Primer Beso
¡Actualización sorpresa dos días antes de la fecha prometida!
¡Hola una vez más mis queridas y queridos lectores!
Bueno, la entrega de esta semana es muy especial, sobretodo porque este es un capítulo que muchas y muchos de ustedes han estado esperando desde hace ya bastante tiempo. Especialmente después de haber tenido varios capítulos dedicados a la historia principal sin mucha interacción entre la pareja protagonista del fic. Pues este capítulo y los dos próximos vendrán a corregir eso. Les confieso que este es hasta el momento mi capítulo favorito y es al que más empeño le he puesto.
Por obvias razones, este me parece que es el más largo hasta el momento, así que les recomiendo que se lo tomen con calma. Por el momento nos olvidaremos un poco del tema caótico relacionado con Bill y de lo que pretende hacer con ese libro para ver más situaciones románticamente incómodas o incómodamente románticas entre Dipper y Pacifica.
Espero que les agrade y por cierto... Antes de que se me olvide...
¡¡¡PEQUEÑA ADVERTENCIA ANTES DE COMENZAR A LEERLO!!!
Hay algo importante que tengo que decir acerca del escrito... Verán, este capítulo comencé a escribirlo desde hace unos cuantos meses. Durante ese tiempo me di la oportunidad de construir la trama hasta llegar a un punto en el que pensaba que todo me iba a salir a pedir de boca... ¡Grave error! Les explico... Como lo acabo de decir, este capítulo lo comencé hace meses y por ende mucho antes de que se estrenara el capítulo final de la serie (Weirdmageddon Parte 3) Esto no creí que me traería conflicto, hasta que lo vi...
Mientras leen el capítulo van a descubrir una similitud bastante grande con el capítulo final de la serie. Una similitud que me tomó por sorpresa y que ustedes captarán al momento. Sin embargo, para no profundizarme más continuaremos hablando de esto al final del capítulo dónde les explicaré más a detalle para que no me asesinen. Esto va a contener spoilers, así que no les recomiendo saltarse el fic y leer el resto de la explicación de una sola vez.
Ya para finalizar, me gustaría mandarle felicitaciones a cesargarciadiaz99 por su cumpleaños. Yeiiiiii. *Le avienta confeti*.
Gravity Falls Es una obra perteneciente a Disney. Todo lo escrito y expresado dentro de este Fanfic tiene como propósito principal el enriquecer al Fandom de la misma. Todos los personajes utilizados dentro de esta historia son una creación y propiedad original de la talentosísima y brillante mente e ingenio del animador estadounidense: Alex Hirsch. Nada será utilizado con fines lucrativos o comerciales. ¡Disfrútenlo!
Gravity Falls Fanfic: La Novia de Dipper
Capítulo 17: "Primer Beso"
—¿Dónde podrán estar todos? —Dipper se preguntó con incertidumbre y preocupación—. ¡Mabel! ¡Tío Stan! ¡Wendy! ¡Soos! ¿Se encuentran en casa?
—Tal parece que no hay nadie. —Concluyó Pacifica, luego de haber analizado el exterior de la cabaña y percatarse a simple vista de que todas las luces interiores se encontraban apagadas.
—Esto es malo...
—¡Dipper, mira hacia el cielo! —Anunció la niña asustada, divisando como un mar de nubes envueltas en un tono rojizo comenzaron a formar un inmenso y siniestro remolino que descendía sobre el pueblo—. ¿Qué es eso?
—No lo sé. —Comentó—. Pero sea lo que sea, sé quién es el responsable. Solo espero que los chicos no se hayan dirigido hacia allá.
—¿Qué vamos a hacer ahora? —Preguntó la joven.
—Lo mejor por ahora será entrar a la cabaña. Ven, siempre guardo una copia de la llave bajo mi gorra.
Dipper se acercó al pórtico, quitándose la cachucha por unos momentos para extraer la llave que se hallaba oculta por detrás de uno de sus bordes. Acto seguido, Dipper entró y encendió las luces para que Pacifica pudiera observar hacia dónde se dirigía.
—Adelante. —Dijo, permitiéndole el paso y riendo de manera nerviosa—. Siéntete como en casa... Aunque, sin la alfombra de terciopelo importada que hay en la estancia, o esa cocina rebosante de alimentos o ese baño chapado en oro...
—Está bien, Dipper... No hay problema. Gracias. —Le respondió apenada, accediendo a entrar sin objeciones.
Dipper condujo a Pacifica hacia la sala, dónde la hija única del matrimonio Northwest tomó asiento sobre el sofá predilecto del tío Stan. Mientras tanto, Dipper se dirigió hacia el resto de las habitaciones de la cabaña para analizarlas, aun conservando la esperanza de que Stan o Mabel estuvieran ocultos en alguna parte. Sin embargo, luego de voltear la cabaña patas arriba no pudo dar con ellos.
—Esto es muy extraño... No pude encontrar al tío Stan, ni tampoco a Mabel. ¿Dónde habrán ido? Espero que nada malo les haya ocurrido. —Dipper murmuró para sí mismo, bajando las escaleras y escuchando el sonido que produce el televisor encendido. Al regresar con Pacifica, Dipper notó como la joven mantenía una expresión atemorizante en su rostro, pero sin despegar la vista de la pantalla. Como si hubiera visto a otro fantasma de décima categoría—. ¿Pacifica...? ¿Estás bien?
De repente, la mirada de Dipper cambió de dirección para centrarse en la transmisión que se podía ver en ese momento en la pantalla de televisión. Fue entonces cuando pudo ver una serie de imágenes abominables, siendo acompañadas por la aterrada voz de Shandra Jimenez, dónde narraba con sumo detalle cómo el sosegado poblado de Gravity Falls se encontraba siendo atacado por aquellas criaturas de ojos amarillos y piel elaborada con un manto de humo negro, las cuales entraban a las casas para drenar la energía de sus habitantes hasta dejar únicamente la carcasa de lo que alguna vez fue un ser humano.
—Esto... No puede ser...
—Y eso no es todo... —Dijo Pacifica, cambiando de canal con la ayuda del control remoto—. Lo mismo ocurre en todos los canales. Me temo que después de hoy el mundo ya no podrá volverá a ser el mismo de antes.
