29. Cambios
Ann Arbor, Michigan, EE.UU. Sábado 8 de octubre 2022.4 años después.
Un suspiro brotó de sus labios color melocotón cuando el agua caliente cayó sobre su cuerpo, la temperatura era adecuada, el vapor que lo envolvía era agradable, volvió a suspirar, necesitaba un poco de descanso después de estar toda una tarde preparando material para hacer sus clases. Era elocuente para hablar, presentaba un gran desplante frente a los alumnos y respondía dudas sin vacilar, pero incluso así le gustaba prepararse.
Sostuvo el pequeño jabón en barra que descansaba en una repisa, pero el contacto cálido de una boca en su nuca debilitó sus extremidades al punto que fue incapaz de sostenerlo, solo volvió a gemir pero por razones mucho mejores que la primera.
—Llegaste —murmuró con una sonrisa ladeada— ¿Fue un buen día en el trabajo?
—Excelente, aunque la única parte que no me gusta de este es no tener mis manos encima tuyo —la sonrisa bobalicona de Lucas lo hizo suspirar, amaba todo de este hombre, incluso sus risas estruendosas.
Iba a hacer un movimiento pero el cuerpo desnudo de ese hombre lo cubrió completamente por detrás.
¿Era exageración decir que se sentía como una figura fresca de cerámica entre sus manos, lista para ser moldeada? Incluso si la diferencia de tamaños era poca se sentía de esa manera y le gustaba, vaya que le gustaba.
El mayor llenó sus manos con el jabón en barra y las frotó para crear espuma, la suficiente para llenar cada rincón del cuerpo de Jungwoo. Lo sintió gemir cuando introdujo la mano entre sus piernas desde atrás y llenó de jabón toda esa zona, su chico era tan receptivo y eso no hacía más que facilitar las cosas para cuando hacían el amor.
No tenía tiempo de preliminares, mierda, había estado pensando todo el día en el trabajo sobre lo mucho que Zeus se estaba esforzando en preparar la clase y eso no hacía más que desear tenerlo cerca para darle masajes, besarlo y decirle que descansara. Pero bueno, ahora ya estaba aquí y se sentía tan caliente que bastó una sola mirada a su precioso cuerpo entre el vapor de la ducha para que su pene estuviera rígido como una piedra.
Sí, se había convertido en humano hace 4 años, pero el apetito sexual de un incubo se había quedado con él.
—Voy a darte pequeña perra —masculló en el borde de su oreja cuando lo acorraló contra la pared de baldosas blancas, Jungwoo jadeó y apoyó su frente allí antes de estirar su columna y curvar su trasero como un gatito, un gatito listo para ser empalado— pero, bebé ¿Estuviste tocándote? ni siquiera creo que tenga que prepararte —se mordió los labios evitando una sonrisa socarrona.
Jungwoo sonrió avergonzado, sí, se había tocado y lo había disfrutado pero no había alcanzado el orgasmo. Asintió antes de mirar hacia atrás levemente con el mismo gesto, su rostro sonrojado, su cabello mojado, su preciosa figura en el vapor que decoraba el baño, Lucas gruñó y separó las piernas de su chico, sostuvo su pene con una mano y se deleitó con la imagen de su miembro entrando en el interior de él.
Se tardó solo un par de segundos en meterlo de forma completa y dejar que se acostumbrara a la invasión, pero cuando gimoteó diciendo que se moviera, le dio el placer que su niño quería. Oh, mierda ¡Cómo amaba joderlo!
Enterró los dedos de sus manos en las caderas, estaba seguro que le dejaría un par de marcas pero no le importaba, Jungwoo se sentía bien marcado de esa forma y penetrado con esa intensidad. El sonido húmedo se inmiscuía con el agua caer, el menor podía sentir el cuerpo del pene de Lucas rozar deliciosamente el interior, golpear y acariciar los puntos adecuados y aunque no estaba siendo precisamente delicado, su pene quería la misma atención.
Fue así que una mano del "ex demonio" lo sostuvo y empezó a masturbarlo de arriba hacia abajo mientras que con la otra acariciaba los pezones duros de sus pectorales,
—Gime, más, más, pequeña mierdita cachonda —tantos puntos estimulados tenían a Jungwoo con poca fuerza en sus piernas y con la lujuria bailando cerca, el orgasmo se estaba haciendo esperar.
