esta cosa no es de este era o mundo

Pasaron los días, y una vez más, Lincoln Loud estaba inmerso en la rutina diaria con su numerosa familia. Era un típico día en la Casa Loud, con el habitual bullicio que llenaba cada rincón de la casa. Entre sus hermanas corriendo por todas partes, los gritos y las risas, Lincoln decidió que necesitaba un poco de paz y tranquilidad.

Después de terminar su desayuno, se acercó a su madre, Rita, quien estaba ocupada en la cocina.

"Mamá, creo que voy a salir a pasear un rato," dijo Lincoln mientras se ponía su chaqueta. "Quiero despejarme un poco."

Rita lo miró con una sonrisa, acostumbrada a las pequeñas escapadas de su hijo cuando necesitaba un respiro del caos familiar. "Está bien, cariño. Solo asegúrate de estar de vuelta antes de la cena."

"No te preocupes, mamá," respondió Lincoln, mientras se dirigía hacia la puerta. "No estaré fuera mucho tiempo."

Lincoln salió de casa y comenzó a caminar por las calles de Royal Woods, siguiendo un camino familiar que lo llevaba a un lugar que conocía bien: el parque abandonado en las afueras de la ciudad. El parque había estado en desuso durante años, pero para Lincoln, siempre había sido un lugar especial. A pesar de su abandono, el lugar tenía una belleza única. Los árboles altos, las enredaderas que cubrían los antiguos bancos y las fuentes oxidadas le daban un aire nostálgico y misterioso.

Lincoln llegó al parque y respiró profundamente, sintiendo la calma que tanto buscaba. Allí, todo estaba en silencio, solo el suave murmullo del viento y el canto de algunos pájaros rompían la quietud. Caminó por el sendero cubierto de hojas caídas, apreciando cómo el sol se filtraba entre las ramas, creando sombras danzantes en el suelo.

"Este lugar es increíble," pensó Lincoln mientras se adentraba más en el parque. Siempre había algo reconfortante en estar allí, lejos del bullicio y las responsabilidades. "Es como si fuera mi pequeño refugio."

Lincoln encontró su banco favorito, uno que estaba cubierto de musgo y hojas, pero aún sólido. Se sentó, sacó un cuaderno y comenzó a garabatear algunas ideas, tal vez un nuevo plan para su próxima aventura con sus amigos o algún esquema para mantener el equilibrio con sus hermanas.

Mientras se sumergía en sus pensamientos, el suave sonido del viento y la tranquilidad del lugar lo envolvieron por completo. El parque abandonado, con toda su soledad y belleza, era exactamente lo que Lincoln necesitaba en ese momento: un respiro del mundo que lo rodeaba, un lugar donde podía ser él mismo sin distracciones.

Pero, aunque Lincoln se sentía en paz, no podía sacudirse la sensación de que algo más grande estaba en marcha, algo que aún no comprendía del todo. Aunque ignoraba los eventos que se avecinaban, pronto descubriría que su tranquila vida en Royal Woods estaba a punto de cambiar.

Mientras Lincoln estaba sentado en su banco favorito, disfrutando de la paz del parque abandonado, algo extraño interrumpió el silencio. Un leve sonido, casi imperceptible al principio, comenzó a hacerse más claro. Parecía un susurro, como si el viento estuviera intentando comunicar algo. Lincoln frunció el ceño, tratando de concentrarse. El sonido no se parecía a nada que hubiera escuchado antes.

Giró la cabeza, buscando el origen de ese misterioso ruido. Parecía venir de los árboles más allá, en la parte más oscura y abandonada del parque. Los susurros eran ahora más nítidos, y para su sorpresa, las palabras comenzaron a volverse entendibles para sus oídos.

"Lincoln..." escuchó, en un tono apenas audible pero claro.

Se levantó lentamente del banco, su corazón latiendo con fuerza. El sonido lo llamaba por su nombre. "¿Quién está ahí?", preguntó, su voz temblando un poco mientras caminaba hacia la fuente del sonido.

Los susurros continuaban, pero ahora eran más nítidos. "Ayúdame... Lincoln..."

Lincoln se detuvo en seco. No había nadie a la vista, y eso solo hacía la situación más inquietante. "Debe ser mi imaginación," pensó, intentando tranquilizarse. "Tal vez el viento está jugando conmigo."

Pero algo en su interior le decía que no era solo el viento. Había algo más en el parque, algo que lo estaba llamando, y por alguna razón desconocida, solo él podía escucharlo.

Se armó de valor y decidió seguir el sonido, adentrándose más en la parte oscura y olvidada del parque, preguntándose qué podría estar esperándolo allí.

Lincoln siguió el misterioso sonido, avanzando por los senderos más oscuros del parque abandonado. A medida que caminaba, los susurros se volvían más intensos, pero también más confusos. Las palabras seguían siendo incomprensibles, como si el viento estuviera tratando de decirle algo importante. Finalmente, llegó a un claro que nunca antes había notado.

