La Noche que Llora

¡Hola, amigas y amigos!

2 semanas han transcurrido y les traigo la nueva actualización de esta historia. Cabe destacar que en este capítulo aparecerá un nuevo personaje y me gustaría que imaginaran a ese personaje con la voz del Joker en la serie animada de Batman ¿Lo recuerdan? Espero que sí. Si no, pues pueden colocarle la voz de su preferencia.

A sí mismo, en este capítulo resolveremos una de las más grandes incógnitas que nos dejó la serie en general. ¿A qué clase de raza pertenece Bill Cipher? ¿Cuáles fueron sus orígenes? ¿Qué son los demonios de los sueños? Bueno, yo trataré de responder a esas preguntas, obviamente basándome en el universo expandido que yo mismo he construido para esta historia. Espero que les guste. Nos leemos abajo para comentarios finales.

Mando un especial saludo a mi amigo y lector: Yonatan German, de Colombia. Espero que te agrade.

Gravity Falls Es una obra perteneciente a Disney. Todo lo escrito y expresado dentro de este Fanfic tiene como propósito principal el enriquecer al Fandom de la misma. Todos los personajes utilizados dentro de esta historia son una creación y propiedad original de la talentosísima y brillante mente e ingenio del animador estadounidense: Alex Hirsch. Nada será utilizado con fines lucrativos o comerciales. ¡Disfrútenlo!

Un Fanfic de Gravity Falls: "La Novia de Dipper"

Segunda Temporada

Capítulo 42: "La Noche que Llora"

Viéndose a sí mismo dentro de un escenario que contrastaba completamente con el sofocante desierto sobre el cual había aterrizado junto a sus fieles amigos y su a veces empedernida novia, Dipper enfiló sus pasos sin un rumbo fijo, avanzando con dificultades sobre una larga avenida completamente cubierta de nieve. El cielo azul era imperceptible, siendo opacado por extensos nubarrones grises que se dispersaban hasta dónde la vista o la espesa niebla le permitían distinguir. Las casas y edificios aledaños a la calle lucían vacíos, sin ninguna clase destello proveniente de alguna fuente natural o artificial de luz que le indicara a Dipper que había alguien residiendo en su interior.

—¿En dónde estoy? ¿En dónde están todos? —Se preguntó, pero sin poder encontrar alguna respuesta que le fuera pertinente y hasta cierto punto, lógica, soportando el gélido viento en conjunto con los gruesos copos de nieve que no dejaban de estrellarse contra su rostro—. Lo último que recuerdo fue que... Estaba en ese desierto al lado de Soos y Pacifica y esa mujer llamada Mía me dijo que tenía que reunirme lo antes posible con su líder, quién sorpresivamente resultó ser el auténtico autor de los diarios y luego... Nada... No consigo recordar más allá. ¿Me habré desmayado? Tan solo espero que no haya caído en coma de nuevo... —Se sobresaltó al analizar las posibilidades y sus variantes—. ¡Oh no! ¿Y qué tal sí estoy atrapado dentro de otro de esos lugares interdimensionales y post apocalípticos como lo era ese abismo? Tengo que buscar la forma de salir de aquí o al menos averiguar en qué lugar me encuentro. Últimamente me es difícil diferenciar entre lo que es real y lo que no.

Dipper trató de apresurar sus pasos, lo cual le resultó imposible, debido a un incremento en la velocidad del viento y a un todavía mayor decremento en la temperatura. Avanzados unos pocos metros, el muchacho, tuvo que abrazarse a sí mismo para conseguir un poco de calor extra, puesto que su ropa compuesta únicamente por su camiseta de color naranja, un chaleco y unos pantalones cortos, no ayudaban en absolutamente nada para disminuir la sensación de frío que poco a poco comenzó a calar en sus músculos y huesos.