—Yo causé todo esto...
—Dipper. —Pacifica lo llamó.
—Todas esas personas... Han muerto por mi culpa.
—¡Dipper! —Lo llamó una segunda vez, usando un tono de voz más elevado y levantándose del sofá.
—Si yo nunca hubiera hecho ese trato con Bill yo...
—¡DIPPER, YA BASTA! —Volvió a llamar su atención, esta vez propinándole una suave cachetada en la mejilla izquierda—. ¿Quieres callarte y escuchar?
—Lo lamento... Gracias, Pacifica. Creo que lo necesitaba. —Suspiró, siendo esta vez él quién se deslomó y hundió sobre el sofá favorito del tío Stan.
—Dipper, no puedes seguir culpándote por lo mismo una y otra vez. Las cosas simplemente pasan... Recuerda que ahora tienes una nueva misión. Todos escuchamos lo que dijo ese bebe gigante. Él dejó el destino del universo en tus manos.
—Pacifica, ¿Acaso ya olvidaste lo que Blendin nos dijo antes de escapar? Todo fue un engaño. El bebe del tiempo jamás tuvo entre sus planes que yo fuera el encargado de salvar el universo. Lo único que hizo fue perdonarnos la vida y nada más... Ahora el bebe del tiempo está probablemente muerto y Bill se ha convertido en un ser prácticamente invencible gracias a ese estúpido libro. Mi marca de nacimiento nunca tuvo nada de especial. Nunca he sido un héroe y nunca lo seré.
—Te equivocas, Dipper. —Apretó fuertemente los dientes, permitiendo que un par de pequeñas y cristalinas lágrimas se asomaran y escaparan a través de sus ojos—. Tal vez esto que estoy a punto de decirte no sea de gran importancia para ti, pero quiero recordarte que tú eres mi héroe.
—¿Qué has dicho? —Preguntó el chico, estupefacto, clavándole la mirada.
—Si tú no hubieras regresado aquella noche durante la fiesta y darme el valor que necesitaba para encarar a mis padres; probablemente estaría convertida en madera o inclusive muerta en este momento. Así que no vuelvas a decir semejante estupidez. ¿Entendiste? —Finalizó, dando media vuelta, ocultando su gesto de enfado y sonrojo.
—¡Vaya! No sé qué decir... —Contestó temeroso—. No tenía idea de que me considerarás de esa forma.
—Bueno... Más te vale que esa idea no se te suba a la cabeza. ¿Me oíste?
—¡Claro! ¡Claro! —Esbozó una tibia sonrisa.
Pacifica había logrado convertir el trasfondo de la conversación en uno más ameno. No obstante, a los pocos instantes la joven se arrodilló, aullando de dolor; llevando su mano izquierda hacia su pequeño brazo contrario para contenerlo.
—¿Pacifica, qué te sucede? —Preguntó Dipper, saltando con pavor hacia fuera del sofá para colocarse al lado de su compañera.
—No es nada, Dipper. —Se alejó unos pasos del chico—. No te preocupes por mí.
—Déjame ver. Por favor. —Insistió.
Pacifica dudó por unos momentos si debería permitir que el joven Pines examinara su brazo derecho. Pero al no quedarle más alternativa, accedió sin mucho entusiasmo. A continuación, Pacifica se quitó su chamarra de color purpura, revelando como en su brazo derecho se encontraban una serie de llagas a punto de comenzar a sangrar.
—Pacifica... ¿Qué es esto? —Dipper preguntó con horror.
—Verás... Mi padre...
—No digas más. —La interrumpió—. Sé que fue lo que sucedió... No tienes por qué decirlo.
—Pero... ¿Cómo..?
—Bill me mostró lo que sucedió después de que tu padre me obligó a marcharme de la mansión. ¿Ahora lo entiendes? Es por eso que no podía permitir que continuaras viviendo dentro de ese infierno. Lo lamento...
—Dipper... —Lo miró con ojos de cachorro.
—Pero no debes preocupes... Permanece tranquila. Iré a buscar el maletín de primeros auxilios. Enseguida regreso.
Dipper subió a toda prisa las escaleras para dirigirse hacia el tocador de la planta superior y buscar los instrumentos de curación. Entre tanto, Pacifica permaneció al pie de la escalera, esperando, mirando hacia la parte de arriba, suspirando y sonriendo de una manera inexplicable como solo podría hacerlo una chica completamente enamorada.
-o-
—¡Auch! —Pacifica se quejó al sentir el fuerte ardor que el hisopo impregnado de alcohol le provocó al hacer contacto con una de sus pulsantes heridas.
—Pacifica, ¿Te importaría dejar de moverte? —Dipper le reclamó, continuando con su trabajo.
—¡Claro! Solo haz algo para que deje de dolerme y con todo gusto dejare de moverme tanto. ¡AUCH! —Se volvió a quejar, moviendo el brazo bruscamente y de tal manera, que alcanzó a impactar la mejilla derecha de Dipper.
—¡Pacifica, ten cuidado! —La miró con malos ojos.
—Lo siento... —Le mostró una sonrisa de niña buena que trata de ocultar una travesura.
—Ya casi termino. —Dijo, colocando un poco de ungüento con las yemas de sus dedos sobre la última de las heridas visibles en el brazo de Pacifica, para finalmente cubrirla con un pequeño vendaje que ajustó con un pedazo de cinta—. ¡Listo! Creo que con eso no habrá ningún problema.
—¡Cielos! No sé qué decir... —Exclamó, apenada sintiendo como la temperatura de su cuerpo se elevaba—. Gracias Dipper. Es muy lindo lo que has hecho por mí.
—No fue nada. Recuerda que debo cambiar tus vendajes cada seis horas o tus heridas podrían infectarse.
—De acuerdo. Gracias de nuevo.
Dipper hizo a un lado el botiquín de primeros auxilios, apartándolo de la mesa. Luego, el silencio se apoderó del lugar, creando un ambiente de incomodidad entre ambos al no saber cómo continuar con la conversación.
—¿Y qué has pensado, Dipper? —Pacifica rompió el hielo de forma apresurada.
—¿Acerca de qué?
