Capítulo 20
John
Beso sus labios despacio, tomándome mi tiempo, disfrutando de su suavidad.
Su boca se abre dejándome entrar y su sabor está cerca de ponerme de rodillas.
Sé que si seguimos así, no podré detenerme, de modo que rompo el beso.
Mis manos tiemblan cuando cojo las suyas y nos llevo hasta mi habitación.
Consciente más que nada de que debo ir despacio, trato de mantener mi respiración tranquila. Lo último que quiero y que ella necesita es darle motivos para ponerse nerviosa.
Trato de no perder un solo movimiento de ella.
Si en algún momento veo que esto es demasiado, me detendré, aunque me cueste.
—Dime que quieres hacer, cariño.
—Quiero tocarte.
Mi pecho se expande al pensar en sus pequeñas manos sobre mí.
Asiento y ella se acerca, temerosa.
—No tengas miedo. No me moveré. No te tocaré.
Avanza hasta que nuestras respiraciones forman una sola.
Cierro los ojos cuando sus manos acarician mi rostro, bajan a mi cuello y luego a mi pecho.
Mi corazón late desbocado, tanto, que temo que salga de mi pecho hasta sus manos. Sé que ella puede sentirlo, porque aunque es ligero como una pluma, deposita un beso sobre él.
Sus manos descienden, hasta el borde de mi camiseta.
No me la quita. En su lugar, mete las manos bajo la tela y acaricia la zona.
Dejo de sentir su respiración sobre la mía para momentos, segundos, después, sentirla sobre mi estomago.
Besa la zona y con ayuda de sus manos mientras estas van subiendo la camiseta con intención de quitármela, deposita más besos sobre mi.
—Me gusta tocarte. Eres fuerte y tierno al mismo tiempo. Nunca podría temerte. Sé que ese es tu miedo.
Asiento incapaz de decir una sola palabra.
Ella ha sido capaz de leerme tan bien...
La camiseta desaparece y la escucho inhalar con fuerza. Imagino que debido a mis cicatrices. Tengo algunas de mi tiempo en el ejercito.
Contengo el aliento una vez más cuando besa cada una de ellas.
Hace mucho tiempo que aprendí a vivir con ellas hasta el punto de que ya no las siento o pienso en que están ahí, pero con su ternura, casi desearía que fueran recientes para que con sus besos, se llevase lejos el dolor.
Se detiene y se aparta. Abro los ojos que todavía mantenía cerrados disfrutando de su toque, y veo como poco a poco se quita la pequeña chaqueta que llevaba y su camiseta.
Es mi momento de inhalar con fuerza. ¿Como es posible que no me diese cuenta de que no llevaba sujetador?
Al sentir mi mirada sobre ella, lleva sus brazos hasta su pecho para cubrirse.
Doy un paso al frente y sin apartar mis ojos de ella, la descubro ante mi de nuevo.
—Eres hermosa, Elle. La mujer más hermosa que he tenido nunca frente a mi. Eres hermosa por fuera y sobretodo por dentro. Amo cada parte de ti.
Sus brazos vuelan hasta mi cuello y me rodea con ellos, manteniendo así nuestros pechos desnudos tocándose.
El roce de sus pechos contra el mío está despertando mi cuerpo como hacía tiempo que no lo hacía.
Solo ella. Solo para ella.
Sin embargo veo algo en sus ojos. Ella teme esto. Teme que sea demasiado pronto y que no sea capaz de detener su terror y lo estropee.
Quiero decirle que no hay modo alguno de que eso ocurra, pero tengo una idea mejor.
Retiro sus brazos de mi cuello y llevo sus muñecas a mis labios, besando las heridas que ya están cicatrizando en ellas.
—Quiero intentar una cosa.
Me sigue hasta la cama y abro mi mesita de noche. Cuando ve las esposas en mis manos, retrocede, por lo que me apresuro a explicarme.
—No son para ti, cariño. Son para mi.
—No entiendo.
—Quiero que tengas el control sobre esto todo el tiempo. No quiero que tu miedo a sentirte indefensa rompa este momento. Voy a atarme a la cama. Solo una mano porque quiero poder tocarte. Quiero poder acariciarte mientras estás sobre mi.
—Pero...
—Detendré cualquier toque si es demasiado para ti. Lo prometo.
Ella no dice nada pero lo tomo como que aceptó.
Le enseño la llave que dejo sobre la mesita de noche, junto a una caja de preservativos que ni recordaba que estaban allí, me tumbo sobre la cama y cierro la esposa sobre el cabecero y después alrededor de mi mano derecha.
—Ahora soy tuyo para que puedas hacer y tocar todo lo que quieras.
La veo mirarme de arriba abajo y detenerse en mi entrepierna. Sé que mi erección es notable. La verdad es que los pantalones no ayudan.
Lejos de huir, que es otro de mis miedos, teniendo en cuenta en la situación en la que estoy, ella acaba de desnudarse y gatea a mi lado para ayudarme a quedarme del mismo modo.
Mi miembro salta libre al desaparecer las capas de ropa que lo cubrían.
Echando las sabanas sobre nosotros, rodea mi cintura con un brazo y esboza una hermosa sonrisa mientras mi mano libre acaricia su pelo.
Necesito besarla más que nada en este momento.
—Tu recuerdo me mantuvo cuerda mucho tiempo. Muchas veces me preguntaba si habías sido real o solo producto de mi imaginación. Un modo de escapar de aquella pesadilla.
—Te aseguro que soy real. Ambos lo somos.
Su boca cae sobre la mía y dejo de pensar. Solo siento.
Hubo muchos días en los que yo también dudé acerca de ella viniendo a mi. Dudé por si no había sido más que un sueño, pero el sueño en realidad lo estaba viviendo en este momento, junto a ella. Junto a mi Elle. Ella era mi sueño.
Para cuando ella reunió el valor para ponerse sobre mí, sabía que no estaba lista del todo, por lo que le pedí que simplemente encontrase su propio placer, y lo hizo.
Aquella noche no hubo penetración.
Usó la fricción de ambos sexos para llegar a lo más alto, y me permitió llegar con ella.
Era un principio. Un paso a la vez.
Y era suficiente para mi.
-----------------
¡FELIZ SAN VALENTÍN, CHIC@S!!!!
Espero que os guste esta sorpresita.
No sé cuando podré subir nuevo capítulo, así que espero que sea prontito.
Hasta la próxima.
Un besazo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top