XII
Minseok se balanceaba de atrás hacia delante sobre sus talones en lo que aguardaba a que Luhan terminara de formarse una opinión sobre los bocetos rápidos que había hecho la noche anterior, después de trabajar en el final de uno de los capítulos del tomo de ese mes. Estaba sintiendo el cansancio, pero no le prestaba mucha atención, no había otra cosa que pudiera hacer. No sabía el porqué de su nerviosismo, quizás fuese debido a que Luhan inspeccionaba el dibujo con ojos críticos y ávidos, le estaba agregando más presión de la debida a un asunto sobre el cual no estaba tan confiado como creyó estarlo en un principio.
-Brillante.
Parpadeó cuando salió de su cabeza. -¿Disculpe?
Luhan le devolvió su cuaderno de bocetos con un gesto de sorpresa, un poco de admiración quizás. -Lo has hecho muy bien... Eh...
-Minseok.- Se apresuró a contestar ante su deje. -Kim Minseok.
-Bueno, Minseok ssi, espero que logres plasmar esto mismo en aquella pared.
Fue a tomar su cuaderno con ambas manos, pero Luhan lo alejó antes de que pudiera hacerlo. Volvió a mostrar ese recelo en sus ojos.
-Me dijiste que eres dibujante, ¿no? ¿Alguna vez has hecho una ilustración tan grande?
-No.- Admitió en un murmullo, era justo eso lo que le ponía tan ansioso. Echó un vistazo al muro detrás de ellos. -Pero supongo que no será complicado, con una producción a escala de la versión final... Puedo medir las distancias y ubicaciones de varios puntos del dibujo y luego trasladarlos a la pared.- Rascó su nuca, no muy convencido.
Luhan ahora pareció tenerle lástima. -Como digas.- Le entregó de una vez el cuaderno. -Esfuérzate.
-Claro.
Suspiró y comenzó a trabajar. Tenía el mismo dibujo que le mostró a Luhan dividido en secciones exactas, si lo llevaba a la pared con la misma proporción, pero en diferente tamaño, luego sólo tendría que dibujar lo que hubiera dentro de cada cuadrado. Era pan comido... Esperaba. Usó un metro para medir las distancias y cinta fina de papel para trazar las líneas, estaba en mitad de eso cuando Jongdae apareció portando una media sonrisa engreída.
-No puedo creer que en serio lo harás. Tienes coraje.
-Será tan asombroso que te haré callarte la boca de una buena vez, te lo aseguro.- Advirtió desde arriba del andamio.
Jongdae continuó sonriendo. -Cierto, es tu trabajo... ¿Hace cuánto lo haces?
-Algunos años.
-¿Cuándo estudiaste?
-Empecé de niño a tomar clases, luego fui perfeccionándome. También aprendí a utilizar acuarelas.
-¿Siempre supiste que querías dibujar?
-No, al comienzo tomé algunas lecciones de piano, pero mi vena artística iba hacia otro lado.- Dio un salto desde donde estaba y sacudió sus manos cuando estuvo en el suelo, lo miró con intriga. -¿Qué con las cien preguntas?
Jongdae se encogió. -Me sigue pareciendo curioso.
-Bueno, eso es raro.- Alegó. -Algún día tú también tendrás que trabajar haciendo lo que amas.
No le contestó, sólo quedó viendo la pared de forma inexpresiva. No le prestó mucha atención y trepó por la escalera para subir al tablón otra vez.
-Vi por Internet los avances de la nueva película de Star Wars.- Le dijo luego de un rato.
-Oh, Dios, sí.- Jadeó Minseok desde arriba. -Fueron maravillosos, no puedo esperar a que se estrene.
-¿Irás a verla?
-No.- Contestó con obvia resignación. -No tengo dinero para el cine, aún no me pagan... Cómo desearía poder estar en el preestreno.
Jongdae seguía viéndolo en silencio cuando Luhan llegó.
-¡Minseok ssi, no vayas a caer o me demandarán!
Risas escurridizas se oyeron desde arriba, Minseok estaba más allá así que no se lo podía ver.
