Capítulo 3

La reunión en el Wizengamot fue... interesante. Ciertamente no había sido el desastre que Albus había pensado pero tampoco fue una reunión realmente positiva como había pensado Minerva. Minerva McGonagall era bastante optimista sobre las leyes y la justicia, pero Albus que llevaba más tiempo tratando con políticos, era mucho más pesimista.

Los puntos positivos fueron que hubo un suspiro colectivo de alivio al hecho de que Lord Voldemort había sido derrotado y aunque la Ministro Bagnold quería declarar muerto a Voldemort, los relatos conjuntos de los Potter más los análisis de los aurores, revelaron que no había rastros mágicos de Voldemort más allá de sus hechizos, pero no había rastros de su muerte.

Era un hecho poco conocido que cuando un mago moría, su magia se dispersaba en el ambiente, dejando un rastro grande de su magia. En las investigaciones de los inefables, solo apareció una única firma mágica que sí tuvo esa dispersión mágica, la del espía Severus Snape.

Severus Snape declarado espía para la luz y caído en combate, fue uno de esos puntos positivos de la reunión. A pesar de lo que pudieran pesar los miembros del Wizengamot, todos los relatos coincidían en que Snape se atravesó en medio de un hechizo letal dirigido a Lily Potter y logro engañar a Voldemort sin problemas, manteniendo con vida a James Potter.

A Severus Snape se le daría póstumamente una Orden de Merlín Primera Clase y dado que no tenía parientes vivos, se le entregaría a la escuela Hogwarts. En este punto de la reunión es que todo derivo a una situación extraña y tenía un cariz negativo.

Albus dio un paso adelante cuando se mencionó la falta de parientes vivos y se dio a conocer la existencia de "junior". La historia de fondo que habían planeado fue que un par de días antes del ataque, en el apartado postal muggle que tenían para la cobertura de Hogwarts como escuela muggle, llegó una carta de un abogado, solicitando la presencia de Severus Snape.

Snape al reunirse con el abogado, este traía consigo a un trabajador social y a un bebé. Le explicaron que la madre del pequeño había fallecido por una enfermedad terminal y que recordaba que el padre del pequeño trabajaba en una escuela privada, les dio la dirección del apartado postal (que era la única forma de contactar al padre) y que ella en realidad no había querido alterar la vida del hombre, ya que solo había sido un asunto de una noche y nunca pensó que hubiera consecuencias.

La madre había querido mantener al bebé pero se le diagnosticó una enfermedad incurable, terminal y rápida de avance, así que dejó todas sus posesiones al pequeño y le proporcionó a su abogado el apartado postal y el nombre del padre.

Así fue como Snape regresó al castillo con un bebé de brazos y como aun no estaba seguro de si cambiarle el nombre, se limitó a llamarle Junior, ya que la mujer con la que tuvo su asunto de una noche, había bautizado al pequeño como su padre.

Albus le había dicho que buscarían una solución juntos para sus arreglos de vivienda y los papeles necesarios para darle un lugar a su hijo cuando sucedió el ataque y Severus tuvo que ir a cumplir sus obligaciones como espía, derivando en su muerte.

Para el Wizengamot, esta situación era inesperada, ya que los niños se consideraban sagrados. Albus saltó a pedir la custodia al igual que Minerva pero Lily no se había equivocado en que los Lestranges habían saltado también a pedir la custodia del pequeño, alegando una profunda amistad con el padre del niño.

Los Lestranges habían escapado de irse a Azkaban porque, aunque intentaron entrar por la fuerza a la mansión Longbottom, estos se encontraban en esos momentos en Hogwarts y Augusta Longbottom no se confiaba de nadie y había energizado sus barreras al máximo. Los aurores llegaron momentos después del intento de ataque pero dado que solo hubo huellas de algunos magos pero no firmas mágicas identificables, no se pudo condenar a los Lestranges, pero los Longbottom iban a tener un ojo muy atento sobre ellos.