*Es imposible... No lo lograré llegar a ninguna parte con esta tormenta. Debo buscar un refugio y rápido o moriré congelado.* —Pensó, girando su cabeza hacia su izquierda, para aproximarse hacia el domicilio más cercano a su posición—. ¿Hola? ¿Hay alguien aquí? —Preguntó, tocando incesantemente la puerta para enseguida jalar y tirar de forma persistente de la cerradura. Sin embargo, esta no se movió. Tras mirar un poco más de cerca, Dipper se dio cuenta de que la chapa se encontraba congelada, como si alguien le hubiera tirado encima una cubetada de agua helada y esta se hubiera atravesado por un proceso de congelación instantánea—. ¡Es inútil! No hay nadie—. Se asomó por medio de la ventanilla, descubriendo que dentro del inmueble se podía observar una pequeña oficina, junto a todos sus aditamentos necesarios tales como un escritorio, una silla reclinable, una impresora y hasta algunas tazas para café—. Un minuto... Siento como si ya hubiera estado en este lugar antes... ¡Oh no! ¡No es posible!

En ese momento, el pequeño niño retrocedió unos cuantos pasos y levantó la mirada, desconfiado, corroborando así sus más grandes temores cuando pudo leer con claridad el letrero comercial sobre el establecimiento.

—"Gravity Falls Chismorreo". No puede ser... Acaso... ¿Estoy de vuelta? Pero... ¿Cómo? ¿No se suponía que el pueblo había sido destruido en la primera batalla que tuvimos contra Bill? —Su corazón comenzó a acelerarse y su respiración se volvió más agitada, presintiendo que sería víctima de un ataque de pánico en cualquier momento—. Esto no debe ser real... ¿Y si en verdad volví a quedar atrapado en una realidad alterna? ¿Cómo podré volver con los demás? Mi contraparte futura desapareció. ¡No sé qué hacer ahora! Aunque... ¡Eso es! —Una bombilla imaginaria se encendió por encima de su cabeza—. Si el pueblo está intacto, entonces significa que la Cabaña del Misterio también lo está. Quizá el portal aún se encuentre en el sótano y pueda utilizarlo para regresar.

Dipper dio media vuelta con la intención de retomar su camino sobre la avenida principal del pueblo, sabiendo en esta ocasión la dirección precisa que debía de tomar si quería dirigirse hacia la cabaña de su tío. Sin embargo, no alcanzaría a dar un solo paso, cuando de repente, se topó con una figura esbelta, chocando de frente contra ella y provocando que Dipper cayera de espaldas al suelo, lastimándose el coxis. Luego del fuerte encontronazo, el muchacho se sobó la nariz, para inmediatamente mirar hacia aquello que le había impedido el paso, encontrándose con la espalda de un hombre cuyas amplias dimensiones lo hacían fácilmente reconocible, a la par de su gran camiseta de color verde selva.

—Eh... ¿Soos? —Preguntó Dipper, observando el lomo encorvado de su mejor amigo, el cual se hallaba sentado sobre la acera de la calle, sucumbiendo ante un atroz llanto, provocando un sentimiento de desconcierto en el muchacho. Ante la inusual situación y estando plenamente consciente de que no había sido una de sus más brillantes ideas en los últimos días, Dipper comenzó a rodearlo con la intención de observar su rostro, pero manteniendo una distancia prudencial en todo momento, teniendo especial cuidado de que en verdad se tratase de su mejor amigo—. ¿En verdad eres tú? —Formuló una segunda pregunta, cuando la cara de Soos estaba a punto de entrar en el campo visual de Dipper. Entonces, Soos agachó la cabeza, alcanzando a cubrir su rostro con sus dos brazos justo antes de que Dipper depositara su mirada en él, para así continuar llorando.

