XI

-¿Y salieron corriendo? ¡No puedo creerlo!

Otra tanda de risas contagiosas se hizo escuchar, probablemente, hasta en los lugares más recónditos de la escuela. Descubrieron de una forma extraña que el muchacho "rudo" que los aterrorizó sin querer hasta temblar, era alguien torpe y tonto hasta bordear lo adorable... Más allá de adjudicarse el hecho de casi matar a alguien por haberlo molestado, si no se pensaba mucho en el asunto hasta te daban ganas de abrazarlo.

O algo así...

-Jongdae dijo que corriéramos, yo sólo seguí su consejo.

Este lo vio con ironía. -No quieras echarme toda la culpa, estuviste más que de acuerdo con el plan. Sobre todo, sospecho, después de que ese gorila te corriera la mandíbula de lugar.

-¿Los golpearon y no hicieron nada más que correr?- Cuestionó el otro con los ojos enormes, oyendo con atención todo el relato de cómo casi los desfiguran.

-Soy un estereotipo.- Argumentó Jongdae. -Un cerebrito con poca resistencia física, y lo acepto. Se trata de supervivencia.

Minseok entrecerró los ojos. -No sé si eres un patán por considerarte brillante o muy prudente por saber que no ganarías.

-Soy práctico, eso es todo.

El chico parpadeó varias veces en su dirección. -¿Qué es un estereotipo?

Tampoco era muy brillante, pero era parte de su encanto. Lo primero que había hecho había sido sentarse junto a ellos sin permiso y comenzar a hablar de muchísimas cosas sin parar. A Minseok le pareció alguien solitario al instante por lo que dejó su prejuicio de lado e intentó ser amigable, al poco tiempo descubrió que no era tan difícil ni tenía que fingir cortesía, el chico ni siquiera era agresivo sino todo lo contrario. A Jongdae le pasó lo mismo y Dan Bi se llevó bien con él desde el comienzo, pero ella fue buena con todo ser viviente desde siempre. Los profesores aún no llegaban y no tenían nada más que hacer que hablar entre ellos.

Salvo una. Ice Queen se mantuvo alejada y callada todo el rato, viendo a la nada a través de la ventana. Minseok la observó de reojo mientras conversaba con los otros; cuando se decidió a hacer algo, Dan Bi se le adelantó.

-Hola.- Le sonrió cuando estuvo a medio metro de ella.

La chica le dirigió su gélida mirada, estaba apoyada en el marco de la ventana de brazos cruzados y aun en su posición relajada seguía pareciéndole un miembro de la realeza.

-Hola.- Le contestó. Eso lo sorprendió, dada su aura poco amigable creyó que no contestaría.

-¿Por qué te castigaron a ti?

-Supongo que fui demasiado con una estudiante en especial.- Se encogió con indiferencia y volvió a ver hacia afuera.

-Oh...- La otra se retrajo un tanto. -Soy Dan Bi por cierto.

Le regaló un asentimiento a modo de saludo. -Sei Ah.

-¿Lograste que hablara?- Exclamó sorprendido el otro, acercándose a ellas. -Porque a mí no me dijo nada de nada, pensé que era muda.

-Hablo con quien se me da la gana.

-Oye, eso es rudo, ¿qué tengo de malo?

-¿Tu fama, quizás?

Le sonrió grande, como si le importara tres patatas lo que dijeran de él. -Oh, pero he oído de ti, Choi Sei Ah, tampoco tienes buena reputación, ¿lo sabías? Así que creo que puede ser otra cosa.- Echó un vistazo a Dan Bi antes de ladear su rostro. -¿Te gusta ella, quizás?

-Eso sería interesante.- Admitió Minseok de observador junto a Jongdae, quien sólo se limitó a hacer un gesto.

-¡Eh!- Se sonrojó Dan Bi, pero Sei Ah mantuvo su temple.

-Al menos sé que la prefiero.

El otro hizo un puchero. -Qué mala eres, no te he hecho nada.

-Supéralo.- Sei Ah clavó los ojos en Minseok una vez más. -Tú eres Kim Minseok, ¿no es así?

-Hum... Sí, nos hemos visto antes, creo.- Le sonrió con torpeza.

Se le acercó y lo observó de cerca, poniéndolo muy nervioso. Le entrecerró los ojos, como si desentrañara algo en su cabeza.

-Eres el supuesto asesino.

-¡No jodan! ¿Tú eres ese Kim Minseok?- Se adelantó el otro con gran entusiasmo. -¡Oh, Dios! ¡Qué bueno conocerte! He deseado hacerlo desde que comenzaron a hablar sobre ti.- Le tomó una mano y la agitó con emoción.

