Primer Acto: Acercamiento

Uff... la infidelidad. Eso es algo por lo que absolutamente nadie quiere pasar. Debe ser de lo peor que te puede suceder, el ver cómo una persona a la cual le entregaste tu corazón, simplemente viene y lo destroza como si fuera papel... debe ser algo indescriptible.

Pero, ¿qué pasa si eres el que está del otro lado? Quiero decir... si tú eres aquel que provoca la infidelidad... ¿cómo te sentirías contigo mismo? Obviamente cualquier persona con un poco de moral diría que se siente como escoria.

Aunque lamento decir... que yo no soy cualquier persona... y mi moral, está demasiado mal.

Esta es la historia... en la que me relacioné con la novia de mi amigo.

Esta es la historia... en la que me relacioné con una Nakano.

-Fuutarou Uesugi

~~

Narra Fuutarou
Mi nombre es Fuutarou Uesugi, hijo de Isanari Uesugi y hermano mayor de Raiha Uesugi.
Lo que les contaré es algo que pasó cuando estuve en tercer año de secundaria, ahí yo era conocido por varias personas porque era el más inteligente, en nuestro año al menos. También resaltaba mi actitud un poco solitaria y abusiva.

Por lo general no solía pasar con amigos, porque casi ni tenía... y los que tenía muchas veces estaban ocupados en sus asuntos. No es algo que sea de mucha relevancia de igual forma.

Nunca creí que mi vida cambiaría tanto al conocer a ese chica...

Cabe aclarar, que nunca tuve una novia antes de salir con ella, aunque algunas veces llegué a ser "más que amigos, pero menos que novios" con unas chicas... Entonces... ¿por qué tuvo que acabar de esa manera? ¿Por qué tuve que interesarme en esa chica aún sabiendo que salía con uno de mis mejores amigos?

Ah ya lo sé, porque mi brújula moral está podrida.

Pero mejor no le doy más vueltas, les contaré cómo fue que pasó todo...

Narración normal (Varios años atrás, en la época de secundaria.)
Nuestra historia comienza con Fuutarou caminando hacia su escuela, hace poco habían comenzado de nuevo las clases y varios chicos aún se acostumbraban al ritmo de las clases, pero esto para él no era problema alguno. El ser un nerd hacía que fuera fácil comprender todas las materias de manera correcta.

Al llegar a su escuela, pudo notar en la entrada a dos chicos charlando, uno de estos era rubio y el otro era pelicastaño. De primeras no los había reconocido, pero al acercarse notó que eran sus únicos amigos: Yuusuke Takeda y Maeda.

Él trató de pasar sin ser visto, no se encontraba de humor para charlar con alguno de ellos, pero como sabemos, la suerte no está de su lado.

-Te lo digo, es la verdad hermano, algo bueno tenía que sacar de ese trabajo infernal...- mencionó uno de ellos, el que era conocido como Takeda.

-Sigo sin poder creerlo, es cierto que eres alguien que se mira bien y todo, pero nunca creí que...- mientras hablaba, vio a Fuutarou, así que interrumpió lo que iba a decir para llamar a su amigo. -¡Fuutarou! Ven aquí- gritó, llamando la atención de todos.

Fuutarou se acercó, con algo de pesadez a los chicos. Al estar cerca de ellos él suspiró y los saludó, con ellos era un poco más amable que con el resto.

-Fuutarou, a que no adivinas lo que pasó.- dijo con emoción el pelicastaño conocido como Maeda.

-A ver... ¿qué estupidez hicieron ahora?- preguntó el chico.

-Este idiota de acá dice que desde hace unos meses está saliendo con una chica.- dijo Maeda.

-¿Eh? ¿Eso es en serio? ¿Hasta un narcisista como tú consiguió novia?- preguntó Fuutarou mientras miraba a Takeda.

-Oye, no soy tan narcisista... bueno, tal vez un poco. Ese no es el punto, el señor aquí presente no quiere creerme y eso me molesta.- dijo mientras se hacía el ofendido.

-Ugh, no puedo creer que diría esto alguna vez, pero no creo que exista razón por la cual este idiota tenga que mentir, siento que dice la verdad.- mencionó el peliazul.

-¿Tan fácil le vas a creer? Nah, hasta no ver, no creer.- mencionó Maeda.

-A todo esto, ¿dijiste que desde hace meses salían? ¿Cómo fue que lograste ocultarlo tanto tiempo?- mencionó el chico.

-Bueno, digamos que el acuerdo era que aquí eramos solo conocidos, a lo mucho amigos. Ni ha estado en mi clase tampoco, así que no corría tanto riesgo de que sospecharan porque pasaramos tiempo juntos en clase y cosas así. No les había contado porque era un acuerdo entre ambos, pero hace poco ella mencionó que ya no le importaba quiénes se enteraran, así que pues ahora somos una pareja "oficial" a ojos de otros.- mencionó con emoción el rubio.

