Capítulo 9
"Algunos ángeles aparecen en tú vida para cambiarla para bien o para mal y es que no todos los ángeles vienen del cielo".
Capitulo 9:"Otro homicidio".
Narrado por Lauren
El transcurso en auto fue silencioso, un muy incomodo silencio dominaba el ambiente.
Mientras recostaba mi cabeza adolorida de la ventana, pude apreciar sus facciones, sus muy bonitas facciones.
— ¿Y como te llamas?— Salio de mi boca tan rápido que jure tener a alguien más controlando mi cerebro.
Lo veo lamer sus labios mientras conduce.
— Josh— Su voz es un poco ronca, dandole un toque masculino a su apariencia.
Josh, bien.
— ¿Y eres del pueblo?— Otra pregunta surge de mis labios.
— No— Era yo o solo respondía en monosílabos.
— Ah, genial— Exclame volviendo la vista a mi ventana— Supongo...
El reflejo en ella mostraba mis horribles ojeras y mi rostro agotado física y mentalmente.
Aun no podía creer que había estado en un secuestro.
— Pondré algo de música — Avisó.
Veo como empieza a tocar botones y cambiar de emisora. En un momento aleja la mano y me doy cuenta que en la emisora anterior había una canción que era de mi preferencia.
Así que acerque mis manos a la radio al mismo tiempo que las suyas.
Su tacto era frío, sus manos un poco mas grandes que las mías y de un tono mas bronceado. No sabia que hacer, así que lo mire fijamente pero sus ojos café eran tan... Extraños, cargados de misterio y melancolía, si, eso vi en ellos.
— Perdón — Murmuré.
Aleje mis manos de el aparato y vi como cambiaba la emisora.
Volví a mirar por el cristal y una melodía tan conocida por mi se hizo presente.
— Tell me you love— Pronunció con una sonrisa de lado.
— Me gusta mucho la letra — Confieso volviendo mi vista a él.
— Si, es muy auténtica— Contesta sin despegar la vista del camino — ¿Crees que no somos nadie sino tenemos a alguien?
Su pregunta me tomó por sorpresa.
— Tal vez si, tal vez no— Mire mi pierna en donde había tenido una cadena y el morado pronto haría aparición— Creo que, debemos ser alguien antes de que aparezca esa persona que nos transforme en su todo.
— Mmm... Puede ser— Humedece sus labios otra vez.
— ¿Estudias?
— Si, universidad, primer año— Hace una mueca de disgusto.
— ¿Y que estudias?
— Medicina forense— Hala la palanca esa que nunca se como se llama o para que se usa.
Si, debía ser el único humano tan desorientado.
— Hemos llegado— Ni siquiera sabia que estábamos en la ciudad hasta que el carro se detuvo.
En serio le agradecía el haberme sacado de ahí y evitarme una tragedia con ese señor.
Veo que estoy cerca del lugar que alquilo mi padre y noto que hay alguien en la casa.
— Muchas gracias, en serio yo...— Me giro y él ya no esta, tampoco su auto y eso me hacia dudar de mi audición— No se como pagartelo— Susurro terminando la oración.
Me acerco a la entrada y procedo a tocar.
....
La voz de mi padre llena todo el lugar y es que desde que me vio no me ha soltado y se lo agradezco porque las lágrimas empezaron a salir y empañar mi vista.
— Dios, ¡Gracias! ¡Muchas gracias!— Exclamaba con alegría y agradecimiento.
Papá asistía a una iglesia, no pertenecía a ella en si pero era la religión que mas se apegaba a la biblia, era Adventista del séptimo día y como creo que se dieron cuenta estos adoran a Dios todos los días pero el sábado es el día santo, y no pertenecía a ninguna religión ni nada pero en eso les Zabala razón, el sábado esta en la biblia y no el domingo como muchas personas siguen solo porque Jesús resucitó el domingo pero no se dan cuenta que el guardaba el sábado y por eso prefirió el domingo aparte de haber avisado a sus discípulos de resucitar al tercer día.
Pero como dije, no soy de ninguna religión. Creo en Dios pero creo que prefiero mantenerme al margen de todo eso.
— ¿Quién lo hizo? ¿Te liberaron?— Papá abordó con sus interrogaciones.
— No lo sé, era un chico pero tenia una hermana al parecer que no fue responsable del secuestro pero no me ayudó a escapar— Recordé a la chica y mi piel se erizó — Tuve que escapar y un chico me trajo en su convertible— Agregué y sus ojos café aparecieron en mi memoria.
— La policía te estaba buscando. Los llamaré para que sepan todo lo que ha ocurrido y detengan a esos criminales— Noté furia en su voz.
— Debes calmarte, podría darte un infarto— Él asintió pero se que no se iba a calmar con mi advertencia.
— Lo sé pero síntomas tanto rabia por ese maldito cobarde— Mi padre no era un hombre de enojos peto cuando lo hacia era mejor esconderse.
— ¿Como están todos? ¿Mis amiga y amigos?— La duda me carcomía.
— Bien, lograron salir a tiempo y solo uno resulto herido por una pelea de cuchillos— Al fin pude respiran tranquila — Pero— Siempre hay un pero— Un profesor resultó muerto.
— ¿Qué? ¿Quién?
— El maestro de Matemáticas, no recuerdo bien su apellido— Se quedó pensativo.
— El profesor Romany— Salió de mis labios y su rostro asintiendo era una muy clara respuesta.
— Si, lo hayaron muerto en el césped de la fiesta esa— Contestó trayendo un vaso de agua para quitar mi sed.
¿Por que matarían a el profesor Romany?
No le encontraba sentido o ¿Acaso esos asesinos mataban sin razón?
Y yo que siempre pensé que tenían una razón para matar, buena o mala, justa o no pero la tenían.
— Y le dejaron una nota al lado en alemán — Levanto mi rostro l oír aquello.
— ¿Y que decía?
— Le tome una foto— Sacó su celular y me lo extendió.
Lo tomé entre mis manos y era claro que no entendía aquella escritura.
— Decía "Ojos azules tú seras la siguiente"— Mis ojos se dirigieron a él y mis manos temblaron— Sonríe a la cámara, si, eso también.
Tenia que salir de ahí, lo mas rápido posible.
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