-Ah...- Minseok estaba tanto incómodo como angustiado de que lo reconocieran por eso. -Lamento decepcionarlos, pero...

-No tienes ni una pizca de asesino en tu semblante.- Dijo Sei Ah, todavía viéndolo con atención.

-Quizás sea porque no es ningún asesino.- Jongdae intervino deshaciendo el agarre del otro y poniéndose delante de Minseok de forma protectora.

Sei Ah le alzó una ceja. -¿Y quién eres tú, mamá pato?

Cruzó sus brazos sobre el pecho. -Kim Jongdae para servirle, su majestad.- Respondió con sarcasmo.

-¡Y yo soy Sehun!- Se presentó el faltante por sí mismo. -¡Un gusto conocerlos a todos!

Dan Bi resopló divertida y se acercó para relajar los ánimos. -Ya, ya, no es necesario pelear. Sei Ah ssi no conoce a Minseok, pero si lo hace se dará cuenta sola de las cosas.

-No es necesario, sé que nada de todo eso es cierto.

Minseok apareció tímidamente por encima del hombro de Jongdae. -¿Lo sabes?

Resopló. -¿No vieron su cara? Este chico no mataría ni a una mosca. Créanme, lo sé.- Agitó su cabello largo y negro como la noche. -Nadie con dos dedos de frente creería semejantes tonterías.

-Aguarden, ¿entonces no es verdad?- Cuestionó Sehun con desanimo. -¡Rayos! Ya me había emocionado y todo, hasta tenía una lista mental de preguntas.

-¿Las tenías?

-Sí, pero ya las olvidé. Como sea, ¡Minseok! Cuéntame o de lo contrario moriré de la curiosidad, ¿por qué dicen esas cosas de ti si en realidad no has matado a nadie?

Abrió la boca, pero no supo muy bien cómo responderle, la historia era larga aunque no muy difícil de comprender suponía. Hizo un gesto de consideración al ladear el rostro y pensar si contar o no el origen de todo, ni siquiera Dan Bi y Jongdae sabían sobre eso.

-Pues...

La puerta se abrió de par en par para dejar pasar a un furibundo profesor que parecía a punto de explotar y echar a volar a unos cuantos estudiantes problema. Inmediatamente bajaron de los escritorios en los cuales reposaban de forma holgazana y formaron una fila delante, al menos Dan Bi, Minseok y Jongdae corrieron a hacerlo, Sei Ah se tomó todo su tiempo y Sehun ni siquiera se movió de su lugar.

El profesor no le prestó atención y los enfocó, rojo de ira. -Para cuando se recibió el mensaje de que había sido una falsa alarma, la mitad de los estudiantes ya estaba fuera del edificio. ¡La mitad!- Gritó dejando una carpeta sobre la mesa con un golpe sórdido, los jóvenes pegaron un respingo. -¿Tienen idea del escándalo que armaron? Interrumpieron toda una jornada de clases.

-F-fue un accidente, nosotros...

-No me importa.- Calló alzando una mano y fregando su entrecejo con cansancio. -Jamás lo hubiera imaginado en detención, Jongdae goon, el mejor estudiante de todos. Cuánta decepción. ¿Y usted, Dan Bi goon? Otra de nuestras estudiantes modelo.- Negó un tanto y miró a Sei Ah más allá. -Choi Sei Ah goon jamás causó revuelo y ahora está aquí por amenazar a otro estudiante.- Caminó hasta quedar frente a Minseok. -No es la primera vez que viene a parar aquí, ¿no es así? Pensamos que visitar al psicólogo arreglaría algo.

-Él no es el jodido problema.- Gruñó Jongdae.

-¡Hey!- Lo codeó Dan Bi.

El docente entrecerró los ojos en su dirección. -Le advierto, Jongdae goon, un solo paso en falso más y le dolerá despegar su trasero de esa silla para cuando acabe el semestre.- Volteó. -¿Y qué más tenemos? Oh Sehun goon, me temo que su rostro es más que conocido, quizás tengamos que hacer que sea nuevo en otra escuela.

Este le sostuvo la mirada sin mosquearse para nada y como si estuviera más que acostumbrado a que le dijeran cosas parecidas, a Sei Ah tampoco parecía importarle y los otros tres, a diferencia, estaban más asustados que nunca. Debían darle gracias a la poca experiencia lidiando con castigos en la escuela. El profesor suspiró y apoyó ambas manos sobre el escritorio, manteniendo el silencio; los observó a cada uno detenidamente antes de erguirse, esta vez con una sonrisilla que les puso los pelos de punta.

