Capítulo 32
Escribí este capítulo con esta canción y siento que define a Nikolas y a Selene. "Cinco minutos más", de Lasso con Ha*Ash.
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En lo que la puerta de la habitación fue cerrada, Nikolas se lanzó sobre Selene y la presionó sobre la pared. El deseo los consumía y las ganas de estar juntos eran cada vez más fuertes. Lo único que se escuchaba eran las respiraciones aceleradas de los dos y el sonido de los besos en algunos momentos. Se estaban comiendo, si eso era posible. La piel de gallina se les ponía después de cada caricia.
—Mierda, te extrañé... —la llevó a la cama sin dejarla de besar.
—Me molesta tu ropa —le quitó la camisa de vestir azul.
—Y a mí la tuya —le quitó la pijama, quedando expuesta completamente—. Mi obsesión...
Selene le terminó de quitar la ropa, notó las nuevas cicatrices que estaban en la piel del mafioso y, también que tenía un nuevo tatuaje de rosas grises. El griego fue dejando un camino de besos por todo el cuerpo de su mujer. Era dulce y sabía a gloria. Llegó a sus pechos para darle la atención requerida. Mordió, lamió y la sensación de satisfacción la estaba mareando.
—Nik... —no logró terminar de decir su nombre. Sus gemidos eran el más hermoso sonido sexual que ella podía darle.
Siguió bajando hasta llegar a su intimidad. Sabía que Selene tenía casi tres meses sin estar con él. Así que debía ser cuidadoso con ella. Si tenía que perder las pelotas por esperar, lo aceptaría. Acercó su cabeza y empezó la tortura excitante de su mujer. Nikolas lamió, chupó con delicadeza y dedicación. Selene se retorcía y arqueaba la espalda mientras se llenaba de las deliciosas sensaciones que tenía. Ella puso la mano en la cabeza del griego y lo presionaba un poco para sentir más placer.
—¡Nikolas! —gimió, al sentir la invasión en su intimidad, el mafioso había insertado dos dedos en ella para masturbarla, sin dejarla de lamer—. No... no... ¡Ah! —Selene explotó en su orgasmo, haciendo sonreír al griego.
—Mi pequeña traviesa —dijo ronco, se sentó en la cama y la puso ahorcajada sobre él.
Selene fue bajando poco a poco, haciendo una leve mueca de molestia por sentirlo dentro de ella.
—Con cuidado, Sel. Te vas a lastimar... —la miró a los ojos.
—Pero quiero hacerlo así —le respondió, ignorando el movimiento de Nikolas, cuando entró por completo, robándole el aire.
—Mierda... —la tomó por las mejillas—. ¿Todo bien? ¿Duele?
Ella sonrió.
—Te metes de un golpe y luego pones cara de niñato llorón —se burló. Ambos se empezaron a reír, y cuando el mafioso notó que ella estaba relajada, comenzó a moverse.
Selene era estrecha y su miembro se sentía bien cuando solo estaba con ella. Siempre lo diría, esa mujer lo llevaba a la locura con tan solo respirar. Era su todo y su paz, la que siempre le calmaba las ansias y le controlaba las ganas.
Él la miraba y la escuchaba jadear, ambos estaban disfrutando el mete y saca constante. Nikolas se estaba conteniendo un poco para que ella consiguiera su ritmo al estar arriba. Era una delicia a la vista. Su boca medio abierta y sus gemidos silenciosos que iban en aumento con cada estocada que él daba. Ella puso la cabeza en su hombre y él tomó el control.
La experiencia de Nikolas para hacerla volver loca era impresionante. Sabía en donde y como darle para llenarla de placer. El hombre se movía con rapidez sin dejarla respirar. La fricción comenzó a ser insoportable y se fue al paraíso, llegando a su orgasmo junto a Nikolas. La espalda arqueada de Selene le mostraba los pechos al hombre en bandeja de plata. Los lamió, logrando un escalofrío en la mujer, que puso su frente en la de él.
—Te amo, Selene —la besó—. Te amo inmensamente. Gracias por esperarme y amarme. Discúlpame por todo lo que te hice pasar y sin tener conocimiento de las cosas. Todavía me siento culpable y mi egoísmo no me permite dejarte libre. Quise dejarte ir el día del accidente, pero mientras estuvimos separados, me di cuenta de que no puedo. Simplemente, no puedo. Perdón si soy egoísta, cosa que tampoco me importa. Te amo y prometo hacerte feliz. Me dedicaré a eso. Por ti y para ti, Selene.