-Ya veo, me alegro por ti hermano.- dijo Maeda mientras abrazaba de lado al rubio.

-Supongo que yo también, espero que eso no haga que descuides tus estudios, de ser así, yo te superaré y quedaré primero otra vez.- mencionó Fuutarou.

-Ya lo verás viejo, casi nunca me ganas y esta vez, no será distinto.- dijo Takeda con una sonrisa.

-Sí sí, como digas. Por cierto, ¿cómo es que se llama?- preguntó Fuutarou.

-Bueno ella se llama...- dijo, pero fue interrumpido por el sonido de la campana, que marcaba el comienzo de las clases.

-Ah mierda, olvidé que debo entregar unas cosas, ¿me veo bien? ¿Por qué pregunto eso si ya sé? No importa, los veo luego.- dijo Takeda mientras se alejaba corriendo.

-Y yo sigo sin saber cómo es que sigo siendo amigo de ustedes.- dijo Fuutarou con un tono serio.

-Vamos amigo, no seas tan amargado. Él está feliz y eso es lo que importa.- mencionó Maeda mientras colocaba una mano en la espalda del chico.

-Supongo, será mejor que nos apresuremos a entrar, no quiero otra falta por culpa tuya.- menciojó Fuutarou mientras comenzaba a caminar.

Mientras charlaban, pudieron escuchar que dos chicas estaban peleando. Fuutarou trató de ignorarlas, pero su discusión estaba en un punto en el que se hacía molesto, así que se acercó a ver qué pasaba.

Al acercarse, pudieron notar que las chicas eran las famosas "Quintillizas Nakano". Famosas debido a su belleza y también a que eran quintillizas, algo pues nada normal.

-¡Eres una grandísima estúpida como siempre! ¡Nunca estás de mi lado!- mencionó una de ellas, la chica tenía adornos de mariposa.

-Tú eres la necia, es increíble que sigas peleando por esa nimiedad con Itsuki, debes entrar en razón de una maldita vez.- mencionó de manera más calmada la otra chica, ella tenía el pelo corto y su color era rosado.

-¿Qué pasó?- preguntó Maeda a uno de los chicos que estaba observando el escándalo.

-Al parecer es una discusión familiar, se han estado gritando asi por bastante rato ya.- mencionó el chico.

-Siempre llamando la atención, no importa. Vámonos Maeda.- mencionó Fuutarou un poco irritado.

-Sí... creo que es lo mejor.- dijo mientras comenzaba a caminar.

Ambos se alejaron rápidamente de ahí, no querían verse envueltos con las "chicas problema".

-Parecían niñas pequeñas, era hasta ridículo.- mencionó Fuutarou.

-Que bueno que no eres impulsivo y no eres de los que se lanzan a ayudar.- respondió Maeda.

-¿Qué crees que soy? ¿Protagonista de un anime romántico cliché? Dame algo de crédito viejo.- respondió con irritación el peliazul.

Ambos siguieron caminando y llegaron a su salón, buscaron por varios lados, pero ni señales de su amigo rubio.

~~

-Viejo, no entiendo cómo es que Takeda haya aceptado ese trabajo. Solo de ver a las Nakano pelear hoy... no quiero ni imaginar cómo debe ser enseñarles a diario.- mencionó Maeda.

-Por esa misma razón rechacé ese trabajo, sabía que solo iba a traerme problemas, además no estoy tan necesitado, si bien es cierto que mi situación económica no es tan buena, al menos no es deplorable...- mencionó el peliazul.

-Cierto, a ti te ofrecieron el trabajo justo antes que a Takeda.-

-Eso fue porque mi padre conoce al padre de esas chicas, asumo que escuchó sobre mí y por eso quería mi ayuda. Aparte que fue en la época donde barrí el piso con Takeda en cuanto a calificaciones, al ver que el número 1 rechazó eso; entonces ese señor recurrió al número 2.- dijo Fuutarou con indiferencia.

-Je, y mira lo que te perdiste por no aceptarlo, una de las Nakano sale con Takeda, pudiste haber sido tú amigo.- mencionó Maeda mientras le daba unos codazos al peliazul.

-Ja, si ese idiota supiera lo que va a pasar, seguro se tragaría sus palabras. Si supiera que luego salí con ella... Oh, lamento interrumpir la narración de mi historia, de vez en cuando apareceré y daré algunos detalles curiosos y/o aclaraciones que sean necesarias. Por ahora me despido.

Volviendo a la historia... Fuutarou simplemente movió los ojos con indiferencia mientras trataba de mantenerse sereno.