—Acerca de lo que sucede allá afuera. Probablemente seamos los únicos en el pueblo que no nos hemos visto afectados por esas criaturas.
—Ni siquiera lo menciones. —Dijo Dipper, levantándose bruscamente de la mesa para caminar a su alrededor—. Recuerda que probablemente Mabel y mi tío se encuentren allá afuera. Tampoco hay que olvidarnos de Soos y de Wendy. —Suspiró intranquilo—. Dónde quiera que estén... —Se mordió el labio—. Tan solo espero que hayan logrado escapar a tiempo.
—Estoy segura de que así fue. Tu familia es muy intrépida. Y esa chica Corduroy siempre ha sabido como arreglárselas por sí sola. No podría decir lo mismo de tu empleado, pero si él se encuentra junto a ellos; estoy convencida de que él también está a salvo.
—Quisiera compartir tu optimismo... —Permaneció cerca de una de las ventanas, mirando hacia el exterior con cautela a través de una de las cortinas.
—No soy tan optimista como tú crees, Dipper. Me siento muy confundida. No sé que vaya a pasar con el pueblo o con nuestro mundo a partir de ahora.
—Ni yo... El único ser en todo el universo que era capaz de rivalizar con los poderes de Bill está muerto. ¿Qué podemos hacer? Solo somos un par de niños de doce años. ¿Cómo podríamos enfrentarnos a alguien que tiene un poder casi infinito? El diario no dice nada acerca de como regresar a Bill a su propia dimensión. Odio decir esto, pero tal vez Bill nos ha ganado ya. Lo único que nos queda es disfrutar de estos últimos momentos de libertad antes de que esas criaturas sepan que estamos aquí.
—Dipper, no digas eso... —Se levantó de su silla, yendo hacia Dipper para posar su mano derecha sobre el hombro del chico—. Sé que algo se nos ocurrirá. Piénsalo, si de alguna manera podemos arrebatarle ese libro a Bill, o expulsarlo del cuerpo de mi padre, entonces él perderá sus poderes.
—Es inútil. —Comentó con negatividad—. Aunque podamos quitarle el libro u obligarlo a abandonar el cuerpo de tu padre; él aún conserva su forma física. Eso significa que él ahora puede utilizar todos sus poderes sin ninguna clase de restricción en nuestra dimensión. Y aunque quisiéramos utilizar el libro en su contra, ninguno de los dos podríamos hacerlo. Ese libro puede ser leído únicamente por alguien que posea los ojos de un Northwest. En ese caso, necesitaríamos de la ayuda de tu padre para conseguirlo. Es difícil aceptarlo, pero todo indica que este es el verdadero fin del mundo y tal vez del universo también.
—¡No puedo, Dipper! —Apretó los dientes hasta que comenzaron a dolerle—. Me niego rotundamente a aceptar que este es el final de todo, pero... —Pacifica agachó la mirada, apartando lentamente su mano del hombro de Dipper—. A juzgar por tus palabras, cualquiera diría que te estás dando por vencido.
—Tal vez eso sea lo mejor. —Dipper volvió a guardar silencio, separándose de Pacifica para ir y sentarse nuevamente sobre el sofá de revestidura amarilla.
—¿Sabes algo? Si este es el fin del mundo, jamás imaginé que tú serías la persona con la que lo vería llegar. ¿Es gracioso, no? —Se dirigió hacia el sofá, colocando ambos codos sobre uno de los respaldos para apoyarse—. Tal vez este fue un buen momento para arrepentirme de todos los actos malos que he hecho durante estos últimos años. Al menos ahora sé que moriré manteniendo mi conciencia despejada y mi mente completamente limpia.
Dipper prefirió permanecer callado, hasta que de pronto, un pensamiento, una idea explotó dentro de su cabeza con la fuerza de más de un millón de bombas de hidrógeno detonadas al mismo tiempo.
—Espera un momento... Pacifica, repite lo que acabas de decir.
—¿Qué? ¿No estabas poniendo atención? —Se cruzó de brazos y frunció el ceño—. Dije que nunca creí que tú serías la persona con la que vería llegar el fin del mundo.
—No... Después de eso.
—¿Qué dije entonces? ¿Te refieres a mantener mi conciencia despejada y mi mente limpia?
—Mente limpia... —Se levantó del sillón de un brinco—. ¡Eso es! Esa es la respuesta. ¡Pacifica, ven conmigo!
Dipper tomó la mano de Pacifica para conducirla hacia la parte superior de la cabaña; hacia el ático dónde hasta ese momento servía de dormitorio para él y su hermana.
—Dipper, aguarda... Me estás lastimando.
Al llegar a su destino, el joven Pines soltó abruptamente la mano de Pacifica y abrió la puerta por medio de una patada. Luego, se dirigió hacia su cama, sobre la cual se encontraba una amplia mochila de la que a continuación extrajo lo que a simple vista parecía ser una pistola de juguete con una bombilla de cien watts en vez de cañón.
—Ehh... Dipper... ¿Me podrías decir qué es eso? —Pacifica preguntó, realizando una mueca de desconcierto.
—Pacifica, esto es lo que probablemente nos dará la victoria. Esto es un arma capaz de borrar los recuerdos de las personas. Con ella puedes eliminar desde una pequeña memoria, hasta dejar una mente completamente en blanco. Es tal y como le sucedió al viejo McGucket. Si tenemos en cuenta que Bill utiliza la mente de las personas para manipularlas... —Decía, colocando el nombre de "Bill Cipher" sobre la pequeña pantalla tras girar la perilla ubicada a un costado una cierta cantidad de veces hasta formar el nombre de su mortífero enemigo—. Eso significa que si podemos borrar los recuerdos en la mente de tu padre que se encuentren relacionados exclusivamente con Bill, hay una posibilidad de que Bill deje de existir en nuestro plano temporal y para siempre sin importar lo poderoso que se haya vuelto.
—¿Y estás seguro de que ese plan va a funcionar?
—No estoy del todo seguro... En el peor de los casos se crearía una paradoja en el espacio-tiempo que destruiría por completo al universo. Sé que suena arriesgado, pero es la única alternativa que nos queda si queremos detener a Bill.
—Sigo sin creer que todo esto esté ocurriendo. —Pacifica soltó un largo suspiro, justo antes de sentarse resignada sobre la cama del joven Pines.