El otro que saltó a pedir la custodia fue Lucius Malfoy, alegando que la amistad entre ellos era tal, que incluso se le había solicitado a Snape, fuera el padrino de Draco y este había dicho que lo pensaría. Según Lucius, Snape había dicho que si hace poco y habían estado organizando la ceremonia poco antes de que sucediera el ataque.

Esto por desgracia, era real, ya que Albus le dijo a Severus que aceptara para fundamentar aún más su posición dentro de los mortífagos.

Aquí es donde el Wizengamot se dividió en dos bandos, los que estaban a favor de Albus o Minerva como tutores y los que estaban a favor de los Malfoys o los Lestranges como tutores. El argumento más grande era que aunque Albus y Minerva podían ser buenos cuidadores, no podían ofrecerle al pequeño una familia establecida.

Albus y Minerva habían discutido que harían si los miembros del Wizengamot se oponían por estas razones y habían trazado un par de soluciones. Ambos dijeron que ellos dos no tenían problemas en casarse si eso ayudaba al pequeño a crecer con ellos.

Entonces, un miembro del lado de los Lestranges/Malfoys dijo que eran demasiado mayores para poder tener la energía de cuidar a un bebé y luego un niño. Claro está, si se casaban y tomaban una poción rejuvenecedora, no habría ningún problema.

En este punto, todos guardaron silencio. Era una verdad conocida pero que nunca se hacía en voz alta, que las pociones rejuvenecedoras eran muy efectivas pero tenían un efecto secundario indeseable: reducían significativamente la cantidad de magia del mago o bruja que la bebiera.

Sabiendo que esos dos magos de la luz eran poderosos, los partidarios de la oscuridad estaban seguros de que no querrían arriesgar la magia que tenía, dado que no se había declarado muerto el Señor Oscuro.