Sin saber lo que debía hacer a continuación, Dipper pensó en tratar de volver a comunicarse con su mejor amigo, aún sin tener la franca certeza de que en realidad se tratara de él. Sin embargo, cuando estuvo por ponerle una de sus manos sobre su hombro, el desalentador ruido provocado por el gimoteo de otra persona lo hizo sobresaltar. Dipper volvió la cabeza hacia su retaguardia, encontrándose con Wendy, la cual también estaba sumergida en un llanto incontrolable, escondiendo su cara con la ayuda de sus dos manos, imitando las mismas acciones de Soos. No obstante, fue poco tiempo el que tuvo el joven Pines para reaccionar apropiadamente, ya que de manera inusitada, distintos cuerpos con las apariencias físicas de su tío Stan, McGucket, Robbie, Mabel, Pacifica, así como de varios de los habitantes más emblemáticos del que una vez fue el colorido poblado de Gravity Falls, comenzaron a emerger desde el interior de la niebla con un lento caminar, llorando desconsoladamente, cubriendo sus rostros con sus dos manos.

—¿Qué está pasando...? ¡Aléjense de mí! —Dipper comenzó a asustarse al verse rodeado por las apariciones. Entonces, la voz de una chica que él conocía muy bien, lo obligó a enfocarse en ella y solo en ella.

—¿Por qué, Dipper...? —Dijo Pacifica, entre sollozos—. ¿Por qué tuviste que hacernos esto...? Si hubieras sido más valiente... Sí hubieras tomado las decisiones correctas... Nada de esto hubiera pasado... ¿Por qué...? ¿Por qué lo hiciste, Dipper?

—Pacifica... Pero... ¿Qué estas diciendo? ¿Qué fue lo que les hice? —Preguntó, cuando el corazón comenzó a latirle con más intensidad al sentir inseguridad y tras escuchar esa otra voz en su interior que le indicaba por medio de gritos; "¡Corre!".

—Condenarnos... —Respondió a secas, descubriéndose el rostro, desvelando así una falta completa de ojos dentro de sus cuencas, mostrando en su lugar, un par de orificios tan negros, profundos y tan envolventes como la oscuridad misma.

Dipper se fue de espaldas a causa del tremendo susto que la macabra revelación le produjo, pero siendo sujetado a tiempo por los robustos brazos de Soos, justo antes de que su cabeza chocara contra el suelo. Entonces, el pequeño niño depositó su mirada en él para observarlo más de cerca, descubriendo así, que al igual que Pacifica, este también carecía de un par de ojos. Acto seguido, el resto de sus amigos y los demás pobladores, comenzaron a destaparse uno por uno, revelando así, que todos habían sido despojados de su sentido de la vista. Aterrado, pero ahora completamente convencido de que no se trataban de las mismas personas que él conocía y de que se encontraba atrapado en una especie de pesadilla enferma, Dipper trató frenéticamente de liberarse, resultándole imposible dada la tremenda fuerza que Soos estaba aplicando sobre él para impedir que escapara.

—No existe escapatoria del reino de la noche. Ahora, estás completamente a mi merced. La vida y la muerte convergen en uno solo flujo y dependerá únicamente de ti encontrar la respuesta. ¿Estamos vivos? ¿O tal vez estamos muertos? —La voz de Pacifica comenzó a distorsionarse, volviéndose cavernosa y de tonalidad gruesa a la par que recitaba—. Ahora, tú futuro y el de todos tus amigos pende de un solo hilo, balanceándose sobre un abismo oscuro y profundo. Tu vida, se encuentra en las manos del auténtico señor de la escarcha. Nosotros somos los demonios de los sueños y del frío. Siempre atentos. Siempre vigilando. Siempre observando. Somos eternos. Somos imbatibles. Teman ante nuestro infinito poder o afronten un destino peor que la muerte.

