Capítulo 14
Elle
Miro impotente las vendas que cubren mis muñecas.
La sangre ha traspasado el tejido, pero no me importa.
Ya no me importa nada.
Ha llegado mi fin.
Decidí acabar con mi vida yo misma, antes que a manos de mi marido, y sabía que una vez viniese a mi, no se detendría hasta matarme.
Escuché sus gritos y me encogí en mi lugar.
Era la hora.
Nada lo detendría esta vez.
La puerta se abre golpeando la pared, y la enorme figura de mi marido llena el hueco impidiendo el paso.
-Ahí estás.- su tono de voz es frío y calmado, lo que solo me hace estremercerme.
En menos de cinco zancadas está sobre mí.
Sus manos alrededor de mis muñecas, apretando las heridas y haciendo que se reabran.
-¿Cuanto tiempo pensaste que podías ocultarlo? Desde luego conseguiste ayuda, pero ya me encargaré de él. Ahora mismo van a quitarte esa mierda que impide que me des hijos y luego voy a enseñarte lo que pasa cuando intentan engañarme.
Sus labios son ásperos y duros contra los míos.
Su lengua se abre paso y saquea mi boca.
Usa sus dientes para herirme.
Tira de mis labios con ellos, haciéndome sangre y como eso no le basta, estrella su puño contra mi cara haciéndome perder el conocimiento, lo que agradezco.
No quiero sentir nada que tenga que ver con él.
*****
John
La noche del desierto cae sobre nosotros.
El doctor Pattel nos contó todo acerca de Mihail Dantés, y Malcom se ha encargado de conseguirles un vuelo lo más lejos posible de aquí para que puedan empezar de nuevo lejos de todos los malos recuerdos.
Gracias al buen doctor, también sabemos donde encontrar a Elle. El lugar al que seguramente la tiene retenida.
Mi mayor temor es que lleguemos tarde.
Si eso ocurre, nada me detendrá para ir a por ese monstruo.
—Recuerda mantenerte detrás. Te necesitamos entero para que puedas ocuparte de ella en caso de que esté herida.
Asiento hacia Owen, quien está asegurando su arma y chaleco antibalas junto con las gafas de visión nocturna.
A nuestro alrededor, Troy comprueba algunas cosas con el pequeño ordenador que lleva consigo antes de seguir los mismos pasos que Owen.
Estoy agradecido de que estén aquí conmigo, porque ambos me mantienen con los pies en el suelo y evitan que entre como un loco y dispare a todo lo que se mueve.
—Es la hora.
Asiento de nuevo hacia Owen y le sigo. Estoy justo entre Owen y Troy. Ellos me cubren, y al mismo tiempo se aseguran de que no lo mande todo a la mierda y me adelante.
Contra más cerca estamos de encontrarla, más ansiedad siento.
La necesidad de mantenerla a salvo, de protegerla y de cuidarla no hacen más que crecer.
Todavía no entiendo el porqué, solo está ahí. La necesidad latente esperando por ella.
Escuchamos gritos, pasos apresuradas y una voz que aunque no he oído hasta ahora, sé a quien pertenece.
—¡Dejad que muera! Es imposible que escape de nuevo de mi. Y no será de otro tampoco.
Aprieto los puños para no romperle la cara en este mismo instante.
El ruido de unas hélices nos hace mirar hacia el patio.
Un helicóptero ha venido a recogerle y yo solo quiero disparar contra él hasta derribarlo con él en su interior.
Sé el momento exacto en el que nos ve, pero el helicóptero ya ha despegado y aun así soy capaz de escuchar su grito a pesar del ruido de las hélices.
Corremos hacia el lugar que nos dijo el doctor.
Encontramos a varios muertos por el camino, mujeres sobretodo.
Seguimos avanzando y llegamos por fin.
Owen patea la puerta hasta que esta golpea contra la pared.
Quiero pasarle cuando veo que se queda inmóvil, pero estira el brazo deteniéndome.
—No entres. Troy, ¡sacale de aquí!
Este no vacila y tira de mi hacia fuera.
Peleo contra él para que se deje de tonterías.
No tenemos tiempo que perder.
—¿Que coño pasa? Déjame entrar.
Aparto a Troy de un empujón y entro en la habitación.
Mi mundo se tambalea en cuanto la veo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top