-No es para tanto, de cualquier forma, estoy seguro que solo me hubieran dado problemas. Estoy seguro que me quité muchos problemas de encima.- mencionó el peliazul mientras movía las manos.

-Como tú digas hermano...- mencionó Maeda.

Luego de eso, ambos se despidieron, el día había terminado y cada uno debía volver a casa.

Fuutarou caminó y salió de la escuela. El chico tenía una costumbre, y es que le encantaba escuchar música cuando estaba solo, así que cuando se alejó de todos los que lo conocían, se colocó unos audífonos y comenzó a caminar mientras tarareaba la canción.

Soy yo de nuevo... solo que les vengo a advertir una cosita. La escena que verán a continuación es más cliché que los fics de traición. No es mi culpa que sea así, al pendejo del autor no se le ocurrió otra escena y tuvo que reciclar.

Mientras el chico caminaba, se metía en su mundo, solo regresaba cuando tenía que  cruzar alguna calle o algo similar, de lo contrario, era completamente capaz de ignorar todo a su alrededor.

Sin embargo, al ir tan concentrado no se dió cuenta que alguien llevaba demasiada prisa al parecer, porque corría entre las personas que pasaban por ahí.

Esa persona era una chica. La chica corría y corría haciendo a un lado a las personas, hasta que se topó de frente con Fuutarou, él iba detrás de un grupo de personas, por lo que cuando ella los pasó, no se imaginó que había alguien atrás de ellos y por supuesto, no ayudó que el chico no estuviera completamente atento.

El choque fue un poco fuerte, ambos chicos terminaron sentados en el suelo. La chica se sobaba la cabeza mientras que Fuutarou se sobaba el trasero.

-Maldita sea... agh, date cuenta de donde diablos estás pasando...- dijo mientras comenzaba a levantarse, cabe destacar que aún no había visto a la chica. El peliazul sin pensarlo 2 veces, extendió su mano como señal para ayudarla a levantarse. Ahí fue cuando la vio. Así fue como conoció a la chica de sus sueños. Allí fue donde inició todo.

Fue justo en ese momento, donde sintió una descarga eléctrica recorrer todo su cuerpo. Pero es Fuutarou de quien hablamos, él supo disimularlo hasta el final.

-Pe-pe-perdón... es so-solo que necesito lle-llegar a un lugar pronto...- mencionó con timidez la chica.

Inmediatamente la reconoció. Esa chica era Miku Nakano. Una chica pelicastaña que era conocida por ser la más rara de las quintillizas, al menos eso era lo que todos los demás decían de ella.

-¿Qué demonios fue eso?- pensó. -No te preocupes, solo procura que no vuelva a pasar... me duele el trasero por tu culpa...- dijo mientras se sobaba con la mano que tenía libre.

Luego de eso, la chica aceptó la mano del peliazul y se levantó.

-Lo-lo lamento...- dijo mientras hacía una reverencia. Cabe resaltar que su rostro estaba tan rojo como el de un tomate.

-No es para tanto. Mejor no te entretengo más, dejaré que te vayas. Ve con cuidado.- dijo el chico mientras comenzaba a darse la vuelta.

-Sí... gracias...- dijo mientras revisaba que no hubiera dejado nada tirado, pero al revisar notó algo que hizo que su rostro cambiara a uno triste.

Justo antes de irse, Fuutarou notó la mirada de la chica y por consiguiente, notó que los audífonos de la chica estaban rotos. Esto lo hizo sentirse un poco mal, si bien es cierto que la culpa era mayormente de ella, él tenía parte de esta al estar tan distraído.

-Oye... lo lamento.- mencionó el peliazul.

-No importa... fue mi culpa...- dijó la chica.

-Agh... ver tu cara de perrito abandonado me impide irme así como así. Toma, son casi nuevos.- dijo mientras se quitaba sus audífonos y se los entregaba.

-¡¿Eh?! No, no puedo aceptarlo.- mencionó la chica mientras intentaba rechazar los auriculares.

-Vamos, no tengo todo el día. Solo aceptalos de una vez.- dijo el chico, pero sus pensamientos no podían estar más alejados de lo que dijo -¿por qué insisto tanto con eso? ¿Qué demonios me pasa?- fue lo que pensó.

-Pe-pero es mi culpa, no tienes qué hacerlo.- dijo la chica tratando de evitar que el peliazul le entregara los audífonos.

-Se me cansa el brazo. Mira, lo hago porque quiero. No le des más vueltas.- dijo el chico.

La pelicastaña con temor aceptó los audífonos.

-Pruébalos.- dijo el peliazul con una leve sonrisa.

La chica procedió a conectarlos a su celular y escuchó una de sus canciones.