En ese momento, tanto la aparición de Pacifica, como las del resto de los pobladores, segregaron abundantes cantidades de sangre pastosa y coágulos desde sus huecas cavidades oculares, así como desde los orificios de la nariz, de los oídos y de la boca, desembocando en forma de pequeñas cataratas sobre la nieve hasta alcanzar a formar una mancha que se volvió homogénea y uniforme al expandirse rápidamente, para así cubrir un área de tamaño considerable de la avenida principal. Acto seguido, el insoportable sonido producido por un desgarrador chillido que tuvo su origen en algún punto remoto y desconocido, pero que tuvo la suficiente capacidad para destrozar en secuencia los cristales de las ventanas de las casas y los comercios más cercanos, hizo eco en los tímpanos de Dipper, ocasionando que múltiples pensamientos llenos de locura azolaran su mente, como el hecho de analizar la posibilidad de arrancarse las orejas, con tal de no tener que soportar por más tiempo aquél lastimoso alarido.

—¿Qué te pasa, Árbol de Pino? ¿No deseabas volver a ver a tus amigos juntos otra vez? ¿O quizá esta ventisca es demasiado fuerte para ti? Veo que no estás disfrutando de tu estancia en este lugar a pesar de que lo diseñé con el fin de que te sintieras como en casa. Eso me pone tan triste, que me dan ganas de llorar. —Los chillidos cesaron sin más cuando en ese instante, una estruendosa, aguda y caricaturesca voz dispersada por medio de los indomables y helados vientos; se dirigió hacia el muchacho, el cual estaba completamente seguro de que nunca la había escuchado en su vida—. ¿Sabes algo? El llanto es una magnifica forma de expresión para aliviar las penas que corrompen el corazón de los seres orgánicos en todo el multiverso. La tristeza, el miedo, el abatimiento, la aflicción, la angustia y la frustración... Son emociones de una naturaleza realmente maravillosa. Tienen un exquisito sabor. Sobre todo si son originadas por un pobre enclenque como tú.

—¿Quién eres tú? —Dipper se animó a preguntar, moviendo la cabeza con frenesí hacia todas direcciones con tal de descubrir al propietario de la voz.

—Me doy cuenta de que tu mente se está acostumbrando a viajar entre dimensiones. ¿Quién lo diría? Se pensaba que si un humano ordinario tenía contacto con el libro del elocuente de Hein, este acabaría desintegrado hasta la última de sus células. Pero está claro que Preston Northwest y tu no son seres humanos ordinarios. Sin embargo, al contrario de él, parece que a ti te ha dotado de una extraordinaria habilidad para hacer saltos temporales, junto con la capacidad de desplazarte hacia otras realidades. Esto sin dudas se pondrá realmente interesante.

—¿Viajar hacia otras realidades...? Eso mismo fue lo que mi "yo" del futuro me dijo cuando caí en ese abismo...

—Ahora comienzas a entenderlo... —Dejó escapa una discreta risa—. Pero hablando de abismos... Veo que aún no logras recordarme. Te diré que eso me pone aún más triste... Fue precisamente en ese lugar lleno de muerte que tuvimos el placer de vernos por primera vez. O mejor dicho... ¡Tendremos el placer de vernos por primera vez! En exactamente doscientos veinte años en el futuro. A veces el tiempo suele ser demasiado confuso hasta para seres infinitos como mis amigos y yo. Es una auténtica pena que no te acuerdes de mí. Pero no te culpo... Ness nunca me dio a mí, ni al resto de nuestros compañeros la fabulosa oportunidad de darte una presentación adecuada con canciones, monos y elefantes bailarines o tripas sanguinolentas volando por todas partes como suele hacerlo la compañía a la que pertenece esta serie televisiva. ¿Te digo otra cosa? Ness es muy tacaño a veces, no le gusta compartir. Pero no le vayas a decir que te lo dije o se enojará conmigo.

—¿Entonces eres uno de los amigos de ese demente? ¡Muéstrate de una vez, monstruo! Deja de estarte escondiendo... ¿O es que acaso tienes miedo?