Frente a él, una casa de madera abandonada se alzaba, oculta entre los árboles. Estaba medio derruida, con ventanas rotas y la puerta apenas colgando de sus bisagras. La madera vieja estaba desgastada por el tiempo, cubierta de musgo y enredaderas. El lugar irradiaba una extraña sensación de misterio y desolación, como si hubiera sido olvidado por el tiempo mismo.

Lincoln se detuvo a unos metros de la casa, su corazón latiendo más rápido. Los susurros que había seguido hasta aquí ahora parecían emanar de la casa, envolviéndola en una especie de aura inquietante.

"¿Debería entrar?", pensó, debatiéndose entre la curiosidad y la prudencia. No podía negar que algo lo atraía hacia la casa, pero al mismo tiempo, cada instinto le decía que podía ser peligroso.

Miró alrededor, como si esperara encontrar alguna señal de que no estaba solo, pero el parque permanecía desierto. La casa parecía aún más solitaria de cerca. "No puede ser tan malo, solo es una casa vieja...", se dijo a sí mismo, tratando de calmar los nervios.

Dio un paso hacia adelante, pero luego se detuvo de nuevo. "¿Y si es una trampa? ¿Y si no debería estar aquí?", pensó, sintiendo una leve punzada de duda.

El aire alrededor de la casa era denso, como si el lugar guardara secretos antiguos, y el silencio, roto solo por los susurros, parecía invitarlo a descubrirlos. Lincoln tragó saliva, sin estar seguro de qué hacer.

"Solo una mirada," murmuró para sí mismo. "Si algo se siente raro, me iré."

Con cautela, comenzó a acercarse a la puerta desvencijada, su mano temblando ligeramente mientras se preparaba para entrar en lo desconocido.

Lincoln empujó la puerta de la casa con cuidado, sorprendiéndose al encontrarla abierta sin resistencia. Al entrar, sus ojos se abrieron con asombro. Aunque la casa estaba claramente abandonada y destruida por el tiempo, había algo especial en su interior. El lugar, aunque viejo y cubierto de polvo, parecía haber sido hermoso alguna vez. Los muebles estaban cubiertos por telas blancas rasgadas, y los suelos de madera crujían bajo sus pies, pero aún podía ver vestigios de un pasado lleno de vida.

El techo alto, adornado con molduras antiguas, tenía grandes candelabros colgando, aunque estaban oxidados y sucios. Las paredes, alguna vez decoradas con papel pintado intrincado, ahora estaban parcialmente despegadas y mohosas, pero el diseño de lujo aún era visible. Había una chimenea de piedra en el salón, con cenizas viejas esparcidas por el suelo, como si no hubiera sido usada en años.

Lincoln caminaba con cautela, explorando cada rincón. A medida que avanzaba, no podía evitar preguntarse qué había ocurrido allí, quiénes habitaron esta casa y cómo terminó en ese estado. Mientras sus pasos resonaban en la casa vacía, sintió una mezcla de inquietud y fascinación. Era como si el lugar guardara recuerdos olvidados.

"Esto no es lo que esperaba...", murmuró Lincoln, admirando la belleza oculta bajo el polvo y la decadencia.

De repente, el mismo ruido que había escuchado antes volvió a llenar el aire. Era más claro esta vez, resonando a través de los viejos pasillos de la casa. Lincoln se detuvo, girando su cabeza hacia la dirección de donde provenía el sonido. Era una especie de susurro, como si algo o alguien estuviera tratando de llamar su atención nuevamente.

El ruido parecía venir del piso superior. Lincoln, sin pensarlo mucho, decidió seguirlo. Subió las escaleras crujientes, que protestaban bajo su peso. A medida que se acercaba al segundo piso, el sonido se volvía más nítido y misterioso. Había algo o alguien esperándolo.

Al llegar al final de las escaleras, el pasillo oscuro lo recibió con un silencio inquietante, interrumpido solo por ese susurro. Lincoln tomó una respiración profunda y avanzó. Cada paso lo llevaba más cerca del origen del sonido. El susurro ahora parecía decir su nombre otra vez... "Lincoln...".

Se detuvo frente a una puerta entreabierta al final del pasillo. Las luces parpadeaban débilmente desde el interior, y el ruido se hacía más fuerte. Lincoln extendió su mano hacia la puerta, dudando por un momento. "¿Qué está pasando aquí?", se preguntó.

Con el corazón latiéndole en los oídos, empujó la puerta lentamente, preparado para lo que fuera que lo esperaba dentro...