—Sí mi señor —Aunque la imagen de Zeus casi en 4 era una delicia, Io era más cuando podía ver su rostro y cada una de las expresiones.
Se sentó en el suelo de la enorme ducha para luego sentar hasta la base de su pene al menor, quería verlo cabalgar, quería escucharlo gemir. Suspiró enormemente enamorado cuando los labios de este se abrieron para dejar escapar todo tipo de ruiditos cachondos con cada penetración, su cuerpo estaba hecho para él, era su complemento perfecto,
—Gime más, para mí, muñeca... —tiró de su cabello duramente y empujó su rostro para que ambos pudieran besarse, las manos del menor envolvieron su cuello mientras probaba hambriento su lengua.
Dios, prácticamente Zeus lo empujó, terminó acostado en el suelo con el chico inclinado totalmente hacia adelante para besarlo mientras movía su cola de arriba hacia abajo. Estaba seguro que la imagen era extraña para quien la viera pero ambos estaba jodidamente calientes.
—Xuxi... Xuxi... más fuerte, Xuxi —se separó quedando completamente sentado en la entrepierna de su novio, cabalgarlo de arriba hacia abajo mientras el agua caía sobre él, mientras Lucas lo observaba con los labios entre abiertos gruñendo.
Lucas lo sostuvo de su cadera y lo penetró tan fuerte y duro que se corrió dentro de él llenándolo con su semen hasta sentir que se quedaba vacio. Por suerte el agua se llevó los restos de su amado, pero él tenia que hacerlo por los suyos.
Besuqueó y mordisqueó su boquita antes de pararlo, sacar la regadera de la zona alta y barrer con el agua el espacio entre sus mejillas traseras. Aún tenia el ano sensible, Jungwoo gimoteó.
—Eres insaciable, bebé —rió, se agachó y le pasó la lengua en toda la circunferencia trasera, el placer desestabilizó sus tobillos por lo que tuvo que detenerse para pararse en toda su altura y mirarlo con una ceja alzada—pero también tengo hambre, podemos estar toda la noche si quieres mientras adoro tu cuerpo pero debemos cenar primero.
—Que buen panorama para día sábado en la noche ¿No crees?
Su voz suave, sus mejillas sonrosadas, mierda, Lucas sintió sus labios esbozar una sonrisa bobalicona ¡Era tan bonito y lo amaba! 2 horas más tarde apoyó suavemente el rostro en el pectoral del mayor escuchando con gozo como su corazón latía, la melodía más hermosa desde que se había convertido en humano. Ambos estaban solo con ropa interior acostados en la enorme cama que les pertenecía, habían cenado, habían hecho su rutina de noche y ahora descansaban.
¿Qué les había deparado en estos 4 años, a ambos?
Jungwoo era un estudiante de último año en la carrera de Pedagogía en Lengua Inglesa. Después de que Felix se había recuperado y después de que Mark tuvo una charla seria con él, decidió aceptar el cupo que se había ganado en la Universidad de Michigan. No le importaba si era otro país siempre y cuando pudiese mantener contacto de alguna manera con sus amigos y si el hombre que amaba estaba cerca.
¿Y el ex demonio? se sintió totalmente desprotegido en el proceso inicial de "cómo ser un humano", además no podía imaginar un futuro donde Kim Jungwoo no estuviera presente así que decidió iniciar su vida estando a su lado.
Nunca volvieron a ser asediados por las entidades del infierno, pero tampoco volvieron a tener la visita del ángel Kun. Esto último implicaba que el regalo o castigo (Aún no lo tenían claro) de ser humanos tenían que empezarlo sin pista alguna y solo descubrieron una muy importante gracias a Yukhei.
Ya había cometido suficientes pecados siendo demonio, si quería vivir siendo humano quería ser legal en todo aspecto, razón por la cuál se negó a tener documentación falsa. Cansado de la incertidumbre y pidiéndole a Dios que lo ayudara una vez más, se acercó a la policía canadiense alegando que sus documentos habían sido robados y que tenia una especie de amnesia por la que no recordaba su número de ID.
"Por favor, Dios, ayúdame" dijo en aquel entonces cuando descansó el dedo índice de su mano derecha sobre un lector de huella digital "Si no salgo registrado, van a meterme a la cárcel".