—También yo. —Dijo Dipper, sentándose a su lado—. Este es el primer verano en el que estoy fuera de casa y al principio creí que sería aburrido y monótono trabajar en la cabaña de nuestro tío durante nuestro tiempo libre. Pero desde que encontré ese diario en el bosque; todo cambió. De barrer pisos y colocar letreros publicitarios ahora me encuentro a la espera de un posible apocalipsis.
—¿Quién lo diría, no? —Pacifica miró hacia sus botas de piel de color marrón—. En ese caso... Supongo que podemos irnos olvidando del festival alusivo al día del amor del día de mañana.
—Sí... Tienes razón. —Rió con nerviosismo—. Al menos así ya no tendrás que sentirte incómoda por tenerme como acompañante. No me imagino la clase de cosas que hubieran dicho tus amigas al vernos juntos.
—No me interesa lo que digan mis amigas. De hecho, hasta hace poco dejé de considerarlas como tal... El mundo de la gente que se ha vuelto multi millonaria puede llegar a ser tan falso, que la mayoría del tiempo es difícil saber en quién puedes confiar y en quién no. Y la verdad es que... —Sintió un fuerte cosquilleo en la boca del estómago—. Yo realmente tenía deseos de ir contigo a ese festival.
—¡Espera! —Exclamó sorprendido—. ¿A qué te refieres?
—Lo que oíste... Mira, Dipper... Lo que pasa es que yo... Yo... No sé cómo decir esto... —Se mordió el labio—. Yo... Estaba en deuda contigo, así que tenía que recompensarte de alguna forma. Y creí que invitándote al festival sería una buena forma de gratificarte por lo que hiciste por mí durante la fiesta de mi familia. Pero las cosas se salieron de control y ahora estamos aquí a la espera de ser asesinados por unas criaturas de pesadilla y por un demonio dimensional con forma de dorito.
—Pacifica, no tienes porqué deberme nada. Además, fuste tú la que hizo todo el trabajo. Tú nos salvaste a todos de morir al ser convertidos madera. Soy yo quién debería estar agradecido contigo.
—Pero tú fuiste quién me enseñó que debía darme mi propio lugar. Me enseñaste a hacerme valer por mí misma y a no seguir el camino ruin que ha seguido mi familia durante todos estos años y eso vale mucho.
—Bueno... En ese caso yo diría que estamos a mano. —Le sonrió.
—¡Hey! Eso no es nada justo... —Pacifica hizo un puchero—. De cualquier forma, no pienso quedarme cruzada de brazos, Dipper Pines. Si conseguimos salir de esta con vida buscaré la mejor forma de recompensarte. —Cambió la dirección de su mirada, llevándola hacia el piso—. ¡Hey! ¿Qué es eso? ¿Es un campo de mini golf?
—¡Es correcto! Mabel y yo practicamos de vez en cuando. Aquél que logre darle accidentalmente a nuestro tío en la cara gana la partida. Aunque eso solo pasó una vez y por lo general es Mabel la que siempre barré el suelo conmigo.
—¡Lo tengo! Ya sé que puedo hacer para recompensarte. Te ayudaré a mejorar tu técnica para que puedas vencer a tu hermana. Además, así daremos continuidad a la lista que dejamos pendiente antes de que mi padre nos interrumpiera. Mataremos dos pájaros de un tiro. —Le guiñó un ojo.
—¿Lo dices enserio? —Sus ojos brillaros.
—Te recuerdo que estás ante la mejor golfista de todo Gravity Falls. —Se jactó orgullosa, tocando ligeramente la punta de la pequeña nariz de Dipper con su dedo índice, ocasionando que el muchacho tuviera una reacción propia a lo desconocido cuando se está ante una chica tan bella como Pacifica—. Será pan comido. Ahora ve y busca unos palos.
Dipper tragó saliva, cuando una línea de rubor se dibujó sobre sus mejillas. Entonces, se dispuso a buscar los instrumentos necesarios para disfrutar del propio juego. Pudiéndolos encontrar minutos después bajo la cama de Mabel, los cuales hasta ese momento habían servido como agujas dignas para coser un suéter gigante. En cuanto todo estuvo listo, Pacifica le pidió mostrarle su mejor swing, el cual por supuesto fue terrible, ocasionando que la hija única de la dinastía Northwest estuviera a punto de no poder contener más la risa de la vergüenza.
—De acuerdo, ya vi suficiente. —Se acercó, analizando cautelosamente los imprecisos movimientos realizados por el joven Pines—. Tu mayor problema es que tensas demasiado el cuerpo. Tienes que relajar los hombros y dejar de pensar hacia dónde quieres que la bola vaya. Además, separas mucho las piernas.
Pacifica se colocó por detrás de él, rodeando con sus brazos la cintura de Dipper para sujetar sus manos y apoyarse firmemente sobre el palo de golf. Dipper sintió un escalofrío muy intenso, pero agradable a la vez. Su cara enrojeció por completo cuando la mejilla de Pacifica rozó contra la de él. Además, esta era la primera vez que sus manos hacían contacto con las de una chica durante más de dos segundos. A continuación, la chica de cabellos rubios realizó una serie de movimientos en esa misma posición para mostrarle a Dipper como debía moverse. Sin embargo, pocos instantes después, Pacifica se dio cuenta de la terrible realidad. Por ende, se apartó con la cara tan roja como un tomate, siendo incapaz de mirar a Dipper a los ojos.
—Creo que necesito aire... —Dijo Dipper.
—Sí... Yo también. —Pacifica estuvo de acuerdo.
Ambos niños salieron de la habitación y luego de recuperar mínimamente la compostura, Dipper condujo a Pacifica hacia el pequeño balcón sobre la cabaña construido e improvisado por Wendy para servir como zona de confort y que había sido testigo innato de tantos acontecimientos importantes para sus habitantes. Desde el primer acercamiento que Dipper tuvo hacia la pelirroja, pasando por la contención de una invasión de zombis, hasta la segunda reunión que tuvo lugar entre Dipper y Bill cuando el primero trataba de conseguir la contraseña que le daría el acceso a los datos guardados dentro de la laptop del viejo McGucket. Ya en el lugar, Dipper y Pacifica se sentaron sobre el borde, meciendo las piernas, contemplando tristemente el panorama apocalíptico que sobrecogía al pueblo completo.