-¡No se preocupe, sunbae-nim! ¡Seré cuidadoso!
Siguieron hablando de algunas cosas más y Jongdae se retiró en silencio, no sin antes darle un corto vistazo a Luhan.
Al cabo de unos pocos días Minseok ya tenía la base del dibujo plasmado en la superficie blanca y ahora sólo le restaba usar la pintura adecuada para que cobrara vida. Al final no había sido tan complicado y estaba resultando más rápido de lo que imaginó. Había bajado y subido del andamio mil veces para ir al otro extremo del salón y estudiar desde la distancia si estaba haciendo un buen o un mal trabajo, se decidió por la primera opción. Un artista primero debía enamorarse de su obra, luego vería si les gustaba a los demás.
Aunque lo más importante de todo era complacer al presidente.
-¡Wow! ¡Minseok ssi!- Exclamó Luhan, admirando con una enorme sonrisa el comienzo de una elegante pintura. -¡Está quedando increíble!
Minseok saltó de la escalera con una sonrisa también, portando un delantal blanco que por la pintura ya no lo era tanto.
-¿Usted cree?- Se posó a su lado para observar junto a él.
-¿Bromeas? ¡Te subestimé completamente! El boceto me había gustado mucho, pero jamás creí que los transfirieras tan bien... Y deja de tratarme de usted, me haces sentir viejo y sólo soy un año mayor.- Lo golpeó amigable en un hombro.
-Está bien... Hyung.- Lo vio poner los ojos en blanco y rio un poco. -Siendo sincero no creí que saldría tan bien, pero me he superado.
-Déjame pagarte, todavía tengo el dinero que le prometí al pintor anterior.
-Oh, no, no me sentiría cómodo.
-Por favor.- Le tomó ambas manos y le sonrió suavemente, de repente se sintió nervioso porque Luhan era mucho más lindo de cerca sin dudas. -Eres un profesional, no aceptaré que sigas sin ser recompensado, ¿está bien?
Asintió de forma enérgica, viéndolo a los ojos directamente temía ser hechizado de alguna manera por su encanto, así que se alejó rápido... Le iban a pagar, tendría dinero extra ese mes.
Jadeó. -Podré ir al preestreno.- Susurró.
Estuvo a punto de saltar de emoción cuando se le ocurrió algo que lo dejó pensativo... ¿Debería invitar a Jongdae? Era probable que se le riera en la cara ante la proposición y le dijera que jamás iría a ver una película para niños, pero quizás le siguiera el juego y terminaran yendo juntos. Enmarcó sus mejillas y mordió su labio, un tanto avergonzado por tener tales pensamientos, pero supuso que cuando se tenía un amigo debías invitarlo a cosas así. No tenía idea. De todas formas las entradas seguramente se habrían agotado ya, así que era en vano cavilar demasiado.
Estaba en medio de lamentaciones y confusión cuando el rostro de Jongdae se le apareció en primer plano.
-¿Estás pensando? ¿No te duele?
Enseñó los dientes y atinó a golpearlo, pero él se alejó a tiempo.
-Ten cuidado con lo que haces, Minseok, no te conviene herir a la persona que tiene... ¡Esto!- Sacó un boleto de su bolsillo como si se tratara de magia.
Minseok frunció el ceño y se acercó para ver de qué se trataba, sus ojos formaron dos orbes perfectos cuando leyó el papel.
-¿¡Irás al preestreno de Star Wars!?- Quiso arrebatarle la entrada, pero Jongdae la alejó antes de que pudiera.
-¡Ah! Iremos.- Corrigió sonriente antes de hacer aparecer otra.
Tuvo que contener sus chillidos de emoción antes de ridiculizarse todavía más. Jongdae ahora sí permitió que le robase la entrada, sonreía incontenible en lo que veía cómo el otro ojeaba y reojeaba y volteaba el pedazo de papel como si tuviera algo más que lo obvio, su entusiasmo era contagioso.
-Las conseguí por los pelos.- Dijo. -No quedaban muchas, me atrevo a decir que me llevé el último par.