—Eres el Nikolas que me conquistó hace muchos años. Amarte es algo que me encanta hacer ahora y no, no tienes que disculparte. Tomaste decisiones que en su momento eran necesarias. Tal vez, si las cosas no pasaban como lo que nos tocó vivir, no estaríamos así hoy —lo acariciaba con dulzura—. Te amo, Nikolas. No importa cuando empezamos a darnos cuenta de nuestros sentimientos, vamos a ser egoístas ahora y así como tú me harás feliz, prometo hacerlo para ti. Me enamoré de mi mejor amigo —le sonrió.
—Yo me enamoré más de mi mejor amiga —volvió a moverse lentamente, robándole un suspiro—. Cinco minutos más, Selene. Cinco minutos y te regalo el universo entero.
—Una vida entera, Nikolas —se acomodaron mejor y se acostaron en la cama.
—No tengo suficiente de ti.
Lentamente, le fue haciendo el amor. Era dulce, cariñoso y perfecto. La besaba con amor, ternura y cada estocada era llena de pasión pura. Se entregaron una y otra, y otra vez. Se convirtieron en uno solo. Se dieron amor hasta que el amanecer tocó su ventana. Se metieron en su mundo y se dieron con todo. Pasearon por toda la habitación, el baño y terminaron nuevamente en la cama.
Nikolas la dejaba descansar por momentos y luego volvía a estar dentro de ella. Bajaron a comer porque el ejercicio les dió hambre. La pierna le dolió por un momento, pero lo ignoró después. Solo quería llenarse de Selene y calmar su sed. La vió dormir como toda una hermosa princesa y sintió que era el momento perfecto para hacerle una pregunta.
—Sel... —la llamó con delicadeza, la chica se quejó en respuesta—, cielo, es algo importante...
—Hmm... ¿Qué pasa? —preguntó ronca.
—¿De regalo de luna de miel que quieres? —la miró con seriedad. Tenía los ojos cerrados, pero necesitaba obtener una respuesta.
—Una isla... —balbuceó y giró su cabeza para volver a dormir.
—Bien —se levantó de la cama, se puso un bóxer y fue a la cocina.
Tomó una botella de agua y encontró unas granolas de Selene. Las probó y le dió asco. Eran desabridas, pero se las comería para borrar evidencia. Su mujer lo mataría si se enteraba de que no estaba comiendo como era.
Sacó el celular, buscó el grupo que compartía con los chicos y esperó a que le atendieran.
—¿Todo bien? —preguntó Fabrizo, Nikolas vió que Maksym y Kylian se conectaron a los segundos.
—Sasha está disecando un cerebro —dijo Mak con tranquilidad.
—Bien, Selene quiere una isla. ¿Han visto algo así en venta? —los miró con frialdad.
—Creo que una vez Alice dijo que quería una —comentó Mak.
—¿Nicole, te gustan las islas? —los cuatro miraron a Kylian.
—Sí, son lindas... ¡Oh, por Dios! Liam, deja eso... ¡No te lo robes! ¡Te pareces a tus tíos, te llevaré a un reformatorio para infantes!
—Vaya... nos dijo ladrones —intervino Fabrizio indignado—. Creo que podemos regalarles a nuestras esposas una isla a cada una. Se les nota que quieren una cuando hablamos de vacaciones. Pienso que será un buen regalo.
Todos estuvieron de acuerdo.
—Así no pelean entre ellas porque la otra no tenga —dijo Kylian.
—Sería humillante —respondió Mak.
—Los veo en Grecia en unos días. Las invitaciones llegarán por la mañana —cortó la llamada y miró a la linda mujer desnuda en la puerta de la cocina—. Santa me trajo un lindo regalo...
—¿Todo bien? ¿Por qué no estabas en la cama? Me asusté...
—Corre, Selene... porque te lo voy a hacer en la sala y en esta misma cocina.
La griega salió corriendo, soltando una carcajada. Nikolas la persiguió como en el juego del gato y el ratón.
Estos momentos eran para ellos. Era necesario recordarse como se trataban antes de que todo se torciera y sufrieran. Este tipo de felicidad, era la felicidad diariamente. Su mundo giraba en los dos y el resto de las personas no existían.
Era un amor puro y sincero que fue interrumpido por cosas de la vida. Cosas, que ahora no estorbaban y podían seguir adelante. Nikolas la hizo suya en la sala y la cocina como lo había prometido. Nunca habían tenido tanto tiempo juntos y no los iba a desperdiciar.
La vida siempre les sonreiría.
Era su turno de ser felices.
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Hola, hola... solo vengo a decir que nos quedan tres capítulos para el final. 🤧 Sasha se está alistando para ser leído y nuestros queridos griegos se alistan para despedirse. 🤧🤧
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