Lincoln observaba con asombro cómo la caja de madera seguía golpeándose violentamente contra el suelo. Cada golpe resonaba por toda la habitación, haciéndole sentir una mezcla de inquietud y curiosidad. De repente, la caja se detuvo y, sin previo aviso, su tapa se abrió de golpe. Lincoln dio un paso atrás, sorprendido, pero su mirada se centró de inmediato en el objeto dentro de la caja.

Era un bastón antiguo, elegantemente tallado, pero lo que más llamaba la atención era el símbolo en su extremo: una luna o una media luna, que parecía brillar débilmente bajo la luz que entraba por las ventanas rotas. El bastón irradiaba una energía misteriosa y atrayente.

Cauteloso, Lincoln se acercó más, sintiendo una extraña conexión con el objeto. "¿Qué es esto?", murmuró para sí mismo, extendiendo la mano. Tan pronto como tocó el bastón, una oleada de energía lo atravesó. En ese momento, todo a su alrededor desapareció, y una serie de visiones se proyectaron ante él.

Lincoln vio una cadena interminable de guerreros, todos portando el mismo bastón. Cada uno de ellos parecía estar inmerso en batallas épicas, protegiendo reinos antiguos, enfrentándose a criaturas inimaginables y manejando el poder de la luna. Sin embargo, las imágenes eran fragmentadas, fugaces, como si el bastón no quisiera revelar completamente su historia. Lincoln apenas lograba comprender lo que estaba viendo.

El flujo de información era abrumador. Voces de los antiguos portadores del bastón llenaban su mente, susurrando secretos y conocimientos arcanos. Lincoln trataba de asimilarlo todo, pero era demasiado para él. Las imágenes continuaban, más intensas, más caóticas, mientras el bastón le mostraba cada uno de sus antiguos portadores y las increíbles hazañas que habían realizado.

De repente, todo se volvió confuso. Las visiones se mezclaron en un torbellino de luces y sonidos, y Lincoln sintió que su mente no podía soportarlo más. La abrumadora cantidad de información lo sobrepasaba. "No puedo... entenderlo todo...", pensó antes de sentir cómo su cuerpo comenzaba a ceder.

Con un último susurro lejano en su mente, la conexión se cortó abruptamente. Lincoln cayó al suelo, perdiendo el conocimiento. El bastón se deslizó de su mano y quedó inerte a su lado, como si la energía que antes lo inundaba se hubiera desvanecido junto con la conciencia de Lincoln.

La habitación quedó en silencio, solo el tenue resplandor del bastón iluminando el lugar mientras Lincoln yacía inconsciente, sin que nadie supiera lo que acababa de descubrir... o lo que aquello significaba para su futuro.

































Tiempo después, Lincoln se despertó de golpe, jadeando, con el corazón acelerado. Parpadeó rápidamente, intentando enfocar su vista. Se encontraba sentado en una banca del parque, el mismo parque al que había ido antes de todo aquello. Al principio, pensó que lo que había experimentado en la casa abandonada había sido solo un sueño extraño, quizás producto de su imaginación.

"¿Qué fue eso?", murmuró, todavía desorientado, mientras miraba a su alrededor. El lugar estaba tranquilo, igual que antes. El sol se estaba poniendo, bañando el parque en tonos cálidos de naranja y dorado. Lincoln respiró profundo, intentando calmarse. "Debe haber sido mi mente jugándome una mala pasada...", pensó, aún dudoso.

Pero cuando bajó la vista hacia sus manos, su corazón se detuvo por un momento. Allí estaba, el bastón con la luna o media luna en su extremo, descansando en sus manos. Brillaba débilmente bajo la luz del atardecer, y parecía tan real como cualquier otra cosa a su alrededor.

"¿Cómo...?", dijo, incrédulo. El bastón no había desaparecido con las visiones. Estaba allí, tangible y sólido. Lincoln lo giró en sus manos, observándolo con detenimiento, recordando las extrañas imágenes y voces que habían inundado su mente antes de desmayarse.

Las preguntas comenzaron a inundar su mente. "¿Qué significa esto? ¿Por qué lo tengo yo? ¿Qué era todo aquello que vi?". El bastón no ofrecía respuestas, pero su mera presencia era prueba suficiente de que lo que había sucedido no era simplemente un sueño.

Lincoln se levantó lentamente de la banca, todavía sin apartar la vista del bastón. Una sensación extraña, una mezcla de asombro y temor, se apoderó de él. "Esto es real...", pensó. Y con ese pensamiento, supo que su vida no volvería a ser la misma.

Guardó el bastón bajo su brazo, decidiendo que tendría que averiguar más sobre él. No podía ignorarlo. Mientras caminaba de vuelta a casa, con el cielo ya oscureciendo, una sensación de anticipación se apoderó de él. Algo grande estaba por suceder, y Lincoln, aunque no entendía del todo lo que significaba, sabía que de alguna manera, él era parte de ello.

Pero la pregunta es porque el ?

Fin del capítulo

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