Albus Dumbledore pidió tiempo para pensar en esa respuesta y el Wizengamot dijo que la decisión sobre la custodia del hijo de Severus Snape se aplazaría para dentro de dos semanas. Mientras tanto, se le permitiría al niño vivir en Hogwarts, ya que había múltiples adultos que podían cuidarlo y tenían servicio médico inmediato.

~~~~~~~~~~*****~~~~~~~~~~

Severus Snape, antes de "fallecer", había sido el mejor pocionista en el último siglo. Si había alguien capaz de producir una poción rejuvenecedora perfecta y que permitiera conservar los niveles de magia del usuario, era él. Pero pocas personas recordaban que había otro renombrado pocionista y que era el mejor de los últimos 500 años. Quizás es porque el hombre era más famoso por su primera carrera, la alquimia.

Afortunadamente para los planes de Albus y Minerva, este hombre era un amigo de Albus, así que por esta razón es que Albus Dumbledore estaba tomando una taza de té negro con limón y miel frente al único propietario de la única piedra filosofal conocida.

—Entonces, ¿Me estás diciendo que de alguna manera, Severus Snape, el muchacho que tomaste bajo tu protección, falleció al interponerse en medio de una maldición asesina mientras se estaba ejecutando un ritual de sacrificio y como este no era el sacrificio inicial, todo el ritual se alteró de forma que en vez de cobrarse la vida de quién ejecuto el ritual, simplemente tomó la "vida" vivida hasta ese punto del sacrificio voluntario? ¿Estoy en lo correcto? —.

Albus asintió—Si, eso es un buen resumen, aunque has dejado algunos detalles de lado. El ritual no solo se cobró la "vida vivida" de Severus, sino que marco tanto a él como al pequeño Harry con algún tipo de marca rúnica. No soy un erudito de runas antiguas más allá de algunas barreras de protección y aunque la runa es bastante simple, se siente algo debajo de la marca. No sé qué es, es bastante intangible y esperaba me ayudaras a dilucidar el misterio de lo que hizo el ritual, pero antes de eso, necesito me ayudes a obtener la custodia de Severus rejuvenecido—.

—¿Y qué es lo que necesitas? Tienes suficiente dinero y poder para obtener fácilmente la custodia—.

Nicolas Flamel estaba bastante intrigado por el misterio detrás del misterio del ritual fallido, pero no entendía que tenía que ver la custodia del pocionista rejuvenecido respecto a ese misterio. Sin embargo, Albus nunca le había pedido un favor de este tipo antes.

—Verás, cuando discutí la custodia con el resto de la Orden, su antigua mejor amiga insistió mucho y muy vehementemente con que Minerva, yo o ambos, tuviéramos la custodia del bebé. Le costó convencernos pero sus puntos eran muy válidos y decidimos obtenerla, pero esto claramente dividió al Wizengamot en dos bandos, los que quieren que Minerva y yo tengamos la custodia y los que quieren que la tengan los matrimonios Malfoy o Lestrange—.

Nicolas pensó en todo lo que sabía sobre la política actual y concluyó que los dos matrimonios más prominentes de la facción oscura no tenían buenas intenciones respecto al pequeño y este podría enfrentar un lavado de cerebro o una vida de maltrato y tortura física o psicológica, o incluso ambas. La única razón que se le ocurría a Nicolas de por qué estaba Albus aquí, es que el Wizengamot le pidió algunos requisitos para poder darle la custodia.

—¿Qué te pidió el Wizengamot? —Albus suspiro aliviado. Siempre podía contar con que Nicolas captara hasta la más pequeña variación en algún tema. Esa habilidad era clave para ser un buen pocionista o alquimista. Resultaba que Nicolas era ambos.

—Primero, que me case con Minerva. Alegan que un hogar debe tener dos padres para proveerle estructura—Nicolas resopló—Mis pensamientos también. Lo segundo que me piden, es que tanto Minerva como yo, tomemos una poción rejuvenecedora—.

—¿¡Están locos!? ¿Acaso contemplaron que se reduciría su potencia mágica a la mitad, por lo menos. Es básicamente pedirles que sacrifiquen la mitad de sí mismos y se hagan vulnerables por proteger a ese niño. También es una forma de ganar algo de ustedes, cualquiera que sea la decisión que tomen—.

—¿Qué quieres decir con eso? —Albus tenía algunas sospechas pero era mejor si alguien más le compartía sus conclusiones, ya que podrían darle otra perspectiva.

—Mira, digamos que la beben. Ahora ustedes, dos de los magos más poderosos de la luz, serían reducidos a magos del montón. Todavía tendrían poder político, pero no serían ya campeones que pudieran proteger a otros, sino solo al pequeño. Para la facción oscura, sería darles un golpe tremendo a la facción de la luz. En cambio, si deciden no beberla, los Malfoy o Lestrange, solo tienen que dar suficientes sobornos y tendrían al bebé. Saben que ustedes no estarían tranquilos y usarían al niño, ya sea como saco de boxeo o rehén. Podrían pedirles cualquier cosa para evitar que "algo malo" le pase al bebé—.

Albus medito un poco esto. Había considerado que la oscuridad solo quería desquitarse de la traición de Severus para con ellos, pero lo que decía Nicolas también era una posibilidad. Sabiendo lo importante que era el niño porque creían que era el último vestigio del hombre que al final elimino a Voldemort, tenerlo bajo su yugo tenía muchas ramificaciones. Podían maltratarlo, lavarle el cerebro para que fuera un campeón oscuro, utilizarlo de rehén para forzar cosas de la luz, o peor, todas las posibilidades al mismo tiempo ya que no eran mutuamente excluyentes. Podrían abusar de él al tiempo que le educaban para obedecerlos y también amenazar a la luz con eliminarlo si no hacían alguna cosa especifica.

Pero si aceptaban beber la poción rejuvenecedora, cuando Voldemort volviera (Albus sabía que volvería y los inefables ya habían dicho que no había fallecido), la luz ya no tendría a dos magos que podrían ayudar enormemente en contrarrestarlo.