-Se oye muy bien, casi como los míos... vaya, es genial.- dijo mientras sonreía levemente.

-Bueno, quédatelos. Es una compensación por arruinarte los tuyos. Como sea, adiós Nakano-san.- mencionó el peliazul.

La chica ante esto, rápidamente abrió su mochila y comenzó a buscar su billetera, si bien no cargaba dinero para pagarle el equivalente de sus audífonos, que se notaban de buena calidad, quería aunque sea darle algo.

Eventualmente encontró la billetera y sacó el dinero que traía.

-¡Ten!- dijo, pero al alzar la vista notó que ya no había nadie.

¿Por qué ese chico había hecho eso? Eso era completamente extraño, pero de una forma eso la alegró bastante.

-Tal vez... ese chico raro podría ser mi amigo...- dijo mientras abrazaba los audífonos, esta vez los guardó en su mochila para no perderlos.

La chica se colocó sus audífonos rotos en el cuello porque no había donde tirarlos y comenzó a correr nuevamente con dificultad debido a su mala condición física. Eventualmente, la pelicastaña logró llegar a su lugar de destino.

Al llegar, buscó con la mirada a una persona, de pronto sintió como unos brazos la abrazaban por la espalda y ahí reconoció que era su novio, Yuusuke Takeda.

-¡Hola Miku! Creí que no ibas a venir.- dijo mientras la abrazaba.

-Lo siento, tuve un pequeño... percance. Estuve a nada de cancelar... pe-pero quería ve-verte...- dijo la chica mientras bajaba su rostro avergonzado.

-Me encanta verte así...- dijo el rubio mientras reía levemente y le daba besos a la chica.

La chica se sentía feliz, no podía negarlo, aunque al principio dudó sobre sus sentimientos hacia el rubio, poco a poco la manera en la que hacía lo que podía por ella hizo que se "enamorara" de él. Aunque era un lástima para ella que el chico no pueda hacer mayor cosa por sus hermanas.

Pero por un corto período de tiempo, por una fracción de segundo, a la chica le vino la imagen mental de lo que había sucedido ese día.

-Se me cansa el brazo. Mira, lo hago porque quiero. No le des más vueltas.-

Una extraña calidez invadió el pecho de la chica, pero rápidamente lo atribuyó al hecho de estar con el chico que quería.

-Te veo muy feliz, ¿tanto me extrañabas?- dijo mientras la miraba.

-Sí-sí... así es.- dijo mientras sonreía levemente.

-Bueno, ¿lista para nuestra cita?- mencionó el rubio.

-Por supuesto... vamos.- dijo mientras dejaba que el chico tomara su mano.

Y así, la pareja se encaminó a su cita. Disfrutando así de una felicidad que no habían experimentado.

Es una lástima... que esa felicidad haya sido efímera. Porque después de todo eso... solo hubieron muchos problemas.

En otra parte de la ciudad al mismo tiempo, un peliazul bastante nervioso caminaba sin rumbo. El chico estuvo así hasta que vio un parque que estaba relativamente vacío, por la hora y decidió ir a descansar un poco.

Narra Fuutarou
¿Qué mierda me está pasando? ¿Por qué me siento de esta manera? Nunca había experimentado algo similar a esto.

Estoy seguro de algo, esto no está bien. Debo enfocarme en mis asuntos y en mis propios estudios. Lo de hoy no puede repetirse nunca más.

Ni siquiera la conozco, pero ¿por qué me interesa ella? No creo en estupideces como el amor a primera vista, así que eso queda descartado.

Pero ella tiene un aura... interesante, quisiera poder estudiar eso un poco más. Me gustaría conocerla más...

Narración normal
El peliazul se sacudió la cabeza con intención de remover esos pensamientos y enfocarse en lo que realmente le importaba en ese momento.

El chico decidió descansar en ese lugar un poco más, había sido un día extraño para él.

Primero, uno de sus amigos había conseguido novia, segundo, esa dichosa novia llevaba tiempo con él y por ahora permanecía en el anonimato, tercero, esa chica era de las quintillizas Nakano, cuarto, ni siquiera hay que habiar del shock que recorrió su cuerpo cuando se topó con Miku Nakano y quinto, sus actuales pensamientos que seguramente no lo dejarían en paz durante un tiempo.

Sí... esta es una historia que merece ser contada.

Esta es mi historia. Es nuestra historia.

Así fue como me enamoré...

...De la novia de mi amigo.

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Próximo capítulo: Genuino interés

Como siempre, este capítulo lo subo de una vez junto al siguiente, por ser el prólogo. Así que... ¿qué haces aquí aún? Ve a leer el otro.

Fin de la transmisión.

-Writer_Bryan.

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