John

Mihail Dantés no murió esa noche, pero fue llevado a quirófano y semanas más tarde llevado a una prisión de máxima seguridad.
Los presos estaban bien informados de sus delitos. Me había asegurado de ello.
Su estancia no sería agradable, desde luego.

Tardamos más de lo que me hubiese gustado, pero dado sus cargos, conseguimos la anulación del matrimonio.

Audrey tuvo que visitar a Elle en varias ocasiones más para asegurarse de que estaba completamente bien.
Para ser sincero, me preocupaba que lo ocurrido acabase afectándola de algún modo, pero tengo que decir que verla tranquila, sonriendo a todo el mundo, e incluso bromeando con los chicos, era lo mejor.

También recibimos la visita de Gabriel y Meg, su mujer.
Ellos viven en el rancho junto a Jackson y Aurora.
Meg sufrió mucho a manos de su marido y luego del hermano de este.
Gabriel acabó con la vida del primero, pero Meg fue quien mató al segundo y pensé que tal vez saber que no era la única que había actuado de este modo, la tranquilizaría en caso de necesitarlo.
La diferencia estaba, como ya dije, en que Mihail no estaba muerto.

Un tema que no habíamos tocado era el del anillo.
Yo no dije nada y ella no se lo quitó y tampoco habló acerca de dormir en una habitación separada.
Eso me daba esperanzas.

Otra de las cosas que me preocupaban, era que se negaba a tener relación con su familia, especialmente con su padre.

Por lo que yo sabía, este le había contado la verdad acerca de su relación con Mihail y el porqué aceptó  todo, y en el fondo ella lo entendió. Comprendió que quisiera mantener a su madre a salvo, pero en el fondo, Elle se siente traicionada por su padre.

—Seguí adelante con la boda porque eso mantendría a mi familia a salvo, pero es lo que él debió hacer. Si, mantuvo un techo sobre la cabeza de mi madre e impidió que acabasen en la calle, pero, ¿y yo?
>>Antes de la boda, permitió que me retuviese contra mi voluntad. No movió un solo dedo para sacarme de allí. Dejó que maltratase y violase a su única hija...

Su voz se hace más débil conforme las palabras toman consciencia en su mente.

Me agacho frente a ella cuando se deja caer en el sofá y cojo sus manos dándoles un pequeño apretón.

—Te encontramos en parte gracias a tu padre. Se aseguró de meter a Troy entre sus guardaspaldas para que este tuviese acceso a todos los lugares a los que iba incluyendo sus citas con Mihail. Elle, si algo le pasara a tus padres antes de que tengas oportunidad de hablar con ellos, eso quedará para siempre sobre tus hombros. Entiendo que es difícil, amor, pero eres una mujer increíblemente fuerte y yo estaré a tu lado si me necesitas.
—Lo pensaré. Lo prometo.
—Eso es suficiente por el momento. Ahora, vamos a cenar.

Esperaba, que ella no se lo pensase mucho, porque nunca se sabe lo que depara el futuro, y en ocasiones, se llega tarde.