—¿Quieres una soda? —Preguntó Dipper, siendo esta vez él quién rompió el hielo tras no volver a encontrar otro buen tema de conversación,
—¡Claro! —Pacifica respondió de inmediato, como si estuviera predispuesta a contestar de manera afirmativa a todo lo que Dipper le cuestionara—. ¿Tienes de naranja?
—Sí. —Dipper respondió, hurgando entre todo el conjunto de bebidas frías dentro de la hielera a sus espaldas hasta encontrarla. Al extraerla y ofrecérsela a la joven de cabellos dorados; Pacifica no hesitó en tomarla. Al hacerlo, entró en contacto con la lata, pero también con los fríos dedos del chico Pines. Entonces, ambos se apartaron, con las mejillas levemente coloradas—. Lo... Lo siento...
—No... No pasa nada... No te preocupes...
El silenció reinó nuevamente entre ambos. Sin embargo, en esta ocasión no se sentía incomodo, ni mucho menos desagradable, sino todo lo contrario. Parecía que ambos se hubieran puesto de acuerdo telepáticamente en permanecer así, únicamente observando la negrura del bosque y el cielo rojizo a la distancia. Pasados unos segundos, Dipper también sacó y bebió de un solo sorbo una soda propia sin fijarse siquiera en su sabor. Pacifica lo observó de reojo y sonrió involuntariamente, la cual trató de ocultar al darle un par de sorbos a su soda de naranja para después colocarla al lado suyo sobre los tablones de madera.
—¿Sabes, Pacifica...? —Dijo de repente—. A pesar de todo lo que ha ocurrido, siento como si todas mis preocupaciones se hubieran desvanecido. Curioso, pero este es probablemente el último momento de paz que tengamos en mucho tiempo.
—Sí... Tienes razón. —Pacifica reafirmó, volviendo a dirigir su mirada hacia el frente—. Es un poco triste que ni siquiera podamos ver las estrellas antes de embarcarnos en tan peligrosa misión. Al menos me gustaría ver de nuevo las constelaciones. Mi favorita es la osa mayor.
—¿De verdad? —Dipper se sorprendió.
—Sí. ¿Tiene algo de malo?
—No... No es eso. —Continuó balanceando sus piernas sobre el vacío—. Verás... Gran parte de mi vida se encuentra relacionada a esa constelación en particular.
—¿De qué estás hablando? —Preguntó.
—No... No es nada...
—No pretendas dejarme con la duda, Dipper Pines... —Se puso de pie—. Vas a decirme o te obligaré a escupir la respuesta a base de cosquillas.
Pacifica se abalanzó sobre Dipper sin previo aviso y completamente dispuesta a obtener la respuesta aplicando los medios mencionados. Dipper se retorció de un lado a otro, ahogado en un océano de risas y carcajadas. No obstante, Dipper no iba a permitir que Pacifica se aprovechara de la situación, así que al encontrar la mínima oportunidad; contraatacó. Haciéndole cosquillas en su barriga de igual manera. Al poco tiempo, ambos cayeron al suelo, completamente agotados a causa de tanto reír. Fue en ese instante, cuando ambos se dieron cuenta de que el hecho de estar acompañado por el otro resultaba ser altamente gratificante.
—De acuerdo, de acuerdo. Te lo diré. —Dijo Dipper, quitándose su gorra—. Pero antes debes prometerme que no te vas a burlar.
—Juro solemnemente burlarme hasta el último día de mi vida. —Pacifica alzó su mano y la colocó delante de su corazón, ocasionando que Dipper se molestara por sus palabras.
—¡Oye! Eso no es lo que se supone que deberías prometerme. —Le reclamó.
—Es una broma, tontito. —Le guiñó un ojo—. Ahora muéstrame.
—Muy bien... —Suspiró—. ¿Recuerdas la marca de nacimiento sobre la cual el bebe del tiempo hizo gala de ser el indicio perfecto de que yo debía ser el elegido, y que después resultó ser una gran farsa? Pues... —Se levantó su pequeño fleco, revelando lo que para la chica rubia fue una de las cosas más sorprendentes que hayan contemplado sus ojos.
—De acuerdo... Eso no me lo esperaba. —Dijo, tratando de recuperar el aliento tras contemplar la marca de Dipper.
—Lo sé... Es horrible... —Se volvió a poner la gorra inmediatamente—. Es por eso que siempre trato de esconderla. —Dijo, cuándo se dio cuenta de que Pacifica comenzó a reír—. ¿Puedo saber qué es tan divertido? Me prometiste que no te burlarías.
—Tranquilo Dipper. —Pacifica trató de controlar su risa—. No me estoy burlando de ti. Es solo que creí que me mostrarías algo peor...
—¿A qué te refieres? —Dipper alzó las cejas.
—No lo sé... Creí que me mostrarías algo así como un tercer ojo o un par de cuernos... ¡Qué sé yo! ¿Sabes? No debería darte vergüenza por enseñarla. Me parece... Linda...
—Cielos... —Dipper se sonrojó nuevamente—. ¿De verdad crees eso?
—Sí... Yo creo que ese bebe enorme se equivocó con sus predicciones. Esa es una marca única que te hace alguien realmente especial.
—Gracias... —Dipper agachó la vista completamente apenado para mirar sus zapatos desatados—. Eres una de las pocas chicas que lo creen así. Casi todas las personas que conozco y que han podido ver mi marca se han reído de mí. Las únicas que no lo han hecho además de ti; han sido Mabel y Wendy. Creo que el lugar dónde más problemas he tenido a causa de ella ha sido en la escuela. Tal vez esa es una de las razones por las cuales soy el blanco de casi todas las burlas de los demás chicos y chicas que hay en mi salón de clases.
