, ¿por qué tenía que ser tan endemoniadamente propenso a hacer que la gente se enamore? Deberían volverlo algo ilegal.
Este se encogió ante sus afilados ojos, frunció el ceño y activó su modo de defensa. -¿Q-q-qué? ¿Por qué me observas con rencor? ¡Aún no he hecho nada!
Minseok suspiró y agachó su rostro, por supuesto que Jongdae no tenía nada que ver, no debía cargar a la gente con el producto de su incansable y autodestructiva imaginación. Repentinamente le llegaron en crescendo retazos de las conversaciones que estaban teniendo sus amigos en frente y se sintió estúpido, ¿qué hacía perdiendo el tiempo con tonterías cuando podía enfocarse en sus personas más queridas? Eso curaría su mente traicionera... O al menos lo anhelaba. Formó una pequeña sonrisa en sus labios y elevó gradualmente la mirada, oiría que locuras ocupaban ahora y se uniría a la conversación con algún comentario gracioso, entonces las cosas fluirían otra vez.
Pero una mano salió de la nada y redirigió su atención, Jongdae la posó sobre la cima de su cabeza y giró su rostro en su dirección, lo tomó por sorpresa chocando sus frentes y su mirada directa a los ojos le atravesó el cuerpo de forma certera.
-Deja de pensar.- Le susurró, su aliento tibio le acarició la piel. -Sólo mírame a mí, por algo me tienes aquí.
En esos momentos se le pasó fugazmente la idea de que Jongdae no estaba considerando que estaban en mitad de la escuela con cientos de estudiantes maliciosos alrededor, también que sus amigos probablemente estuvieran viéndolos como si fueran la telenovela de la tarde, pero nada tuvo la relevancia suficiente como para alejarlo. Diablos, quería besarlo, pero le tocaba resguardarse por el momento; tomó la mano que lo sostenía y le dejó un pequeño beso en la palma, entonces le sonrió con pena.
-Lo siento.
En ese mismo instante le recorrió un frío desde la nuca hasta la base de la columna, volteó a la velocidad de la luz, mas lo único que encontró fue a su hermana riendo junto a un tumulto de amigas. Ella también lo enfocó y le sacó la lengua con una expresión burlona. ¿Fue su imaginación o de verdad alguien estuvo observándolos? Lo peor fue la situación algo comprometedora en la cual estuvieron sumidos en ese momento.
-¿La ves por alguna parte?
La voz de Jongdae lo trajo de nuevo al planeta Tierra. -No, creo que fue cosa mía.- Meneó un poco la cabeza.
El otro no necesitó decirle más nada, sólo cogió su mano por debajo de la mesa y no lo soltó por el resto del almuerzo. Le agradeció internamente y con un apretón, ese agarre le impidió ir demasiado lejos con sus pensamientos, funcionó como ancla.
En algún momento olvidó ser discreta y comenzó a dejarse en evidencia de una forma torpe, incluso Minseok pensó de forma inoportuna que, de cierto modo, era algo adorable. A esas instancias ya todos la habían visto, estaban seguros de que era de primer año y ya no sólo él sentía sus miradas, era evidente que estaba siguiéndolos y tenía sentido que su aparición coincidiera con los acosos. En más de una ocasión Jongdae quiso emboscarla, pero fue frenado por su novio en todas, solían discutir cuando eso pasaba, al final no le quedaba más opción que obedecerlo.
-Es sólo una niña, déjala, ya se le pasará el enamoramiento.
-¿Esperarás a que pase algo grave para actuar?- Le había espetado con enojo.
Minseok lo había mirado de reojo con las mejillas ligeramente azoradas. -¿No me dijiste que sólo te viera a ti? Ya no me importa lo que tenga en mente una desconocida.
No había nada que Jongdae pudiera hacer ante tales alegaciones aunque quisiera, lo avergonzaba y a la vez lo llenaba de una emoción infantil cada cosa que salía de su boca. Día a día descubría que Minseok era un chico de mentalidad bastante simple si se lo conocía bien, siempre estaba preocupado de usar las palabras correctas para rescatarlo de ese pozo oscuro en el cual se resguardaba cuando las cosas se salían de lugar, pero sólo bastaban un par de líneas para hacerlo volver en sí. A veces sentía muchos celos de su fortaleza, a pesar de las adversidades lograba recomponerse en un parpadeo.