Después que el policía leyera la información en el computador con el ceño fruncido, observó al rubio con atención. "Acá aparece que usted es Lucas Wong, fecha de nacimiento 25 de enero de 1992 y.."
La verdad era que Dios les permitió a él y Taeyong ser humanos con identidades registradas para que tuvieran una vida normal, pero nada más, cualquier tipo de estudio superior, trabajo o cualquier forma de obtener dinero tenía que ser a base de esfuerzo, ingenio o ambas juntas.
—Creo que ya estamos con el dinero suficiente para abrir otra cafetería, en serio me gustaría que fuera en Montreal, donde nos conocimos, tiene un significado muy grande para mí —Su sonrisa enamorada le robó el alma, si hubiese sido demonio literalmente lo hubiese hecho.
Diavolo había desaparecido, pero se quedaron con el departamento de lujo y los autos deportivos. Bastó que Lucas vendiese los que había usado y con un poco de ese dinero pudo abrir una cafetería en el centro de la ciudad donde Jungwoo estudiaba, la temática era de la década de los 50 con rockola, taburetes, luces de neón y todo lo adecuado.
Al principio no había sido fácil pero al cabo de unas semanas se corrió la voz de la deliciosa comida, música y ambiente, que todo el mundo acudía. Lucas era el propietario pero también estaba metido en la cocina ayudando o incluso sirviendo cuando la camarera no podía con la alta demanda, se sentía bien teniendo algo pequeño que iba creciendo, se sentía bien ejerciendo algo simple.
—Así que van a vender el departamento de lujo en Vancouver ¿No? —Jungwoo se mordió el labio.
—Pues me enamoraste siendo demonio, no hiciste todas las cosas mal —susurró contra su pectoral antes de levantar el rostro y apretar los labios, algo ocultaba— Xuxi... mi mamá quiere conocerte —lo dijo de sopetón antes que pudiera arrepentirse.
2 días después, Lunes 10 de octubre 2022, Nueva York, EE.UU.
Una mujer iba retirando con minuciosidad cada resto de maquillaje que quedaba en su rostro mientras susurraba que había hecho bien el trabajo, habían estado fotografiando en distintas localidades de la ciudad desde las 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde, y sí, aún quedaba la entrevista con una periodista de Vogue, la revista para la cual había tenido el photoshoot del día de hoy.
Después de vestir una ropa habitual, se despidió de cada persona en el equipo de trabajo dejando con un sentimiento más que agradable a los demás. Los modelos americanos y europeos no solían ser tan cálidos ni rico en modales, pero este asiático en particular sí, confirmando que los rumores eran ciertos, Lee Taeyong era una persona con la que querrías trabajar todo el tiempo. No por nada se había ganado el apodo de "ángel" del modelaje.
Hace 4 años atrás, sus amigos le dijeron que tenía un rostro particularmente bonito, afilado, como si hubiese salido de un manga japonés. Y ya que tenia que formar su vida como humano adulto, como no tenía estudios superiores o algo por el estilo, se presentó a una agencia de modelos.
No cumplía con la gran estatura ni tenía un gran cuerpo atlético, pero la belleza en sus rasgos y unas manos delicadas noquearon a los de la agencia, Lo habían contratado.
—Bebé ¿Dónde te encuentras? —habló confundido con un teléfono en mano, estaba afuera del estudio mientras sentía los ojos de las personas posarse en él, se estaba convirtiendo en un rostro conocido, más de alguna vez salió en videos musicales.
—Aquí —cuando lo escuchó ya había sido demasiado tarde, aquel hombre lo abrazaba desde atrás descansando la barbilla en su hombro— estaba en una reunión y pensé que me tardaría, quieren hacer un nuevo edificio que intervenga en lo más mínimo con el medio ambiente y ya sabes, necesito reunirme con los arquitectos del proyecto, los ingenieros y blablablah.
Taeyong sostuvo las manos de Chittaphon que descansaba en su vientre y suspiró, amaba que su chico tuviese prosperidad laboral. Era diseñador ambiental y en distintos tipos de proyectos participaba, amaba que a pesar de lo que pudiese ser un estresante día, no perdía aquel toque dulce para él.
—Si estás muy agotado podemos dejarlo para otro día —se volteó y repasó sus dedos por aquel precioso rostro, y pensar que el tailandés era solo suyo. Mierda, era afortunado— ¿Quieres ir a casa?
