35. Se acabó

—Aunque sigo creyendo que no soy digno de estar con Mark, tampoco creo ser capaz de estar lejos de él —murmuró levantando una copa con vino tinto ante la mirada atenta de sus otros dos amigos.

Hace un par de horas llegaron a almorzar en el departamento de los Lee, pero ahora que estaban completamente solos porque los demás habían ido a comprar la cena, disponían para hablar temas que solo a ellos como ex demonios les preocupaba.

El encuentro había sido igualmente emocional, tanto a Yukhei como a Taeyong les había costado desprenderse del abrazo y las lágrimas, no habían cesado de verbalizar cuan agradecidos estaban por todo lo que había hecho y que se sentían en absoluta desventaja porque no había manera de devolverle la mano.

Superar el sacrificio iba a ser imposible. Estaban alegres de tenerlo de vuelta.

—Youngho ¿Sabes que ha sucedido con los servus? —TY jugaba con su dedo índice derecho sobre la superficie de la copa— ellos eran incomprendidos, demonios de baja categoría que se aferraban a algo más superior, de hecho, presenciaron muchas cosas que podrían habernos puesto en problemas ante Asmodeo pero... no lo hicieron, fueron fieles hasta el final.

—Me agradaban —murmuró Lucas masticando una hojuela de papa frita.

El enorme humano terminó su vino y dejó la copa vacía sobre la superficie de vidrio, recordó las últimas conversaciones con el ángel Kun antes de que fuera enviado a la tierra. Luego suspiró.

—Fueron convertidos en criaturas Iibres como animales, aves que pudieran volar entre las cordilleras, colibríes que bebieran el néctar de las flores, perros que hicieran feliz a otras familias... seres que no pudieran razonar pero que fueran puros en su esencia. Así Asmodeo u otro ser del inframundo sería incapaz de tener poder sobre ellos.

La sonrisa en el rostro de los demás evidenciaba la tranquilidad que eso les daba, de alguna manera habían estado siempre al servicio de ellos y eso generaba conexiones incluso si fueran pequeñas.

Los tres siguieron manteniendo una conversación y una postura distendida en los sofás, hablando de cosas que habían sucedido en los años que llevaban siendo humanos. Incluso rieron de su torpeza al inicio de la etapa tanto así que enumeraron los hechos que más le causaron conflicto. Comprender los sistemas del cuerpo humano, la frecuencia con la que se iba al baño, la frecuencia con la que se debían alimentar, tener que viajar largas distancias para llegar a sus destinos, no poder influenciar de manera sobrenatural a otros para su conveniencia, desconfiar de todo por temor a que pudiesen ser potencial peligro para sobrevivir, entre otros.

—Aunque todo vale la pena —habló Lucas— si realmente no hubiésemos tenido contacto antes con los humanos, habría sido peor —miró su teléfono y sonrió con tristeza al ver la foto de Jungwoo y él con el rostro unido para una "selca"— ahora que Mark te tiene de vuelta, creo que tomaré un avión a Estados Unidos la próxima semana, tengo que cuidar de mi chico ¿Qué harás tú TY?

—Regresaré también, hay audiciones que no debo posponer, aunque Ten dice que pedirá solo un par de días más para quedarse con Mark, recuerda que está en plan de cortar su relación y contarle a sus padres que también está enamorado de un hombre.

Era bobo ponerse celoso, Johnny Suh seguía pensando que el género femenino era un precioso regalo del cielo, sin embargo no estaba interesado en lo más mínimo de entablar relación con una mujer, sus ojos, su cuerpo y mente estaban enfocadas en el corderito. Y sin embargo, le dolía el estómago pensar que el muchacho había jugado a la heterosexualidad o que había dado besos o que su apreciado miembro estuvo en el cuerpo de esa rubia.

—Tranquilo campeón —murmuró divertido Taeyong al ver la tensión en Youngho aunque pensándolo bien, estaría peor si fuera el caso de Ten— de todas formas no te preocupes, siempre supimos que ese chico te seguía amando, tanto así que jamás nos atrevimos a hacer cosas indecentes... ya sabes.

—No me tienten... no ahora —Johnny resopló con la piel húmeda.

—Acostúmbrate a la idea, Johnny Suh, todos sabemos que tarde o temprano repetiremos eso.

