Kiryn

El monstruo se fue de nuevo. ¿Será cierto lo que dicen? O sea, le gusto, por eso estoy desterrada en el bosque, después de todo. Además, no me ha atacado ni una sola vez. Creí que era despiadado, o al menos es lo que dicen. Observo a Alain, el cual baja el cuchillo, dejando de estar alerta y luego se gira a suspirar.

—Eso estuvo cerca y fue muy extraño —opina.

Me río, nerviosa.

—Sí. —Hago una pausa, pensativa—. ¿Dijiste que mencionó a tu padre?

Asiente.

—Así es, se llamaba Darey, fue asesinado por él, mi madre me lo contó.

—Oh. —Me sorprendo, quedando atónita y quizás decepcionada, ya que eso destruye todas mis teorías—. Entonces sí es malvado. ¿Por eso lo vigilas? ¿Quieres vengarte?

Traga saliva.

—¿Crees que puedo vengarme? Ojalá tendría la oportunidad, pero por ahora solo puedo vigilarlo. Mide muchos metros y la única arma que puede matarlo, ya no existe, su madre se encargó de destruirla.

—¿La madre del monstruo?

—Otra mujer que fue sacrificada por esta secta de locos, para el monstruo anterior.

—¿Por qué me revelas tus intenciones? —declaro, sorprendida—. Perteneces a ellos.

—¿Qué culpa tienes tú de ser un sacrificio?

Me sonrojo y bajo la vista, tímida, entonces le sonrío.

—Gracias, es muy amable por tu parte.

—Es lo mínimo que puedo hacer, después de tirarte a los lobos. —Suspira—. En verdad, lo lamento, me cegaron mis ganas de atraparlo.

—Es más grande que tú —le recuerdo sus palabras.

—Solo necesito un poco de su piel, sangre o algo de él, entonces podré armar lo que necesito.

—¿Para qué? —cuestiono.

—Para tener la daga que puede lastimarlo.

—¿Y si te equivocas? —digo, nerviosa.

—Mató a mi padre.

—No sabes el contexto.

—¿Por qué lo defiendes? —Frunce el ceño.

—No intentó asesinarnos, y esta es la tercera vez que me lo cruzo.

—No va a matarte, al menos no, hasta que copule contigo. ¿Recuerdas? Le gustas, estás aquí por eso, recapacita. Una vez que cumpla su objetivo de reproducción, ya no le harás falta.

—Supongo que tienes razón —expreso, angustiada, así que mis ojos se humedecen—. ¿Pero qué puedo hacer? Una parte de mí, mantiene la esperanza de sobrevivir. Ni siquiera puedo pensar en eso, no me he casado, no he estado con nadie. ¿Por qué mi honra se la tiene que llevar un monstruo? —Alzo la vista y lo visualizo, sonrojado—. ¿Qué? —declaro, indignada.

—Perdón, yo tampoco... —Se calla con un gesto avergonzado, bajando su visión—. Quiero decir, no puedo ayudarte, ni siquiera contándote cómo es, pues no lo sé. Lo lamento, lo arruiné otra vez, tú hablando de algo tan íntimo y yo... yo estoy declarando estupideces, ignórame.

Sonrío.

—Muchas gracias, Alain, es muy lindo de tu parte contar tu experiencia, aprecio el gesto. —Me río—. No eres tan rudo como creí.

Bufa.

—Claro que soy rudo, mi linaje es de una gran línea de guerreros. Puede que ya no haya muchos, pero su sangre todavía corre por mis venas.

—De todas maneras, ¡gracias! —Lo abrazo, luego me aparto, avergonzada—. Lo siento.

—No te preocupes, y sobre que morirías, perdón, fui fatalista, quizás no sea tu caso. Estarás bien, eres fuerte, solo resiste.

—No crees que el monstruo sea amable, ¿verdad? —Bufo.

—No me preguntes, lo arruinaré. 

¿Podemos notar que la madre de Alain le mintió? 👀

Recordemos que quien mató a Darey fue Pilar.

Saludos, Vivi.