-¡Minseok sunbae-nim!
-Ugh.- Minseok frunció el ceño al enfocar a su hermana. -¿Qué te pasa? No me llames así.
Ella se removió de forma linda. -¿Sabes? Tenía pensado ir con mis amigas a comer pastel a una bonita cafetería hoy.
Alzó una ceja en su dirección, las clases habían terminado y todos sus amigos observaban la escena con curiosidad. Conocía demasiado bien al pequeño demonio que tenía adelante y nunca era agradable a menos que quisiera algo, en realidad se convertía en toda una aduladora.
-¿Y?
Minju batió sus pestañas. -¿No le prestarías algo de dinero a tu hermanita preciosa?
Se cruzó de brazos con una malévola sonrisa. -¿Y a cambio que obtengo?
-¡Mi amor incondicional!
-Paso.
Dan Bi se rio ante los pataleos infantiles de Minju y se acercó a ella para acariciar su cabello como si se tratara de un tierno cachorrito. -Vamos, Min, mira esos ojitos, es imposible decirle que no.
Minju le enseñó un puchero junto a unos ojos brillosos igual de grandes que los suyos, y no pudo evitar un gesto de desagrado, detestaba cuando hacía eso. Sin una palabra y entre gruñidos inentendibles rebuscó en su mochila para sacar su billetera, la menor se puso a saltar entre exclamaciones alegres mientras Dan Bi aplaudía a su lado con entusiasmo, ¿qué demonios?
Alejó los billetes antes de que pudiera tomarlos. -Harás la cena en mi lugar por dos semanas.
-Que sea una e iré a comprar al supermercado cuando te toque a ti.
-Hecho.
-¡Bien!- Le arrebató el dinero de la mano con una extensa sonrisa triunfadora.
Minseok suspiró mientras guardaba su cartera, en realidad no le importaba darle dinero, pero molestarla era una costumbre adorada, no podía evitarlo cuando veía su cara. Alguien la llamó en la lejanía mientras tanto, no le prestó atención, quería irse a casa para continuar viendo la serie que dejó inconclusa el fin de semana, pero una presión repentina alrededor de su brazo lo tomó por sorpresa. Giró hacia Jongdae y discernió su mirar fijo más allá, una muchacha corría hacia ellos.
-¡Nika!- La recibió Minju. -Conseguí dinero, podremos ir con las demás.
Minseok frunció el ceño ante la visión, se trataba de una chica bastante alta, sus ojos tenían una forma extraña atractiva y un lunar vistoso decoraba una de las comisuras de sus labios, pero sin dudas lo más llamativo era su cabello: corto y lleno de rulos.
Sus ojos duplicaron el tamaño cuando la señaló sin reparos. -¡Tú!
-¡Eh!- Ella se sonrojó furiosamente.
-¿Mm?- Minju vio de uno al otro con intriga. -¿Se conocen?
La pequeña desconocida los observó a todos desde su lugar con una expresión que claramente indicaba que deseaba que la tierra se la tragase, apretó los pliegues de su falda entre las manos y agachó su rostro, abochornada. El tiempo pasó en medio de un incómodo silencio, la observaron esperando algo, lo que sea, algún tipo de agresión, declaración de guerra o que simplemente huyera, la expectativa los poseyó por completo hasta que los sorprendió alzando una mirada llena de determinación.
-¡Sunbae!- Sonó su voz temblorosa.
Minseok pegó un respingo y ocultó a Jongdae detrás suyo por inercia, Sehun frotó sus manos con entusiasmo y codeó a Sei repetidamente haciendo que esta se corriera del lugar con fastidio.
-Aquí viene.- Murmuró sonriente.
Pero la muchacha ni siquiera se dio cuenta de la existencia de Jongdae porque sus ojos sólo podían enfocar a Minseok, se acercó a este al punto de casi invadir su espacio personal y la intensidad de su mirada lo hizo sonrojar sin quererlo.
-¡Minseok sunbae!- Volvió a gritar en su cara.
-¡S-sí!- Tartamudeó como un idiota.
Entonces ella se alejó y le hizo una exacerbada y formal reverencia de noventa grados, a esas instancias nadie entendía lo que estaba pasando y el silencio perduró debido a eso.