—¿Monstruo? ¿Me dijiste monstruo? Rompes mi corazón, muchacho... Aunque admiro tu gran valor. ¡Y no lo digo en broma! Realmente es algo digno de admirarse. Eres la primera forma de vida orgánica en quintillones de años que se atreve a hablarnos de ese modo. Hasta el mismísimo dios Thahir y su insulsa Guardia del Alba llegaron a demostrarnos un poco respeto durante su tiempo. Pero no cualquier clase de respeto... ¡No! Sino uno infundido gracias al miedo y a la desesperación que ocasionaron trillones de muertes. ¿Pero qué estoy diciendo? ¡Soy un auténtico torpe! Tú eres solo un niño terrestre y yo una deidad suprema todopoderosa que ha vivido desde antes de la creación del universo tangible. Tu vida podría esfumarse en un solo suspiro. Sí me lo preguntas, eso lo que más odio de la raza humana. Piensan que son una raza civilizada cuando no son más que mugre bajo nuestras uñas. Se ven tan tiernos cuando intentan hacerle creer a los de su propia especie que sus bombas atómicas son de temer. Muy pronto, nosotros les enseñaremos algo por lo que realmente deberán de temer.

Como sí de un cambio brusco en la iluminación de la puesta dentro de una escena teatral se tratara, el cielo se tornó de un color rojo similar al de la sangre. Así mismo, las versiones amorfas y atemorizantes de los amigos y conocidos de Dipper sufrieron de un inesperado y de forma literal, de un descarnado cambió de aspecto. La piel de sus cuerpos y de su cabeza comenzó a desgajarse y a desprenderse poco a poco, hasta caerse en pedazos, acumulándose en pequeños montículos sobre la nieve, dejando su tejido muscular al descubierto. A continuación, su sangre chorreante comenzó a disolver esos mismos tejidos y tendones tras haberse convertido en una especie de ácido corrosivo y que acabó por derretirlos junto al resto de sus órganos internos y de sus huesos, para así conformar una sola masa de color negro, misma que comenzó a elevarse por los aires, para enseguida adquirir una forma definida, la cual era equiparable a la de un triángulo equilátero en tres dimensiones.

Fue gracias a la pavorosa transformación, que Dipper, si bien aterrorizado por las imágenes que acababa de presenciar, pudo ver la perfecta oportunidad de liberarse del control de Soos antes de que este se disolviera de igual manera, lo cual le permitió comenzar a huir despavorido usando de por medio la solitaria avenida principal, aunque sin tener una clara percepción de si el camino para dirigirse hacia la cabaña era el correcto o no. No obstante, de la nada, la ventisca se intensificó el doble, obligando a Dipper a detenerse y a volverse sobre sí mismo, cuando un nuevo e intenso chillido, el cual que volvió a causar estragos en los oídos de Dipper, llamó irremediablemente su atención. Fue en ese momento, cuando una gigantesca y al mismo tiempo intimidante sombra generada por una entidad flotante, se presentó ante él. Su vestimenta consistía en el uso de un smoking de color gris, un sombrero de copa, y un gran corbatín ajustado sobre su pechera blanca. Su rostro estaba conformado por un solo ojo, una picuda nariz y una pronunciada sonrisa de la que sobresalía una fila entera de dientes cuales colmillos de lobo y una peculiar lengua de tonalidad azul, la cual entraba y salía de su boca por escasos y fugaces momentos, recordándole a Dipper el movimiento realizado por las serpientes.

—¡Dipper Pines! ¡El gran Árbol de Pino! Mi nombre es Crying Night. Pero tú puedes referirte a mí únicamente como Cry. —Se privó del uso de su sombrero de copa por unos cuantos segundos mientras realizaba una cordial reverencia—. Es un verdadero deleite al fin conversar con el nuevo encargado de portar tan importante insignia.

—Tú eres uno de ellos... Uno de los Weirdmasters. —Dijo Dipper, sintiendo como sus piernas se paralizaban.