—Sé cuan importante es para ti visitar ese lugar, mmm mmm —negó, un par de personas que caminaban por aquella concurrida calle suspiraron, eran dos hombres muy guapos y muy enamorados— aunque de camino puedes comprarme un helado, con eso estaría bien.
Rieron cual cómplices antes de besarse con delicadeza, sabía que no a todas las personas les gustaban las demostraciones afectivas en público, ellos no tenían problema, podían dejar todo para la intimidad..
Taeyong enlazó cada uno de los dedos de la mano izquierda de Ten en la suya y caminaron juntos, podían usar el vehículo que compartían pero a esta hora y en inicio de semana, la ciudad de Nueva York podía ser un caos en cuanto al tráfico. Era mejor disfrutar de los encantos de los parques, vivir lo máximo de la cotidianidad mientras la fama del modelo no los agobiara.
—¿Has podido comunicarte con Mark? ¿Cuando piensa visitarnos?
—Cariño, en el mundo humano, estudiar conlleva una gran responsabilidad y está hasta el límite con la universidad —miró sus manos enlazadas y se mordió los labios con fascinación.
El proceso de enseñarle a ser humano había sido un poco difícil, en aquel entonces hace 4 años atrás, durante los pocos días que quedaban de las vacaciones de verano, se unió a Jungwoo para hacer el proceso de aprendizaje de "Yukhei y Taeyong" menos tedioso. Pero cuando su amigo partió a Estados Unidos tuvo que hacer las cosas solas con su novio y no, su humor y frustración habían fomentado un par de discusiones.
Ahora que vivían en Estados Unidos y cada uno prosperaba en su trabajo, todo era mejor. Se mordió los labios, que bueno que lo único que había quedado de su identidad pasada como demonio era el gran apetito sexual.
Caminaron lo suficiente y aunque no obtuvieron helado si compraron un par de pretzel que fueron comiendo, la belleza estaba en la simpleza de las cosas.
Por un momento, Taeyong miró su teléfono donde tenia la dirección y una fotografía del lugar que buscaba, Ten apoyó su rostro en el hombro de este para espiar la pantalla y luego levantar la vista, al parecer estaban en el lugar adecuado. Subió la escalera del pórtico y tocó el timbre, estaban en un sitio no tan concurrido de la ciudad.
—No sé qué esperar, quiero decir, nunca estuvimos aquí pero según la información si...
—TY, ni siquiera fueron niños y tienen fecha de nacimiento, bien todo esto de la transformación pudo inventar realidades para mantenerlos seguro.
Cuando una mujer de pelo blanco asomó su rostro, los dos sonrieron con timidez preguntando por la señora Rebecca Bradley, antigua directora de un orfanato.
—Yo soy Rebecca, pero, quiero decir que necesi... —su voz se perdió cuando parpadeó hacia el modelo, ajustó los lentes y barrió su cuerpo antes de que la expresión de sorpresa casi la hiciera saltar como niña pequeña— ¿Eres Taeyong? o por Dios ¡Eres él!
"¿Debería conocerla?" pensó nervioso pero luego recordó las palabras de Ten, muy probablemente en la mente de la mujer había recuerdos y cosas que nunca existieron con tal de hacer la vida de los ex demonios algo más tangible.
Esbozó una sonrisa y asintió dejando que la mujer, de unos 80 años, lo abrazara contra su cuerpo.
Después de saludar con el mismo afecto al tailandés los hizo pasar hacia la sala de estar donde los hizo esperar 5 minutos antes de traer una bandeja con tazas de té y galletas, parecía una anciana de los cuentos infantiles, llena de arrugas y una dulce mirada. Había fingido en su existencia como demonio múltiples identidades, bien podía ahora fingir que todas las anécdotas y cosas que Rebecca decía eran ciertas.
—Te has convertido en un chico muy guapo, siempre supe que serías modelo algún día —observó al muchacho a su lado— disculpa que pregunta pero ¿Usted es?
Ten sonrió, limpiando los restos de galleta de su regazo.
—Chittaphon Leechaiyapornkul, la pareja de Taeyong.
Si pensó que habría disgusto en la mujer mayor de edad, estaba completamente equivocado, incluso había respondido diciendo que hacían linda pareja lo que no hizo más que hacerlos sonrojar.
