Capitulo 11
Muchas noches cuando cierro los ojos, pienso en lo distinta que sería mi vida si nunca hubiese entrado en The jail.
Esa primera noche, el Amo tomó algo más que mi cuerpo.
Para cuando acabó, él poseía mi alma también.
Me sedujo. Me conquistó y me volví dependiente, algo que jamás pensé que sería.
Mirando atrás, ahora soy consciente de que las señales estaba ahí, pero me cegué.
Me convencí de que le amaba con tal intensidad y que él me correspondía, por eso el primer día que me golpeó con saña, no fui capaz de reaccionar.
Me llevó meses poder alejarme de él.
Escapé y me escondí por un tiempo en casa de mis padres y él nunca apareció por allí.
Me confíe y empecé a salir.
Seis meses después de abandonar la seguridad de la casa de mis padres, conocí a Joshua.
Joshua era el ser más bondadoso del mundo.
Nunca me tocó sin pedir permiso y de hecho, en nuestro corto noviazgo, jamás tuvimos intimidad.
Decir que me sorprendió cuando se declaró es quedarme corta.
—Estamos bien juntos. Y ambos estamos rotos de algún modo. ¿Por que no estar juntos entonces?
Tenía sentido. Y acepté.
Poco esperaba yo que aceptar su propuesta condenaría a Joshua a la muerte.
En la soledad de mi habitación lloré por él, por mi y la vida que jamás tendríamos ninguno de los dos.
El Amo volvió, con una carta firmada con el puño y letra de mi padre autorizando nuestro matrimonio.
Tenía que retrasar al máximo ese momento porque saltaría de la torre más alta del palacio, antes que atarme de por vida a un hombre como él.
Por suerte para mi, gracias a las costumbres y creencias del Amo, la boda tardaría un par de meses en celebrarse, dado la magnitud de dicha celebración.
Al ser un hombre poderoso, todo tenía que hacerse minuciosamente, sin errores y a la perfección.
Sin embargo, nada de eso evitó que me trasladase a su dormitorio y se acostara a mi lado cada noche.
Y cada noche su idea era la misma.
Dejarme embarazada.
Y cada noche, mientras él se hundía en mi interior, cerraba los ojos con fuerza e invocaba la imagen de John en mi cabeza.
Podía verlo claramente como si le tuviese allí conmigo y me aferré a eso, intentando sobrevivir.
Esperando el momento en que escaparía de nuevo o moriría por mi propia mano.
Dos meses más tarde, estaba frente al espejo, enfrentando mi imagen con otro vestido de novia.
Tenía que escapar, ¿pero como?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top