Albus suspiro—Ojalá hubiera una manera de no perder la mitad de nuestra magia. Así podríamos conservar al pequeño y aun así, proteger nuestro mundo—.

Nicolas parecía estar perdido en sus pensamiento pero de repente sus ojos se iluminaron con una idea... una idea peligrosa. Albus ya había visto esa mirada cuando trabajaron juntos en los usos de la sangre de dragón. Luego estaba la sonrisa maniaca... si, ahí estaba, Nicolas estaba sonriendo maniacamente.

—Creo que tengo una solución a eso, pero es altamente experimental y volátil—.

—No beberé una poción no estabilizada—.

—No, me refiero a un ingrediente que podría hacer que la magia no sea requerida para rejuvenecerlos. Igual que con Severus, si cambiamos la fuente de la energía, podríamos evitar que la poción se alimente de su magia. Si, esa versión es inestable pero quizás por eso podría funcionar...—.

Nicolas estaba murmurando cosas inteligibles—¿Qué ingrediente estás pensando? —.

Nicolas aún tenía ese brillo peligroso en los ojos—A usar parte de la piedra filosofal en una poción de rejuvenecimiento—.

Albus estaba asombrado—P-Pero ¡No queremos vivir eternamente! Sabes que cualquier poción que tenga dentro la piedra filosofal podría convertirse en elixir de inmortalidad y solo queremos ser jóvenes como en nuestros treintas—.

—No, no, Albus, entendiste mal. No digo que usemos la piedra filosofal funcional sino una de mis pruebas—.

—¿A qué te refieres? —Albus nunca supo que Nicolas conservaba alguna de sus piedras de prueba. Normalmente las pruebas alquímicas solían desvanecerse por sí mismas.

Nicolas se puso serio—Cuando hice mis primeras pruebas, me di cuenta de que uno de mis errores era usar piedras preciosas comunes y corrientes. Necesitaba piedras con alta pureza y tuve que comprarlas en tiendas muggles. Desde hace mucho, ellos manejan mejores técnicas de joyería que los magos. Conseguí algunas piedras de alta pureza y para más seguridad, les pedí a los Goblins que purificaran aún más dichas piedras. Al final, solo quedaron dos piedras filosofales pero una era de una pureza tan alta que podía hacer un elixir demasiado poderoso. No solo alargaba la vida, sino que aumentaba enormemente el caudal de magia—.

Albus no entendía por qué más magia podría ser algo malo—¿Acaso aumentar la magia es malo? —.

—Si, cuando es demasiada. Nosotros somos como un vaso de agua respecto a la magia. Los muggles digamos que tienen muy poca agua en este vaso hipotético. Los squibs tienen más agua que los muggles pero apenas un sorbo. Algunos magos tienen la mitad del vaso lleno y otros como tú, yo y Minerva tenemos casi lleno el vaso. Ahora imagina que podemos verter agua en este vaso sin que se derrame una sola gota, ¿Qué crees que pasaría con el vaso? —.

Finalmente, Albus pudo entender el punto—El vaso estallaría—Sin embargo, Albus sentía que algo se le estaba escapando—Entonces, ¿Cuál es el punto sobre usar esta piedra fallida? —.

—Mira, si controlo bien la cantidad de tiempo en que esta sumergida la piedra en la poción, se puede usar la cantidad de magia añadida como la fuente de energía de la poción. Es decir, el efecto rejuvenecedor se mantendría pero la magia que tomaría de ustedes, sería la magia extra que proporcionaría la piedra. ¿Entiendes? —.

—Si, creo que sí. Estamos usando algo parecido a Severus interponiéndose en el ritual. Si cambias el "sacrificio de magia" añadiendo más magia al vaso, la poción consumiría el "agua" extra antes de que estalle el vaso. ¿Es eso? —.

—Así es. Creo que puedo conseguir una versión estable, pero será doloroso cuando rejuvenezcan. No hablamos de simplemente tener la apariencia de alguien joven como muchas pociones. El elixir que puede producir esta piedra probablemente hará cambios en sus cuerpos de forma permanente. Serán más jóvenes literalmente, tanto a nivel de apariencia como en sus cuerpos, y es posible que algunas de sus enfermedades de nacimiento se corrijan—.

—Oh vaya, y yo que pensé que mis lentes me quedaban bien—Nicolas solo resopló, pensando que su amigo tenía un sentido del humor muy malo.

—Entonces, ¿Confiarías en mi idea? —.

Albus miró directamente a los ojos de su amigo. Sabía que Nicolas haría hasta lo imposible por mantenerlos vivos pero siempre podía haber secuelas en una poción experimental. Sin embargo, Nicolas siempre era extremadamente cuidadoso con sus experimentos y si había alguien que rivalizara en Pociones con Severus, ese era Nicolas. Al final, no había mucho que elegir. Quería poder cuidar de Severus y como dijo Lily, darle una nueva vida. Lo merecía y todos los adultos que pudieron haber hecho algo, fueron ciegos a su desgraciada vida, incluyéndolo.

Pensó, erróneamente, que Severus se había perdido en las Artes Oscuras y jamás considero que era solo un niño asustado debajo de todo ese sarcasmo y malas maneras. Jamás supo que sus padres habían sido tan negligentes y en el caso de su padre, también violento. Cierto que su madre parece haber hecho un pequeño intento de protegerlo, pero esta pudo haber regresado con sus parientes y si estos la rechazaban, siempre podría haber regresado al mundo mágico y pedir asilo en Hogwarts o cualquier escuela mágica. Todos los mágicos recibían esta información sobre las solicitudes de santuario. Era evidente que la mujer nunca tomó estas opciones por orgullo o porque estaba cegada por el amor, pensando como muchas mujeres, muggles y mágicas, que su esposo cambiaría algún día.

Si, hablaría con Minerva y estaba casi seguro de que la mujer aceptaría beber la poción, igual que él.

—¿En cuánto tiempo puedes tenerla lista? Me dieron dos semanas para tomar una decisión y sería mejor que llegara ya con la poción—.

Nicolas sonrió, con esa sonrisa maniaca que a Albus le daba miedo—Dame solo una semana. Después de todo, es verificar solo algunos "detalles menores"—.

Albus sintió escalofríos pero era tarde para retractarse.