-Jongdae...- Susurró Minseok, casi sin palabras. Seguía viendo la entrada como si no fuera real. -Yo... De-debo devolverte el dinero de mi parte.
Rodó los ojos. -No dramatices, es una tontería. Además no lo necesito.
-Pe-pero esto debió costarte una fortuna y...
Le tomó las mejillas con una mano y se las apretó con fuerza, dándole una apariencia graciosa. -Cállate. Qué insoportable, te dije que no.
Lo soltó y dio un traspié, algo torpe. Lo miró con una mezcla extraña y nueva de timidez y alegría, no terminaba de entenderlo muy bien, pero antes al parecer no había estado tan errado en su intención de invitarlo. Ahora sabía que no tendría que tener dudas la próxima vez que quisiera regalar algo a un amigo.
-¿En serio asistirás a una función de Star Wars?- Cuestionó divertido y con una ceja alzada.
Se encogió de hombros. -Será interesante, procuraré no provocar a posta. No iré con el uniforme de la Flota Estelar, lo prometo.
-¿Tienes un uniforme de la Flota Estelar?
-¿Cómo crees? Son mis pijamas desde sexto.
Rio y se lo quedó viendo. -¿En serio vendrás conmigo?
-¿Con quién más lo haría, tontito?- Le palmeó un par de veces la cabeza como si se tratara de un cachorro y se fue.
Minseok siguió viéndolo aun en la distancia, demasiado atontado para su propio bien. Reaccionó cuando oyó un fuerte carraspeo detrás y giró para encontrársela a Dan Bi, sonriendo pícara y de brazos cruzados.
-Así que...- Se acercó lento. -¿Saldrán juntos?
Aclaró la garganta y volvió a la normalidad. -Así parece.
-Ajá.- Asintió sin dejar de mostrar esa extraña expresión que lo hizo sentir nervioso.
-¡Dan Bi!- Oyeron el llamado lejano de Lee Chong Yul en la entrada del salón.
Ahora fue Minseok quien sonrió travieso. -Te espera incluso después de clases, es todo un príncipe.
-Salvo que yo no deseo ser ninguna princesa.- Advirtió ella con diversión mientras se iba.
-Oye,- La frenó. -Sea lo que sea que suceda contigo, ¿sabes que puedes confiar en mí, verdad? No soy Jongdae, pero quiero ser un buen amigo también... Aunque no tenga mucha idea de cómo hacerlo.
Dan Bi le sonrió con dulzura y le enmarcó una mejilla con cariño. -Min, tú ya eres un buen amigo. Y... Lo tendré en cuenta, cuando llegue el momento me escucharás, ¿verdad?
La vio titubear y aunque le llamó la atención le asintió para no volverla más insegura. De todas formas sabía que no podía haber nada malo con ella, Dan Bi era un ángel. De camino al lugar en donde Chong Yul aguardaba, se cruzó con Jongdae que acababa de ayudar a ordenar algunas cosas junto a Sei Ah.
-¡Bi!- La llamó, ella lo miró. -¿Podemos hablar?
Parecía afligido y Dan Bi hizo una mueca, las cosas entre ellos no habían estado bien últimamente y la relación no era la misma; le dolía el alma por eso, Jongdae era de las personas que más amaba.
-¿Ahora?- Murmuró echando un rápido vistazo a la entrada.
Jongdae discernió a Chong Yul apoyado contra la pared al lado de la puerta, esperando... Toda una vida.
-Es justamente eso de lo que quiero hablarte.
Ella suspiró. -¿Otra vez intentarás convencerme de que lo deje? No haré caso, lo sabes.
-No, no quiero eso, yo...- Peinó sus cabellos hacia atrás con ansiedad. -¿Le has preguntado a él lo que opina al respecto? No de... ti, sino de la situación en la que ambos están.
Negó. -Me tendrá paciencia.
-No por mucho. Lo oí en los vestuarios, es posible que pronto acabe con todo por las buenas, sólo no quiero que salgas herida.