—¿Sabes algo, Dipper? —Pacifica lo interrumpió—. Muchas personas juzgamos a otras sin saber. Recuerdo la manera en la que trataba a tu hermana cuando la conocí. Además, a ti siempre te catalogue como a un bicho raro; sin siquiera acercarme para conocerte mejor. Me arrepiento por haberles causado tantos problemas a ti y a tu hermana... No se lo merecían. En cambio ahora, tú y Mabel son a las únicas personas a las que realmente puedo considerar como a un par de verdaderos amigos. ¿Irónico, no? Y todo gracias a ti Dipper... Si tú no me hubieras mostrado la luz, probablemente mi vida sería aún más miserable. Es por ello que siempre viviré agradecida contigo, Dipper. Eres algo así como mi nerd salvador personal.
—¿Nerd salvador? Eso se sigue escuchando ofensivo. —Arqueó una ceja.
—Quiero que te quede muy en claro que jamás en la vida dejaré de catalogarte como a un nerd narizón que no tiene remedio. —Le dirigió una sonrisa. A continuación, Pacifica le quitó su gorra a su acompañante para colocársela ella misma sobre su cabeza.
—¡Hey! Te queda muy bien. —Dijo Dipper, frotándose tímidamente en brazo y sintiéndose más extraño de lo habitual, comprendiendo así que lo que sentía por la joven Northwest se había transformado en algo mucho más allá que un simple sentimiento de amistad.
—Gracias... —Le respondió con una tierna sonrisa, lo cual provocó que Dipper sintiera un ardor muy intenso en sus mejillas.
Ninguno dijo nada más y en cambio, dirigieron su mirada nuevamente hacia el mar de nubes de color rojo. Entonces, Dipper, al mover ligeramente su mano hacia atrás para acomodarse y permanecer recargado sobre el peso de sus muñecas; se dio cuenta de que su mano derecha había aterrizado sobre la mano contraria de Pacifica, la cual se encontraba en la misma posición; ocasionando que Dipper la retirará apenas entrando en contacto con ella.
—¡No! —Pacifica gritó, captando irremediablemente la atención de Dipper—. Digo... Quiero decir... —Tartamudeó, jugó con su cabello y sonrió levemente—. Puedes dejarla ahí... Si gustas...
Dipper sintió un cosquilleó aún más intenso en el interior de su estomago, a la par que algo cálido e inmensamente agradable descendía a través de su esófago. Por si eso fuera poco, el joven Pines comenzó a sudar de una manera descontrolada, ya que jamás imaginó que el hecho de tomar la mano de una chica llegara a convertirse en realidad. Entonces, Dipper colocó suavemente su mano sobre la de Pacifica, acto que provocó que la temperatura interior de ambos ascendiera hasta los bordes del infinito.
—Espera... —Dijo Pacifica, apartando su mano, dándole la vuelta y extendiéndola para así entrelazar cómodamente sus dedos con los de Dipper—. Creo que así está mejor.
—Sí... —Dijo Dipper de manera nerviosa, tragando saliva y con el corazón a punto de salírsele del cuerpo—. Mucho mejor...
Fue así de esta forma, que Dipper y Pacifica permanecieron tomados de la mano hasta que de repente, la hija única del matrimonio Northwest se movió hacia Dipper, recargando y acomodando delicadamente su cabeza sobre su hombro, ocasionando que Dipper estuviera a punto de desmayarse por el simple hecho de no saber cómo reaccionar ante esta nueva situación que la vida le había puesto de frente. Entonces, impulsado por sus acciones involuntarias; Dipper ladeó un poco su cabeza para recostar la suya sobre la de Pacifica.
—Gracias... —Dijo la joven rubia sin despegarse del chico castaño.
—¿Por qué el agradecimiento? —Dipper preguntó, torpemente.
—Por salvarme. Nadie había hecho un gesto tan dulce como el que tú hiciste por mí el día de hoy.
—Yo no te salvé. Fue Blendin el que nos sacó de ahí antes de que Bill nos aniquilara. Él fue muy oportuno.
—Eso no te quita el merito de ser el chico más valiente que he conocido en toda mi vida. —Se apartó del hombro de Dipper para mirarlo a los ojos—. No cualquiera encararía a un demonio dimensional con la capacidad de controlar las mentes de las personas. Además... ¿Ya olvidaste a ese fantasmagórico leñador?
—Pero yo no... —Dipper no supo que decir a continuación—. De acuerdo... Me atrapaste...
Pacifica se limitó a sonreír para sí misma, sonrisa que desapareció justo en el momento en el que Dipper giró su cabeza para encontrarse con la profundidad y la belleza de sus resplandecientes ojos azules. El tiempo pareció detenerse una vez más para ambos. La realidad ahora era algo pasajero. El cantar de los grillos sonaba armonioso, así como el sonido producido por el danzar de las hojas de los pinos al ser rozadas por el viento. Entonces, como si las acciones involuntarias de ambos estuvieran confabuladas entre ellas, Dipper y Pacifica movieron sus cabezas al mismo tiempo y hacia delante para unir sus labios por una sola fracción de segundo, lo cual provocó que ambos giraran la cabeza hacia el lado contrario con la cara completamente roja. Por un instante, parecía que el silencio se convertiría nuevamente en un factor trascendente en la conversación, hasta que Dipper se animó a hablar.
—Ese fue mi primer beso... —Dijo, sonriendo avergonzado, siendo incapaz de observar otra cosa que no fuera la penumbra del bosque.
—El mío también... —Pacifica confesó por igual.
—¿Lo dices enserio? —Dipper preguntó.
—¿Acaso dudas de mí, Dipper Pines? —Le mostró una mala cara.
—No.. No me mal entiendas, Pacifica... Es solo que... Bueno... Eres la chica más popular de todo el pueblo... Y estoy seguro de que debes tener a todo un séquito de admiradores detrás de ti. Podría pensar que tal vez hubieras tenido tu primer beso con alguno de ellos.
—Te recuerdo que la mayoría de ellos busca algo conmigo simplemente por el hecho de crecer dentro del estatus social y no porque quieran llegar a algo de verdad conmigo. Haz de creer que soy una tonta con la mentalidad de una niña ilusa de seis años pero... Siempre había deseado que mi primer beso fuera con un chico que me quisiera por lo que soy y no simplemente por el hecho de obtener a la larga alguna compensación monetaria. Tal y como lo mencioné hace unos momentos, el mundo de la gente millonaria se encuentra repleto de personas con malas intensiones. No conoces como son en realidad hasta que te han acuchillado por la espalda. Últimamente me había comenzado a cuestionar si algún día podría encontrar a un chico que fuera cariñoso, con una bella sonrisa, amable y tal vez un poco torpe con actitud de nerd. Pero tal parece que al fin lo encontré.