—¡Vaya! Eres un chico listo. ¿Lo dedujiste tu solo o te ayudó tu mamita? —Se aproximó hacia el niño, tocando la punta de su nariz con uno de sus largos y fríos dedos con uñas tan largas como garras, ocasionando que Dipper sacara los dientes a relucir debido a su enojo—. ¡Vamos! No pongas esa cara o envejecerás más rápido. Dime algo, pequeño... ¿Qué se siente cargar con una responsabilidad cuya importancia parece ser algo de poca relevancia para ti?

—¿Poca relevancia? No sé de qué estás hablando. —Dipper lo enfrentó mal encarado—. Conozco mis deberes y mi compromiso al portar el símbolo del Árbol de Pino. Ese fue el legado que Los Guardianes del Alba nos encomendaron para poder detenerlos a ustedes, monstruos.

—Típico de los humanos, siempre dejarse guiar por su sentido de la responsabilidad aunque desconozcan la naturaleza del verdadero problema. Gracias a tu respuesta, puedo darme cuenta de que no estás consciente de la clase de don y de maldición que ha caído sobre ti y sobre tus amigos. Poniéndolo en términos más simples para que tu raza pueda comprenderlo, imagina a un bebe con el arma de su papi entre sus manos... ¿Peligroso, no es cierto? Solo hace falta apretar el gatillo para que este evento termine en tragedia.

—Esto no solo se trata de hacer caso a nuestro sentido de la responsabilidad. Esto es por la supervivencia de nuestro universo. Ustedes no han hecho otra cosa que dedicarse a esparcir muerte y destrucción a dónde quiera que vayan. Y ninguno de nosotros estamos dispuestos a permitirles hacer lo que les plazca.

—¿De verdad? Dime, ¿No crees que es un poco ingenuo de tu parte dar por sentadas las decisiones de todos tus amigos? Nunca te has detenido a conversar con ellos de una manera completamente personal. ¿O sí? Apuesto a que en el fondo, muchos de ellos se mueren de miedo. Aunque no los culpo. El pequeño Bill Cipher es un sujeto de cuidado, sobre todo ahora que ha tenido acceso a los secretos de ese libro escrito por uno de nuestros archienemigos más enigmáticos. Su capacidad de combate al adoptar una forma física, sumada a su habilidad nata de manipulación, lo hace merecedor de un lugar privilegiado dentro del ranking de los seres más peligrosos y poderosos en todo el universo. Ustedes creen que la Rueda del Zodiaco los ayudará a detenerlo, pero están cometiendo un grave error. Mis colegas y yo lo sabemos... Te hemos visto fracasar miles y miles de veces. Y lo peor, es que esa es su única alternativa. ¿Lo entiendes ahora, Dipper Pines? No hay absolutamente nada que pueda evitar nuestro profetizado regreso. Bill Cipher es sin dudas alguien con un intelecto sobresaliente. Sin embargo, él aún no se da cuenta de qué está jugando con fuego. Aún con el poder del libro en sus manos, su fuerza palidece ante la mía y ante la de mis camaradas, y él lo sabe... Él está consciente de ello... Es por eso que busca desesperadamente una manera de despojarnos de nuestro poder y piensa que la única manera de hacerlo es revirtiendo el hechizo que La Guardia del Alba utilizó para dejarnos encerados en ese maldito cometa. Viéndolo de esta manera... A estas alturas, ya es prácticamente imposible frenar sus ambiciones. Pero bien dice el dicho... ¡Si no puedes derrotar al profeta, mucho menos podrás contra el dios!

—¿Qué quieres decir? —Preguntó Dipper aún temiendo de la respuesta de su enemigo.

—Te lo explicaré de una manera que puedas entender... ¿Tienes alguna idea, o te has preguntado alguna vez, qué es exactamente esa forma de vida a la cual tú identificas mejor con el nombre de Bill Cipher? ¿Sabes de dónde proviene? ¿Sabes cuál es su pasado? ¿Qué me dirías si yo te dijera que él es uno de mis tantos descendientes?

—¿Descendientes? ¿Eso significa que eres su padre o algo por el estilo?