-Sé que desean de forma sincera redimirse, jóvenes, y como somos comprensivos y creemos en la reflexión, reevaluaremos los castigos. Sólo por ustedes.

Minseok miró de reojo a Jongdae y susurró. -Esto pinta mal.

-Seguro saben del festival de primavera que está a la vuelta de la esquina.- Comentó lentamente. -Los chicos están más atareados que nunca, creo que no les vendría mal un poco de ayuda.

-Yo no voy a hacer ninguna ñoñería como organizar un tonto festival escolar.- Resopló Sehun.

-Entonces recogerá sus cosas y le dirá adiós al instituto.- Dijo con un pequeño encogimiento. -Quizás a su tutor no le agrade mucho la idea de buscar otra escuela en mitad del primer semestre.

A Sehun le cambió la cara al instante y en lugar de continuar peleando, largó un taco entre dientes y desvió la mirada con molestia. Al profesor le complació ganar.

-Se quedarán todos los días después de clase ayudando en la organización y producción del festival de aquí hasta el final de la estación.

-¡Ah!- Minseok reaccionó. -Y-yo trabajo después de la escuela, no puedo repartir más mis horarios y...

Se calló cuando el mayor le dio una mirada penetrante que no admitía réplica alguna. Tragó saliva con dificultad, lamentándose mil vidas cuando el profesor levantó el índice y el pulgar de una mano y los juntó casi por completo, dejando una distancia milimétrica entre dedo y dedo.

-¿Ves esto?- Le dijo. -Es todo lo que me importan sus asuntos personales.

-¡Pero...!

-¡Ah!- Alzó una mano. -Nada. Lo hubieran pensado antes de transgredir las reglas de la escuela.

-¡Lo nuestro fue un accidente!

Volvió a sonreírles como un auténtico demonio. -Miren el lado bueno, después de esto procurarán no volver a tener accidentes. Nunca más.

******

-¡Me cago en todo!

Sehun llevaba haciendo rabietas desde que salieron de detención hasta que terminó el horario escolar y habían caminado hacia el salón de eventos todos juntos. Sei Ah rodó los ojos de brazos cruzados.

-Cállate.

-¡No quiero! ¡Quiero largarme de este lugar!- Aulló como un niño pequeño.

Minseok suspiró. -Después de estar otra vez en detención mi madre comenzará a pensar en serio que estoy con malas juntas.

-A los míos les dará un infarto.- Balbuceó Jongdae en un estado permanente de enfurruño.

-Deseo llamar yo misma a mamá.- Comentó Dan Bi por su lado, su expresión había oscilado de preocupación a pena durante todo el día.

-¡Maldito profesor Shin! ¡Viejo del demonio!

-Por favor, ¿alguien podría decirme de dónde proviene todo ese alboroto?- Dijo un muchacho de cabello claro en lo que se acercaba masajeando sus sienes. Los vio con el ceño fruncido y se detuvo en seco. -¿Quiénes son ustedes y qué hacen en mi templo sagrado?

Bueno, eso los dejó sin palabras, incluso a los más propensos a tener comentarios para todo. Una muchacha de lentes se acercó rápido y le susurró al oído.

-Son los chicos que envió en profesor como ayuda extra.

-Oh.- Alzó una ceja, viéndolos a cada uno. -La última tanda de listillos que acabaron castigados.

Siguieron sin poder decir nada y esta vez por la repentina presencia del profesor Shin que, inesperadamente, sonrió con afectuosidad al muchacho castaño.

-Luhan goon.- Saludó respetuoso.

Este le sonrió con cortesía después de una leve reverencia. -Sangsenim.

-Lamento mucho que tengas que lidiar con chicos en detención.

-No hay problema.- Los miró. -Siempre y cuando no importunen.

-Si me permites,- Se le acercó para hablarle más bajo. -Te recomiendo que tengas especial cuidado con ese.- Señaló disimuladamente a Sehun. -Sé que te dará más problemas que ninguno.

Luhan lo observó fijamente y sin miramientos, un tanto aburrido y para nada impresionado.

-Estoy seguro de que podré con ellos.- Asintió con solemnidad.

El profesor le palmeó un hombro. -Igual yo. Están obligados a cumplir, así que cualquier inconveniente que causen lo reportas al director.

Le asintió a modo de entendimiento y el mayor se fue, no sin antes darles una dura mirada de advertencia. Luhan esperó a que se fuera antes de borrar su sonrisa amable y suspirar.