Yukhei pasó por el lado fingiendo que le daba una mordida en la oreja, luego caminó hacia la habitación de huéspedes para hablar en privado por teléfono mientras reía. En ese momento, Taeyong le contó la agradable relación que mantenía con los padres de Chittaphon y, además explicó a su amigo lo que había sucedido con la familia de Jungwoo y en que condiciones se encontraban actualmente. La madre quería conocer a Lucas mientras que su padre parecía ser una figura que no existía en su vida.

Cosas que hicieron pensar mucho al pelinegro. ¿Qué tanto afectaría la relación de Mark con sus padres cuando se confesara? ¿Se verían envueltos en una situación positiva similar a la de Ten o se acercarían más a la negativa que tenía Jungwoo con su padre? Le dolió el estómago, solo quería lo que fuera mejor para su corderito, realmente no quería arrepentirse de haber vuelto.

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Después de comprar algunas cosas para la cena, se acercaron a un pequeño local donde compraron café, el frío del otoño se hacía más intenso a medida que el invierno se acercaba. Se sentaron en una pequeña mesa en la esquina, dejaron las bolsas en el suelo y se dispusieron a beber. En ese momento Felix contestó la llamada de su madre bajo la mirada atenta de los otros dos, sonrió con ternura, habló un poco, le dijo que la amaba y cortó la comunicación después de unos minutos.

Sin embargo la felicidad que había dibujado en su cara se borró cuando observó a su hermano.

—¿Qué sucede, Felix?

—Nada en especial, pero me llamaba para saber como estaba y recordarme que me amaban mucho —sus dedos inquietos eran reflejo de lo que pasaba por su cabeza— a veces siento que no debí "salir del armario" antes que tú.

—No digas esas cosas —Ten estiró su mano para envolverla con el muchacho.

Mark bebió otro sorbo de café pero no dijo cosa alguna, su sola mirada era suficiente para decirle a su hermano que se explayara en explicaciones.

—Ya sea ahora o después, estoy seguro que ellos tendrían tolerancia conmigo dado que lo del cáncer fue suficiente carga emocional para todos, pero me vieron y tuve que confesar —la servilleta en sus dedos se estaba haciendo añicos— ¿No piensas que será realmente difícil para ellos que sus únicos dos hijos tengan parejas masculinas?

Asintió con dolor en el estómago, era algo que había tenido muy presente desde que descubrió que su hermano tenía sentimientos por un hombre. Independiente de cualquier cosa por supuesto que iba a generar conflicto, pero también tenía claro que iba a luchar por su propia felicidad a partir de la semana que venia.

Johnny también iba a tener que poner de su parte, bajo ningún punto de vista un entrenador podía estar en una relación con uno de sus jugadores y ahí debían idear una estrategia donde ambos salieran menos perjudicados. Mark, por supuesto, no tenía conflictos con abandonar a los "York Lions" pero aún así seguiría siendo insuficiente para poder mantener una relación abierta con ese hombre.

—Paso por paso, no te ahogues en aguas que aún no has de nadar —murmuró el tailandés antes de pararse y hacerles una señal hacia la salida, tenían hambre y los ex demonios seguramente mucho más.


Martes 25 de octubre 2022, 3 días después

Arrastró los pies por el departamento haciendo zonas las zapatillas de descanso, iba a tomar desayuno antes de asistir a clases ¿Realmente alguien estaba tocando el timbre a las 8 de la mañana?

Arregló su cabello, bostezó, rascó sus ojos somnolientamente pero los abrió en demasía al ver un enorme ramo de rosas blancas sostenidos por el conserje.

—Para usted, un repartidor acaba de dejarlo a nombre suyo y he firmado la entrega, que tenga buen día señor Lee.

—Muchas gracias señor Reed.

Cerró la puerta con los pies, acercó su nariz al ramo y aspiró profundamente para llenarse con el aroma fresco, sintió de inmediato como sus mejillas se sonrojaban y como la sonrisa boba se formaba en su rostro. Avanzó con el ramo hacia la cocina, buscó algo similar a una jarra y la llenó con agua para meterlas allí, pero antes de desarmar el paquete sacó la tarjeta pequeña guardada entre unas hojas. No tenía nada más que un "J.S" pero como si hubiese adivinado, el teléfono en su pantalón de pijama vibró. Era un mensaje suyo.

"Nunca hice esto, pero deseo empezar a llenarte de pequeños detalles ¿Puedo? que tengas un lindo día, disfruta las rosas... te amo."