—¡Por favor, niño! No trates de imponernos las normatividades, ni tampoco las leyes universales para la procreación en el mundo de los mortales. Digámoslo de esta forma, Bill y toda su raza no son nada más que pequeñas fracciones de mi propio ser. ¡Yo fui quién les dio la vida! ¡Yo fui el progenitor de la especie mejor conocida como Los Demonios de los Sueños! Verás... Todo comenzó durante los momentos finales del asedio al planeta Dhara. Los remanentes de la Guardia del Alba consiguieron mermar nuestros ataques gracias a la revelación de su último recurso. Un arma conocida como: "El Bastión del Infinito". Presintiendo que nuestra derrota se encontraba muy cerca, conseguí fragmentar y separar una diminuta porción de mi propia alma. Entonces, la oculté en un planeta deshabitado localizado en una dimensión paralela para que estuviera a salvo de entrometidos. Pero sin saberlo... Mi alma se fundió con la energía de aquél planeta, logrando crear vida de manera espontánea, dando así origen a toda una civilización de seres bidimensionales de tres lados sin un cuerpo físico, capaces de manipular la realidad a su antojo, siempre y cuando se encontraran dentro de su propia realidad. Pero había un pequeño problema... Ellos, al ser parte de mí, necesitarían de una fuente de energía para subsistir, tal y como yo lo hago a través de nuestra madre y a través de la tristeza y el miedo que nosotros infundamos en cualquier ser orgánico que comprenda el significado de esas dos simples palabras. Por esa razón, al estar yo aprisionado dentro de ese maldito cometa, ellos tuvieron que aprender a viajar hacia otras dimensiones y planetas distantes, utilizando como medio de transporte el viaje astral y de esta manera absorber la energía vital de los seres vivos mediante contratos, cuyos medios para realizarlos fueron variando a lo largo de varios miles de millones de años. Desde simples hojas firmadas con la sangre de la víctima para los demonios menos experimentados, hasta algo tan simple como un estrujamiento de manos sellado con el fuego de Ahomir. Desde ese día, todo aquél que necesitara del cumplimiento de un favor, una fantasía, un capricho o un deseo por más absurdo o banal que este pudiera ser, Los Demonios de los Sueños se encargarían de hacerlo una realidad. Lo único que el solicitante debía hacer, era ofrecer algo con un valor equivalente al de la petición. O como sucedió en la mayoría de los casos, ofrecer un alto porcentaje de su esperanza final de vida al permitirles tomar posesión de sus cuerpos. Fue así, como esta raza subsistió, hasta que un día, uno de ellos, cansado de la monotonía que se vivía en el planeta, aniquiló a casi toda su especie con la excepción de cuatro de ellos, debido a que consiguieron escapar a tiempo hacia otras dimensiones justo antes de que la masacre se diera por finalizada. Este ser absorbió el poder y las habilidades de sus semejantes conforme los iba aniquilando uno a uno, sin piedad, llegándose a convertir en un ente de capacidades supremas y casi infinitas. Sin embargo, esos poderes no se verían reflejados completamente sino hasta que él pudiera hacerse de un cuerpo físico por sí mismo sin tener que posesionar a un tercero. Sí... Supongo que ya te lo estás imaginando... El nombre de ese individuo, no era otro que el de Bill Cipher.

—Entonces... Es así como funcionan los poderes de Bill. —Dipper reflexionó, tratando de asimilar toda la información que recibió de golpe—. ¿Y tú cómo sabes todo esto? ¿No se supone que te encontrabas atrapado dentro de ese cometa?