-No lo haré, yo... Yo quiero estar con él el tiempo que sea, no importa cuánto.
-Sabes que la opción de cambiar las cosas está en tus manos, Dan Bi.
Comenzó a alejarse cada vez más con la intención de no oír lo que tenía para decir y sabía que era verdad.
-¡No puedo ahora!
-¡Dan Bi!- Jongdae dio un paso en su dirección, en vano puesto que ya había llegado al lado del otro.
******
El estornudo de Minseok debió haberse escuchado hasta en el Polo Norte.
-Salud.- Dijo Jongdae.
-Gracias.- Balbuceo él secando su nariz goteante en lo que continuaba pintando el mural.
Sehun silbó con admiración al observar su obra. -¡Estás haciendo un gran trabajo, Minseok!
-Gracias.- Repitió un tanto ido.
-¿Estás decaído o es mi imaginación?- Frunció el ceño Jongdae.
-Tu imaginación, por supuesto.- Respondió con un suspiro.
-Ah, ¿disculpen?- Se acercó con titubeo una muchacha. -¿Ustedes conocen a Sei Ah ssi?
-Podría decirse.
-Ya veo.- Tamborileó un dedo sobre su quijada. -¿Podrían preguntarle si puede traer algunos adornos de la sala de maestros?
Los chicos se vieron entre ellos con curiosidad.
-¿No puedes pedírselo tú?
-Bueno...- Rascó su nuca con una risa nerviosa. -No parece ser muy sociable...
-Te da miedo.
-Y mucho.- Aceptó afligida. -Los únicos que le hablan son ustedes, el resto no se le acerca. No después de eso.
-¿Eso?- Se acercó Sehun con ganas de chismosear. -¿Qué es eso?
La chica se acercó con intenciones de que sea secreto, aunque siendo un chisme era obvio que no lo era.
-Amenazó a una muchacha con matarla a golpes.- Susurró. -Por eso está castigada.
-¿Se sabe por qué lo hizo?- Preguntó Jongdae.
-No exactamente. La chica dice que sólo intentaba hablar con ella normalmente cuando se puso violenta, tuvo que avisar a los directivos por lo aterrada que se sintió.
-Basura.- Se lo escuchó a Minseok, los otros tres levantaron la mirada hacia el tablón donde se encontraba. -Pura basura, lo aseguro.
-¿Cómo lo sabes?
-Porque a la gente le gustan las fábulas y el drama.- Explicó con tranquilidad, terminó de delinear un pétalo perfectamente antes de agacharse y mirarlos. -Cuando se sienten aburridos gustan de inventarse historias. Sólo por diversión, malicia o, en este caso, por conveniencia.
-¿Entonces confías en ella? A mí se me figura muy peligrosa.
Minseok observó a Sei Ah desde allí, estaba terminando de pegar algunos carteles sola. Se encogió de hombros.
-Sólo sé que he estado en su situación y te aseguro que no es un día de campo.- Volvió a mirarla. -En su lugar no quisiera ser juzgado por algo que en realidad no hice.
Sehun se encogió con liviandad. -A mí me agrada que sea una chica mala, supuestamente yo soy un chico malo. Quizás creyó que esa otra se merecía ser golpeada, ¿no lo pensaron?
La muchacha lo miró con creciente miedo, pareció darse cuenta sólo entonces de que había estado hablando con Oh Sehun, el chico que vivía en detención por causar serios problemas. Negó un tanto, pensando que la violencia no sería nunca una buena respuesta a nada, pero guardándose su opinión por las dudas. No era opción entrar en conflicto con una persona así.
-¡Oh! Hablando de Roma.- Anunció Sehun cuando vio pasar cerca a la susodicha. -¡Oye, Sei! ¿Podrías ir a buscar adornos a la sala de maestros?
Ella lo miró con el ceño fruncido. -¿Por qué estás hablándome y por qué me inventas apodos? Es asqueroso.
Sehun no titubeó en su sonrisa ni un poco. -Por si no te has dado cuenta la gente no quiere hablarte porque tienes una actitud de mierda. Pareces un ogro rondando por su pantano.