Abandonó el teléfono en la mesa principal, olfateó un poco más con su corazón latiendo más rápido, pero cuando levantó la vista, Yukhei lo observaba de brazos cruzados, una sonrisa igualmente boba y su cuerpo apoyado en el lavamanos.

—El amor es lindo cuando es correcto ¿No es así? leí por ahí que una pareja que se regala este tipo de rosas quiere demostrarle a la otra que esperan un futuro sólido con ella.

Ni siquiera pudo responder ante el comentario, no imaginaba un futuro donde no estuviera ese ex demonio sosteniendo su mano, pero imaginar todo lo que implicaba formarse como una pareja más adulta lo hacía ruborizarse.

—Ve a ducharte, vestirte, no lo sé, prepararé el desayuno para todos.

—Gracias, Lucas —sostuvo su jarra con las rosas y las dejó en la mesa de centro de la sala de estar.

Se preparó para no ir contra el tiempo, quizás le tomó 20 minutos todo, pero cuando caminó al comedor sus amigos y su hermano ya estaban sentados con las tazas humeando lo que fuera que cada uno fuese a beber. Verlos reunidos lo hacía sentir como lo que era correcto y lo que debió ser siempre.

Felix dormía con él, mientras que Lucas dormía en la habitación de Felix y TY con Ten lo hacían en la habitación de invitados, no permitía que sus amigos fuesen a un hotel. Excepto que ellos decidieron que fue imperativo hacerlo cuando se encontró con Youngho.

—Mark —interrumpió el castaño rubio antes de sostener una rebanada de pan— esta tarde con Taeyong tenemos un vuelo a Estados Unidos, sabes que Canadá siempre será como mi hogar pero en este momento Jungwoo se encuentra solo y realmente lo extraño, tú ya estás en buenas manos, Chittaphon se quedará contigo.

—Trabajaré desde aquí —acotó.

—Lo entiendo y no sabes lo agradecido que estaré contigo siempre, si no lo hubieras golpeado Johnny no habría entrado en razón —ahora Io decía con una pequeña sonrisa, pero en su momento había sido algo complicado—pienso que Asmodeo se aprovechó de la distancia que tuvimos Youngho en ese momento y aunque creo que no puede atacar a Jungwoo, preferiría que estuvieras allá.

Aquel día Mark tuvo que fingir frente a su novia que todo seguía bien, pero si dio un paso importante diciéndole a Alyn que el viernes quería estar un momento a solas con ella en su casa. Si algo tenia que terminar debía ser donde la muchacha estuviese segura y donde tuviera excusa de tener que retirarse.

Durante el entrenamiento nadie preguntó sobre la ausencia del señor Suh, nadie se metería en su vida privada aunque ya habían comentado entre ellos en los camerinos que estaban seguros que se había ido con la preciosa mujer que bailó gran parte de la noche.

Mark asintió haciendo un esfuerzo sobre humano para no sonrojarse. ¿Mujer? Dios, aún recordaba esa noche con lujuria y lo seguía haciendo mientras daba rebotes de un lado a otro cuando la pelota llegaba a él. Podía sentir la mirada del señor Suh en su cuerpo y estaba seguro que su trasero no se salvó de eso cuando dio en la canasta.

Después de dos horas de juego y preparaciones para el torneo de invierno, los demás fueron a los camerinos dispuestos a quitarse el sudor del cuerpo, sin embargo Mark tomó sus cosas sin dar explicaciones y se despidió de sus amigos.

La adrenalina estaba corriendo en su sangre cuando observó a su alrededor, sin cámaras de vigilancia y sin la presencia de los demás porque había sido un entrenamiento únicamente con el señor Suh presente, Lee avanzó hacia el camerino del cuerpo técnico. Asomó el rostro y observó atentamente cada detalle, descansó el bolso en el suelo y se adentró para buscar señales de ese hombre, mas, el grito salió de su boca cuando la puerta tras suyo se cerró.

—Johnny —jadeó.

Dos metros de deseo carnal avanzaron a él, empujándolo a un cuarto del camerino donde también cerró la puerta. No dijo nada, solo colocó su enorme mano sobre la parte trasera de su cabeza y lo besó lleno de hambre. Mark sintió que se derritió entre sus brazos y mucho más cuando la erección de ese hombre empujaba tras Su pantalón de deporte.