-Bien, supongo que no nos queda de otra.- Comentó con resignación. -Mi nombre es Luhan y como presidente del consejo estudiantil estoy a cargo de la organización del festival de primavera y, por consecuente, obligado a que todo sea perfecto. Será el primero y el último del cual me encargue me temo, así que requiero la menor cantidad de errores, ¿me explico?- Dijo ojeando el cuaderno lleno de notas que sostenía entre sus brazos.

No recibió respuesta así que los miró.

-Tomaré eso como un "sí, señor".- Se dio la media vuelta para retirarse junto a la chica de lentes.

-¿Sunbae-nim?- Llamó Dan Bi. -Esto... ¿Qué se supone que debemos hacer exactamente?

Luhan parpadeó y se encogió. -Algo útil, supongo.- Señaló de forma obvia. -Y rápido, hay millones de cosas por hacer y el mundo sabe que unas semanas se reducen a dos días en tan sólo un parpadeo.- Se mantuvieron estáticos en el lugar obligándolo a chasquear los dedos. -¡Muévanse, muévanse!

Tres días después entendían un poco el frenetismo del presidente escolar, realizar un festival era una mierda seria. No importaba que no quisieran, había tantas cosas para hacer que simplemente no podían quedarse parados sin hacer nada... Al menos era así para cada uno de ellos exceptuando a Sehun, que en esa ocasión estaba tirado de espaldas en el suelo con ambas manos en la nuca y cruzado de piernas, mientras Jongdae y Minseok ayudaban a armar un puesto, Dan Bi ataba flores a un armazón de metal junto a otros estudiantes y Sei Ah ayudaba a mover cajas.

-Mueve el culo, Sehun, me pone los pelos de punta que no hagas nada.- Protestó Jongdae cuando lo chocó sin querer.

-Si voy a estar en un lugar que no quiero, al menos me quedaré cómodo.- Dijo este moviendo el pie en el aire a un ritmo imaginario.

Algo le tapó la luz del sol atardeciendo que se filtraba por los ventanales y cuando abrió los ojos descubrió que se trataba de Luhan viéndolo desde arriba con los brazos en jarra.

-Ponte a hacer algo, delincuente.- Ordenó pateándole un zapato.

Le resopló. -No lo creo.

-Hablaré con el profesor.

Se encogió. -Haz lo que quieras.

Luhan entrecerró los ojos. -Si lo dejo pasar ahora es porque la ayuda es suficiente, pero en algún momento necesitaremos manos extras y si la jodes de alguna manera, te juro que arruinaré tu vida y reputación.- Le miró de arriba abajo con desprecio. -Al menos la poca que te queda.

Y girando con gracia se fue pisando fuerte.

-¡Dios!- Sehun se sentó con el ceño fruncido. -Lo odio, es insoportable.

Minseok se puso de cuclillas a su lado. -Al menos danos una mano, Sehun.- Le sonrió un poco. -No porque te obliguen a hacerlo, sino por una cuestión moral. Mira todo el trabajo que hay.

Sehun lo miró con un gesto de niño molesto. -No entiendo lo que dices, pero supongo que ya me estoy aburriendo de hacer nada.

Resopló una pequeña risa y se puso de pie para estirarle una mano, él la tomó y se paró con un suspiro. Justo en ese instante oyeron chillidos histéricos provenientes del presidente del otro lado del salón.

-Iré a ver qué pasa, tú ayuda a Jongdae a armar el resto, ¿sí?

-Eres demasiado amable.- Balbuceó Sehun con malhumor. -Y yo aquí pensando que eras todo un malote.

-Lo soy a mi manera.- Comentó con una sonrisa torcida. Miró a Jongdae. -¿Estarás bien?

-Sí, no queda mucho. Ve antes de que a ese sunbae le explote la cabeza.

-Es probable que arranque la mía antes de eso. Si quieres pido que te la obsequien para que no me extrañes.- Bromeó Minseok.

-Dios, es lo que había en mis cartas a Papá Noel, ¿cómo lo supiste?

Jongdae seguía sonriendo cuando Minseok se fue. Sehun lo observó con el ceño fruncido.

-Ustedes son raros.

-Todos somos raros, Danny Zuko, ese es el secreto.- Le dio un martillo. -Haz algo antes de que crezcan enredaderas alrededor tuyo.

Minseok se acercó con cautela al tumulto pequeño que rodeaba al ataque de pánico de Luhan, al parecer algo grave había pasado... Al menos grave para él. No intercedió al comienzo porque de verdad quería mantener la cabeza en su lugar, en cambio se ocupó de oír un poco para decidir qué hacer.

-Luhan, tienes que ser razonable.- Intentaba calmarlo la chica de lentes, ella era la vicepresidenta tenía entendido.