~~~~~~~~~~*****~~~~~~~~~~

Albus y Minerva se habían vestido formalmente para la ocasión. Llevaban los viales de la poción altamente experimental de Nicolas e incluso el mismo Flamel estaba entre los asistentes a esta sesión del Wizengamot. Claro está, en el área pública.

A Albus le daba risa que todos pensaran que Nicolas era tan viejo como se veía, ya que era un glamour muy elaborado. Nicolas debajo de toda esa fachada, en realidad no aparentaba más allá de unos cuarenta y tantos años, muy bien llevados. Su esposa era apenas unos años menor que él, de forma que en realidad, pasaban desapercibidos entre las personas comunes y corrientes cuando dejaban caer sus glamours.

Ahora ahí estaba su amigo junto a su esposa, dándole pulgares arriba. Nicolas pasó toda una semana haciendo estallar calderos hasta que logró estabilizar una versión. Se negó a darle detalles muy finos a Albus, solo diciéndole que al final tuvo que usar un poquito de alquimia para amalgamar todo y cronometrar la inmersión de la piedra, pero finalmente tuvo una versión estable y luego solo tuvo que calcular la cantidad ideal para el tamaño del bebedor y la edad a la que quería regresar.

Como fuera, Albus estaba seguro de que la poción funcionaría como se esperaba y Minerva tuvo que dar un salto de fe, confiando en que saldrían ese día más jóvenes, casados y con la tutela del pequeño Severus. Después de esa reunión de la Orden, Minerva se había sentido terrible. Nunca había visto las señales de abuso y tontamente, creyó en los viejos prejuicios de que la casa Slytherin era malvada, pensando que el interés de Severus en las Artes Oscuras era peligroso.