-¿En serio? ¿Justamente tú estás sermoneándome por eso?- Resopló. -Iré a la sala ahora.
-¡Intenta no matar a nadie en el camino! ¡Y yo soy un encanto a diferencia tuya!- Le gritó.
Sei Ah sólo le enseñó el dedo medio como respuesta cosa que hizo reír a los tres, la otra muchacha por su lado parecía estar aún más horrorizada que antes. Se fue sin una palabra más.
-De todas formas me intriga saber qué tipo de persona es.- Mencionó Jongdae después de un rato.
-¿Ustedes no tendrían que estar haciendo algo? ¿Lo que sea?- Dijo Minseok volviendo al trabajo. -Si Luhan hyung los ve de vagos se alterará otra vez.
Jongdae le arqueó una ceja. -¿Hyung? Vaya, se han vuelto cercanos.
-Tomamos el té todas las tardes y hasta me deja alimentar a sus peces.
Rodó los ojos cuando empujó a Sehun para continuar ayudando.
******
Al otro día se armó revuelo durante el descanso.
No tenían idea de lo que pasaba, comenzaron a oír a los demás estudiantes susurrar de forma poco disimulada y a verlos cruzar corriendo el pasillo hacia un área cada vez más concurrida. Naturalmente se acercaron con sigilo al lugar, demasiado curiosos por lo que sea que estuviera pasando. Sehun los interceptó a medio camino y les urgió que apuraran el paso porque supuestamente "estaba seguro de que algo increíble sucedería en poco". Cuando se abrieron paso entre el tumulto se dieron cuenta de que estaban ante otra de las tantas situaciones desagradables que desafortunadamente debían presenciar de vez en cuando: en un casillero estaba escrito de forma vistosa la palabra BALLENA. Mientras algunos jóvenes se reían y hacían burla de ello, a un costado había una muchacha rechoncha y de mejillas redondas llorando.
Sei Ah estaba en primera fila observando junto a ellos.
Una chica bastante alta, tanto como ella, carcajeó junto a otras mientras sacaba su celular y comenzaba a sacarle fotos al casillero arruinado. Minseok y los demás fruncieron el ceño ante tal despliegue de discriminación y estuvieron a un segundo de meterse y actuar en consecuencia, si no fuera porque Sehun los frenó; sólo entonces se dieron cuenta de que Sei Ah había dado un paso al frente por propia cuenta.
-Oye, Kyu Hee.- Llamó con rostro inexpresivo.
Cuando la chica del celular se dio vuelta recibió un puñetazo tan duro en medio de la cara que cayó al suelo de bruces atontada y sangrando. Todos ahogaron un grito y comenzaron a farfullar sin parar, el alboroto fue mayor que antes. Dan Bi vio alrededor con los ojos como platos y se adelantó para tomar a Sei Ah de la muñeca.
-¡Corran!- Exclamó.
Sólo eso bastó para que los chicos las siguieran. Los cinco corrieron por toda la escuela sin parar ni ver hacia atrás hasta llegar a un lugar recóndito detrás del salón de música, cruzando el patio trasero desierto por fortuna. Se tomaron largos segundos intentando recuperar el aliento. Dan Bi y Sei Ah se vieron al mismo tiempo.
-Antes aprendí que lo mejor es huir rápido de la escena del crimen.- Admitió entre jadeos.
Sei Ah le sonrió de medio lado como respuesta.
-¡Les dije!- Exclamó Sehun. -¡Les dije que algo increíble sucedería! ¡Lo vi en sus ojos! Ese puñetazo fue de puta madre, Sei, de seguro le habrás roto la nariz o desviado el tabique.- Dijo con entusiasmo.
Dan Bi entrecerró los ojos, contrariada. -No sé si debamos festejar algo como eso...
-Descuida, se merecía mucho más.- Murmuró la otra.
Minseok miró sonriente a Jongdae.
-¿Se fue la intriga ahora?
Le obsequió otra sonrisa. -Al menos me quedó claro que es mucho más de las mías sin duda.
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