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En algún lugar en el Reino humano se encontraba un hombre corriendo por las calles oscuras de un pueblo, parecía que estaba huyendo de algo, o alguién. El hombre estaba corriendo a paso rápido, paso de correr en una calle de un barrio a las oscura veredas de un bosque , aquel hombre siguió corriendo más y más rápido ya que algo o alguien lo venía siguiendo. Cuando se encontró en medio del bosque una vieja cabaña aparentemente abandonada, así que decidió esconderse en ella.

Cuando se escondió, el pudo ver a unos hombres uniformados correr a la dirección a la que el estaba corriendo. Se dió la vuelta, y saco algo de su bolsillo, era un papel. Tocó el papel con su debo y este se deciso transformándose en una esfera brillante de luz flotando en el aire.

Aquel hombre se puso a recordar como fue que terminó en esta situación, y recordó que el estaba en su lugar de origen: 'Las islas hirvientes'. Peleando con uno de los demonios de aquel lugar, cuando ese demonio  movió sus debes y mágicamente apareció en su mundo.

Y luego se metió en conflictos con la ley y se encontraba huyendo de ella, el hombre se encontraba revisando aquella cabaña en busca de un lugar cálido en donde pudiera dormir. Hasta que lo encontró y justo cuando se estaba quedando dormido escuchó el llanto de un bebé, viniendo de una área de la casa.

El hombre buscó y buscó por todas las áreas en donde se escuchaba en llanto de aquel bebé resonar en las paredes, hasta que el la parte trasera lo encontró el causante de ese llanto. Encontró una canasta que en su interior se encontraba una muy hermosa bebé de tez morena, cubierta con una pequeña Sabana blanca llorando probablemente por comida. El no lo pensó dos veces y cargo a la infante entre sus brazos, pensando que clase de monstruo dejaría a un bebé en una cabaña abandonada. Cuando la cargo puso ver en la canasta la forma de un objeto y decidió ver que era, pero cuando fue a  retirar la Sabana que lo cubría se encontró con una llave que en la parte de arriba tenía como el ojo de un gato.

Lo presionó y como por arte de magia al frente le apareció una puerta que también tenía en la parte de arriba aquel ojo de gato, cuando la puerta se abrió. El cerro los ojos por la claridad que emanaba de la entrada, cuando sus ojos se lograron acostrunbrar a la claridad logró ver. Que parecía uno de los bosques de su hogar lo pensó bien y decidió cruzar la puerta.

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