—¿Te gustaría ver un álbum de fotos de tu chico? iré por él.
Rebecca Bradley se sentó frente a ellos en un sofá con un álbum en sus piernas, los muchachos se pararon a cada lado para mirar las imágenes.
—Cuando era pequeño Taeyong decía que quería ser futbolista, lo único que quería cada navidad era una simple pelota —la garganta del demonio se apretó, ver fotos de él siendo niño le dolía y lo hacía sentir miserable. Cuando fueron creados de la mano de Asmodeo, existieron siendo adultos jóvenes, nunca había pasado por esa etapa. Entonces pensó que se veía lindo, una linda ilusión — aunque era muy tímido, de sus amigos él era el más callado.
—Tenía amigos ¿No? —preguntó Ten.
—Por supuesto que los tenia, muy pocos en realidad, uno de ellos era un torbellino, apenas podía estarse quieto y su risa estruendosa se escuchaba desde lejos, era étnicamente chino ¿Sabes que es de él? —buscó una foto en el álbum que guardaba y cuando encontró lo que quería, lo apuntó llena de amor— Lucas era su nombre.
La mandíbula de Taeyong se tensó tanto al punto de que no podía abrir bien la boca, Ten abrió sus ojos en demasía y no, no se atrevía a pestañear pensando que estaba viendo mal, eran más de 2 personas en la fotografía.
"¿Me permite ver la foto de más cerca"? dijo el mayor.
1 hora más tarde, cuando salieron de la casa y después de dar promesas que volverían, Taeyong buscó en su teléfono desesperadamente el número de Lucas (Yukhei) pero sus dedos torpes no le permitían marcar una llamada. Fue entonces que con mesura, Ten sostuvo el teléfono y marcó. Necesitaban conversar ¡Ahora!.
En ese mismo momento, Toronto, Canadá.
"No me esperes para cenar, voy a salir con Changbin, te quiere tu hermano perfecto Felix Lee".
Mark esbozó una pequeña sonrisa y miró las llaves del auto en su mano ¿Quién dijo que iba a esperarlo cuando ya había arreglado una salida con su novia? Antes de salir del departamento observó un par de segundos la foto de su hermano y él abrazados, una fotografía colgada estratégicamente en la puerta para recordarle a cada uno que, cada vez que saliera debía cuidarse, siempre tendría al otro esperando por él.
Mientras se dirigía al estacionamiento por el elevador, pensó lo feliz que se sentía con su propia vida. Vivia con su hermano en un cómodo y amplio departamento en la ciudad de Toronto, Felix era estudiante de medicina en la prestigiosa Universidad del mismo nombre porque su experiencia doble con el cáncer le dio otra visión y misión en la vida, quería convertirse en el futuro en oncólogo infantil.
Y por su parte, él había decidido esperar un año para ingresar a una universidad después de todo lo que había implicado el cáncer de su hermano. Quería pasar más tiempo con él, quería disfrutar a su familia en muchos aspectos.
Cuando estuvo listo en el año 2019 y después de observar hacia atrás se dio cuenta que no estaba interesado en la medicina pero sí en la salud mental de las personas desde otra perspectiva.
Actualmente era alumno de Psicología en la Universidad de York, en Toronto, la tercera más grande de Canadá.
"Ya estoy lista mi amor" observó su teléfono y el mensaje en ella antes de esbozar una sonrisa cercano a lo ridículo. Hace un año había dado el importante paso de pedirle a su mejor amiga Alyn Lane de que fuesen novios, era evidente la atracción entre ambos.
La quería, sí... la quería mucho. Había sido el pilar fundamental para no caer en la locura y salir adelante, aunque la muchacha nunca supiera la razón del porque Mark sonreía poco en ese entonces.
Y tampoco lo sabría, jamás.
Se subió al vehículo y condujo con confianza hacia donde la chica vivía, el año que no estuvo estudiando lo empleo para muchas cosas y dentro de eso fue aprender a manejar y dar la prueba cuando cumplió la mayoría de edad en su estado.
—Mark ¿Leíste mi mensaje? —Felix le hablaba por teléfono, por suerte podía contestar sin necesidad de sostenerlo—en realidad, creo que debería preparar cena para más personas, el restaurante donde queríamos ir está cerrado así que cocinaremos en casa.