—¡Vaya...! —Tosió un poco—. No tenía idea de que pensaras eso sobre mí. —Se volvió a poner rojo al querer sonreír—. ¿Te digo algo, Pacifica? Antes de llegar a Gravity Falls, yo jamás imaginé que alguna chica que no fuera Mabel tuviera alguna buena impresión hacia mí persona. Verás... En mi ciudad natal, una vez estuve enamorado de una chica dentro de mi salón de clases y cuando por fin me atreví a confesarle lo que sentía por ella durante el baile de fin de curso en cuarto grado; ella me desechó como si fuera un pedazo de basura para enseguida derramar un vaso completo de ponche sobre mí. Por si eso fuera poco, alguien tomó un video de ese momento y lo subió a internet para encargarse de hacerlo viral entre mis compañeros. —Suspiró—. Por si las burlas entre mis compañeros de clases no fueran las suficientes, a los pocos días casi toda la escuela había visto ese video y como era de esperarse, algunos chicos de otros salones comenzaron a mofarse de mí también... Después, al llegar a este lugar, creí que este podría ser un nuevo comienzo para mí. Y así fue. Me convertí en amigo de Wendy a los pocos días de haber llegado y hasta llegue a sentir algo más que amistad por ella, pero debido a nuestra diferencia de edades lo nuestro no pudo funcionar. Tú eres la primera chica que me ha abierto su corazón y ahora no sé qué decir... Me siento nervioso, ansioso y con un poco de comezón... Pero muy feliz al mismo tiempo... Verás... La verdad es que yo... —Todo indicaba que el monólogo de Dipper se iba a extender por mucho más tiempo de lo que Pacifica estaba dispuesta a soportar, así que al darse cuenta de esto; colocó suavemente su mano derecha sobre la colorada mejilla izquierda de Dipper para controlar el movimiento de su cabeza y dirigir sus labios hacia los de ella una vez más.
—Hablas mucho. —Pacifica dijo, luego de los cinco segundos que duró el que sería el segundo beso para ambos.
—Lo... Lo siento... —Dijo Dipper, dejándose llevar por el momento.
—Descuida. —Pacifica le volvió a guiñar el ojo—. Solo un pequeño detalle...
—¿Cuál? —El joven preguntó incrédulo.
—¿Te importaría cerrar los ojos de ahora en adelante cada vez que nos besemos?
—S... Sí... Está bien... —Dipper obedeció y al cerrarlos pudo percibir por tercera vez los suaves labios de Pacifica junto con el delicioso sabor a cereza que le daba ese brillo de labios que se colocó rápidamente mientras Dipper se dedicaba a cerrar tibia y temerosamente sus ojos. El tercer beso duró mucho más tiempo que el primero y que el segundo puestos juntos, dado que aparentemente, ni Dipper, ni mucho menos Pacifica tenían en mente querer terminarlo pronto. Sin embargo, Mabel no pensaba igual que ellos, ya que al descubrirlos y hacer un comentario al respecto; ambos tuvieron que separarse sin más remedio.
—¿No es esto romántico, chicos? —Preguntó la niña de los frenos, sonriendo frenéticamente, dirigiendo su interrogante hacia Wendy y hacia Soos; los cuales se encontraban mirando la escena completa desde su retaguardia.
-o-
—Con estos consejos, estoy seguro de que Mabel no se volverá a resistir ante mis encantos. —Dijo un pequeño niño regordete de cabello blanquizco y voz siniestra, mientras se encontraba leyendo un libro titulado: 1001 maneras de atraer a las chicas con frenos; permaneciendo recostado sobre la pequeña cama de su celda designada—. Ya lo puedo ver... Mabel caerá rendida ante mí en cuanto se dé cuenta de todo lo que he aprendido durante esta pequeña estancia en prisión. —Se detuvo a reír, muy emocionado—. Además, la buena noticia es que Mabel no será la única que caerá, al menos no en el mismo sentido... —Cambió de libro, extrayendo uno nuevo desde debajo de su almohada; uno titulado: 1001 maneras de convertir la vida del hermano de la chica de tus sueños en un infierno—. Muy pronto Dipper... Me las vas a pagar por haberme mandado a este maldito agujero e interponerte entre mi adorada Mabel y yo. Ahora... Debo comenzar a planear minuciosamente una forma de escapar.
En ese momento, el sonido de una serie de gritos desgarradores de gente provenientes desde el exterior de la prisión destruyó la poca armonía nocturna entre los demás prisioneros. El joven reaccionó ante los hechos, cuando un destello rojizo proveniente desde su ventana llamó irremediablemente su atención. Acto seguido, asomó la cabeza para mirar hacia el pueblo, percatándose de como una invasión de criaturas de pesadilla comenzó a devastar la zona.
—¿Qué demonios está pasando? —Se preguntó.
Luego, casi inmediatamente, la prisión entera comenzó a temblar, las paredes y las varillas de metal crujieron y se quebraron como mondadientes. A continuación, los soportes principales comenzaron a cuartearse como pasta seca; hasta que finalmente el edificio completo fue cortado por la mitad, separando el techo de sus propios cimientos. El pequeño se escondió debajo de su cama, aterrado; acción que no le sirvió de nada puesto que alguien comenzó a hablarle.
—¡Vaya! ¡Vaya! ¡Vaya! Debe ser terrible estar encerrado en un lugar del que no puedes escapar. Sé perfectamente cómo te sientes, pequeño Gideon. Yo permanecí encerrado en ese maldito escape mental por más de un trillón de años.
—¿Bill? —Preguntó, asomándose por debajo de la cama, observando el cuerpo de un hombre flotando sobre el aire, sosteniendo la parte superior de la prisión por encima de su cabeza gracias a sus de poderes telequinéticos—. ¿Eres tú?
—¡El mismo! —Le respondió—. Pero mejorado...
—Entiendo... ¿Y qué haces dentro del cuerpo de Preston Northwest?