—¿Por qué cerraste? —alcanzó a decir en un momento en el que separaron el contacto.

Pero Johnny estaba tan necesitado que no se dio el tiempo de explicarle que, como no podía hechizar la puerta, prefería utilizar la metodología humana.

El pequeño cuarto era similar y tan estrecho como el del conserje de la secundaria donde lo tuvo como alumno. Mark había venido al camerino en busca de algo y Youngho se lo estaba dando con creces. No tenía tiempo para hacerle el amor, la necesidad pura y animal debía ser alimentada y, por supuesto, el menor estaba de acuerdo con tener una ronda rápida de sexo duro.

Suh apenas se pudo agachar después de bajarle el pantalón deportivo a su corderito, amasó su trasero respingón fascinado por un par de segundos antes de separar levemente sus piernas e inclinarse para lamerlo profundamente y estimular su ano para que cediera ante las caricias. Mark casi chilló con el asalto, pero le sorprendió que su trasero quisiera hundirse aún más fuerte en las caricias de esa lengua.

—Tan puta mi corderito —mordisqueó por varios sectores de sus nalgas, ahora sus dedos jugaban para que la apertura trasera se preparara bien, el cuerpo de un hombre iba a dar más trabajo que el de una mujer SOLO en ese sentido— he tenido que pensar en cosas horribles durante el... entrenamiento para no tener una erección, te ves tan... caliente con ropa deportiva —pausaba mientras hablaba y mientras chupaba hasta tocar la zona de los músculos del periné, justo bajo sus testículos— quería follarte ahí en medio del gimnasio.

Mark inclinó su torso hacia adelante curvando su espalda y parando más su trasero, se sentía tan obsceno que apenas podía contener la excitación, la cadena de gemidos estaban pasando de ronco a un tono más agudo. Quería que lo follara como animal, pero los 2 metros del pelinegro no ayudaban para que pudiera hacerlo desde atrás. Youngho tuvo que sentarse en un pequeño banco de madera y de paso sentar al cordero sobre su pene lentamente hasta entrar por completo.

El muchacho mirando hacia adelante, la forma perfecta para esconder el rostro en su cuello y aspirar el perfume que emanaba su piel sudorosa.

—Señor Suh —gruñó, sus dientes hacían añicos su labio inferior pero apenas podía equilibrar el deseo, el escaso dolor y las ganas de moverse como si enorme erección fuera el único alimento en meses.

No veían cosa alguna, estaban a oscuras en ese pequeño cuarto pero podía sentirlo todo.

El cordero estaba siendo sobre estimulado. El mayor empezó a lamer el sudor de su piel en toda esa nuca pero sabía que habían partes que merecían la misma atención así que, sostuvo el pene del muchacho con la mano derecha desde la base para masturbarlo de arriba hacia abajo y, con la mano izquierda acariciaba el pezón del pectoral del mismo lado.

—Móntalo como a ti te gusta.

Y fue lo que hizo, subía y bajaba para que lo llenara en el punto preciso, buscando su propio placer. En las nalgas de su trasero podía sentir los muslos de ese hombre, podía escuchar su voz profunda diciéndole lo precioso que lo tomaba todo, podía sentir el calor en su pene y, mierda, ni siquiera se avergonzaba de lo sucio que sonaban sus gemidos. Si lo quería más rápido, entonces lo hacía, gozaba de fuerza, sus propias piernas no se agotaban de ello.

Fue en ese momento que Youngho enterró las manos en sus caderas y lo ayudó a penetrarlo tan duro y tan rápido que las paredes temblaron. El miembro del mayor era mucho más que generoso por lo que expandía todo en demasía.

—Suh... ahhh... ahhh nnnn

—Ahhhh yo sé que te gusta así —Y lo amaba así, amaba que lo jodiera y moviera a su gusto y paciencia— puta.

—Tu puta —gruñó ladeando la boca en una sonrisa obscena y oculta en la oscuridad— y tú ahhh... un puto insaciable también.

Ohhh maldición, no había algo más placentero que esto, la confianza con el hombre que amaba le permitía recibir "elogios sucios" y decirlos también. Sentía el dolor de las uñas enterradas en su piel pero le gustaba, le fascinaba, podía estar recibiendo penetraciones toda la vida con una sonrisa y los ojos cerrados.

