Capitulo 21
Elle
Las visitas con Audrey pasaron de ser cada día, a dos veces por semana.
Hoy era mi sesión número diez y tenía muchas cosas que contarle. Empezando en que el único modo en que conseguía dormir toda la noche, era envuelta en los brazos de John.
Él se había vuelto mi ancla. Y mucho más.
—Entonces, ¿como has estado?
—Sorprendentemente bien. Hace días que las pesadillas no me asaltan y que soy capaz de estar en la habitación con más de un hombre y no querer salir corriendo.
—Eso es algo muy bueno, Elle. ¿Que ha sucedido para que eso ocurra?
—¿Sinceramente? John tiene muchísimo que ver en ello. Él solo tiene que estar a mi lado y todo mi cuerpo se relaja. Ni siquiera tiene que tocarme, aunque siempre deja una pequeña caricia sobre mi si ve que de algún modo me tenso.
—¿Y en la intimidad?
Me sonrojo.
Desde aquella noche, todo lo que hemos hecho ha sido dormir abrazados.
John no me ha presionado y yo no he querido hacer ningún movimiento al respecto.
Para ser totalmente sincera, no me atreví.
—¿Le amas?
La pregunta no me sorprende, quizá porqué sé que es cierto y porque me he dado cuenta de que ella no solo es inteligente y compasiva, sino también muy perspicaz.
—Lo hago.
—¿Y él lo sabe?
Me encojo de hombros.
John no pasa ni un día sin decirme que me ama, pero actúa conmigo como siempre. Nada ha cambiado, por lo que dudo mucho que sepa cuales son mis sentimientos.
—He querido decírselo desde que comprendí lo que sentía, pero una parte de mi piensa que él creerá que se debe al agradecimiento que siento por él. No quiero eso. Prefiero demostrarle que soy sincera en lugar de decir las palabras, porque solo son eso.
De nada sirve decir "te amo" si no puedes demostrarlo. Eso creo yo.
—Entiendo tu razonamiento. Creo que es suficiente por hoy.
Asiento y me pongo en pie, esperando a que ella haga lo mismo.
—Tengo algo para ti, Elle. Chris quería dártelo en persona pero está fuera debido a una feria literaria, así que lo dejó para ti.
Curiosa como soy tomo asiento de nuevo y espero.
Audrey me extiende una bolsa de papel que no había visto hasta ahora.
Maravillada, compruebo que son sus libros y más sorprendida aun, descubro que hay uno que no he leído.
Todos y cada uno de ellos está firmado con una pequeña dedicatoria, pero este último, tiene mucho más.
La fe es algo efímero como todo en esta vida, pero hay que aferrarse a lo que importa y no dejar escapar las oportunidades.
Puedes empezar de nuevo o vivir con el recuerdo de lo que te hace ser quien eres, pero mantente en pie y lucha por tu felicidad.
Con cariño, Chris.
Acaricio sus palabras, aferrándome a ellas y luego miro la portada y el título del libro.
Una enorme montaña nevada rodea una pequeña casita solo iluminada por la luz de una pequeña ventana en el altillo.
Encontré tu luz
—Gracias. Esto significa muchísimo para mi. ¿Puedes darle las gracias?
—Tu lo hiciste.
Levanto la mirada hacia ella y la veo sostener el teléfono. ¡Me estaba grabando!
*****
John
Aprovecho mientras Elle está con Audrey para tener un momento de relajación.
La tensión desaparece de mis hombros al meterme en la bañera.
Uso uno de esos cascos a los que puedes enganchar latas y beber de ellas y rescaté uno de mis viejos cómics para distraerme un poco.
Estos últimos días junto a Elle han sido increíbles.
Después de aquella vez en la que me pidió que intimásemos, no ha vuelto a suceder, pero no estoy preocupado.
Las ganas están ahí, pero ya sabía que llevaría tiempo, por lo que he pasado muchos momentos bajo una ducha fría.
He visto cambios en ella. Cada vez que Audrey se va, deja una pequeña sonrisa en ella y estoy orgulloso de que cada día que pasa, parezca más la Elle que siempre debió ser.
Ya no escapa de la habitación si los chicos vienen de visita y ha hecho amistad con las chicas.
Me encanta eso y me encanta verla con los niños.
Enciendo un puro para rematar mi momento y me centro en mi pequeño momento. Hasta que se abre la puerta de golpe y una muy cabreada Alexa entra vistiendo un traje pantalón de color negro.
Cuando llegó, y más importante aun, ¿que hace colándose en mi cuarto de baño?
—Sal de ahí, tenemos que hablar.
—Sal tú. Estoy en pelotas.
—Lo sé. Apresúrate. Es importante. Mihail Dantés ha sido visto en la ciudad. Tengo imágenes e información.
Mierda. Adiós a mi momento.
Me apresuro a secarme y a vestirme una vez estoy a solas.
Cuando entro en el salón, todos están aquí, salvo Eva, Thea, Delia y los niños.
Me alegra ver que Audrey no se ha ido, porque una sola mirada a Elle y sé que esto va a ser un duro golpe para ella.
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