Capítulo final
Erkin
Debo incumplir una promesa, pero si lo hago, le fallaré a mamá. ¿Acaso puedo perdonar a toda esta gente? No soy como mi padre, no soy un monstruo cruel y despiadado, pero tengo que eliminarlos, lastimarán lo que más amo. Lo hicieron antes y lo volverán a hacer.
Ya casi rompo las puertas.
—¡Erkin! —Oigo en dirección hacia abajo.
Solo hay una persona aparte del monje y Kiryn, que conoce mi nombre, pero nunca creí que lo escucharía de su boca.
—¡Por aquí! —Alain señala un camino y repite—. Por aquí es más rápido.
Dudo, pero como tengo la necesidad de confiar en él, lo termino siguiendo.
—Da el último golpe —aconseja una distracción, luego insiste con su plan—. Pero entra por ahí.
Muevo la cola, entonces rompo la puerta. Voy por el camino señalado. Giro un momento, viendo que Alain tomó una de mis púas. Lo ignoro, luego llego hasta un pastizal. Visualizo la torre. Así que, si rompo lo que la sostiene, todos huirán despavoridos. Me apresuro, y es lo que hago, destruyo la zona.
Visualizo como la jaula de Maya se abre, por lo tanto, ayuda a las otras mujeres a salir, mientras más rocas caen del techo. Salto al sitio más alto y empinado, entonces veo escapar a los de la secta. Me adentro en el lugar, entonces encuentro a mi chica desmayada.
—Ki... ryn —expreso el único sonido humano que puedo formular, luego rompo las cadenas con mis garras y, con sumo cuidado, la levanto.
—¡¡Por ahí!! —Visualizo a Alain, disparando flechas, a los de la secta, que vienen hacia aquí—. ¡¡Rápido!!
Miro a donde señala, entonces visualizo un hueco en lo más salto, por ahí se escapa la luz del sol. Escalo, entonces salgo por allí. Observo desde lo más alto, mientras la cueva se desmorona, que la zona de la secta está siendo destruida. La gente corre, se ven más pequeñitos de lo normal desde aquí. Una vez que siento que mi chica está a salvo, echo un bufido de alivio.
—¿Erkin? —Abre los ojos y se sonroja—. Qué alto.
—Ki... ryn.
Sonríe.
—Erkin —repite, enamorada, respondiendo a nuestra especial forma de comunicarnos.
Observa el sitio, sosteniéndose bien de mi enorme garra y hace un gesto de alivio, visualizando a su hermana huir. Luego observa en dirección al horizonte, mientras sus cabellos se mueven, así que yo hago exactamente lo mismo. El atardecer está llegando, es hermoso. Se nota una buena sensación en el aire.
¿Viste, mamá? Cumplí mi promesa.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top