Fue la lengua húmeda y caliente de ese ex demonio que lo hizo gemir en una cadena, la estaba usando en su oreja izquierda con la misma velocidad que la mano nuevamente en su pene, tan violento, tan animal que fue imposible no romper en un escandaloso orgasmo ensuciando la mano de Youngho con semen.

—Ahhh... bebé —masculló, justo cuando después de 2 minutos y una última penetración hasta el fondo, los músculos bajo su abdomen y sus genitales le dieron los espasmos de un orgasmo violento.

No podía gritarlo, tuvo que morder el hombro de su lánguido pequeño para callarse y correrse de esa manera. Ambos estaban tan sudados y tan satisfechos, que descansaron unos segundos de esa manera. La nariz del pelinegro viajaba en el cabello de su muchacho, era en estos momentos que le bajaba todo aquel sentimiento de protección y ternura, otra de las facetas que tenía. Era un monstruo abrazador después del acto.

—No voy a poder levantarme en 100 años —apenas tenia la fuerza para hablar. Se reía por lo bajo.

—Acostúmbrate, pequeño, porque soy un poco más exigente que el resto —lo abrazó aún más fuerte con risitas bajas escondidas tras su oreja.

Un pequeño pecado a solas en ese pequeño cuarto y en ese camerino, una pequeña aventura, una locura con el humano que tanto había extrañado.


Viernes 28 de octubre, 3 días después, Ann Arbor, Estados Unidos.

Lucas se paró frente al espejo de la habitación observando su cuerpo de arriba hacia abajo para comprobar que todo estaba en orden, que la ropa era adecuada y que no lucia como un delincuente. ¿Alguna vez había lucido como tal? Jamás pero... Jadeó y se sentó en el borde de la cama, todo su cuerpo temblaba como si tuviera que enfrentarse a algo malo pero en verdad no lo era ¿O sí?

Se paró de inmediato y pegó su rostro de lado para escuchar con claridad, creía que la puerta principal del departamento se había abierto y si eso era cierto habían varias opciones pero... ¿Cómo podía explicar que incluso un enfrentamiento con Asmodeo no significaba nada, comparado con esto?

Se sentó de nuevo en la cama y miró su teléfono cuando sintió que Jungwoo se acercaba, quería parecer casual pero el hombre que amaba leía cada una de sus expresiones. Levantó la vista cuando sintió su perfume en el ambiente, esbozó una pequeña sonrisa, lucía precioso. Lo amaba.

—Xuxi ¿Te das cuenta que tiemblas como si fueran a condenarte? —su voz era suave como siempre, sus manos tocaban sus mejillas. Era una linda flor de 1.80 metros— si crees que no puedes soportar esto, estás en todo tu derecho, hablo con mi madre y le digo que espere otro día.

—No, ella llegó antes, entonces la conoceré antes —lo abrazó por la cintura para atraerlo y así descansar su rostro en su cuerpo, estaba contento de la cercanía que tenían— esto te hace feliz, estaremos bien, Zeus.

Juntos de la mano salieron de la habitación y caminaron por el extenso pasillo que daba hacia la sala de estar, comedor y otras cosas. Lucas ya la conocía, aún se acordaba en aquella ocasión cuando fue la graduación del muchacho y fingió que le entregaba unas flores de parte de otra persona, cuando en realidad él lo había comprado.

—Es un gusto poder conocer a la persona que hace tan feliz a mi hijo — miró a Jungwoo— hijo ¿Nos darías unos minutos a solas?

El muchacho se movió preocupado de un lado a otro, observó a su madre, observó a Yukhei pero este asintió con calma para que les diera el espacio que la mujer pedía, seguramente tenía cosas que decir.

Estaba temblando, no podía disimularlo, se sentó erguido en el sofá como si se tratara de una reunión de negocios. Vaya ¡Esto podía ser peor que eso! Kim Na Young se mordió los labios, podía percibir el miedo de aquel hombre, sus dedos tenían espasmos, le pareció incluso tierno pero luego sintió tristeza ¿Tanto daño le habían hecho a su hijo como para que el novio sufriera las consecuencias?

—No te asustes Lucas, solo quería un momento a solas para poder agradecerte —el aludido frunció el ceño y se irguió más— Jungwoo me explicó que lo conoces desde mucho antes, incluso cuando vivía en Montreal.