-¡Jung Nika para servirle! ¡Déjeme expresarle mi más sincera admiración!
La sonrisa de Sehun se borró de a poco mientras Sei arqueaba una ceja y Dan Bi apretaba sus labios para evitar decir algo inoportuno, Jongdae que había simulado estar bastante sereno hasta el momento frunció el ceño como si estuviera ante algo incomprensible, y Minseok entrecerró los ojos sin terminar de captar lo qué pasaba. Minju se metió en la escena y continuó viéndolos con curiosidad.
-¿Admiración? ¿Hacia él?
La llamada Nika se irguió nuevamente haciendo que sus rulos saltaran y despeinándola más en el proceso, su tez estaba más enrojecida que antes aunque era imposible adivinar si era por la vergüenza o por la cantidad de sangre que había subido a su cabeza durante esa larga reverencia.
-¡En estos momentos me declaro oficialmente su más grande fan!- Volvió a exclamar tan rígida como un robot, se notaba la tensión acumulada en sus hombros y Minseok sintió una obvia simpatía hacia ella.
-Oye,- Se abrió paso entre el silencio con delicadeza. -Hum... N-no tienes por qué...- Revoleó sus ojos por el lugar buscando qué decir. -Perdón, pero ¿por qué exactamente eres mi fan?- Sonrió con torpeza.
-¡Por sus dibujos, por supuesto!- Dio un tieso asentimiento. -¡Tengo todas las ilustraciones en las que ha trabajado, incluyendo el manhwa tan espectacular que ha llevado adelante!
Él se rio con la misma pena. -No soy tan genial, ¿sabes?
-¡Lo es, totalmente, para mí lo es!
Minseok se sentía demasiado avergonzado a decir verdad, pero cuando la miró directamente a los ojos pudo darse cuenta fácilmente de que no estaba bromeando, entonces todos los vellos de su cuerpo se erizaron ante la certeza, ¿en verdad esta chiquilla estaba así por su causa? Lo que lo llevaba a otra pregunta importante: ¿merecía tal muestra de fanatismo? Siempre estuvo satisfecho con sus trabajos, pero nunca se consideró fuera de lo común... Ah, ¿qué debía hacer? Ella seguía viéndolo con un brillo esperanzador, como si estuviera observando a su héroe, esa sensación lo asustó y le causó a la vez un placer inimaginable.
Quizás optar por ser positivo por una vez no estaría mal, no le había ido nada bien antes siendo tan autodestructivo.
-Hum, mucho gusto, Nika ssi.- Le extendió una mano.
Ella sonrió por primera vez y pareció tremendamente aliviada. -¡El gusto es mío, sunbae-nim!- Aceptó el saludo con energía.
Para Jongdae, la visión de sus manos unidas se igualó en su cabeza a una promesa extendida en el futuro, y sin tener una respuesta clara todas sus alarmas se activaron. En el momento sólo pudo fruncir el ceño y entrecerrar los ojos con una extraña sensación de inquietud revolviendo sus entrañas, ¿debería hacerle caso?
A pesar de que nunca fue tan intuitivo como su novio...
¡Hola a todxs! ¿Les soy sincera? La única verdad es que lxs extrañaba demasiado :(. Me tendrán que perdonar, aún no acabo el último arco aunque si escribo todos los días para no perder ritmo.
Aun así quería volver a leerlxs, así que les regalo este pequeño capricho mío, el primer capítulo para que esperen con más ganas un poquito más. ¡Ya falta poco para las actus seguidas!
Por fin voy a poder escribir más acerca de Minju, tendrá bastante participación en este arco y... ¡Oh! ¿Personajes nuevos? Soy arriesgada, así que la introduje al final (?).
👉 Por cierto, creo que está de más avisar esto, pero a raíz de los comentarios horribles hacia Lee Ohn en el segundo arco, ya saben que cualquier agresión o desubicación va a ser eliminada y bastante repudiada por mí.
¡Bien! Disculpen por mantenerlxs aquí tanto tiempo, sólo quería volver a verlxs ❤. Espero que se encuentren bien, Morgan les estrega mucho amor. ¡Nos leemos pronto! Gracias por estar aquí conmigo una vez más.
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