—Querido hermano, para tu suerte yo ni siquiera pensaba en quedarme contigo, iré con Alyn a cenar a celebrar nuestro primer año juntos así que tienes el departamento para ti solo.
Incluso desde una simple llamada podía sentir el suspiro agotado de Felix.
—Entiende que con Changbin solo somos mejores amigos, y aunque quisiera... —su voz ronca se tornó solo un poco más aguda, su amigo había ido al baño, tenía la libertad de hablar de esa manera un poco— él no pareciera estar interesado de ese modo.
Pero Changbin no parecía ser reciproco o, como creía secretamente Mark, simplemente tenía miedo de romper la relación por esas cosas. Él captaba ese brillo especial en Seo, un brillo que indicaba más que una amistad.
—La única forma de saber si le correspondes es hablándolo, además... vamos Felix ¿En serio crees que no le gustas cuando decidió estudiar en la misma ciudad que tú? —meneó la cabeza y bajó el tono de su voz— él no te habría dado un beso ni te hubiera dicho que eras bonito, solo para hacerte sentir mejor.
Cortó la llamada cuando la vio parada afuera de su casa, enfundada en un impecable vestido negro y el cabello atado tras su cabeza. Sus ojos azules destacaban aún más de esa manera y sus labios pintados de suave rojo no hacían más que destacarlos. Era una preciosa chica rubia de 22 años, menuda y de 1.60 de estatura, Era increíble que entre tantos chicos interesados en ella, Alyn Lane se hubiera fijado en él.
—Si no te conociera de verdad creería que eres un chico malo, esa ropa oscura te sienta muy bien —murmuró antes de depositar un suave beso en sus labios y colocarse el cinturón de seguridad— no sé dónde vamos pero vestí de esta manera ¿En serio estoy bien?
—Ni siquiera tengo palabras para describirlo... hermosa.
Mientras conducía se encontraron con un semáforo en rojo lo que le dio el tiempo suficiente para observar su alrededor. Allí había una iglesia antigua en la que se podía apreciar la figura de una pequeña gárgola en una de sus cornisas.
Antes de que su mente evocara recuerdos de alguien en particular, el claxon de los vehículos tras suyo Io hizo salir de su trance, había luz verde.
—Lo siento, lo siento —apretó sus labios.
Llegaron a un restaurante especializado en comida francesa. Desde la mesa en la que estaban cenando podían observar la calle aunque desde afuera nadie pudiese ver para adentro, todo era elegante y gritaba clase, Mark no era millonario pero gozaba de buena situación económica, además quería que la noche fuera especial.
—Esta carne está perfecta, yo creo que tu madre la aprobaría —Alyn era muy querida por los señores Lee. Mark le sonrió antes de estirar su copa hacia ella, querían hacer un brindis.
—Estoy tan feliz que aparecieras en mi vida —tragó saliva— espero sean muchos años más "Aly", de verdad.
—Y yo me siento particularmente enamorada de ti, Mark Lee, incluso cuando tratas de cocinarme y no te resulte, eres increíble —el aludido tapó sus labios con una servilleta para evitar reírse escandalosamente, su madre era una chef de clase pero él simplemente no tenía un ápice de talento para la cocina.
Continuaron hablando de otras cosas, como que a la familia de Alyn había parecido increíble la idea de viajar a Corea del Sur que era el país donde la mayoría de la familia de su novio vivía.
Estaba interesada en conocer parte de la cultura, estaba interesada en todo.
—Esta semana visitaremos un hospital —ella estudiaba enfermería también en la universidad de York — es primera vez que veré pacientes niños así que, si no es molestia, me gustaría contactarme con tu padre para pedirle consejos, después de todo es un reconocido pediatra.
—Todos los que quieras.
Después de pagar la cuenta, Mark terminó bebiendo una taza de café mientras su novia había ido al baño. Apenas podía esperar por llegar al departamento de la chica y terminar haciendo todo tipo de cosas, se sentía de pronto hambriento por ello.
Con mesura llevó la taza de café a sus labios y observó hacia afuera, las personas caminando, el tráfico y de pronto el ruido estruendoso de lo que parecía algo que había frenado bruscamente.
