Capítulo 16
Erkin
¿Mamá mató a Darey para protegerme? ¿Por qué Conrad decidió contarlo hasta ahora? Supongo que no le quedó de otra cuando Alain lo enfrentó. Luego de volver del templo nos contó, aun así, regresó a la tribu, me odia. Incluso tras saber la verdad. Lo único que me pone triste es que pensaba que Darey era un buen ejemplo paterno y ahora ya no es nada, como el otro ser desagradable de mi misma sangre. Solo puedo amar a mi madre, y ahora también a Kiryn.
"Cuando sea grande, seré un Caimán como tú".
"Claro, pequeño, serás muy fuerte".
Qué tristeza, espero que al menos Alain recapacite y no sea como su padre. Aunque me ponga celoso cuando está cerca de Kiryn, todavía deseo que sea mi hermano.
—Algo está ocurriendo —declara mi chica y miro en la dirección a la que observa—. Hay humo en mi tribu, ¿los oyes? Están gritando, mi hermana está ahí.
Reacciono tarde, cuando me doy cuenta de que se ha ido corriendo. La sigo, entonces la busco entre la gente que se asusta por el fuego y también de mí. Hay mucho alboroto, pero no la veo por ningún lado. Ha sido insensato de su parte venir aquí.
—¡¡Suéltame, suéltame!! —grita una chica de cabellos castaños, tiene el pelo más largo que Kiryn y un poco más claro, pero la reconozco, debe ser su hermana.
—Las mujeres de tu familia son especiales —dice un hombre con capucha. La golpea y ella cae al suelo—. Llévala, debe ser muy fértil.
Otros lo obedecen y la cargan a una jaula.
—¡¡Maya!! —Oigo su voz.
Mierda.
—¡Ah, la carnada llegó! —declara el hombre.
—¡¿Por qué te llevas a mi hermana?!
—Está todo listo, debemos irnos, cumpliste tu parte.
—¡¿No que ibas a llevarte solo al bebé?! —intercede el que creo que es el líder de la tribu mientras me aproximo hasta ellos con cautela. No quiero lastimar a nadie, no puedo romper la promesa de mi madre—. ¡¡Y ni siquiera ha nacido!!
—Ahí viene —expresa el encapuchado con emoción al verme.
Sus seguidores o en realidad los "míos" tiran una antorcha para bloquearme el camino, ya que esta hace un recorrido de fuego. Mi instinto se activa y gruño. Los encapuchados corren, empezando a irse. Se llevan a mi chica en otra jaula, así que echo un rugido más fuerte.
—¡Nos vemos en su palacio, Gran Señor!
Cuando todavía tenía forma humana, me habían ofrecido ir, pero yo me negué, y se fueron, pacíficamente. ¿Ahora quieren obligarme? Fingiré que no hay ninguna promesa y le aplastaré el maldito cráneo, lo juro. Vuelvo a rugir de manera aterradora, entonces los persigo como animales que están por ser masacrados. Los destruiré, maldita seas. Por favor, perdóname, madre, solo por esta vez, déjame rendirme a mi instinto asesino.
Erkin es como toda una cosita adorable metida en un cuerpo gigante, yo solo quiero abrazarlo 🥺
Saludos, Vivi.
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