Lucas había fingido ser su profesor de matemática, conocía a sus padres desde antes, pero ellos no lo recordaban porque había borrado su memoria de paso. El haber devuelto los recuerdos al muchacho no implicó que ellos también recordaran de quien se trataba así que, tenía que empezar de 0 con esa mujer.

—Sí, no sé si usted se acuerda, pero su hijo sufrió de bullying en la escuela por ser... gay —los ojos de la mujer se volvieron sospechosamente húmedos, asintió después— pues bien, yo lo protegí muchas veces hasta que nadie se atrevió a tocarlo... básicamente mantenemos una relación desde ese entonces, aunque hace 4 años se volvió una relación amorosa.

—Entonces... sabes que nos comportamos muy mal con él —jugó con sus dedos, sentía vergüenza de sí misma pero se negaba a bajar la mirada— he luchado estos 4 años por acercarme a una relación normal con mi hijo, sé que nada remediará el daño que le hemos causado pero ahora que me ha permitido acercarme a él, quiero que sepas que realmente lo amo y que si tú estás en su vida también serás importante para mí.

Ella también temblaba, los dos lo hacían y la situación le causó en algún grado ternura. Se sentó al lado de ella y sostuvo sus delicadas manos en las suyas, la madre de Jungwoo era preciosa, ahora sabía de donde su hijo había heredado ciertos rasgos.

—El padre de Jungwoo decidió no participar más en su vida y sé que en el fondo a él le duele, será una herida que tendrá que aprender a llevar pero —la miró fijamente— quiero agradecerle por haber cambiado de opinión y darse cuenta que el amor de una madre debe ser sin condiciones. Jungwoo nunca dejará de ser gay...—Kim Na Young lloraba en silencio— así como también no dejará de ser una buena persona, usted ha sido bendecida por el hijo que ha tenido... si su opción es amarlo como es, luche por eso... Usted le devolvió el brillo a sus ojos... atesore ese perdón, guárdelo con amor y ámelo, solo ámelo.

"Por cierto, gracias por darme la bienvenida también a su vida... lucharé por ser el hombre que su hijo y usted merecen" acotó observándola fijamente, quería que le creyera, quería que supiera que hablaba en serio.

Decidió abrazarla, no sabía si cruzaba los límites pero necesitaba hacerlo. La mujer aceptó ser cobijada contra ese cuerpo, con ese calor y ese corazón.

Había decidido adelantar el encuentro apenas supo que Lucas Wong estaría de vuelta en Estados Unidos y ahora que se daba cuenta de que su hijo estaba con la persona indicada, sabía que su decisión había sido correcta. Seguiría luchando por Jungwoo.

Toronto, Canadá.

La sensación de que algo estaba mal no podía quitársela, el miedo de haber cometido errores era latente. Había sido cuidadoso ¿Cierto? Quizás estaba centrado demasiado en como terminar la relación o aparentar que las cosas estaban bien, que no se daba cuenta de que podía ser demasiado evidente. O tal vez estaba imaginando todo.

Estaba allí afuera de la casa de Alyn a punto de tocar el timbre, su dedo a solo milímetros del tablero no se decidía, entraría con un rostro y saldría con otro ¿No? Suspiró, hundió la punta del dedo, pudo escuchar el sonido que hacía eco en la casa así que solo era cosa de esperar un momento.

Después de unos segundos aquella muchacha rubia apareció pero lejos de ser aquella chica que siempre peinaba su cabello y se vestía como una muñeca moderna, ahora estaba con el pelo atado en una coleta simple, jeans y una sudadera gris.

—Tenemos que hablar, Mark —murmuró, ni siquiera hizo el intento de besarlo como hoy después del entrenamiento, solo se apartó para que la figura de ese hombre cupiera.

¿Era necesario preguntarle si le sucedía algo aquí afuera en la calle? No. Entró y caminó hasta la enorme sala de estar, se sentó en el sillón donde tuvieron su primera vez juntos. Qué ironía.

El fuego de la chimenea hacía crepitar la leña, el ambiente olia algo parecido a un pastel recién horneado, casi se sentía como un domingo en vacaciones de invierno cuando alguna vez estuvieron cubiertos por una manta.

Después de unos segundos Alyn apareció allí, su forma de caminar mostraba cansancio, Mark sentía lástima por ella porque no merecía nada de lo que estaba ocurriendo, había sido una novia excelente pero simplemente no podía continuar con algo cuando los sentimientos no eran los mismos.