Alarmado se paró y caminó hasta la puerta para observar mejor, si había sido un accidente y alguien necesitaba primeros auxilios estaba dispuesto a hacerlo, su padre no había parado de recalcar la importancia de tomar los cursos respectivos.
Suspiró aliviado cuando vio como un motorista sostenía la mano de una chica para ayudarla a pararse.
Al parecer y por lo que escuchaba de otros transeúntes, la muchacha había estado distraída observando su teléfono celular cuando cruzó la calle con el semáforo en verde para los vehículos. Tuvo suerte de que el hombre de la lujosa moto frenó a tiempo. Iba a entrar al restaurante pero la fuerza de atracción era tan densa que giró el rostro una vez más, momento preciso en el que aquel hombre quitaba el caso de su cabeza para observar mejor a la mujer que estuvo a punto de arrollar.
Mark perdió el aliento y el equilibrio, su cuerpo completo se afirmó contra el costado de la puerta del restaurante pestañeando repetidamente para tratar de ver mejor. Esto no era cierto, esto estaba mal, el cansancio de la universidad le jugaba una mala pasada. Quiso acercarse pero el hombre volvió a colocarse el casco antes de emprender rumbo hacia otra parte. Su corazón, mierda... su corazón estaba haciéndose añicos y las lágrimas amenazaban con salir.
—¿Mark? —la voz de Alyn tras su espalda lo trajo de vuelta a la realidad. Secó sus ojos con cuidado y esbozó una sonrisa, sus conocimientos en psicología podían dar una respuesta racional a lo que había visto— mi amor ¿Te sucedió algo?
—Se me irritaron los ojos, no sé si fue algún ingrediente de la comida, eso es todo mi amor —"Eso es todo, sí... eso era todo".
Y nada tenía que ver con el hecho que había confundido el rostro de aquel hombre en la escasa luz, nada tenía que ver con que el hombre al que había visto gozara de gran altura.
Flash Back
Yukhei estaba sentado en el sofá del departamento en el que vivía leyendo un libro de Stephen King. Ah... ¿En serio los humanos habían tenido pesadillas con esta historia? La sonrisa socarrona decoró sus labios, Pennywise era un tierno cachorro chihuahua al lado de toda la maldad que él conoció como demonio.
Jungwoo se acercó con el teléfono en mano, con el delantal de cocina puesto se veía tan precioso que quería comérselo a él a besos en vez de lo que estaba preparando.
—Taeyong te busca —estaba en videollamada.
—Hola hermano, lamento no haber contestado pero dejé el teléfono en el dormitorio... —frunció el ceño cuando vio su rostro, parecía agitado— Taeyong ¿Estás bien?
—No, no lo estoy... no lo sé la verdad — repasó la mano por su cabello oscuro, Ten estaba acurrucado a su lado, Jungwoo se sentó al lado de Lucas descansado el rostro en su torso, parecía asustado— ¿Te acuerdas que te dije que nuestra mentira se hizo verdad? el orfanato existió, la mujer que aparece en los supuestos registros nos recibió, Rebecca Bradley incluso tenía fotos de nosotros siendo niños.
Lucas y Jungwoo se miraron aunque no estaban sorprendidos, si en la información que manejaban había aparecido que fueron huérfanos, la existencia de falsas fotografías también podían abundar. Lo realmente singular era la imagen que Ten le envió a "Snoopy" por interno y que observaban ahora mismo.
—Chicos... en esa foto no aparecemos solo Lucas y yo —la voz de Taeyong se quebró. Lucas sintió su corazón desbocado, sus manos estaban apretando ansiosas las piernas de su novio, estaba temblando.
—Ese niño allí sonriendo sin un diente... ese es Youngho pero... —la voz suave de Jungwoo cesó cuando observó de nuevo la imagen, era innegable eso ¡El demonio estaba allí también!
—¿Entienden lo que esto significa? Lucas y Taeyong nunca fueron niños —Ten habló porque TY era incapaz— todo esto es mentira para proteger su identidad humana ¿Por qué aparecería Youngho también en las fotos?
Lucas acarició la foto en la pantalla del teléfono de su novio, se mordió los labios y se sintió particularmente culpable. Sacó la voz con mucho esfuerzo ¡¿Por qué tenían que enterarse ahora?!
—Porque... —suspiró con sus ojitos húmedos—¿Él también ha sido convertido en humano?
Fin Flash Back
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