Me quedo paralizado cuando entro en la habitación que cedí a Elle.

El vestido blanco que hasta hace apenas unos minutos, cubría su cuerpo, está ahora extendido sobre la cama.
Pero no solo el vestido.
La escasa ropa interior blanca que llevaba bajo este, también hace contraste con las oscuras sábanas que cubren la cama.
Y dan oscuros pensamientos a mi mente.

El sonido del agua se detiene y yo me apresuro, todo lo que puedo sin acabar en el suelo para salir de allí.

Una vez en la cocina, con algo de torpeza, saco un recipiente con ensalada César del frigorífico, y lo reparto en dos platos.
Lo cierto es que yo tampoco comí nada, aunque solo desde mediodía.
Eva prácticamente me dio la comida en la boca cuando le dije que no tenía hambre.
En este momento compadezco a Malcom y a su hijito.

Miro que otra cosa podría darle a Elle para que coma, ya que debe estar muerta de hambre.
No puedo evitar pensar en que dijo que tenía algo de dinero.
¿Por qué no utilizó algo de ello para alimentarse?

Siento mucha curiosidad por mi invitada, hasta tal punto, que hice una rápida llamada sin apartar los ojos de la puerta tras la que se ocultaba, asegurándome de que no me pillaba.

—¿Ya te has cansado de la soledad? Déjame decirte que esa casa tuya es muy bonita, hombre, pero debes estar muerto de aburrimiento.
—No es eso, Owen. Deja que hable primero antes de deducir mis motivos para llamarte a las—miro mi reloj de pulsera y hago una mueca por la hora. Espero no haber despertado al pequeño. Thea me matará si eso pasó. Y Owen también si interrumpí algo entre ellos.—Siento la hora, tío.
—Tranquilo. Noe está molesto porqué le están saliendo los dientes así que no duerme mucho.
Puedo oír la preocupación en su voz, y también la ansiedad por no poder tener mucho tiempo a solas con su mujer.

—¿Qué ocurre, John?
—Necesito un poco de información acerca de una mujer.
Sé que he despertado su curiosidad cuando escucho el sonido de sábanas apartarse y puertas abriéndose y cerrándose.

—¿Quién es ella? ¿Qué puedes contarme?
—Se presentó golpeando mi puerta hace un par de horas. Me dijo que la perseguían y que necesitaba ocultarse. Conseguí que me dijese su nombre, aunque temo que pueda ser falso. Vino vestida con un traje de novia, y por lo que mencionó la boda debía celebrarse hace un par de días.
—Voy a llamar a Troy e iremos hacia allí.
—¡No! Se asustará si venís y tratará se huir de nuevo. Estaba asustada, Owen, y dudo mucho que alguien pudiese fingir ese tipo de miedo. Solo necesito saber si puedes darme algo de información. Ella no parece dispuesta a hablar.
—Está bien, pero llamaré por la mañana. Si no respondes, iremos hasta allí directamente.
—Sé cuidarme solo.
—Antes de que me acuses de algo, espero que sepas que haría esto por cualquiera de vosotros, independientemente que usen o no muletas.
—Ya lo se.
Y es cierto.
—Bien. Ahora dime como se llama.

*****

Ha pasado más de media hora y Elle aun no ha aparecido.
Dudando en si ir o no a por ella, finalmente decido seguir mi instinto y comprobarla.

Llamo a la puerta de su habitación y la llamo.
No hay respuesta.
Abro la puerta, asomando la cabeza, por si ella está cambiándose. No está allí.
Avanzo hacia el cuarto de baño y llamo.
Tampoco hay respuesta.
Una extraña sensación de urgencia recorre mi cuerpo y abro la puerta.

El agua rebasa por la bañera, empapando el suelo y el cuerpo desnudo y lleno de marcas de Elle, sobresale apenas del agua mientras yace inconsciente.