—¿Hay algo que me quieras decir Alyn? ¿Estás enferma? —movió los pies inquietos sobre la alfombra, necesitaba evitar su mirada pero no lo hizo, se quedó en la claridad de ese iris azul— la verdad es que no eres la misma de esta tarde... incluso fuiste a verme al entrenamiento.

Pasó su mano por la coleta y se la soltó, el cabello sedoso cayó sobre sus hombros, ella se levantó del sofá, dio unos pasos hasta pararse frente a él y se inclinó para besar su boca, pero fue tan desprevenido que apenas Mark tuvo el tiempo para responderle. Cuando iba a hacerlo ella se separó y lo miró con sus ojitos azules llenos de lágrimas, momento en el cual comprendió lleno de pánico que ella lo estaba juzgando.

—¿Hay algo que me quieras decir, Mark Lee? —cruzó sus brazos a la altura de sus pechos, se negaba a llorar desesperadamente o algo así— ¿Crees que no me doy cuenta que desde hace un tiempo tus besos no saben a nada?

El único sonido que se escuchaba era el tic tac de un reloj antiguo familiar, el estómago empezó a revolverse al igual que su cabeza, ella lo había notado pero no estaba seguro si facilitaría el terminar la relación, este apenas era el primer paso de todos los cambios que debía hacer.

Como su boca parecía no obedecer, la muchacha empezó a perder la paciencia pero lejos de actuar con violencia, sacó el teléfono de su mano y observó como su dedo jugaba en el menú, un claro ejemplo de distracción.

—Alyn realmente fuiste algo importante para mí, pero no mereces que estar en una relación conmigo cuando no siento lo mismo de antes, mereces a alguien que te entregue la misma atención y el mismo amor... yo no soy el mismo de antes.

—¡¿No eres el mismo de antes?! —levantó la voz, sus mejillas se tornaron rosadas, las lágrimas cayeron de sus ojos— ¿Si quiera te conozco? ¡¿Alguna vez me diste una versión tuya que fuese real?!

Tensó la mandíbula, ahora era cuando la molestia se manifestaba de forma clara, era algo que estaba dispuesto a enfrentar. Youngho sabía que esta noche empezarían a ser libres, estaba atento a su propio teléfono por si lo necesitaba.

Frenética y ensimismada en su propio propósito, la muchacha continuó buscando algo en el teléfono, cuando lo encontró su respiración se cortó ¿Estaba dispuesta a hacer lo que iba a hacer? no se consideraba vengativa pero estaba tan humillada y con el corazón destrozado de hace 1 semana que disimular iba a ser imposible, ya no más.

—Me hice un examen esta semana, siento asco de mi propio cuerpo... ni quiera sé que más pensar, por suerte estoy libre de infecciones.

Metió la mano a su bolsillo y entregó sobre las manos sudorosas de Mark lo que había estado guardando ¿Unas llaves? Había olvidado que se las había pasado en caso de emergencias, realmente lo había hecho. No pasó más de otro segundo en el que su columna empezó a torcerse con un escalofrío cuando una idea cruzó su cabeza.

Y si...

Iba a decir algo pero en ese momento y con sus mejillas empapadas en lágrimas, Alyn Lane le mostró la imagen que tenia allí en la pantalla.

—Ahhhh —el jadeo salió involuntariamente desde lo más profundo de su garganta.

Sabía que estaba perdiendo el color de su rostro y que si no fuera porque estaba sentado en un sofá, se habría caído de bruces contra el suelo. Sus oídos dolían, todo a su alrededor empezaba a volverse borroso, incluso su pecho se había encogido con un dolor agudo que se irradiaba a varias direcciones.

—¿Vas a ser lo suficientemente hombre para explicarme esto, Mark? —dijo furiosa entre dientes— ¡Porque estoy a punto de mandarle esa foto a tus padres!

Lo último podía sonar similar a una niña caprichosa, pero estaba lejos de ser algo que debiese subestimarse.

Con dedos inquietos Mark trató de sostener el teléfono de Alyn. Teléfono en el cual había una imagen clara del muchacho durmiendo abrazado contra Johnny Suh, ambos desnudos y solo cubiertos por las sábanas de su cama. Había sido la noche del viernes pasado.

Ella había entrado al departamento, ella ya lo sabía todo, ella tenía la prueba.

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