Hablando con Lily, se enteró de que Severus pensaba encontrar los contra-hechizos de varios maleficios y hechizos maliciosos que aún no tenían una forma de neutralizarse. Como lo explicó Lily, Severus necesitaba conocer el monstruo que iba a enfrentar y por eso estaba fascinado con las Artes Oscuras. Eran difíciles, cambiantes y casi imposibles de contrarrestar sin pagar un alto precio. Severus había descrito las Artes Oscuras como una Hydra, que le cortabas una cabeza y surgían dos.

Luego de pensar en todo lo que aprendió, cuando Albus llegó a explicarle lo que pensaba hacer su amigo Nicolas, primero se horrorizo por la idea de beber una poción altamente experimental y peligrosa, pero por el otro, pensaba en que no podían dejar a Severus a merced de los buitres, y tampoco podían perder la mitad de su magia. Justo como había dicho el famoso alquimista, no importaba la decisión que tomaran, la facción oscura se había asegurado de acorralarlos y ganar de cualquier manera.

Excepto que Nicolas pensó en una forma de mantener su magia y que pudieran conservar a Severus bajo su cuidado. Claro está que ser jóvenes no era el único requisito pedido por el Wizengamot. También querían que ellos dos se casaran. Minerva suponía que se basaban en los rumores sobre la sexualidad de Albus y era cierta. Albus jamás podría tocar a una mujer de manera romántica, pero eso estaba bien para ella. Solo una vez se enamoró de un hombre y lo dejó porque era muggle. No quería vivir bajo las restricciones del estatuto de secreto y oblivió al hombre para que pudiera encontrar una pareja más adecuada para él.

Luego de eso, se dio cuenta de que los hombres realmente no la hacían suspirar sino las mujeres. Igual que Albus, aunque encontrara al mago adecuado, este no podría interesarle más allá de una amistad. Así que un matrimonio entre ellos ayudaba a cuidar su imagen pública y alejaría un poco los rumores sobre su sexualidad dudosa.

Dado que Albus era quién estaba pidiendo la custodia a nombre de ambos, el actual Jefe Brujo en funciones era la propia Ministra Bagnold. Albus no podía votar en su propio caso de custodia.

—Director Albus Dumbledore y profesora Minerva McGonagall, ¿Han tomado una decisión? —Minerva le dio un asentimiento a Albus y este tomó la palabra.

—Si, su señoría, hemos tomado la decisión de tomar una poción rejuvenecedora. Queremos que el pequeño hijo de Severus, tenga un hogar—.

-Muy bien, que así sea—La Ministro hizo una seña a uno de sus secretarios para que le trajera dos viales de poción rejuvenecedora, pero Albus la detuvo.

—Disculpe, su señoría, pero hemos tomado nuestras propias previsiones sobre el uso de la poción rejuvenecedora. Entenderá que aún hay muchos mortífagos sin identificar y siendo las personas que somos, entenderá que no queremos arriesgarnos a que alguien haya logrado llegar al almacén de pociones, o pueda interceptar a su secretario y hacer lo mismo—.

—Entiendo sus preocupaciones director, pero ¿Cómo podemos saber que si es una poción rejuvenecedora y no una poción de glamour? —.

—Yo puedo responder eso—Nicolas levantó la mano y siempre le agradaba cuando la gente se le quedaba viendo, pensando en que su cara se les hacía familiar pero nunca ubicaban donde. Había sido bendecido o maldecido, como quisiera verse, con una cara común y atemporal.

—¿Y usted es...? —.

—Oh, disculpe su señoría. Me llamo Nicolas Ignis. Soy el Maestro de Pociones que elaboro la poción que van a tomar el director y la profesora—.

—¿Puede garantizarlo? —Por toda respuesta, Nicolas sonrió con su mejor sonrisa maniaca y levanto su varita. Muchos se hicieran para atrás, pensando los peores escenarios, Albus sonrió y Minerva lo miro como si pensara que el hombre tenía algún problema mental.

Sin embargo, el desastre esperado no llegó—Yo juro por mi magia y mi vida que la poción que beberá el director y la profesora es una poción rejuvenecedora—Nicolas espero a que el juramento se disipara—Expecto Patronum—Un dragón salió de la varita de Nicolas, asombrando a la sala entera—Supongo que eso lo cubre, ¿No es así, su señoría? —.