-Soy razonable, Gin, pero esto era algo planeado desde hacía dos meses y me salen ahora con que el pintor renunció por falta de presupuesto.

-Es algo prescindible.- Le sonrió un poco ella, apoyando una mano gentil sobre su brazo. -Seamos sinceros, era un capricho tuyo, no alterará la organización general del festival.

-¡Alterará la imagen que deseo dar! ¡Esto iba a ser épico, Gin, épico! ¡Iba a quedar en la escuela por décadas! ¡Era mi marca!- Se lamentó hundiendo su rostro en ambas manos.

-Ah...- Minseok se acercó a la vicepresidenta del consejo que veía a su compañero con preocupación. -¿Puedo saber qué sucede?

Suspiró con pesar y cansancio en partes iguales. -Luhan quería hacer un gran mural aquí, sería centro de todo el festival.- Explicó viendo la amplia pared blanca. -Cuando por fin consiguió el permiso de la escuela el pintor canceló a último momento porque decidió que el dinero no le era suficiente.

-¿No pueden darle el resto de lo que quiere?

Le sonrió de medio lado. -Nuestro presupuesto es limitado, Luhan ya ha hecho maravillas hasta ahora, no creo que quede más que aceptarlo.

-Mmm...- Minseok observó el rectángulo de pared que se cernía sobre ellos. No era demasiado grande. Se acercó a Luhan que aún gimoteaba como un cachorro herido e intentó verlo a la cara. -¿Sunbae-nim?

-¿Qué?- Le espetó brusco.

-¿Qué es lo que tenía en mente para este mural?

Descubrió su rostro para verlo con las mejillas enrojecidas. No supo si era de vergüenza por estar haciendo semejante escándalo, de ira por no tener lo que quería o de pena por aguantar las lágrimas.

Decantó por una mezcla de las tres.

-Es primavera, así que quería un paisaje floral. Nada demasiado chillón, más sobrio, ya sabes... ¡Pero no! ¡Porque ese imbécil engreído valora más el dinero que una buena pintura! ¡Amor al arte mi trasero!

Minseok pegó un respingo cuando comenzó a gritar otra vez. Se separó con bastante pesar a decir verdad, se notaba que Luhan estaba poniendo mucho de sí en ese festival, tampoco le agradaría que surgieran problemas imprevistos. Volvió a ver el muro con el ceño fruncido y ahora quien suspiró fue él.

-Yo ayudaré.

-No, gracias.- Sorbió el otro por su nariz. -Estoy desesperado, pero no tanto para que un niño inexperto termine de arruinarlo todo.

Parpadeó al mirarlo. -No es así, soy dibujante.

Eso ganó su atención porque enseguida lo vio a los ojos, con recelo, pero al menos lo estaba probando.

-¿En serio?

Asintió. -Tengo referencias, puedo dártelas.

Luhan se irguió y acomodó su cabello con gracia, volviendo a ser el presidente que todos conocían y habían elegido para ser representados.

-¿Puedes traerme un boceto para mañana? Te diré lo que quiero.

Todos se giraron a verlo con los ojos enormes en señal de sorpresa. La vicepresidenta se le acercó para hablarle en voz baja.

-¿Estás seguro, Han?

Suspiró antes de encogerse. -¿Qué más da? No tenemos nada que perder.- Miró a Minseok que tragó saliva de forma audible. -Espero que no me hagas perder el tiempo.

-No, señor.

-Bien, vete a hacer algo, quien quiera que seas.

Cuando volvió Jongdae estaba terminando de acomodar los tablones que funcionaban como mesa sobre la base de metal, mientras Sehun corría por todo el salón intentando coger una mariposa blanca que se había colado por la ventana.

-No funcionó al final.- Comentó divertido.

Jongdae resopló. -Déjalo, tuve que echarlo antes de que consumiera mi cerebro. No tienes idea de lo mucho que habla, y sin parar.

-¿Necesitas ayuda ahí?

-No, ya acabé con este. Armemos otro.- Se movió hacia la izquierda, pero luego se quedó quieto y lo miró con ojos entrecerrados. -¿Hablarás sobre cómo el yogur de frutilla es mejor que el de vainilla y de cómo solías salir golpeado en secundaria baja por ser un bocazas?

-Depende, ¿en serio crees que el de vainilla es mejor?

Rio entre dientes. -¿Qué le pasaba al presidente? Fue todo un espectáculo desde aquí.

Minseok observó desde allí la pared que quizás tendría que dibujar y pintar más tarde, era probable que estuviera acojonándose porque de repente le parecía más grande que antes.

-Nada que no tuviera solución... Sólo esperemos que no termine yo mismo con un colapso nervioso.

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