—Sería tan complicado para detallarte cada uno de los aspectos, como para explicarte que mi propia existencia es incluso considerada una paradoja dentro del flujo del tiempo mismo. Pero en resumen, nuestra conciencia siempre se mantiene activa. Puede que nuestro cuerpo físico se encuentre aprisionado dentro de una estúpida roca espacial, pero nuestra conciencia siempre se mantiene activa. En pocas palabras, nosotros hemos sido testigos de todo lo que ha ocurrido en tu mundo desde que aterrizamos en él hace algunos años. Así que considera esto como una ampliación de tus conocimientos antes de que llegue el día del juicio. Toma mis palabras como una advertencia, Dipper Pines. Tú destino y el de tus amigos se encuentra en nuestras manos. El jefe Ness y yo, ya tuvimos nuestra oportunidad para charlar contigo. Sin embargo, mis dos compañeros restantes aún aguardan su turno por conversar contigo... El nuevo líder de la ahora reformada, reestructurada y patética Guardia del Alba. Te infundiremos miedo, rencor y desesperación. Al final no te quedará otra opción que resignarte y aceptar tú indecible y escalofriante muerte. Recuérdalo... Te seguiremos observando mientras aguardamos pacientes por nuestra resurrección. El tiempo y la tristeza son relativos. Llora... Llora hasta que tus ojos no sean más que cáscaras secas rodeadas por las moscas.

A continuación, la ostentosa entidad le dio la vuelta a su propio cuerpo, hasta quedar boca abajo con ambas piernas puestas hacia arriba, consiguiendo que la perspectiva de su acentuada e inmóvil sonrisa se transformara en una mueca de aflicción y desdicha. Entonces, ubicado sobre su apenas perceptible cuello localizado por debajo de su vistoso corbatín, Dipper apreció con sumo horror, como un segundo ojo, de un tamaño inferior al original, pero cuya apariencia se basaba en una córnea de color negro y un contorno de color rojo; hacía acto de aparición para mirarlo fijamente. Pocos segundos pasaron antes de que dicho ojo comenzara a segregar una sustancia acuosa, la cual se derramó sobre la nieve y que Dipper no tardó en suponer que se trataban de lágrimas. En ese momento, los fuertes vientos cesaron y el suelo en conjunto con la misma la nieve, sufrieron de un proceso de congelamiento instantáneo, el cual se extendió en solo escasos instantes hacia los alrededores, cubriendo por completo la complejidad del poblado, así como la del propio valle, dejando a Dipper convertido en un monumento viviente hecho enteramente de hielo. Así permaneció, completamente consciente, justo antes de que el propio hielo comenzara a desquebrajarse, pudiendo experimentar en carne propia, con cada una de las fibras de su cuerpo, la horripilante y extremadamente dolorosa sensación de ser mutilado en cientos de partes pequeñas, dejando esparcidos sobre la extensión de la calle, múltiples cristales rojizos que simbolizaban su sangre y sus órganos internos congelados. En ese momento, Dipper despabiló sumamente exaltado y gritando de terror, con el corazón a punto de salírsele de su caja torácica, recostado sobre un conjunto de sábanas, siendo apoyado por su fiel amigo Soos. Quién hasta en ese entonces, había preferido no apartarse de su lado ni por un ínfimo minuto. En cambio, el hombre no había dejado de repetir el nombre del muchacho en múltiples y repetidas ocasiones, siempre acompañado de la palabra: "Despierta".

Continuará...

¡Vaya! ¿Fue un capítulo más largo que de costumbre, verdad? Originalmente tenía pensado dividirlo en dos, pero ya no quería alargar más esto. Bueno, ya conocemos más a fondo a dos miembros de Los Weirdmasters y al mismo tiempo al precursor de la raza mejor conocida como "Los Demonios de los Sueños", raza a la que pertenece Bill Cipher. La información fue un poco corta, pero ya abarcaremos más acerca del pasado de Bill en un capítulo futuro.

Espero que les haya gustado este capítulo y nos leeremos para el próximo, el cual estaré subiendo el próximo viernes 2 de Junio y en el que les prometo que habrá nuevas escenas románticas entre Dip y Paz. ¡Pásenla bien! Si ustedes gustan dejarme un comentario con su opinión acerca del capítulo se los estaré siempre agradecido. ¡Se cuidan! ¡Chao!

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