La Ministro Bagnold jamás, en todos sus años de vida, había conocido a un mago tan extraño y caótico, a la vez que temible y poderoso. Era evidente que era un amigo de Albus, ya que este estaba sonriendo y a punto de estallar en carcajadas.

—Si, bueno, entonces, por favor director y profesora, si fueran tan amables de tomar la poción en nuestra presencia—.

Albus sacó los dos viales de poción, le tendió uno a Minerva—Hasta el fondo, querida—.

—Hasta el fondo, querido—.

Ambos ancianos tomaron la poción y primero no pareció pasar nada pero luego de unos instantes, ambos magos sintieron un dolor agudo en sus estómagos. Había medimagos atentos pero todos sabían que estas pociones eran muy dolorosas. Mientras todos estaban observando a los dos magos contraerse de dolor, Nicolas estaba más atento a las reacciones de la poción modificada.

No le dijo a Albus que su poción estabilizada, aún tenía un pequeñísimo efecto secundario y era que le daría un impulso extra de magia. Claro está que no esa cantidad desbordante que producía si se usaba en el elixir de la vida eterna, sino solo un impulso de magia de alrededor del 10 0 20 por ciento. No rompería el "vaso", pero ciertamente iba a llevar el nivel del agua hasta el borde.

Luego de varios minutos, en vez de la adusta profesora de mirada severa y cabello con toques de gris, estaba una mujer bastante hermosa pero que tenía una mirada intimidante, de buena figura, ojos verdes y cabello negro. En lugar del anciano mago que todos recordaban muy parecido a un viejo sabio, lo que estaba era un hombre pelirrojo, de ojos azules y nariz recta, bastante atractivo y en forma.

Aparentemente, poca gente sabía cómo habían sido ambos cuando eran jóvenes. Los medimagos se acercaron y revisaron a ambos, primero asintiendo normalmente a sus hechizos de diagnóstico pero luego sorprendiéndose de algún valor extraño.

—Ministro Bagnold, sus niveles de magia...—.

—¿Qué sucede? ¿Descendieron más de lo esperado? —Bueno, eso sería un desastre, pensó la Ministro. Esperaba al menos que conservaran la mitad esperada.

—No, no. Es lo contrario, tienen más magia—.

—¿¡Que!? —Esa fue la respuesta colectiva de todos los miembros del Wizengamot. Algunos con alegría y otros aprehensivos, unos pocos con furia y un par con miedo.

—¿No dijeron que era una poción rejuvenecedora? Esto no es posible—.

—Ministro, el asunto es que el resto de las lecturas, muestran que efectivamente bebieron una poción rejuvenecedora—.

La mirada de la Ministro se dirigió al pocionista—Dígame, ¿Cómo logró esta hazaña? —.

Nicolas fingió estar compungido pero era evidente que no lo estaba—Ah, verá, Ministro. No puedo decírselo—.

—¿Sabe que podemos obligarle con veritaserum, verdad? —.

—Si, conozco el protocolo pero resulta que aunque yo elabore la poción, no es mi receta. Mi maestro de alquimia es quién desarrollo la receta y la tiene bajo patente y numerosos hechizos para evitar que se conozca—.

—¿Quién es su maestro? —La Ministro no esperaba algo como una patente. Muchos pocionistas no las usaban, sino que llanamente registraban la poción como patrimonio familiar y vendían el uso a una tienda o tiendas en particular. Las patentes eran un asunto complicado en su mundo, ya que se necesitaba una sesión entera para permitir el uso general, discutir el precio y etcétera. Excepto que los alquimistas podían hacer patentes directamente.

—Oh, eso. Bueno, creo que lo conocen aquí como Nicolas Flamel. ¿Puede creer que compartimos el mismo nombre? Siempre le digo que es por eso por lo que me permitió mi aprendizaje—.