—Es una larga historia. Te contaré todos los detalles más adelante... Por ahora quiero saber si te interesa una oferta de trabajo.
—¿Una oferta de trabajo? —Salió de la cama, aún temeroso—. ¿De qué se trata?
—Verás... Estoy en busca de gente talentosa a la que le guste causar sufrimiento en su prójimo... Matanzas, sangre, venganza... Tú sabes cómo es esto.
—Me convenciste en cuanto dijiste venganza... —Sonrió con malicia—. ¿Qué es lo que tengo que hacer?
—Me agrada tu actitud de maniático... En ese caso, tengo un pequeño regalo para ti. —Chasqueó los dedos, haciendo aparecer un pequeño amuleto redondo con un collar atado a él—. ¿Lo recuerdas? Creo que esto solía ser tuyo.
—¡Mi amuleto! —Le brillaron los ojos.
—Pero este no es un amuleto cualquiera... Es mucho más poderoso que el anterior. Esta es una gema negra, la cual es capaz de dejar en pañales las habilidades de la gema que tenías en un inicio.
Dicha gema llegó volando hasta Gideon, el cual la tomó sin pensarlo dos veces y tras colocársela alrededor de su abultado cuello; su cabello se tornó de color negro y sus ojos se fundieron en una macabra tonalidad rojo sangre. Luego, un aura malévola imbuida en muerte y podredumbre comenzó a rodearlo hasta que todo lo que se encontraba alrededor suyo en un radio menor a los diez metros comenzó a descomponerse hasta el grado de desintegrarse y desaparecer de la existencia.
—Sí... Sí... De esto estaba hablando... Este poder... Es increíble...
—Entonces... ¿Estás listo? —Bill preguntó con satisfacción.
—Yo siempre estoy listo... —Declaró, con una voz cambiada, alcanzando tonalidades graves, cavernosas y lúgubres—. Ha llegado la hora de que el mundo entero sepa de lo que el pequeño Gideon es capaz de hacer ahora. En especial tú, mí estimado Dipper... ¡Ya lo verás! Dentro de poco tiempo te arrebataré todo... Tu hermana será mía, mientras que el resto de las personas importantes en tu vida sucumbirán una a una ante mi ira y mi fuerza. Y tú, mi amigo, serás el principal testigo de observar cómo sus vidas se van extinguiendo poco a poco frente a tus ojos... Es una promesa...
Continuará...
¡Vaya! Esa Mabel siempre a interrumpir en el mejor momento...
Bien, así concluye este capítulo. Espero que les haya gustado leerlo como a mi escribirlo. Les confieso que me gustaría ver la escena de uno de los besos o incluso cuando Pacifica le arrebata su gorra pero en forma de fanart. Lamentablemente soy pésimo para dibujar y/o utilizar el photoshop o cualquier otro programa parecido, así que de momento será imposible.... *Llora en silencio*
Aviso: La siguiente nota contiene spoilers acerca del capítulo final de Gravity Falls.
En fin, pasando nuevamente al caso de la similitud que les comentaba al inicio; pudieron notar que Dipper estaba dispuesto a utilizar la pistola borra memorias para acabar con Bill. De hecho, les confieso que ese era precisamente el método por el cual Dipper y Pacifica acababan con Bill al final del fic.
Ahora... Tan solo imaginen mi reacción cuando vi que fue exactamente de esa forma como derrotaron a Bill al final de la serie. Aunque en este caso, yo iba a utilizar la alternativa de que en lugar de borrarle completamente la memoria a Preston; simplemente iba a escribir el nombre de Bill Cipher para eliminar todo rastro de él, incluyéndolo a él mismo. Ahora que lo pienso... Me pregunto qué hubiera pasado si hubieran hecho eso mismo para evitar borrar la memoria de Stan.
Bueno, el punto es que decidí dejar esa parte en su lugar porque de otro modo hubiera tenido que eliminar varias escenas y realmente quería transcribir la parte dónde Pacifica le está enseñando a Dipper a mejorar sus técnicas en el mini golf. De tal manera que necesitaba un buen pretexto para que Dipper la condujera hacia su cuarto. Y cómo sinceramente no se me ocurrió otra mejor excusa; opté por dejar esa parte en su lugar. Aunque... Por obvios motivos y para evitar que me acusen de copión y de poco imaginativo, he decidido cambiar dicho plot de la historia así como su final. Afortunadamente ese era solo uno de los cuatro posibles finales que tenía ya preparados para este fic. De tal modo que la alternativa de usar la pistola borra memorias para vencer a Bill queda completamente descartada de este fic. Ahora solo tengo que elegir cuál de todos será...
Pasando a otras cosas... Responderé rápidamente dos preguntas que me hicieron dos lectores sin cuenta en fanfiction y como saben, odio que fanfiction no habilite una opción para responder comentarios de personas sin una cuenta.
-o-
¿Tienes una página en Facebook?
Una página dedicada a mi nombre artístico como tal, no. De hecho, creo que no es muy necesaria... No sé que podría escribir ahí que no pueda hacerlo por aquí. Por el momento lo único que tengo es mi perfil personal en el cual lo único que hago es ver y compartir memes que me parecen graciosos.
¿Cuántos capítulos va a tener este fic?
No tengo un estimado exacto, así que te estaría engañando. Supuestamente este fic iba a tener solamente 6 capítulos, pero ahora te puedo decir que todo indica que llegará cerca de los 30 tal vez más, tal vez menos.
-o-
Publicidad Time
Por si aún no lo han leído y tienen ganas de un fic corto de Dipper y Pacifica pueden echarle un vistazo al one-shot que subí hace unos días; titulado: "Un Día Bajo la Lluvia". Es bastante tierno a mi parecer y está más apegado a los comportamientos de los personajes rumbo hacia el Weirdmageddon. Espero que también les guste.
Pues... Ha llegado la hora de despedirme, espero de corazón que les haya gustado. Gracias por todos sus comentarios y opiniones. Ya saben, si gustan dejarme sus pensamientos acerca del capítulo pueden dejarme un pequeño review. Las y los espero en el próximo capítulo que estaré publicando el próximo 22 de marzo... O incluso antes.
Saludos y pásenla bien desde dónde quiera que me estén leyendo ¡Chao!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top