Casi se podía escuchar un alfiler cayendo. No había duda de que Albus Dumbledore había ganado esta partida. Nadie pondría en duda la pericia de Nicolas Flamel en crear una poción de este tipo y era evidente que comprendía la peligrosidad de la misma si metió la receta directamente a una patente. Esos dos viales que bebieron el director y la profesora, probablemente serían los únicos que existirían alguna vez.

Sus enemigos políticos habían olvidado cuantas amistades diversas y poderosas conocía Albus Dumbledore.

Minerva solo sonrió—Entonces, su señoría, ¿Podemos proceder ahora con nuestro matrimonio y la posterior tutela de Junior? Me gustaría poder adecuar su cuarto ya con la tutela arreglada. Además, tenemos que pasar a comprar una casa para nuestra familia—.

Albus enlazó su brazo con Minerva y le sonrió, palmeando su brazo con ternura—Cierto querida, cierto. Debemos comprar una casa para nosotros y nuestro pequeño—.

La aturdida audiencia no pudo más que suspirar en alivio y derrota, dependiendo del bando que estuvieran, para hacer justamente lo que habían descrito la pareja. Un par de horas después, Albus y Minerva salieron como esposos y con los papeles de adopción, ya que en un giro de las cosas, Albus propuso que en vez de tutela, y ya que eran un matrimonio, sería mejor adoptar al pequeño.

Fue en la noche, ya en Hogwarts, que Molly Weasley, quién se había quedado a cuidar al pequeño Sev, quién les entregó al pequeño en brazos a sus nuevos padres. Tanto para Albus como Minerva, todo se sentía irreal, pero viendo al pequeño Sev sonreírles y tratar se agarrar sus narices, sintieron que todo este circo había válido la pena.

En eso, apareció un fénix en medio de un estallido y le entregó a Albus una carta que hizo que perdiera el color. Luego el fénix estalló de nuevo en llamas y desapareció—¿Qué sucede, Albus? ¿Está todo bien? —.

—No, nada está bien. Es Nicolas... él...—.

—¿Está bien? ¿Le paso algo luego de la audiencia? —Albus negó con la cabeza—¿Entonces que sucede con él? —.

—Él ha pedido como pago por el favor, ser el padrino de Severus—.

Minerva suspiro, había pensado que era algo más grave. No, si Albus había palidecido, era por algo—¿Y eso es malo? —.

—A Nicolas le gusta estallar calderos. Es caótico y quiere ser el padrino de nuestro hijo. Si crees que los gemelos Weasley son malos, no has conocido a Nicolas. Nicolas es como esos gemelos pero magnifícalo por siglos y siglos de hacer travesuras y hacer estallar pociones experimentales, romper las fraguas y crear homúnculos con la forma de un sátiro, solo para espantar a su esposa—.

—¡Oh, Merlín! —.

Minerva ya sentía que la presión arterial le estaba subiendo. Nicolas Flamel quería ser el padrino de su hijo, lo que era tanto un don como una maldición. Ciertamente, nadie nunca volvería a pensar mal de Severus, teniéndolos a ellos como padres y a un poderoso padrino en la ecuación, pero eso también haría que una mente tan inteligente como al de Severus, pudiera ser mal guiada.

—Tranquila, encontraremos una solución. Después de todo, eres famosa por tu férrea disciplina—.

—Piénsalo de nuevo, "cariño". Ser padre quiere decir que tú también tendrás que imponer disciplina—.

—¡Pero quiero ser el padre genial! —.

Molly Weasley, que aún no se había ido, estaba bastante feliz de ver discutir a la pareja. Ciertamente no eran convencionales y tendrían mucho trabajo por hacer, pero ella estaba segura de que podrían lograrlo. Además, proteger a Severus era solo una de las muchas cosas que debían revisar, también estaba revisar las cosas de Severus tanto en su casa de Spinner's End como en Hogwarts. El testamento se liberaría en un par de semanas y tendrían que hablar con los Goblins, bajo un contrato de confidencialidad.

Como fuera, al menos por el momento, el pequeño Severus estaba a salvo. Esa ya era una bendición.

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